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Capítulo 18.2

"¿Qué es lo que quiere a cambio de su hijo?"

La pregunta aun lo hacía enfadar ¿Qué quería a cambio de su hijo? ¿Ese hombre había insinuado que su hijo estaba a la venta? Estaba equivocado, y él estaba muy molesto. Había pocas cosas que lo molestaban, había muchas que lo disgustaban, pero al final del día era un simple disgusto, algo soportable pero fastidioso que podía dejar pasar, pero molestarse era un paso más arriba, algo odioso que arruinaba la mayor parte de su tiempo. Y una simple pregunta lo había hecho enfadar. ¿Qué quería a cambio de Jihoon? Nada. No quería nada.

El enojo perduró incluso despues de su llamada con Park. No se incrementó, no había nada nuevo más que las amenazas frecuentes, tampoco noticias más allá de lo común. Jihoon estaba bien, seguía comportándose de una forma desvergonzada y como un niño pequeño, inmaduro y tosco como solo él podía serlo, pero al menos había dejado su cercanía insana con el hijo desheredado de los Choi. Choi Jeonghan era un disgusto peor que otros.

Desde que la extraña relación había comenzado no se preocupó en frenarla, era demasiado molesto lidiar con algo tan infantil como el encaprichamiento de Jihoon ¿y que si Jihoon era infiel? Les advirtió a los Choi que él aún era demasiado joven e iluso, a pesar de ser criado de la mejor manera seguía siendo joven y torpe. Era algo normal y no lo culpaba por eso. Él también fue así cuando tenía su edad. Sin embargo Choi Jeonghan era un problema mayor.

No tenía nada en contra de un niño como Choi Jeonghan, pero le disgustaba. Le disgustaba que le gustara tanto a Jihoon al punto de volverse... de volverse como él. Jihoon se parecía a él en casi todo, y no era correcto, Jihoon tenía que parecerse a Jimin. Desde que nació tuvo que parecerse a Jimin, desde que comenzó a hablar y a caminar, desde que comenzó a crecer. Siempre lo imaginó pareciéndose a Jimin, pero nada en Jihoon se veía como su omega. Todo se parecía a él. Los mismos ojos oscuros, su mismo aroma a plantas o pasto, como un prado. Le sorprendió que Jimin no lo rechazara al no tener su aroma floral.

Y la forma en la que Jihoon amaba era igual a él.

"Jihoon es demasiado posesivo respecto a Choi Jeonghan. Estoy seguro que su comportamiento no es el de solo una amistad."

"¿posesivo?"

"Posesivo es una palabra incorrecta, pero es la única que encuentro para describirlo. Es igual a ti."

¿Cómo iba a tratar con algo así? Si Jihoon se pareciera aunque sea un poco a Jimin entonces habría sabido que hacer, como actuar o que decir, pero ahora que Jihoon estaba fuera de su alcance, que actuaba por su cuenta y pensaba por si mismo estaba dándose cuenta de que no iba a funcionar. Pensó que soltar lo suficiente a Jihoon lo haría sentir calmado una vez que tuviera que dejarlo ir con Choi Seungcheol, pero nada estaba saliendo bien.

¿Por qué tuvo que parecerse a él? Estuvo feliz cuando se enteró que Jihoon era un omega. Incluso cuando el pequeño bebé parecía una copia exacta suya en pequeño y delicado tuvo la esperanza de que al ser un omega se pareciera a Jimin.

Sacudió la cabeza intentando deshacer todo pensamiento, era inútil pensar en lo que pasó antes o en lo que quería que pasara, así que solo miró el paisaje arbolado mientras esperaba llegar a la escuela. Ya no importaba si Jihoon se parecía o no a Jimin, en cuanto se casara con Choi se iría, se largaría lejos de una vez por todas y lo dejaría de ver. Podría respirar tranquilo. Aunque este pensamiento lo aliviaba también lo hacía sentir terriblemente culpable.

Jihoon solo lo hacía sentir terriblemente culpable.

"¿no le darás un nombre?" Fue una pregunta estúpida, pero no sabía que más decir.

"¿yo?" El sentimiento de culpa arrasó fuerte en su pecho. Jimin tenía los ojos apagados, su color gris siendo apenas visible.

"Si. Tú. ¿no le darás un nombre?"

"Me gusta Beakhyun."

"No."

"Lo sé. Jihoon. Me gusta Jihoon."

La sonrisa traviesa de Jimin apareció solo esa vez, y nunca volvió.

Jihoon. No se imaginó llamando su nombre todo el tiempo, porque cada que pensaba en él su estómago se apretaba, y cada que lo veía era peor. Por eso prefería no hacerlo, nunca veía a Jihoon directamente, nunca clavaba sus ojos en él porque la simple idea le provocaba un malestar. Y Quizás no era justo, porque Jihoon merecía que lo miraran directamente como cualquier niño, merecía que le hablaran de frente en lugar de evadir su mirada, pero no podía, sus ojos oscuros y pequeños le hacían huir de él, como si fuera lo peor del mundo.

Cuando se dio cuenta ya estaba en la habitación individual de Jihoon. Todo estaba en orden, cada pequeña cosa en su lugar como siempre lo mantenía también en casa. El cuarto de Jihoon siempre estaba ordenado sin necesidad de que los trabajadores de limpieza entraran. Aun así era el lugar que le causaba más incomodidad en todo el complejo.

La puerta se abrió, y no se molestó en mirar a Jihoon, de nuevo, eso era normal, estar huyendo de él era normal. Aun así mantuvo la calma mientras que escuchaba como Jihoon daba un par de pasos hasta cerrar la puerta detrás suyo.

Ni él ni Jihoon querían verse.

—Tu comportamiento es lamentable.— Dijo sin mirarlo. —He tenido que venir por las constantes quejas de tus profesores. Es vergonzoso.

—No era necesario venir.— Murmuró Jihoon con rebeldía, con ese tono de voz oscuro e irritante que le dejaba un mal recuerdo. —¿no era necesario otro mensajero? ¿Qué lo hace diferente esta vez?

Debería disgustarle el tono de voz y las palabras de Jihoon, pero lo comprendía, lo haría ser un hipócrita disgustarse por algo así. Jihoon nunca había tenido esta actitud antes, con apenas un poco de libertad se sentía con la osadía de alzar la voz y responder. Pero estaba bien, ya no era su asunto, Jihoon ya no era su asunto.

—Los ensayos comienzan en un mes.— Extendió el sobre hacia Jihoon, el diseño elegante y modesto solo tenía cuatro letras en dorado. "CS & LJ" —Será dentro de tres meses.

—¿tan pronto?— Su voz sonó temblorosa y ligera. No lo miró. —¿Por qué de pronto...? Se suponía que debía terminar antes la escuela...

—Espero que con esto seas consiente de tus acciones.

—Pero... Es... es antes de la graduación ¿no tendría que graduarme primero? Se supone que harán un baile especial por...

¿desde cuando Jihoon titubeaba tanto?

—No necesitas una fiesta de graduación.

Claro que sabía de la fiesta de graduación que la escuela Pledis estaba organizando, pero no le importaba, Jihoon se casaría en tres meses con Seungcheol y se iría para siempre. Era lo correcto.

—Es demasiado pronto...

—No, no lo es. Te casarás con Choi Seungcheol en tres meses. Espero que esto te haga pensar en tu futuro, y dejes esas actitudes inservibles. Y cualquier actividad distractora.

—¿Seungcheol lo sabe? ¿está de acuerdo con esto?

—Espero no recibir noticias de más problemas desde ahora.— Decidió ignorar las preguntas de Jihoon.

"No quiero casarme..."

Juró escuchar el murmullo de Jihoon, pero optó por no creerlo así, la simple idea era absurda, así que miró de reojo hacia él.

—Espero que esto finalice por fin tu absurda relación con Choi Jeonghan y te centres en lo que es importante.

Escuchó la sorpresa de Jihoon y percibió un aroma amargo, algo que le provocó nauseas y un leve disgusto ¿Jihoon en serio creía que no estaba al tanto? No podía ser tan infantil e ingenuo como para pensarlo, era absurdo. Muy absurdo. De cualquier forma se mantuvo firme sintiendo la incomodidad y el miedo de Jihoon ¿Por qué miedo? No es como si pudiera hacer algo contra ellos, sabía que todo esto era simplemente un berrinche o un capricho, nada importante.

—¿Mi relación con Jeonghan? No hay... no hay ninguna relación.

Fue extraño sentir que Jihoon no mentía. ¿Realmente había terminado la relación? Entonces Park estaba equivocado, Jihoon no se parecía a él. Lo miró por mera curiosidad y se arrepintió al instante.

Los ojos oscuros de Jihoon estaban puestos sobre los suyos, conectando una mirada casi vacía, algo frio y deprimente en la pupila y el iris que temblaban. Y lo odiaba. Realmente lo odiaba, era un paso más allá de lo molesto y del disgusto, algo que apenas soportaba porque oprimía su pecho con fuerza y lo hacía querer vomitar.

Fue un momento incómodamente largo, casi eterno en el que ninguno de los dos apartaba la vista. Y no supo que pensar cuando un aroma agresivo y odioso quiso entrar por su nariz, el aroma de Jihoon queriéndolo asfixiar, como si realmente lo odiara. ¿aunque no era así? Era lo mejor, si Jihoon lo odiaba entonces nunca lo buscaría, y eso aliviaría el sentimiento amargo de su pecho.

Prefería mil veces su odio que algún rastro de amor.

—Desde ahora escucha a tu profesor, Jihoon, no des más problemas.

Fue lo único que pudo decir queriendo alejarse, queriendo apartar su mirada de él, y cuando lo hizo sintió que su cuerpo se aflojaba lejos de aquella tensión habitual. Estar lo más lejos posible de él era reconfortante. Pero la culpa seguía allí.

Si Jihoon fuera un poco más como Jimin...

Abrió la puerta para salir, y casi tropezó con la persona detrás, alguien que se inclinaba para escuchar sin permiso alguno y que le causó un leve dolor de cabeza. Claro. Mantuvo su postura incluso cuando la otra persona se tambaleó un poco y se congeló en respuesta.

Y antes de que pudiera mirarlo con claridad desapareció de su vista, tan rápido que no tuvo tiempo, y la avalancha de feromonas fue agresiva e inmadura, pero tan fuerte que casi lo golpeó. Y cuando se dio cuenta de lo que había sucedido tuvo que girar.

Jihoon había colocado detrás suyo a Choi Jeonghan tan rápido como si estuviera en peligro, y sus oscuros ojos ya no tenían miedo o incomodidad, solo algo profundo y fuerte, como si lo amenazara. Jihoon estaba protegiendo a ese omega de él, o del mundo, como si fueran a lastimarlo o a apartarlo de él.

"No vuelvas a mencionar su nombre, nunca. Park. Llámalo Lee desde ahora."

"¿Lee? ¿a qué te refieres? Su nombre es Park Jimin."

Miró su mano, la cicatriz sobre sus nudillos que no se desvaneció con el tiempo.

"Lee. Park. No lo olvides."

Realmente odiaba que Jihoon se pareciera tanto a él.

—No más problemas, Jihoon.

No recibió respuesta, y tampoco quería una. Era realmente molesto, casi asqueroso.



Pocas veces regresaba a casa tan temprano ¿al menos podía llamarle casa? El silencio abrumador lo dejaba solo con sus pensamientos, y por lo general Jimin estaba allí, dentro de alguna de las habitaciones existiendo sin que él se diera cuenta, era como una sombra, algo que estaba allí pero que no hacia más que ser un manchón insonoro y apenas visible.

Aun así Jimin era la única razón por la que regresaba todos los días. Era la única razón por la que continuaba interesado por los alrededores. Solo él. Colocó las flores sobre el escritorio observando la delgada figura que observaba el piano, Jimin nunca había tocado el piano, pero Jihoon lo hacía, Jihoon y él solían tocar el piano y era la única música que podía escucharse en ese lugar. ¿Por qué el interés de su esposo en esa habitación?

Jimin alzó el rostro y lo miró en silencio como todas las veces. No le dijo nada, tan solo lo miró con sus ojos grises clavados en algún punto, como si estuviera eternamente paralizado, sus pupilas ni siquiera temblaban.

¿Qué tan mal tenía que estar como para que incluso esa imagen le pareciera perfecta y encantadora? La imagen de casi una muñeca sin vida, un maniquí intacto con ojos de vidrio que apenas brillaban. Jimin era realmente hermoso.

Y de pronto su omega parpadeó. Una vez, y despues otra, y otra, como si estuviera reconociéndolo, como si recordara poco a poco algo importante que lo hizo abrir más los ojos y los labios, su perfecto rostro de muñeca adquiriendo una emoción mientras que su cabeza comenzaba a menearse. Jimin tocó una tecla del piano y el sonido resonó por el lugar, rebotó contra las paredes hasta salir por la puerta. Y luego tocó otra. Jimin respiró profundo.

Los ojos grises se abrieron con sorpresa de un segundo a otro.

—Pudieron recrear el veneno.

¿Qué veneno? A veces no comprendía sus extrañas frases, pero esos extraños momentos eran los mejores de Jimin.

Cuando Hao nació era chiquitito, una cosita pequeña en sus brazos con piel roja y arrugada, apenas tenía cabello, pero era el bebé más hermoso que imaginó nunca. No había querido tener un hijo en un principio, en realidad le había disgustado la idea despues de ver como todos sus familiares y amigos tenían a sus hijos y luego los lanzaban para que otro los cuidasen, Fuheng había pasado más tiempo cuidando a sobrinos y primos que conociendo a gente de su edad. Así que, incluso cuando estuvo gestando no imaginó amar a ese bebé.

Pero cuando Hao nació fue un amor a primera vista. Hao le había provocado algunos problemas, lo mandó a la cama por meses porque los doctores decían que estaba en riesgo de morir, el bebé de su hermosa novia estaba a punto de morir y Fuheng no podía permitirlo, así que se fue a la cama odiando cada segundo, no podía moverse ni trabajar, estaba encadenado imaginariamente a los barrotes de la cama, no importaba cuantas cosas dulces le trajeran para consolarlo, nada sirvió. Pensó que gracias a esto no querría a ese bebé. Pero lo amo en el primer segundo que lo sintió en sus brazos.

Hao era pequeño y en un principio no tenía aroma, olía a sangre y placenta, pero despues, cuando estuvo en sus brazos y el bebé comenzó a llorar tuvo el aroma más dulce que jamás imaginó, y cuando su hermosa novia se acercó a ver a su hijo ese aroma dulce se volvió casi picante, tan dulce que era suficiente para toda la vida. Y lo hizo feliz. Lloró tanto ese día mientras que su novia intentaba consolarlo.

El bebé que tenía ahora en brazos le recordaba a Hao. JunFei. JunFei en lugar de MingHao. Este nuevo bebé olió distinto. Era dulce tambien, pero tendría un aroma más específico despues, un aroma dulce, pero similar a la nuez. Como los dulces de nuez que aparecieron en una de las películas de Hao, comió montones de ese dulce antes, tanto que su esposa se lo prohibió así que no lo volvió a hacer en los últimos cuatro meses, por eso su JunFei tendría ese aroma. Realmente encantador.

Amaba tener a junfei en sus brazos, y amaba tener a su esposa abrazándolo con cariño, pero amó más ver a Minghao cargar al pequeño bebé entre sus brazos y mecerlo con cariño. Hao fue el primero en sostenerlo despues de los doctores. Y eso aliviaba su corazón.

Si Hao amaba a su hermano entonces no importaba nada más. Si ellos dos se amaban ¿Qué importaba él? Aun si ambos lo odiaban a él entonces sería feliz solo sabiendo que ellos estarían juntos.

Minghao le sonreía al bebé, y se recordó a si mismo, recordó cuando pudo estar de pie despues de meses de estar en cama. La primera vez que se levantó despues de dar a luz a Hao fue solo para ir a verlo, lo pusieron un poco lejos de él, en una cuna de plástico o algo parecido, y Fuheng añoraba tanto tenerlo en sus brazos que se levantó de la camilla solo para sostenerlo. Se enojaron con él y lo regañaron por el esfuerzo pero apenas los escuchó.

Ver la pequeña carita de Hao había sido suficiente esa vez. Sus pequeñas manitas y piecitos, tal y como los tenía JunFei ahora, tan chiquito y dulce, perfectos y lindos.

¿Cuándo creció tanto su Hao?

Ahora Minghao no era el bebé, era mucho más grande, era tan alto como su madre y podía cargar a su pequeño hermano. ¿Cuándo pasó?

Hao ya no era ese pequeño bebé ¿cierto?

De hecho, Minghao ya no era el mismo niño que se fue de casa. Era otra persona. Tardó un poco en reconocerlo, no físicamente, sino de otra forma, cuando lo volvió a encontrar y lo primero que hizo fue abofetearlo se sintió tremendamente culpable, y esperó recibir un reclamo o una queja, en cambio Hao actuó distinto preocupándose por él y mirándolo con calma. Despues se encontró con un Hao que tenía amigos que se preocupaban por él, tenía amigos que parecían interesarse y estar a su alrededor sin que él tuviera que seguirlos o fingir que no era un omega. Y despues estaba Soonyoung. Hao estaba enamorado de Soonyoung.

Entonces, tuvo que aceptar que había perdido a su niño, y él nunca iba a volver. Minghao se convirtió en un adulto en un abrir y cerrar de ojos, en un lento y tortuoso abrir y cerrar de ojos, y fue su culpa. Claro que se sentía orgulloso de él, con la persona en la que se había convertido Hao ¿Quién no estaría feliz? Pero nadie podría estar feliz de haber perdido a su hijo, de haberlo hecho pasar por tanto porque simplemente era incompetente como padre.

Por eso en un principio pensó que no iba a amar a JunFei. Porque no podía ser buen padre.

Pero adoraba a JunFei tanto como adoraba a Minghao.

—Cuando naciste eras más grande, JunFei es pequeñito.— Dijo rompiendo el silencio, Minghao lo miró. —Es un omega pequeñito.

—Aun es muy pronto para saber si es un omega o no.— Balbuceó Minghao recostando al bebé en la cuna. —Pero no importa lo que sea. Es muy lindo.

Asintió observando a su linda esposa dormida en la silla a su lado, ella había pasado tanto tiempo al pendiente de él que no había tenido tiempo de descansar, así que ahora aprovechaba para dormir un poco, eso o había caído desmayada en la silla. Sonrio cuando un par de personas se acercaron para llevarla a descansar a una habitación cercana, y ella aceptó con tanta naturalidad pero volviendo a ponerse recta e inalcanzable que Fuheng quería abrazarla. Una mujer maravillosa.

—Minghao, creo que deberías mostrarle eso a tu padre.

Ah, claro, su esposa no se iba a dormir a otra habitación, ella les estaba dando espacio para conversar. Fuheng no quería conversar de nada, acababa de tener un bebé hacia apenas cinco horas ¿Quién quería hablar de temas serios en un momento así? Su esposa a veces era tan callada que para cuando hacia las cosas nadie se había dado cuenta. Suspiró con fuerza y miró la ventana, el atardecer entrando por allí.

Fuheng sabía de lo que Hao quería hablar, así que lo esperó con calma mientras que escuchó a su hijo acercarse. Paso tras paso sentía el nerviosismo subir por su espalda. ¿no podía tomar a JunFei de nuevo en sus brazos? Sentía que si lo sostenía entonces tendría más valor para enfrentar esto. Su bebé no lloró ni hizo algún ruido, solo se mantuvo durmiendo en la pequeña cuna. Y cuando Minghao estuvo a su lado se sintió más nervioso y perdido.

—¿fue Jeonghannie quien lo tomó?— Preguntó sin mirarlo.

—¿eso importa? Papá... Tomaste esto de mi habitación en casa ¿cierto?

HaoHao levantó el pequeño diario que había conocido bastante bien, la letra desordenada de su hijo estaba en cada una de las paginas, con frases y pequeñas historias que había vivido y escrito cuando era más joven. Hao lo dejó atrás al mudarse, pero él apenas lo encontró cuando tuvo el valor de revisar sus antiguas cosas. Lo encontró despues del primer viaje, hace un par de meses cuando decidió volver junto con su esposa. Y despues de leerlo decidió quedarse.

—Lo siento, lo leí.— dijo con voz chiquita, porque si lo decía en voz alta iba a llorar. —Tuve curiosidad y lo leí... aunque sabía que era tu diario...

—No es un diario, es... es un lugar donde escribía tonterías.— Respondió Minghao sonrojado. Claro que era un diario. Minghao pareció entender su mueca porque suspiró. —No debiste leerlo. Esto es... es un montón de mierda. Papá, no es importante.

—¡Claro que es importante!— Alzó la voz, pero despues guardó silencio esperando no haber despertado al bebé. —Es importante, Hao... Yo... fui un horrible padre para ti ¿Cómo seré un buen padre para JunFei? Quiero mejorar, así que si me das una oportunidad y regresas a casa...

—No, papá, fuiste un buen padre.— Minghao se apresuró a decir, de pronto las mejillas de su niño estaban rojas. —¡Fuiste un gran padre que soportó a un niño terrible! Yo... Cuando Jeonghan me lo dio y volví a leerlo me di cuenta de lo injusto y egoísta que fui con ustedes. No eres un mal padre, me amaste y cuidaste de mi tal y como lo harás con JunFei.

No quería llorar frente a Minghao, ya lloraba todo el tiempo, pero estas lagrimas eran diferentes, eran las lagrimas que su esposa y su hijo jamás querían soltar, lagrimas producto de lo más profundo de su ser. Y no quería hacerle eso a su hijo. Sabía que si lloraba de esa manera... si lloraba con esa verdadera amargura en su aroma Minghao se sentiría culpable ¡Y Minghao no tenía la culpa de nada! Minghao solo era un pobre chico con un pésimo padre.

Si Fuheng hubiera sido mejor entonces Minghao jamás hubiera tenido que pasar por todo lo malo que pasó. ¡Su hijo merecía una vida preciosa y no una tan difícil como la que había tenido!

Se tragó el nudo en su garganta y negó.

—Eras un niño.— Murmuró mirando a otro lado. —Eras un niño así que podía entender que escribieras cosas hirientes e infantiles. No me moleste por las malas palabras, tampoco por lo que hacías con otros niños... bien, estaba muy sorprendido y triste pero no molesto... tampoco me moleste por nada de lo que escribiste... Solo... me di cuenta de lo infeliz que eras.

—Papá, era estúpido y no comprendía una mierda sobre todo lo que ustedes hacían por mí.

—¡Eso no importa!— Volvió a gritar. —No importa si nos esforzábamos o no, tú no tenías que preocuparte por nada de eso, no tenías que preocuparte si tenías dinero o no, tampoco si teníamos mucho trabajo, Minghao, los niños no tienen que preocuparse por cosas así, tienen que ser niños ¡Eras un niño y estabas preocupado y molesto por todo eso que era responsabilidad de tu madre y mía!

—¡Te estabas muriendo!— El grito de Minghao casi rompió su corazón. —¡¿crees que ahora no lo sé?! ¡papá, estabas enfermo!

Sus labios temblaron ¿Cómo Minghao sabía eso? Él no debería...

Hubo un tiempo antes de que Minghao se fuera, un tiempo en el que las cosas no estuvieron bien, un día Fuheng simplemente no fue capaz de levantarse de la cama, no tenía dolor alguno o una herida, simplemente no pudo. Vio a su niño, su lindo niño y no fue capaz de levantarse. Su esposa salió al trabajo confiando en que él cuidaría de su hijo, pero no lo hizo. Fuheng no se movió de la cama durante todo ese día, y no le habló a Minghao porque no podía. Y no se movió, no comió, no se duchó o limpió. No hizo nada ¿Por qué? Simplemente un día ya no pudo hacerlo.

Fue un día en el que quiso morir.

Al siguiente día fue igual, sin importar cuanto le hablara su esposa, o los ánimos que recibiera de ella, sin importar que su hijo quisiera hablar o jugar con él, o que tuviera hambre. De pronto todo el mundo se hizo gris y ya no pudo. No le dolía nada, pero era pesado, no tenía fiebre o nauseas, pero algo dentro suyo estaba roto y oscuro, algo dentro de su pecho y su cabeza dejó de funcionar. Y cuando se levantó por fin de la cama sintió que jamás lo hizo, de pronto caminó, cocinó, salió a trabajar, jugó con su hijo y le enseñó cosas, habló con su esposa y la besó. Hizo todo lo que solía hacer antes, pero no era lo mismo.

No dormía por las noches, no comía, salía a trabajar y olvidaba las cosas o no le importaban, dejó de beber agua o de ducharse. ¿Qué estaba mal? Todo el mundo se sentía vacío y malo. Y quería morir, cada día que pasaba quería morir, aunque amaba a su esposa e hijo solo podía pensar que en cualquier momento colgaría una soga y...

Minghao no tuvo que verlo así. Por su culpa su hijo tuvo una infancia horrible, por su culpa su hijo lo veía como débil y absurdo, lo veía como una persona incapaz de mantenerse sola, incapaz de cuidarlo y protegerlo porque siempre se veía delicado. No importaba cuanto sonriera frente a Minghao o hablara con él, al final su hijo se daba cuenta de todo. Y cuando por fin tuvo el valor de averiguar lo que estaba mal el costo de los médicos y de las medicinas los puso en más problemas.

"Papá no se levantó en todo el día ¿en serio es tan perezoso?"

"Le hice el almuerzo a papá pero él no quiso comerlo, pues bien, nunca volveré a cocinar para él."

"Mamá me dijo que no le diera problemas a papá. Pero el único problema es papá."

"Papá es muy débil así que tengo que cuidarlo, es un fastidio."

"No hay dinero para comprar cosas, pero mamá sigue apartando dinero para –las pastillas de papá- Pero papá no está enfermo ni le duele nada."

"Quería hablar de lo que hacían otros niños en la escuela, pero papá ni siquiera me mira."

"Si no fuera mi papá jamás lo querría. Pero tengo que cuidarlo siempre porque es débil. No quiero ser como él, no me gusta ser omega."

"Si no fuera mi papá jamás..."

Arruinó la infancia de su hijo, y lo hizo marcharse. ¿Por qué? Porque no era capaz de hacer las cosas que se suponía que debía hacer. Para cuando salió del cuadro depresivo su relación con Minghao ya estaba fracturada. Su niño ya era infeliz.

No podía pasar lo mismo con JunFei, si Minghao amaba a JunFei... si lo amara por el hecho de ser JunFei y no solo como una obligación entonces sus hijos serían felices, ellos...

Llevó ambas manos al rostro evitando llorar.

—Lo siento...— murmuró. —Yo... yo no quería que me vieras así... No... no quería hacerte sentir tan mal...

—Papá... yo fui el que te hizo mal...— La voz de Minghao era delgada y temblorosa. —Aun cuando llegue a la escuela no comprendía lo que había pasado... No comprendía por lo que pasabas...

—¡Pero no era tu culpa! ¡Tenías que ser un niño feliz! No tenías que lidiar con algo como eso... Eras un niño, Hao, un niño infeliz.

—Era un niño que no comprendía nada.— Minghao le tomó de las manos. —Ya no soy un niño, papá... ya no pienso ninguna de esas cosas escritas allí... Lo lamento... papá...

Su Minghao ya no era un niño. Lo miró con lágrimas en los ojos, su hijo estaba llorando igual, sus preciosos ojos cristalinos y su nariz roja. Minghao no solía llorar así, su aroma con tanta tristeza que quería abrazarlo fuerte y consolarlo. Extendió los brazos y lo arrastró cerca, siendo recibido con el mismo gesto.

¿Cuándo su bebé se había vuelto tan grande? Ya no cabía acurrucado en sus brazos como un pequeño ovillo, ahora era más alto y sus brazos lo rodeaban. Su bebé creció en un parpadeo.

—Ya no eres un niño.— Repitió. —Te convertiste en una hermosa persona, Minghao.

Minghao pareció entender, también, que ya no era un niño. Ya no era el niño que escribió aquellas palabras, así que, como Minghao estaba aceptándolo Fuheng también tenía que hacerlo.

Aquel niño que estaba molesto y lastimado tenía que quedarse atrás de una vez. Al igual que aquel Fuheng deprimido y roto.

Habían cambiado.

"¿Por qué lloras, amor?"

"¡Es que Minghao es muy lindo! ¡Nuestro bebé es precioso!"

"Me sorprende que a pesar de todo tu escandalo él no llore... le gustas demasiado."

Sarang era una alfa. Una alfa como su esposo y como su hijo ¿entonces porque los Choi se esforzaban por pasar sobre ella? Era un golpe a su orgullo y a su persona. Sarang tuvo que parir a dos hijos, Seungcheol, quien era un Choi de pies a cabeza y jamás pudo criar como le venía en gana, y Jeonghan, su hijo, un hijo omega que no le servía a los Choi ¡¿Por qué demonios querían arrebatarle a su hijo?! Jeonghan era completamente suyo, un niño al que le dio a luz y que dejaron en claro que no servía ¡Entonces que lo dejaran en paz! Que la dejaran en paz criar de su hijo omega sin que se metieran en su vida.

Seungcheol era el heredero de los Choi, Jeonghan era su niño. Sarang decidía lo que quería o no para Jeonghan, si ella quería darle la libertad del mundo entonces se la daría, si quería mimarlo y consentirlo entonces lo haría, si quería cuidar de él hasta su vejez entonces lo haría. Sarang era una alfa, alguien que podía decidir por su propia cuenta como criar al hijo que los Choi rechazaron.

"¡Jeonghan merece la herencia de los Choi!" Le había gritado a su inútil marido.

"Jeonghan ya no será un Choi."

"¡él merece los beneficios y la herencia tanto como Seungcheol!"

"No, y no tendrá ningún beneficio de mi parte."

Sarang habría estado de acuerdo con quitarle el apellido Choi, pero Jeonghan merecía todos los beneficios y la herencia que llevaba el apellido, Sarang parió dos hijos para los Choi, Seungcheol y Jeonghan, y aunque desecharon a Jeonghan tan rápido como pudieron aun así era parte de la familia, aun así no dejaban de joder en toda su crianza.

Conseguirle un alfa o no, apartarlo de Jisoo o no, enviarlo a una escuela o no, consentirlo o no, la familia Choi siempre jodió respecto a Jeonghan, si Sarang quería podía comprarle toda la jodida vida, podía llenarlo de lujos y facilidades sin que tuviera que mover un dedo, y los Choi no tendrían que ver en eso, ellos ya se habían llevado a Seungcheol.

Sarang nunca pudo interferir en la crianza de Seungcheol; cárgalo a tales horas, aliméntalo en este horario, háblale con estas palabras, enséñale a esta edad... Todas las jodidas ordenes que Sarang tuvo que obedecer a pesar de ser un alfa... ¡Crio a Seungcheol tal y como ellos querían! ¡Jeonghan era suyo! ¡Tenía que ser suyo! ¡Y si ella quería quitarle el apellido o no iba a responder! No podía dejar que siguieran pisoteándola así.

Pero no solo era con los Choi con los que estaba molesta, estaba molesta con Jeonghan, aun si su padre le había dicho que mintiera y le ocultara las cosas él debió pensar en ella ¿Cómo demonios pensaba casarse a escondidas? ¡Como cuando intentó huir con Jisoo! Solo una idea absurda que la estresaba de sobremanera. Jeonghan no podía hacer lo mismo dos veces, él debió decirle desde un principio para que ella pudiera detener toda esa locura, pero no. Jeonghan lo ocultó. Por eso estaba más molesta.

Cuando llegó a la habitación no esperó a nadie, abrió la puerta casi de golpe sin esperar al prefecto que la seguía. Y Jeonghan estaba allí, mirándola con sorpresa mientras que tenía a Lee Jihoon frente a él. No tuvo tiempo para preguntar.

El rostro de Jeonghan se iluminó de un segundo a otro, una sonrisa enorme y hermosa que suavizó su corazón y despues lo vio saltar hacia ella, abrió los brazos para recibirlo y lo abrazó. Y su corazón latió con cariño. Así como Seungcheol todo en la vida de Sarang había sido medido, y también la de su esposo, todo exacto para que fueran alfas ideales, y el amor no era excepción a la regla. Sarang solo recibió el amor necesario para comprender la calidez humana y poco más, pero no fueron especialmente cariñosos con ella.

Cuando Jeonghan nació ella no esperaba que ese pequeño y frágil niño fuera de esa forma. No esperaba los besos ni los abrazos, no esperaba una tierna voz hablándole de palabras lindas y cariñosas. Jeonghan era todo amor y cariño, era contacto y risas. ¿de donde había salido un niño así? Cuando Jeonghan tenía tres años se la pasaba besando y abrazando a todos, más a Seungcheol, pero no se medía con nadie en realidad. Y cuando cumplió los cinco las muestras de afecto cambiaron pero siguieron siendo cariñosas. A los once era un poco más rebelde, pero demostraba amor, hacia pequeños actos hermosos que harían sonreír a cualquiera. Y Sarang aun se sorprendía cada que Jeonghan le demostraba afecto.

Sarang no estaba acostumbrada a que la amaran.

Jeonghan había estado emocionado por verla, realmente feliz tanto que corrió a abrazarla. ¿Cómo poder seguir molesta despues de algo así?

Sin embargo... Los Choi habían insistido últimamente respecto a esto; Seungcheol no era tan perfecto como ellos querían, porque existía Jeonghan.

"Seungcheol no debería preocuparse por nada más que la empresa. Sin embargo decide perder el tiempo con la escuela de su hermano menor. Sabes que ese niño no debió existir."

"Señora Choi, con todo el respeto que se debe le aclararé que si vuelve a mencionar algo así respecto a mis hijos olvidaré modales."

"¿no le dirás nada a tu esposa, hijo?"

Y su inútil marido se mantuvo callado. Claro. Yoon Sarang tenía que obedecer a su marido ¿Por qué? Ella también era un alfa, y se negaba a obedecer a otro alfa por cualquier razón que quisieran inventar. Estaba harta de los Choi.

Cuando se dio cuenta Lee Jihoon ya no estaba en la habitación.

—Jeonghan...— Lo llamó notando su voz suavizada y dulce. —Tenemos que hablar.

Jeonghan se apartó con una pequeña sonrisa y asintió con calma tomando la palabra. Su hijo se veía ligeramente distinto, como si algo en él hubiera cambiado.

—Mamá, estuve a punto de casarme a escondidas.— Confesó Jeonghan con calma. —Papá me pidió que lo hiciera para apartarme de la relación de Seungcheol y Jihoon. Acepté pero me arrepentí a ultimo momento. Buscaré la forma de pagarle a papá lo que él gastó en mi... por el momento no tengo apellido.

Su cabeza se inclinó confusa contra su voluntad ¿en serio Jeonghan estaba hablándolo con tanta calma? Se sentó en una silla con las manos entrelazadas en su regazo. Bien. Respiró tranquila y asintió.

—Desde ahora me gustaría que me comunicarás cualquier situación similar relacionada a decisiones importantes en tu vida.— Habló con tanto cariño que parecía jugar. Jeonghan le sonrió. —Aun así no estoy contenta, Jeonghan.

—Lo sé. Papá me quitó su apellido.

—No, no lo ha hecho.— Aclaró cruzándose de brazos. —Mereces los beneficios de la familia Choi, aunque no lleves su apellido. Tu padre y yo hemos discutido largamente acerca de esto. Yo exijo que aunque cambies de apellido conserves lo que es tuyo y... el insiste en que no hará el cambio hasta que yo acepte las condiciones.

—¿condiciones? ¿Qué condiciones?

Sarang no tenía pensado decirle a Jeonghan esa parte, pero la mirada de su hijo estaba tan calmada y decidida que lo reconsideró.

—Si tu apellido cambia no tendrás ningún beneficio de la familia Choi y tampoco una herencia, tendrás que abandonar la casa y romper cualquier contacto con los integrantes de la familia, incluido Seungcheol.

Jeonghan abrió los ojos con sorpresa pero se mantuvo calmado, y Sarang apenas podía contener el burbujeante enojo que le subía por la espalda. Claro que quería cambiar el apellido de su hijo, pero quería los beneficios que ser un Choi implicaba, y quería que tanto Seungcheol como Jeonghan se mantuvieran fuera de cualquier problema relacionado a ello.

Sin embargo, su hijo debía tener un apellido.

—Sé que no tendré los beneficios de los Choi.— Dijo con calma. —Tampoco pensaba vivir en esa casa.— Jeonghan se levantó de su asiento caminando hasta los cajones, y sacó de allí un periódico. Jeonghan se lo ofreció y Sarang pudo ver algunos círculos rojos. —Son departamentos. En cuanto terminen mis clases voy a mudarme junto con un amigo. Pensé decírtelo cuando pudiera verte, que es ahora. Si Kyungsoo y yo no conseguimos trabajo para entonces y no podemos pagar alguno de los departamentos entonces me quedaré en el templo hasta conseguirlo, él se quedará con su manada.— Jeonghan pasó de pagina, mostrando las vacantes de trabajo encerradas con el mismo color rojo. —Son trabajos que podría aprender rápido.

Lo miró por varios segundos ¿Qué demonios estaba haciendo Jeonghan? Jeonghan... Era casi increíble que su hijo pensara en hacer todo esto de la noche a la mañana ¿aunque fue de la noche a la mañana? Miró a Jeonghan, aun recordaba los pequeños berrinches que hacia por razones simples y como una vez pataleó o aventó las cosas porque no quería que su hermano mayor se fuera a trabajar. Este Jeonghan que tenía enfrente se veía seguro de lo que decía, se veía convencido de comprar... no, de alquilar un departamento y buscar trabajo.

Jeonghan no tenía que hacer nada de esto. Apartó el periódico de enfrente.

—No, cuando salgas de aquí regresaras a casa, a tu habitación con tus cosas. Tienes derecho a hacerlo.

Jeonghan le sonrió con calma.

—No quiero ser un Choi, mamá. Y si eso implica que tenga que buscar mi propia vida entonces está bien. Aun si las cosas se ponen mal estoy seguro que puedo superarlo... Lo único que me preocupa es no ver a mi hermano. Quiero verlo, quizás no todos los días, pero quiero hablar con él de vez en cuando y no fingir que jamás existió. Me gustaría hablar con papá sobre eso.

—¡Jeonghan!— Habló con firmeza y su hijo alzó la mirada. —Eres mi hijo, no solo de los Choi, yo puedo pagarte un departamento si quieres, y no tienes que trabajar. Ni si quiera deseo que termines el año escolar. Quiero sacarte de aquí pero no puedo hacerlo hasta que tu padre acepte cambiar tu apellido ahora.

Carraspeó un poco dándose cuenta de que había hablado un poco de más. Claro que quería cambiar el apellido de Jeonghan, pero no era por la simple razón de deshacerse de los Choi, Sarang estaba bien con la idea de que ellos odiaran a Jeonghan y no pudieran hacer nada por apartarlo o atacarlo, pero ahora era distinto, quería todos los beneficios, pero su estúpido esposo no iba a cambiar los documentos hasta que Sarang aceptara sus condiciones, y era un problema porque Sarang quería que el cambio se hiciera cuanto antes para sacar a Jeonghan de esa escuela.

"el joven Jeonghan figura en las listas como Choi Jeonghan, no como Yoon Jeonghan... solo el señor Choi puede tomar esa decisión."

"Eso es absurdo, soy su madre."

"Lo siento, son las reglas."

Sarang pensó en hacerlo por los medios legales, sin embargo su esposo vio una oportunidad para atarla de manos y le aclaró que no cambiaría el apellido hasta despues de que finalizara el año, y despues podrían discutir todo lo que quisieran sobre Jeonghan. Aunque su esposo no sabía la urgencia de Sarang por apartar a su hijo de allí él no dudo en aprovecharse de la situación.

"Pensé que no querías que cambiara su apellido."

"Quiero que lo cambiarlo, pero que mantenga sus beneficios y su herencia."

"Bien, discutiremos eso cuando el año escolar de Jeonghan finalice."

"¡¿Por qué no lo haces ahora?!"

"Si quieres apurar el proceso quita tus condiciones y podremos hablarlo."

Y ese fue un golpe para su orgullo. Los Choi pensaban que podían pasar sobre ella cuanto quisieran. Jeonghan tendría todo lo necesario para vivir y no quedar en la calle aun si no tenía los beneficios, Sarang podía encargarse de ello, pero Jeonghan merecía lo mismo que Seungcheol... Jeonghan era su hijo también.

—Yo quiero hacer esto por mi cuenta.— Jeonghan habló con una sonrisa trayéndola de regreso. —Sé que podrías hacer cualquier cosa, pero quiero hacer esto por mi cuenta. Respecto a sacarme de la escuela... ¿Por qué?

Sarang apretó los labios en una línea recta y suspiró. No se lo dijo a nadie más, porque no estaba del todo segura. Pero pensó que era mejor que Jeonghan lo supiera.

—Seo MinSook. No confió en esa mujer.— Aclaró con calma. —Investigue sus antecedentes, ella parece tener una historia bastante normal, proviene de una familia pura, pero su familia es escandalosa. Tiene varias empresas a su nombre pero...— Torció los labios, por lo general evitaba mostrar cualquier emoción o gesto hacia las personas, pero Jeonghan era su hijo. —Hubo una situación en el extranjero, al parecer era accionista en una empresa grande, MinSook la quería por completo y estuvo en negociaciones que no concretaron en nada. Y de pronto, casi de la nada hubo un accidente que mató a ciento tres personas y hubo casi trecientos heridos. El escandalo y las repercusiones fueron tan grandes que la empresa estuvo en bancarrota despues.

No se esforzó en contar detalles porque Jeonghan no tenía que saberlo, al menos no a profundidad, solo quería que su hijo entendiera su inconformidad con Seo MinSook. Jeonghan de pronto dejó de sonreír y su mirada se volvió seria. Como si no fuera él... o si, solo que había cambiado ¿en serio se podía cambiar tanto en tres años? Jeonghan parecía casi otra persona.

—¿Crees que MinSook estuvo involucrada?

—Creo que la palabra "coincidencia" es absurda para este caso. No me agrada Seo MinSook, y no quiero que estar cerca de ella, tampoco quiero que tú o Seungcheol lo estén.

—No puedo dejar la escuela.— Dijo Jeonghan. —Aun no.

Sarang llevó una mano a su rostro realmente cansada ¿Por qué Jeonghan se estaba esforzando por cambiar sus planes? Lo peor era que no podía molestarse con él, porque estaba confiando en todas sus decisiones. Claro que no era tan fácil como decirle "si" y dejarlo sin supervisión, aun estaría sobre él para cuidarlo, pero... Sarang quería darle la libertad de decidir. Y fue una idea que apareció tan pronto comenzó a hablar con él. Quizás cambiaría de opinión de regreso a casa, pero aun así quería darle esto a Jeonghan.

Quizás estaba emocionada de que su hijo estuviera tan motivado y convencido. Aun así...

Hizo una pregunta que jamás pensó hacerle a Jeonghan.

—¿hay algo que pueda hacer por ti, Jeonghan?

Porque ella no solía preguntar, solía decidir y hacerlo sin cuestionar nada. Solía decidir sobre Jeonghan sin esperar ninguna queja o impedimento. Pero esta vez estaba pidiendo la opinión de un niño ¿en que situación se hacia eso? Quizás en la que el niño se había convertido en un adulto en solo tres años.

Si se equivocaba entonces regresaría por su hijo y lo llevaría con ella, escondiéndolo del mundo como siempre hizo.

Jeonghan asintió.

—Sé que no es normal pedir esto... ¿me darías tu apellido, mamá? No tengo uno y no pienso casarme. — El tono un poco infantil y cariñoso sonó como si estuviera pidiendo algo tan fácil como un dulce, pero aun así Jeonghan alzó la mirada convencido. —¿Cómo un regalo? Se que no es muy maduro de mi parte ¿pero no es normal pedirle un regalo a los padres de vez en cuando?

Sarang exhaló una risa. Definitivamente nunca podría acostumbrarse a Jeonghan. Siempre era sorprendida por él, y estaba bien.

—Yoon Jeonghan. Suena bien.

Jeonghan sonrió hermosamente.

Seo Seungkwan. Jeon Wonwoo. Choi Jeonghan. Xu Minghao... Lee Jihoon.

Lee Jihoon.

¿cuando conoció a alguien como Lee Jihoon?

—Pagaré muy bien por el chico.

El hombre frente a él sonrió de forma asquerosa, pero no dijo nada, sus ojos se entrecerraron mientras que lo veía de pie frente a su escritorio. Este hombre quería a Lee Jihoon, al parecer no pudo tener a Xu Minghao, y aunque le prometieron que lo tendría ese año despues de los planes de Park se esforzó en llegar hasta ella. Y MinSook no tenía tiempo para este hombre. Entrecerró los ojos y suspiró.

—Lee Jihoon no está a la venta.— Aclaró. —Fuera de mi vista.

Sus feromonas salieron disparadas de un momento a otro, sin que ella lo ordenara, pero el hombre frunció el ceño y casi huyó de allí soltando palabras malsonantes en voz baja. No le importó, regresó su vista a los documentos sobre su escritorio.

Si ella no podía tocar a Lee Jihoon ¿Qué lo haría pensar que él sí? Apostaba que ese hombre se metería en serios problemas si insistía. Quizás estaría muerto para cuando finalizara la semana. Pero no le importaba. De cualquier forma el pago por Xu Minghao estaba hecho.

"Tuvimos suerte de que no se molestara el año pasado. Solo... estaba emocionado."

"No existe la suerte." Fue lo único que le dijo a Park.

Alguien tocó la puerta y lo dejó pasar. El pequeño omega que entró se encogió en hombros pero alzó la mirada, no tenía expresión alguna.

—Señora Minsook...— Habló el omega. —¿tiene tiempo?

—Pasa.— Ordenó. —No me vuelvas a hacer perder el tiempo como la vez pasada.

El omega asintió.

—Al parecer planean reunir a los omegas en distintos lugares, no sé que están tramando pero...

—Si no lo sabes entonces no molestes.

El omega apretó los labios.

—Seungkwan volvió a escaparse al templo.

Nada nuevo. Miró con desinterés al omega. No estaba sirviendo de nada, al principio lo hizo, pero ahora era una molestia. Sabía que no iba a durar mucho tiempo.

—Ya no me interesa lo que tengas que decir, Yu Seokhwa.— No podía decir solo "Yu" porque le recordaba a las inútiles madres de HyeJin, y decirle solo "Seokhwa" era absurdo. —Vete y no vuelvas a mi oficina.

Seokhwa abrió la boca como si quisiera decir algo pero despues volvió a aquel rostro inexpresivo. Miró el calendario, la fecha para el omega se estaba acercando. Primero él, el siguiente mes, despues Seungkwan y en el tercer mes...

Escuchó la puerta cerrarse.

El omega dejó una sutil fragancia a limón pero a Minsook ya no le provocó ningún interés, no desde que encontró más llamativo a Jeon Wonwoo, un omega que no respondía a –la voz- de un alfa y que era tan resistente como uno.

"Si yo no sirvo como omega es porque tú jamás serviste como alfa. Y es lo único que tengo de ti. Tu jodido defecto."

"No he podido hacerle los estudios a Seo Seungkwan, pero estoy casi seguro que tiene el mismo rechazo a los supresores que tú... eso significa..."

"Sé que significa. Trabaja rápido."

"No es tan fácil como piensas."

"Trabaja rápido."

Jeon Wonwoo tenía que servir. Y si no lo hacía entonces no le importaba marcarlo como su omega, aunque ¿Jeon rechazaría su marca? Si Park no fuera tan inútil tendría la respuesta. Y si Jeon Wonwoo no servía de ninguna forma y tenía que conformarse con Yu Seokhwa y los inútiles de sus hijos...

Si Seungkwan se encontraba con un alfa entonces tenía una oportunidad.

Si Hyejin no hubiera muerto sería más fácil. O quizás no. Sería un dolor de cabeza.

"Seungkwan tiene un omega fuerte, contrario a lo que crees. No solo puede rechazar los supresores, también rechazaría cualquier feromona que quisiera entrar en él de una forma tan agresiva. Seungkwan es... es como tú. Su omega mataría cualquier cosa que entrara a su cuerpo. Y si no puede matarlo entonces morirá. Así son las cosas. Es por eso que no servirá forzarlo a emparejarse con un alfa."

Seungkwan no servía de nada.

"Si yo no sirvo como omega es porque tú..."

Lanzó las cosas de su escritorio al suelo, escuchando todo romperse.


...

Seungkwan se me escondió todo el capítulo. Ahhhh ya casi se acabaaa, entre mas lo pienso más corto se me hace.

...

O-Me-Ga (tercer año)

—Así que Jeonghan fue con su antiguo amor Jisoo para despedirse de él, y regresó para decirle a Jihoon segundo que ya no iba a ser el otro, tambien le dijo a su hermano que no se iba a mudar con ellos y que los dejaba. Y se fue.

Pait sonrió emocionado mientras aplaudía ¿no le dolía aplaudir? Quizás no, estaba tan emocionado por la historia que solo se puso aplaudir feliz de que Jeonghan recogiera su orgullo del suelo y se fuera.

—¡Eso es lo que tiene que hacer!— Casi gritó. —¿Quién se conforma con ser el otro? ¡Tiene que tener dignidad, si Jihoon segundo quiere a Jeonghan ¡Que lo demuestre!

—¡Pero Jihoon segundo tiene miedo!

Ji-ah mostró una cara triste mientras apretaba los labios e inflaba un poco las mejillas. Parecía demasiado empático con alguien que cobardemente solo esperaba que las cosas pasaran ¡El amor no debía ser así! Tenía que ser correspondido y responsable, tenían que dar y recibir sin deberle nada otros. Pero Ji-ah seguía pareciendo triste y decepcionado.

—El amor no es tan simple, y para amar a otros necesitas amor propio, creo que Jeonghan hizo lo correcto.

—¡Pero si lo piensas bien Jeonghan no está pensando en Jihoon segundo! Es una situación complicada, necesitó hablarlo primero de frente y tener una charla. Ahora Jihoon segundo lo evita como si fuera radioactivo.

—¡Porque es un cobarde! Que le diga a Jeonghan de frente si lo quiere o no ¡Sin rodeos!

—Eres tan cruel. Seokwon estaría de mi lado.

—Seokwon habría llorado desde la historia de Seungkwan. "ay, pero Dino se merece más a seungkwan."

Ji-ah soltó una pequeña risa.

—"Chan se esforzó más." "Ay, pero Chan cambió por él."

—Si, sería su favorito, a él le gustan esas cosas de cambiar por el verdadero amor o algo así.

Tanto él como Ji-ah soltaron un par de carcajadas.

—¿podrían no hablar de esto mientras estamos aquí?— Preguntó Seungkwan con las mejillas rojas vendando el pie de Pait. —Es un poco... vergonzoso.

—Es gracioso.— Dijo Kyungsoo riéndose desde su esquina. —Me gustó la historia de Wonwoo.

—¿soy tu favorito, Cha?... Pero en serio, cállense ahora porque es vergonzoso.

—¡Pait, aun te tengo que contar la historia del prefecto Seokmin! ¡Jeon también me la contó!

Soltó una larga risa hasta que le dolió el estómago.



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