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Capítulo 14. El omega (des)amado (pt.2)

Había una palabra en lo alto del pizarrón, estaba escrita con la caligrafía de Park y lo demás estaba vacío, no era nada especial, tampoco era difícil de entender pero la sola palabra estaba dando vueltas en la cabeza de Seungkwan. "Futuro" ¿futuro qué? Park balanceó su pierna colgando del escritorio aun con un par de hojas en las manos y acomodándose los lentes, no dijo nada en todo ese rato, aproximadamente cinco minutos de silencio. Cinco eternos minutos de silencio.

Park respiró profundo levantándose y comenzando a caminar.

—¿Nadie va a preguntar?— Preguntó Park, Wonwoo alzó la mano. —Jeon.

—¿ya nos podemos ir?

Park rodó los ojos restándole importancia a Wonwoo, al parecer se había rendido de castigarlo o gritarle. Aunque con las nuevas reglas de la escuela Pledis ¿no podría golpearlo? Seungkwan no quería que golpearan a Wonwoo, de hecho dudaba que pudieran, pero la duda estaba allí, Park ni siquiera pareció interesado en ese momento, y continuó su camino dentro del aula.

—Están a punto de graduarse... si tienen suerte. Así que es un buen momento para pensar en su futuro. No es únicamente lo que quieren o lo que planean, es ser consciente de lo que tendrán una vez salgan aquí. Ya sea responsabilidades o sueños, consecuencias... Metas. Todo. No quiero un proyecto de vida. Tampoco les daré una charla motivacional.

—Eso se nota.— murmuró Jeonghan y solo Seungkwan pudo escucharlo.

—Si saben aprovechar las oportunidades tomaran esta hora para reflexionar.

Y dicho eso Park salió del aula. ¿Qué demonios? Seungkwan inclinó la cabeza ¿Qué quería decir? Los alumnos se miraron entre si por algunos segundos sin saber que hacer ¿se iban? ¿se quedaban? ¿se escondían? Park solo había salido de la nada, y aun sus pasos pudieron escucharse fuera del lugar desapareciendo por el pasillo.

El único que se puso de pie despues de eso fue Kyungsoo. Tomó sus cosas bajo la mirada de todos y caminó hasta la puerta sin decir nada. Hasta que se detuvo, suspiró y giró hacia todos manteniendo un rostro frio.

—No va a volver hoy.— Aclaró Kyungsoo. —No lo busquen.

Y dicho esto el chico salió.

Dos segundos y Seungkwan casi salió disparado de su asiento al igual que sus otros cuatro amigos, no le importó si los demás se quedaron allí a esperar, ellos solo fueran detrás del omega siguiéndolo apresuradamente hasta alcanzarlo. Lo rodearon en cuestión de segundos y Kyungsoo ni siquiera los miró, continuó su camino como si no importara.

—Deja de ser el señorito misterio y explícanos.— Pidió Wonwoo.

—Park hizo esto el año pasado.— Explicó Kyungsoo sin detenerse, girando en un pasillo. —Quería ver cuales alumnos se quedaban, cuales se iban y cuales eran lo suficientemente idiotas como para ir a buscarlo y preguntarle directamente que quería decir.

—Y tú fuiste el suficientemente idiota.— Dijo Jeonghan casi arrastrando a Woozi. —¿Por qué?

—Park escoge alumnos.— Kyungsoo giró sobre sus talones para encararlos. —Las habitaciones de descanso están cerradas. Vamos a la habitación más cercana.

—La mía.— Habló Seungkwan comenzando a caminar.

—No estoy seguro pero tengo una leve sospecha de que Park tiene hijos.

—Tiene un hijo.— Dijo Minghao.

—No esa clase de hijos. Escoge a sus omegas por separado, no por la escuela.

—¿y como lo sabes?— Preguntó Woozi sin animo alguno. Kyungsoo lo miró.

—Me escogió a mí el año pasado.

—Si, no te ves gestando.— Seungkwan giró mirando a Woozi para darle una advertencia, si seguía siendo insufrible para el pobre de Kyungsoo le inyectaría los supresores en su próximo celo. —Tienes una manada que te protege, debe haber una razón por la que sigas aquí.

Y esta vez fue Jeonghan quien consiguió que Woozi se callara, le dio un ligero golpe en las costillas que llamó la atención de todos. Seungkwan suspiró comenzando a caminar de nuevo, si querían llegar rápido a su habitación entonces debían darse prisa, estaban cerca, un par de pasillos más y solo unas escaleras y estarían allí.

Subió las escaleras sin escuchar la discusión y cruzó un par de pasillos antes de llegar.

Había un aroma que estaba martillando en su cabeza, algo levemente molesto pero que no llegaba a concretarse, quizás un presentimiento o algo al fondo de su mente que le ordenaba no detenerse bajo ninguna circunstancia hasta llegar a su habitación, y no debía tener sentido. Sin embargo, cuando llegó, su garganta se apretó de un segundo a otro mientras que sus ojos se abrieron grandes al igual que su boca, ni siquiera le importó que alguno de los chicos golpeara su espalda por accidente al chocar. Sus piernas dejaron de moverse de un segundo a otro.

—¿Qué hacen?— Consiguió preguntar, aunque su voz fue casi un susurro.

Al menos tres uniformados estaban sacando sus cosas de su habitación, una a una lanzándolas sin importancia al pasillo, desde las sabanas hasta su maleta, su ropa, sus lápices, sus cuadernos, zapatos... Sus fotografías... Byul.

De pronto su cuerpo se movió y pudo alcanzar a Byul antes de que la lanzaran entre las cosas, la arrebató de los brazos del hombre y lo golpeó con el codo antes de alejarse, revelándose entre los objetos regados en el suelo. No cayó al suelo, dio la vuelta casi brincando sobre un pie y se alejó en cuestión de segundos aun abrazando a Byul. Y cuando se dio cuenta de lo que había pisado era tarde, había vidrios en el suelo gracias al marco de su foto familiar.

—¿no pueden dejar de joder ni un momento?— Wonwoo se había metido solo para detener el golpe de otro uniformado.

—Wonwoo, apártate.— Kyungsoo tomó a Wonwoo arrastrándolo hacia atrás, apartando las cosas en el suelo. —No estábamos rompiendo ninguna regla, nuestro profesor nos permitió salir.

Ninguno de los uniformados respondió, continuaron sacando cosas ignorando las de su compañero, las aventaban con indiferencia hasta casi dejar solo su parte del cuarto, mientras que Minghao y Kyungsoo apartaban a Wonwoo y Jeonghan se ponía a discutir con uno de los uniformados intentando recoger las cosas. Quizás Woozi le dijo algo, no lo escuchó, pero los aromas eran confusos y abrumadores. No había más que indiferencia de parte de los hombres, y molestia.

El aroma a pomelo de Hyejin aún continuaba entre el cabello y el vestido de Byul, pero dentro de poco desaparecería si seguían manchándola con sus feromonas. Dio varios pasos atrás intentando aclarar su cabeza.

Seungkwan suspiró con fuerza tomando las pocas cosas que le importaban; Byul, las fotografías de su padre y Hyejin, las de sus amigos, y ya, no se preocupó por su ropa o sus demás objetos, tan solo tomó lo que podía con sus manos y se fue de allí. No tenía cabeza para lidiar con eso, o no quería hacerlo, ni siquiera le importó que los chicos llamaran su nombre o intentaran detenerlo, o que los uniformados continuaran lanzando cosas y volteándolas de cabeza, solo quería irse.

Necesitaba respirar.



—¡No puedes entrar al templo como si nada y dejar tus cosas aquí! ¡no te estas hospedando ni le has pedido permiso al mayor!— Gritó Melody a sus espaldas mientras que Seungkwan caminaba con sus cosas en la mano. —¡Esto es una falta de respeto y...!

—¡Melody, cállate!— Gritó sin ocultar su enojo. Y quizás no debió hacerlo porque el sentimiento de culpa estaba allí, Melody no tenía nada que ver con sus problemas. —¡Si tanto odias que busque ayuda en el templo no seas una Menor!

Melody mantuvo la boca callada, sus mejillas rojas al igual que el resto de su cara y un constante ceño fruncido. Ella lo odiaba, su aroma a madera podrida dejándole en claro ese sentimiento, y Seungkwan estaba cansado. Podían odiarlo todo lo que quisieran, pero no podían atacar las cosas que él amaba; amaba el templo, amaba a Byul y los recuerdos enmarcados, amaba ayudar y otras cosas que nadie respetaba.

Quería ser amable. Pero como detestaba ser amable con aquellos que lo odiaban.

—¡Seungkwan!— Minghao lo tomó del brazo apartándolo de Melody, y entró en una de las habitaciones. Jun alzó la cabeza y casi saltó hasta ellos. —¿Cómo saliste tan rápido de la escuela?

—¡Estaban lanzando mis cosas por culpa de esa mujer!— Gritó Seungkwan olvidándose de la pregunta de Minghao. —¡¿Qué otra razón tendrían?! ¡Ella no me ha dejado en paz!

—Seungkwan...— Woozi llegó despues junto a todos los demás. —Estaban cambiando todo en tu habitación.

Claro, estaba seguro de que era ella ¿Quién más podría estar interesado en lanzar sus cosas como si fueran nada? Esa mujer lo odiaba, o no, esa mujer podría odiar tanto al mundo que ser odiado por ella no era especial, tan incapaz de sentir algo bueno por alguien que no dudaba que no tuvieron el más mínimo respeto por los fallecidos. Abrazó con fuerza a Byul, y los cristales rotos del marco de su familia cortaron su brazo haciendo un dolor agudo.

—Seungkwan.— La voz del mayor los hizo girar, él estaba allí, justo en la puerta mientras que sus lados estaban Vernon y Melody. —Dale las cosas a Vernon, él les dará un lugar en una de las habitaciones. Y los demás sigan a Melody, al parecer hay un profesor en la puerta del templo que no está feliz de que ustedes hayan salido sin permiso... Seungkwan, ven conmigo.

La voz del Mayor fue tan tranquila que todos asintieron, pero aun así no había ningún aroma a su alrededor, ni siquiera el del templo. Vernon se acercó hasta él quitándole las cosas de los brazos, su aroma esparciéndose en ese segundo para que Seungkwan lo recibiera. Soltó casi todo, manteniendo a Byul aun con él, y se negó a soltarla.

Vernon no dijo nada. Y tampoco Seungkwan.



—¿hay algo de lo que quieras hablar?

La pregunta del Mayor fue suave, tanto como sus pasos sobre la madera del templo y su aroma inexistente. Seungkwan no respondió, continuó caminando a su lado intentando buscar algo en él que le diera una respuesta. Joshua no tenía un aroma propio, no tenía algo característico en él, las pocas veces en las que Joshua había salido del templo su ropa había estado impregnada con el aroma de este, pero nunca el de Joshua. No supo descifrar si era incómodo.

Sostenía a Byul entre sus brazo, su mirada enfocada en un punto muerto mientras que su cabeza comenzaba a divagar, pensaba en sus fotos familiares, en su habitación, en Vernon y Chan, en sus amigos, en los demás alumnos de la escuela, en los profesores y uniformados. Pensaba en esa mujer. Pensaba en su madre, en su padre y sus dos hermanas. En Wonwoo, Minghao, Jeonghan y Woozi. En el Mayor. En todo lo que pudiera pensar porque ciertamente no quería pensar en si mismo y lo que sentía.

No quería pensar en los aromas.

—Melody me odia.— Dijo sin ver a un punto fijo. Escuchó el asentimiento de Joshua. —Los alumnos de tercer año me odian. Los de primero y segundo me tienen miedo. Le desagrado a mi compañero de cuarto y esa mujer que acosa a mi familia me odia.

—¿estás preocupado por eso?

—Sé que no puedo agradarle a todos, pero... No puedo evitar oler su rechazo, podría no verlo, pero no puedo evitar descifrar las feromonas.— Respiró profundo apretando los labios. —Cada vez me siento peor respecto a las feromonas, me lastiman, me alteran y es casi imposible protegerme. HyeJin me enseñó a defenderme, pero no quiero atacar a nadie, no quiero que ellos se sientan como yo lo hago, solo quiero que me dejen en paz.

—No tienes que lastimarlos si no quieres, Seungkwan.

—¿entonces qué hago con las feromonas? Puedo alejarlos, sé que puedo, pero el sentimiento es horrible, no quiero hacerlos sentir así. No por ellos... Es solo que no soy así.

—No necesitas ser un espejo para defenderte.— Joshua se detuvo frente a una ventana. La cálida luz de la tarde hacia brillar su cabello castaño al igual que sus ojos. —Cuando le respondiste a Melody pude percibir tu culpa. Está claro que no quieres lastimar a nadie, pero fue una manera en la que Melody se mantuvo callada. Sin embargo no es la única.— Joshua lo miró. —A Jun tampoco le agrada Melody, ¿has visto cómo responde ante ella?

Asintió recordando el encuentro de esa mañana. En Jun no había un rechazo hacia Melody. Bien, si lo había, algo levemente molesto pero que no llegaba a lastimar a nadie, y podía relacionarlo con el hecho de que jun era un beta, pero su aroma se mantuvo firme y serio ante ella. No quería lastimarla, pero tampoco dejaba que ella lo lastimase.

—Se mantiene firme.— Asintió. —Como si la mantuviera lejos.

—Es una forma más primitiva del "no, gracias"— Joshua sonrió. —No tienes que atacar a nadie, solo deja claro que no vas a dejar que ellos lo hagan. Pueden odiarte, no puedes elegir eso, pero puedes decidir cómo reaccionar.

"No puedes elegir sobre los demás." "No puedes saber lo que piensa la luna" Parpadeó un par de veces mirando al cielo a través de la ventana.

—El año pasado lastime a HyeJin. Y despues me di cuenta que no era lo que yo debía hacer. Es más fácil lidiar con las personas que odias... yo no odio a los demás alumnos, ni siquiera odio lo suficiente a Melody... Sin mencionar que en realidad no me están atacando, ellos solo me odian.

—No necesitas odiarlos, Seungkwan.

Asintió cerrando los ojos, respirando el aroma a templo y nada más, sintiéndose rodeado por él ya que Joshua carecía de un aroma propio. Se preguntaba porque, si incluso Jeongkwan que era una bebé tenía una, en cuanto Wonwoo la tuvo en brazos ella tomó su aroma, un aroma a bosque y tierra húmeda, y si hasta un bebé podía tener un aroma ¿Por qué Joshua no? Miró al Mayor por varios segundos antes de decidir dejar el tema.

—Mayor ¿recuerda su nombre?

Joshua pareció sorprendido por un segundo, solo un segundo donde sus ojos se abrieron y volvieron a la normalidad. Despues una sonrisa amable.

—Solo Joshua. Sin nombre o aroma.

Seungkwan no supo que decir.

Se quedó en el templo mientras que los demás chicos volvían a clases, el mayor le dijo que le daría una nota despues para justificar sus faltas, por lo que podía mantenerse tranquilo y relajarse hasta que llegara el atardecer. Y Seungkwan lo tomó, quería despejar su cabeza antes de volver y tener que enfrentarse con lo que sea que estuviera pasando. Así que, mientras respiraba el aire fresco de la tarde algo llamó su atención.

—¿Kyungsoo?

El omega levantó su mano para saludar, estaba a un par de pasos detrás suyo, cerca de una de las esquinas del templo. ¿Qué hacia Kyungsoo allí? ¿los había seguido?

—Pensé que querrías estar solo pero quería comprobar como estabas.

Oh... Parpadeó algunas veces mirando a Kyungsoo, como que nunca imaginó que él fuera a preocuparse por alguna otra persona, el chico parecía distante y alejado, siempre ensimismado con sus propios asuntos y poco interesado por el de los demás. Aunque Kyungsoo se había metido para detener a Wonwoo, y había ayudado a Jeonghan. Simplemente no pensó que Kyungsoo fuera a preocuparse por él. Le sonrió.

—Estoy bien.

Kyungsoo se acercó.

—Jeonghan dijo que eras amable en más de un sentido.

Se rio un poco sintiendo algo de ternura por el omega, la forma en la que hablaba era casi extraña, diferente, no hacia preguntas pero tampoco ocultaba lo que quería decir.

—¿dijo eso? ¿Cómo es ser amable en otros sentidos?

—Amable, como amado. También le dije que era absurdo. — Kyungsoo se colocó a su lado, sin mirar, y su aroma manzanilla fue ligero como una fragancia. —No te agrado pero eres amable conmigo.

—¿Por qué sería desagradable? El que no me agrades no significa que vaya a tratarte mal... No me desagradas.

—Jihoon me odia.

Seungkwan abrió la boca para responder pero la cerró de inmediato. Si, Woozi lo odiaba, lo trataba mal y decía cosas un poco hirientes, y quizás no debían de dejar que lo hiciera, Wonwoo y Jeonghan lo detenían constantemente pero en cuanto ellos dos se iban Woozi volvería a tratar a Kyungsoo con desagrado. Y a Minghao no le importaba lo suficiente como para interferir, Seungkwan tampoco lo hacía porque... porque de cualquier modo Woozi no necesitaba una niñera.

Y ahora se sentía culpable por no detener a Woozi.

—Te pareces un poco a él. A veces. Quizás por eso no se agraden.

—Nunca he dicho que Jihoon me desagrada. No lo hace, me desagrada su trato, él me parece interesante, como tú y los demás. — Hubo un pequeño silencio. —Jeonghan me dijo que si quería saber de ti que te preguntara.

Sonrió casi con ternura ante el omega, Kyungsoo tenía un aroma a manzanilla, era amable y suave y podía controlar en cierta medida sus feromonas, pero al final de todo, en un punto escondido había algo desagradable que intimidaba un poco, no era que Kyungsoo fuera malo o fuera a lastimar, sino que era una advertencia, algo para mantenerlos alejados. Así como Seokmin tenía un punto amable y adorable en su aroma Kyungsoo también tenía uno, y Jun igual, quizás una marca de la manada de cada uno, pero la de Jun era casi adictiva, atractiva para los demás.

Las manadas eran un poco sorprendentes, pero el templo y la luna eran mejor, los menores solían decir que las manadas solo eran agrupaciones de personas a las que no les interesaba saber nada respecto a la luna y Seungkwan había creído eso por muchos años, ahora resultaba interesante, un poco, lo suficiente como para hacerlo girar y ver.

—Me encantaría hablar contigo despues.— Le sonrió con calma y Kyungsoo pareció entender el "despues" Despidiéndose tranquilo. —Kyungoo...— Lo llamó antes de que se fuera. —¿Por qué tu repentino interés?

—Siempre tuve interés. Pero no tenía ninguna forma para acercarme.



—¡Deja de llorar!— Casi le gritó Chan mientras le limpiaba el rostro. —¡Dijiste que no importaba!

—¡Cállate, Claro que importa!— Se quejó negándose a parar alguna de sus lágrimas, si iba a tener dos novios que fueran buenos novios y aguantaran sus lloriqueos. —¡Lanzaron mis cosas como basura! ¡Quería golpearlos a todos!

Vernon apretó los labios como si quisiera reírse y le ofreció un pañuelo, lo tomó y se limpió el rostro lanzándolo con todos los demás pañuelos que había descartado. Claro que le importaba, estaba muy molesto y triste con todo ¡Su día estaba siendo una mierda y Chan esperaba que no llorara por eso! Primero Melody lo trató mal, despues lo golpearon a propósito, pero antes Seokhwa fue desagradable y los alumnos menores le tenían miedo aun cuando intentaba ayudar ¡Claro que no era el mejor día de su vida! Seungkwan se reservaba el derecho de llorar cuanto quisiera.

—Pero estás bien y tus cosas están aquí, así que deja de llorar.— Habló Chan limpiándole el rostro. —¿Por qué tus amigos dejaron que te golpearan?

—Woozi los amenazó...Y Wonwoo casi golpeó al uniformado... Si me defendieron.

—Y también Minghao quiso regañar a Melody.— Asintió Vernon guardando el paquete a un lado suyo. —Solo que Melody es un poco más agresiva que hombres uniformados y alumnos de escuela.

—Es un demonio.— Balbuceó Seungkwan por fin dejando de escurrir por todos lados. —Ella me odia porque aparte a dos menores del templo.

—Iba a terminar pasando.— Vernon se encogió en hombros. —No te sientas mal por eso, nuestra decisión fue solo nuestra ¿cierto, Channie?

Seungkwan había estado haciendo un puchero que se deshizo al escuchar el nombre de Chan salir de los labios de Vernon, él no lo había mencionado antes y solo se limitaba a llamarlo con apodos cariñosos que enrojecían a Chan, y todo había estado bien. Así que, el que Vernon decidiera llamarlo Chan de la nada, en un día cualquiera y sin ningún aviso... ¿no era lo que Vernon solía hacer? Tomarlos por sorpresa buscando la forma menos inesperada para hacer lo esperado.

No supo cuál de los dos se lanzó primero, si él o Chan, pero golpearon sus cabezas accidentalmente al tratar de abrazar a Vernon, y este último soltó una carcajada recibiendo primero el beso de Chan mientras que Seungkwan quedaba casi abajo por inercia.

—¡¿ahora quien es el que aparta a un Menor de su camino?!— Se quejó levantándose casi entre ellos. —¡Melody te admira tanto y haces lo mismo que yo!

Vernon lo besó con cariño mientras Chan era ahora el que quedaba un poco abajo, los tres amontonándose mientras que parecían querer discutir, pero decidió no darle el derecho a Chan de quejarse y le cubrió la boca casi lanzándose en cima, rodando en el suelo mientras que Vernon se burlaba estando a salvo. ¡Pensó que Chan dejaría de ser tan irritante cuando fueran una pareja pero no! ¡Chan le daba la vuelta y le ganaba de un segundo a otro burlándose de él!

—Si vas a atacar a alguien asegúrate de que puedas ganar,

—¡Te puedo ganar! ¡Solo te crees invencible desde que te enteraste que eras un alfa! ¡Pero Vernon podría ganarte!

—No podría, solo aparenta que podría.

—Podría intentarlo.— Dijo Vernon sin un verdadero interés. —Pero prefiero verlos rodar en el suelo.

Seungkwan hizo un puchero teniendo una paz momentánea con Chan. Recordaba las pocas veces donde los vio juntos o en situaciones extrañas, no había podido tocar el tema pero claro que quería hacerlo, quería hablar de su relación, no como menores, sino como ¿una pareja? ¿Cómo solían ser cuando solo estaban ellos dos? ¿Por qué solían ocultarse de Seungkwan y que pasaba en aquellos momentos en los que parecían haber discutido? Quería saberlo. No con la intención de invadir su privacidad, sino para saber cómo funcionaban.

Un pensamiento cruzó por su cabeza.

—No me entrometí entre ustedes ¿cierto?

Tanto la mirada de Chan como la de Vernon lo encontraron sorprendidos, ambos con sus aromas rodeando la habitación mientras que Seungkwan los miraba de vuelta sentándose con las piernas extendidas.

—No, antes de ti apenas teníamos contacto. Llegaste tan pronto al templo que siempre estuviste allí.— Respondió Chan.

—Escogí a Chan para venir a este templo pero en realidad yo no le agradaba.— Dijo Vernon con calma. —A Chan no le agradaba nadie en especial. Ya sabes como era.

Seungkwan sonrió ante la mueca de Chan. Entonces todo había pasado al mismo tiempo, nadie se entrometió en realidad, era un alivio. Suspiró con calma dejando caer su cabeza sobre el hombro de Vernon, respirando el aroma en esa habitación. Había estado tan abrumado por las feromonas de los otros que olvidaba lo bien que se sentía respirar las de Vernon y Chan, tan calmado y pacifico que podría dormirse allí mismo.

—Hey, no te duermas, tienes que regresar a clases.— Dijo Chan, pero Vernon se recostó sobre el sillón llevándose a Seungkwan con él, abrazándolo. —Van a regañarte si no vuelves, Seungkwan.

—Ven, amor.— Vernon extendió un brazo. —No importa si Seungkwan llega tarde un par de horas.

—Si importa, si no vuelve...

Seungkwan extendió el brazo alcanzando a Chan y casi lo tiró encima suyo. No importaba, Chan no era muy pesado de todos modos y el aroma que emanaba de él siempre era agradable, lo hacía sentir cálido y querido, como en casa. Una nueva casa en la que podía acurrucarse con su pareja... sus parejas, despues de un mal día y sentir que todo estaba bien, limpiar un poco sus pulmones de todas las feromonas que entraron y rompieron algo en su interior.

Cuando Chan por fin cedió algo dentro de su pecho se acomodó aliviando ese sentimiento aprensivo, pudo respirar en medio de sus feromonas. Lo amaba.

—¿Qué haremos cuando termine todo esto de la escuela Pledis?

—Conseguir una casa y ser una familia.

Tanto Seungkwan como Chan abrieron los ojos sorprendidos y se alzaron para mirar a Vernon, el beta no les dio atención, se mantuvo con los ojos cerrados y la respiración tranquila. ¿no era muy pronto como para decidir eso? Era... quizás Seungkwan si lo deseaba, aun deseaba tener una casa y una linda familia, y aunque no fuera con solo un alfa y no fuera la típica historia de amor... era lo que su corazón estaba pidiendo.

—¿familia con cachorros?

—Si es lo que quieren...

—Es muy pronto para pensar en cachorros.— Se quejó Chan. —Necesitamos antes una casa, y por lo menos tres habitaciones, quiero un estudio propio y si tenemos un cachorro necesitará su propia habitación. Y otra habitación para educarlo en casa, no escuelas. No confió en el sistema educativo.

—¿en serio estamos hablando de esto?

—Cuatro habitaciones suena a una casa grande, me gusta la idea de un jardín.— Habló Vernon ignorando la pregunta de Seungkwan. —Quiero una mascota. Como una tortuga o algo así.

—No creo que una tortuga se lleve bien con un cachorro... ¿deberíamos tener dos? Los niños suelen tener hermanos.

—Aja ¿y de donde los vamos a sacar? Dejen de hablar así.

—Vas a parirlos.— Respondieron tanto Chan como Vernon al unísono. —Bueno, si quieres, siempre podemos adoptar.

Seungkwan se sonrojó ocultando su rostro. ¿en serio estaban hablando de eso? ¡Ni siquiera habían tenido una cita formal! Seungkwan tenía algunas cosas que enseñarle a esos dos sobre relaciones amorosas.

—Seo Seungkwan, alguien quiere verte.

El anuncio del uniformado fue desagradable desde que pronunció aquel apellido. Seo. Seungkwan no era Seo, era Boo, como su padre. Aun así se puso de pie dentro de su habitación y miró como la puerta se abría un poco más para dejar pasar a su visita, el aroma ya le había dado una pista, pero quería estar seguro al verla. Y cuando ella entró una sonrisa cálida apareció en su rostro y casi se lanzó para abrazarla.

Sojeong no solía visitarlo porque era peligroso para ella, pero en ese momento Seungkwan se sentía un poco necesitado de cualquier afecto, había regresado a su habitación solo para encontrarse que su lado estaba casi vacío y se habían desecho de todos sus artículos personales sustituyéndolos por nuevos, nuevos que estaban plagados del aroma de MinSook, como si ella estuviera marcando territorio.

—Hola, Kwannie.— Saludó su hermana con la voz débil, su aroma era preocupado y triste, casi apagado. —Tenemos que hablar.

SoJeong lo tomó de los hombros obligándolo a sentarse y le sonrió, pero ella no estaba feliz, y su sonrisa era más melancólica que amable, su aroma teniendo un punto agrió en el fondo, un punto que le incomodaba a Seungkwan pero que estaba convencido de que no era para él o gracias a él. Sojeong era su hermana, ella lo amaba y Seungkwan la amaba a ella, sin importar si eran hermanos de sangre o no, ellos simplemente se criaron con tanto amor de familia como de hermanos.

—Sojeong, no me des malas noticias, he tenido un día horrible.— "bromeó" lanzando una risa insegura. Desde que había vuelto del templo no había pasado nada nuevo, los mismos aromas desagradables y la misma preocupación de sus chicos. —Y si vas a dármelas al menos que sea con un regalo, como papá lo hacia.

Sojeong apenas pudo sonreír. Ella lo tomó de las manos sentándose en la cama y Seungkwan sintió el mismo miedo y tristeza que su hermana, ni siquiera necesitaba el aroma, el simple hecho de ver su rostro era suficiente como para pensar que todo estaba mal. Aun así intentó mantener su sonrisa.

Sojeong suspiró por fin, soltando a Seungkwan para llevarse las manos al rostro como si estuviera realmente estresada.

—Voy a mudarme de ciudad.— Soltó Sojeong de golpe, y antes de que Seungkwan pudiera decir algo al respecto ella continuó; —Perdí mi trabajo, me están echando del edificio donde vivo y no tengo amigos con los que pueda quedarme, he estado viviendo de lo poco que me dieron por despedirme... No puedo mantenerme sola y la única agencia donde me dieron el trabajo está en otra ciudad. Conseguí un pequeño apartamento y... No puedo hacer más... no sé cuando volveré.

Su mente se quedó en blanco por varios segundos ¿Qué mierda? ¿Por qué este día estaba siendo una completa mierda? De hecho, le importaba poco todo lo que pasó antes, no le importaba ahora, su día pudo haber sido el más perfecto y haberse arruinado con solo ver a su hermana al borde del llanto ¿Por qué mierda estaba pasando de repente? Extendió sus brazos para atraparla en un abrazo, para consolarla, pero...

¿Por qué ella olía como si no lo quisiera cerca? Ella era una beta, pero debido al olfato de Seungkwan podía darse cuenta de ese rechazo en su aroma, algo que lo hizo retroceder al instante, algo que lo hizo levantarse de la cama y dar varios pasos hacia atrás. Llevó una mano a su pecho intentando comprender, y despues abrió la ventana de golpe pensando que eso sería mejor para ella.

—Fue esa mujer...— Murmuró dándose la vuelta. —¿Verdad? Fue esa mujer...

Sojeong asintió.

—Se llevó a mamá y a JinSeol...— Seungkwan cerró los ojos conteniendo el mareo. —Entró a la casa como si fuera suya y ella solo se las llevó. Y me dejó en claro que yo no soy parte de su familia. Que no soy hija de mamá y tampoco soy hermana de sus hijos...

—¡Pero si eres mi hermana! ¡Y eres hija de mamá sin importar lo que esa mujer diga!

—Soy una beta, Seungkwan, no puedo ser hija de mamá porque ella es una omega con un linaje puro, ninguno de sus hijos puede ser un beta.— SoJeong suspiró poniéndose de pie, ella estaba temblando. Su hermana siempre se había enorgullecido de ser una beta. Siempre peleaba por ellos ¿entonces porque ahora se veía abatida? ¿Qué le había hecho MinSook a su hermana? —MinSook... MinSook destrozó nuestra casa, la casa de papá ¡No puedo ayudarlos porque no sé como demonios hacerlo! Mis jodidos ahorros ni siquiera me ayudan a mi lo suficiente, es inútil...

—¡¿Por qué no me dijiste antes?! ¡Pude haber ayudado!

—¡No, no puedes! ¡No puedes hacer nada contra esa mujer porque te lastimaría! ¡Y lastimaría a mamá y a JinSeol!— SoJeong respiró profundo limpiándose el rostro seco. Ella dio un pequeño pisotón y apartó su mirada. Sus mejillas y ojos estaban de un color casi fuego. —Vine a despedirme, no quiero que hagas más contra esa mujer, solo... solo mantente a salvo de ella, si no puedo ayudar a mamá y a JinSeol a menos asegúrame que tú estarás bien.

Seungkwan abrió la boca para responder, pero su aroma lo atacó con fuerza, haciéndolo retroceder y tambalear, rompiendo algo dentro y muy profundo. Las feromonas de Sojeong no estaban preocupadas. Estaban molestas, y ella no lo estaba mirando porque estaba rechazando a Seungkwan... Sojeong pensaba que Seungkwan no podría darse cuenta del rechazo que ella estaba sintiendo por él, ella pensaba que el odio se quedaría como un secreto. Pero no.

Seungkwan podía sentir como su hermana estaba odiándolo. Lo odiaba por ser el hijo de esa mujer, y por tener su aroma, aunque no lo quisiera. Su hermana lo odiaba.

Y Seungkwan detestó su olfato.

Sin él jamás se habría enterado de ese odio naciendo en una de las personas más importantes en su vida. ¿su padre también lo odiaría?

Tuvo que contener las lagrimas manteniendo los ojos abiertos. Y respiró profundo.

—Buscaré la forma de mantener a mamá y a Jinseol a salvo.— Murmuró apretando sus manos juntas, lejos de su hermana. —Solo... solo vete.

No podía abrazar a Sojeong porque ella lo odiaría. Odiaría su aroma cerca de ella, odiaría el aroma de esa mujer cerca. Así que, su hermana se iba y Seungkwan no podía despedirse ni darle un abrazo, y se quedaba con ese odio en su pecho. De todas las personas que pudieron odiarlo ¿Por qué ella?

Escuchó cuando Sojeong salió del cuarto, su caminata dejando una sutil fragancia única, y quizás era lo ultimo que tendría de ella. Su hermana solo había ido para comprobar que lo odiaba, que no podía verlo como un hermano porque era hijo de Seo Minsook.

La jodida Seo MinSook.

Llevó las manos a su rostro y respiró profundo. Y ella estaba allí.

Caminó hacia la puerta abriéndola de un golpe, no le importaban los uniformados o los profesores, ya había anochecido y nadie debería de estar en los pasillos, pero le importaba una mierda mientras que su camino fuera recto hasta el lugar donde esa mujer se ocultaba. Estaba algunos pisos arriba, cerca de la luna. Burlándose de él. Esa maldita mujer no tenía un jodido buen olfato pero Seungkwan iba a encargarse de que lo encontrara.

Esparció sus feromonas a la par que caminaba, paso a paso dejando esa pequeña fragancia de odio, algo podrido, no, algo quemado. Su propio aroma cítrico era como algo que se quemaba y levantaba la preocupación de todos, algo achicharrándose en el fondo para despues ser nada. Y es la primera vez que Seungkwan se percibía a si mismo de esa manera. Tan enojado que podría colapsar gracias a sus propias feromonas.

La noche que habían matado a aquel alfa se sintió más o menos igual, cuando le sostuvo la pierna esperando a que dejara de moverse, esperando a que nunca volviera a levantarse y jamás pudiera lastimar a Wonwoo. Se sentía igual que en ese momento, solo que sin el miedo de fondo, en esta ocasión solo había odio y asco, un profundo asco que quería desaparecer junto con ese maldito aroma cítrico.

Cuando estuvo cerca no esperó ni un jodido momento, pateó la puerta de ese lugar que había visitado esa misma mañana y entró sin esperar nada, solo dirigiéndose a esa jodida oficina adornada ridículamente por algún jodido diseñador.

Y la jodida de MinSook solo lo miró con indiferencia. Bien, no iba a ceder.

La quería muerta y se lo demostró con la avalancha de feromonas que mandó a ella. La tormentosa mujer solo pareció marearse un segundo.

—No voy a dejar que sigas lastimando a mi familia.

—¿lastimar? Solo tomo lo que es mío de vuelta.— MinSook lanzó sobre el escritorio un par de hojas, su aroma siendo agresivo y dominante, y una mierda, aunque Seungkwan podía percibirlo no reaccionó a él. —¿Crees que es forma de hablarle a una alfa? ¿a tu madre?

—¡No eres mi madre! ¡Solo tengo una madre y un padre! Y no eres ninguna de ellos.— Captó el gesto desagradable en su rostro, pero no le importó. —¡No somos de tu propiedad! ¡¿Por qué mierda llegaste a nuestras vidas?! ¡No nos necesitas! ¡Estuvimos años sin saber de tu jodida existencia!

MinSook respiró furiosa y se inclinó hacia Seungkwan con un rostro oscuro, sabía que ella podría lastimarlo en cualquier momento, no le faltaban ansias por hacerlo, su aroma era tan descarado que podría presentir el golpe. Pero no retrocedió, no iba a retroceder aun si ella lo mataba.

—Eres mi hijo, seo Seungkwan.— Ella usó una voz profunda e intimidante. —Y no voy a dejar que me hables de esa manera.

—No soy tu hijo. Mi nombre es Boo Seungkwan. Boo por mi único padre.

—Es bastardo no es tu padre.

—¡Es mi padre! ¡Desde que tengo uso de memoria es mi padre! ¡Y no quiero que nadie más lo sea! ¡No te quiero a ti ni a nada que venga de ti!

—¡¿crees con un carajo que yo quiero ser madre de un omega tan inútil?!— Y ella alzó la mano para golpearlo, Seungkwan no retrocedió. —¡Tuviste que ser un jodido alfa!— Y el golpe llegó, llegó tan fuerte que consiguió tambalearlo, pero no lo tiró. —¡Tu estúpida madre solo me dio dos omegas inútiles!

—¡¿si somos tan inútiles para ti porque mierda no nos dejas en paz?!

Recibió otro golpe, pero esta vez si cayó al suelo. MinSook estaba furiosa, tanto que salió de detrás de su jodido escritorio masajeándose la mano con la que lo golpeó.

—Si hubiera podido tener más jodidos hijos que dos inútiles omegas los habría tenido, idiota.— MinSook lo tomó del hombro para levantarlo del suelo. —Ni siquiera era un jodido buen omega, eres un inútil, tan débil y estúpido como la otra ¡¿Qué haré contigo si no das ningún hijo alfa?! Me quedaré sin estúpidos descendientes porque eres una mierda igual que la otra.— Lo lanzó al suelo. —Eres tan débil hasta los estúpidos supresores... Park tiene razón en algo, ni siquiera sirves como omega.

—Si yo no sirvo como omega es porque tú jamás serviste como alfa. Y es lo único que tengo de ti. Tu jodido defecto.

MinSook perdió la poca paciencia que le quedaba y casi lo golpeó con el pie, una patada que habría quebrado al menos uno de sus huesos si hubiera llegado a impactar. Pero ella no lo golpeó, no hubo golpe ni dolor, Seungkwan tenía los ojos fuertemente cerrados pero podía percibir los aromas nuevos que llegaron casi de golpe.

—No lo toques.— La voz de Woozi calmó algo dentro suyo, y sintió el aroma de Minghao rodearlo. —No te atrevas a lastimarlo de nuevo.

El aroma a fresas no era protector, cuidadoso, pero también agresivo y salvaje. ¿Dónde estaba su aroma a prado? Aunque lo buscó no había ni una pisca de él, Woozi se estaba mostrando ante MinSook con su aroma a fresas, ese aroma que solo demostraba lo que era en realidad y no lo que ocultaba. Y tenía la fuerza de las feromonas de un alfa, sin embargo, seguían siendo las feromonas de un omega. No era un alfa o algo especial, era simplemente omega, sin destellos de beta o alfa.

Abrió los ojos y miró a Minsook, Minghao aun lo abrazaba, y quizás por eso no se sintió intimidado. O no se sintió intimidado porque usó sus propias feromonas para alejar a MinSook.

Ella lo odiaba pero ¿Por qué sentirse mal por el odio de una mujer que nunca lo amó? Minsook no tenía ni el más mínimo amor por su "hijo" como ella lo llamaba. Estaba bien, Seungkwan podía sentir el cariño y preocupación de Minghao y Woozi, podía sentir el de Wonwoo y Jeonghan acercándose con prisa. Ellos lo amaban. Y tenía a dos chicos que lo amaban también.

Era amado. ¿Por qué preocuparse por el odio de aquellos que no lo hacían? Podría ser el omega más odiado del mundo, pero le importaría un carajo.

Park llegó momentos despues junto con algunos prefectos, pero sin Seokmin.

—Señora Seo, por favor, no lastime a los alumnos.— Comenzó a hablar Park interfiriendo. —Ya tenemos demasiados problemas ahora... Ustedes vayan a sus habitaciones ahora.

No esperaron ni un segundo, en cuanto se levantó pudo ver como Jeonghan extendía un brazo para recibirlo y Wonwoo lo tomaba casi abrazándolo, sacándolo de allí, de ese maldito infierno.

Sintió las caóticas feromonas de Minsook, pero él dejó las suyas en ella. Que se jodiera.

—Te amamos cabeza de mandarina.— Wonwoo le besó la cabeza una y otra vez, sosteniéndolo de las mejillas. —Pero si vuelves a ponerte en peligro voy a amarrarte a mi muñeca.

Se apartó un poco respirando profundamente, la habitación del omega real tenía algo sutil que lo hacía sentir calmado, y sus amigos alrededor solo era un sentimiento cálido más que calentó su corazón. Estaba mejor.

—Esa idiota te lastimó...— Murmuró Jeonghan limpiándole la mejilla.

—Ahora MinSook vive aquí...— Dijo Minghao con un pequeño suspiro. —¿Qué vamos a hacer? Al parecer ella vino para solucionar los problemas de la escuela... nosotros la trajimos.

Seungkwan suspiró.

—¿hay algo que podamos hacer al respecto?— Preguntó. —Nos tiene en la palma de su mano.

—Tengo una idea.— Murmuró Woozi llamando la atención de todos. —No vamos a revelar información pesada en un hilo de twitter, pero sé por dónde podríamos hacerlo... Necesitamos a Hoshi.



—Seungkwan, duerme conmigo hoy.

—Jefe... ese tipo de propuestas... Si le rompes algo voy a...

—Dormir, Wonwoo, sin segundas intenciones.

—¿Por qué asumes que él me ropería algo a mi? Yo podría.... ¡¿Por qué se ríen?!



...

Sigue el omega (in)deseado <3
Ya, por fin llegamos a las partes que me gustan


...

O-Me-Ga (Tercer año)

"Hola, mi nombre es Eddy, morí durante la noche de luna nueva, si no reenvías este mensaje a cien personas morirás la próxima vez que veas la luna."

Suspiró profundo rodando los ojos mientras marcaba el número, respondieron muy pronto.

—Ya duérmete, Jun.

—Me llegó este mensaje en medio de la noche ¡¿Qué tal si es real?!

—Estoy viendo la luna ahora.— Balbuceó mirando por la ventana. —Y no me he muerto, ya duérmete.

—¡No mires la luna!

Volvió a rodar los ojos. Empujó a Hoshi de su espalda y se sentó en la cama. Bien, iba a matar al estúpido que envió el mensaje en cadena.

—Voy para allá.

—Lo siento.

Suspiró. Minghao solo estaba yendo porque Jun solía quedarse despierto con él toda la noche cuando escuchaban las leyendas de la manada. Estaba regresando el favor.

—¿Quién te mandó la cadena?

—Mingyu.

Iba a matar a Mingyu.


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