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Capítulo 13. El omega (in)correcto (pt.1)

La prestigiosa escuela Pledis. Era todo un caos.

No solo eran los padres exigiendo ver a sus hijos y llamando en cada segundo, tampoco las innumerables quejas de los medios exigiendo explicaciones ni los uniformados ocultos en sus cuartos para no generar más revuelo. Era que, justo en la entrada de la prestigiosa escuela acampaban docenas y docenas de reporteros con cámaras y micrófonos, acosando a los alumnos, a los profesores, y a cada persona que se les atravesara. Llegaron por la mañana, justo horas despues de aquellas extrañas publicaciones en las cuentas oficiales de Wen JunHui.

No hubo un primero en aparecer en las puertas del castillo, hubo varios, varios que llegaron al mismo tiempo amontonándose para hablar, y la escuela, que ya había notado este revuelo, cerró hasta las ventanas del segundo piso, pidiéndoles a los alumnos que continuaran sus clases con normalidad. Pero despues llegaron algunos padres, y fue allí cuando todo se hizo grande y escandaloso.

Ah, y algunos periodistas estaban interesados en hablar con alguien en específico.

—¡The8!— Escuchó su nombre desde afuera, él estaba en el segundo piso, durante la clase de unos de sus profesores. —¡The8! ¡¿podrías salir a responder algunas preguntas?!

Minghao no giró a ver, su profesor caminó molesto hasta una de las ventanas y casi la azotó dejando el aula en una oscuridad extraña. Nadie habló, ni si quiera Minghao quien mantenía la vista en el pizarrón. Sabía que la escuela Pledis no tardaría en buscarlo, solo esperaba que fuera despues del almuerzo. Tenía hambre.

—Profesor.— Tres voces al unísono entraron en la pequeña habitación haciendo girar a los alumnos.

Seokmin. Park. Y Hoshi.

Park carraspeó dando un paso hacia enfrente y dejando a Hoshi y a Seokmin atrás, cubriéndolo con su cuerpo. El profesor giró casi con sorpresa pero se mantuvo callado.

—¿Podría permitirme un momento con Xu Minghao?— Preguntó Park con calma.

—Ah...— Hoshi también entró. —Yo llegué primero, que quede claro, también necesito a Xu Minghao.

Y el profesor miró a Seokmin quien apretaba los labios con nerviosismo. Pero despues de un momento saludó inclinándose un poco.

—Xu Minghao tiene una visita...— Murmuró el prefecto.

—Oh... ¿hay alguien más que necesite a Xu Minghao?

Hubo un incomodo silencio que recayó en Minghao. Todos estaban viéndolo, y no era de extrañarse, dos profesores, el prefecto y muchos periodistas allá afuera estaban buscando a Xu Minghao, y estaba en las manos de ese estúpido profesor decidir. O no. Porque la clase se terminó de pronto justo a la hora indicada. Tomó sus cosas y se fue sin detenerse, incluso empujando a Seokmin que se apartó apenado. Y nadie alcanzó a detenerlo.

Debía estar molesto, claro que debía estarlo, ya todos sabían que usaron las cuentas de su mejor amigo, en su aniversario luctuoso, para publicar una serie de acusaciones que nadie sabía si eran verdad o no. Minghao en otra situación estaría molesto, porque usaban a Jun como una especie de blanco difusor, solo una herramienta irrespetando su muerte. Ojala Minghao no fuera el culpable de esto, pero el enojo estaba allí, en la parte de su cabeza que podría creerlo.

Así que, acusaban a la escuela Pledis de actos ilícitos pero desconocidos, en las redes sociales de un muerto y no solo no daban explicaciones concisas sino que también se ocultaban de los padres diciendo que no podían sacar a sus hijos de la escuela de la noche a la mañana. Algunos padres molestos que llegaron se fueron conformes con explicaciones vagas, otros se quedaron para quejarse, y algunos... algunos no estaban interesados.

"Aunque los rumores son desagradables confió que la escuela Pledis sabrá resolver este problema, espero respuestas concisas y directas." El padre alfa de Woozi había dado ese mensaje por teléfono para su hijo.

"Me importa una mierda lo que esté pasando, pero aleja tu jodida cara de las cámaras." El amable padre de Wonwoo.

Ellos habían recibido llamadas como muchos otros alumnos, la oficina de Hoshi había estado repleta esa mañana, y la de Seokmin también, todos recibiendo llamadas de sus padres. Los profesores les habían aclarado que si "mentían" se meterían en problemas por avivar los rumores. Minghao tuvo muchas llamadas de otros reporteros. E incluso su manager se tomó la molestia de ir hasta el lugar, pero decidió no verlo. Y decidió evadir a los profesores ¿Qué iban a hacer? Los uniformados estaban en sus salas de castigo.

Era gracioso. Ahora los castigados eran ellos.

—Tengo que salir de la escuela.— Le aclaró al estúpido secretario, este lo miró con escepticismo y torció los labios.

—Justo ahora no se dan permisos para salir.

—Mi permiso se me dio dos días antes, tengo que asistir a un lugar.

—Pues ahora tu permiso no está permitido.

—Bien, entonces me voy sin permiso.

Dio media vuelta y comenzó a caminar. No podía faltar a la pequeña ceremonia que los lobos grises hacían para honrar la partida de Jun, no lo habían enterrado ni cremado por lo que la ceremonia se llevaría a cabo en un pequeño salón cerca del lugar del accidente, y cuando llegara la noche irían a ese lugar para lanzar sus linternas que señalaban el camino a casa. Y no podía faltar. Se lo había contado a los chicos y ellos estuvieron de acuerdo.

"tráeme tierra de ese lugar, será un buen recuerdo" había dicho Wonwoo.

"¿y Jun está invitado?" Preguntó Woozi sonriendo.

Sus amigos estaban bien con eso. Y justo cuando estuvo a punto de dar la vuelta en el pasillo...

—Minghao.

Dio la vuelta. No quería hablar con Hoshi. Lo escuchó una vez más mientras lo seguía, era consciente de los gritos fuera de la escuela y de los pasillos desiertos, y del alfa quien estaba siguiéndolo con el rostro preocupado. No iba a hablar con él, no cuando su aroma estaba haciéndole un hueco en la mente exigiendo que se girara y se ocultara debajo de su piel. No podía distraerse con Hoshi, y se lo había advertido, lo hizo una noche antes.

Le había dicho a Hoshi que no podía distraerse.

Intentó girar en uno de los pasillos, pero el brazo de Hoshi lo jaló con fuerza a una de las aulas y casi lo acorraló contra la pared, sus brazos a cada lado del rostro de Minghao. Y... su alfa era suavecito, no podía hacer cosas como esas. Lo apartó en un segundo sin mucho esfuerzo y Hoshi se aferró a él, abrazándolo con fuerza y pegando su mejilla en el cuello de Minghao. Y no pudo moverse por la avalancha de feromonas que llegó a él.

—Hoshi...

—No voy a soltarte hasta que me prometas que no vas a huir.

—Vas a preguntar sobre lo que pasó con las cuentas de Jun.

—¡Claro que preguntaré eso!— Hoshi se apartó de golpe sosteniéndolo de los brazos, su rostro estaba rojo. —¡Es una enorme idiotez! ¡Ustedes siguen aquí adentro a merced de la escuela Pledis! ¡La información que revelaron es vaga y confusa! Y justo ahora eliminaron las cuentas de Jun ¡No pueden revelar todo porque perdieron la única difusión que tenían! ¡Perdieron una oportunidad! ¡Y la escuela está convencida de que tienen algo que ver! ¡Está convencida de que hay varios estudiantes que lo saben y no van a dejarlo pasar! ¡Seo MinSook viene en camino para ver todo este desastre y ustedes están aquí! ¡Es una idiotez! ¡Estoy muy molesto con ustedes y con Jun por dejarles hacer esto!

Oh. Minghao apartó el rostro sonrojado y parpadeó varias veces fingiendo estar a punto de llorar. No iba a hacerlo, pero el rostro de Hoshi se suavizó de un segundo a otro y Minghao pudo apartarlo por fin limpiándose la cara. No le gustaba fingir frente a Hoshi, pero si no lo hacía este iba a comenzar a soltar sus interminables monólogos.

—¿debimos revelar que la escuela Pledis vende bebés en una hilo de twitter?— Preguntó Minghao con calma. —Ahora la escuela Pledis comenzara a dar explicaciones o desmentir, la gente va a creerlo porque de cualquier forma todo es confuso, y está bien, nosotros planeamos esto.

Hoshi suspiró con fuerza llevándose las manos al rostro.

—Ustedes se pusieron en peligro... ¡Yo estoy trabajando! ¡Solo espera a que...!

—¿a qué más omegas salgan lastimados?— Minghao inclinó la cabeza. —Sabes que no nos quedaríamos quietos. No podemos.

—Pero si no se quedan quietos ustedes serán los que estén en problemas.— Hoshi golpeó su frente contra el pecho de Minghao. —Sé que soy lento, pero en cuanto encuentre lo que busque...

Abrazó a su alfa sintiendo esa tristeza emanar de él, un miedo genuino y una preocupación que comenzaba a calarle. No quería hacerle pasar por eso, pero Minghao no era de quedarse quieto y esperar a que otros solucionaran las cosas por él, no, tenía que moverse y hacer algo, cuidar de las personas a las que les había hecho promesas. Y estaba preocupado de que Hoshi no lo entendiera. No solo era meterse en problemas, era comenzar a hacer algo por los demás.

Sus padres lo entendían ¿Por qué Hoshi no podía hacerlo?

—Hoshi, sabemos lo que estamos haciendo...

—No miden las consecuencias. Hao. La escuela puede callarlos en cualquier momento...

—Lo sabemos.

—¡¿entonces porque se arriesgan así?!

—Porque de cualquier manera estaríamos en peligro.

Minghao por fin se apartó de Hoshi mirándolo a los ojos. Y antes de que pudiera continuar hablando alguien tocó la puerta. Precisamente esa puerta. La abrieron sin esperar, y Park se asomó con calma, mirándolos aunque ellos ya se habían separado antes de que pudiera verlo. Park le restó importancia y entró en silencio, con Seokmin detrás.

—Joven Xu.— Habló Park. —Veo que ya decidió su acompañante.

—¿acompañante?

—Ya sabe.— Habló Park con fastidio. —Para su salida. Tiene el permiso, puede salir.

—¿en serio?

¿Qué demonios tramaba la escuela Pledis?



Minghao no podía dejar de parpadear mirando a Jeonghan frente a él. ¿Cómo había llegado hasta allí? Recapitulando: La escuela le permitió salir de las instalaciones huyendo del montón de personas que comenzaban a desalojar la escuela, se subió al auto de su manager, junto con Hoshi quien al parecer era su tutor mientras estuviera afuera, y de alguna forma Jeonghan apareció allí, sonriéndole con calma frente a él en los asientos traseros mientras que Hoshi iba en el asiento del copiloto sin enterarse del otro omega.

Buscó detrás de él solo para comprobar que no estuviera Seungkwan o Wonwoo debajo de los asientos, pero no, Jeonghan era el único fantasma que se había escabullido con éxito. Dio un largo suspiro.

—Dame un porque y un como.— Le dijo con fastidio.

Jeonghan le sonrió.

—Es fácil colarse entre las personas cuando todos están distraídos con The8, y no hay uniformados que nos cuiden. Y respecto al porque... pensé que querrías a alguien contigo.

Oh. Minghao quería golpearlo. No solo a él, porque apostaba que Seungkwan y Woozi ya lo sabían, o quizás no, y eso sería malo si tenía a esos dos escudriñando la escuela de arriba abajo para encontrarlo. Aun así suspiro, no iba a regresar solo para dejar a Jeonghan como un niño abandonado, no tenían tiempo porque la reunión de los lobos grises ya había empezado desde hacia una hora y a ellos les quedaban por lo menos dos de camino.

Se cruzó de brazos y se quedó en silencio.

—The8, el regalo para la manada está en el asiento trasero.— Dijo su manager girándose un segundo para ver. Y miró a Jeonghan con sorpresa. —Ah... Dime que no es otro periodista, espante uno esta mañana.

—Es un amigo.— Aclaró Minghao.

—¡¿amigo?!— Hoshi casi gritó girando la cabeza para mirar a Jeonghan. —¿¡que haces aquí!? ¡No tienes permitido salir de la escuela!

Jeonghan le sonrió con inocencia.

—No pero la escuela no se va a dar cuenta. Están demasiado ocupados en sus propios asuntos.

Y Jeonghan tenía razón, la escuela suspendió las clases poco despues de que Park le dijera a Minghao que podía irse, mandaron a todos a sus habitaciones o les dijeron que podían atender sus clubs, lo que quisieran siempre y cuando se quedaran dentro de la escuela y fueran calmados. Incluso pusieron a Seokmin a dar clases de dibujo y habilitaron todas las habitaciones de Hyejin, abrieron el comedor todo el día y los dejaban caminar libres por el pasillo. Estaban ocupados. Muy ocupados.

—Como sea, estoy demasiado ocupado como para pensar.— Suspiró el manager regresando la vista al camino. —Las cuentas de Jun desaparecieron y fue un dolor de cabeza recuperarlas, se eliminó todo lo que causó este caos pero aun así nadie está contento.

—¿sabes quien fue?— Preguntó Minghao, porque esa sería una pregunta que él haría.

—No. No tengo idea y estoy trabajando en averiguarlo.

—Quizás fue Jun.— Bromeó Jeonghan y Minghao le dio una pequeña patada en el piel.

La manada de los lobos grises era acogedora, ruidosa, cariñosa, casi como Jun, un grupo de personas que eran capaz de viajar en grupos solo para reunirse en un lugar exacto y recordar a uno de sus miembros. Los padres de Jun y su hermano menor estaban allí, hablando con los demás integrantes de la manada que les daban sus mejores deseos y les aclaraban que si necesitaban algo no dudaran en pedirlo, y hablaban de cosas lindas y divertidas que habían pasado alrededor de Jun.

La manada estaba acostumbrada a las fiestas y reuniones grandes, los funerales eran una version calmada de estos y se limitaban a recordar al difunto con alegría y cariño, pero en casos como el de Jun, que fue una tragedia enorme y repentina se quedaban en silencio y tomaban todo con seriedad. Y este primer año sin él era sui verdadera despedida. Dejaban ir todo ese cariño y amor para que Jun pudiera estar en paz.

Solo que Jun estaba en el templo cocinando o armando rompecabezas.

Minghao tenía que lidiar con la profunda tristeza de la manada, con las palabras de luto y la familia de Jun, mientras que Jun estaba cómodo en su cama o limpiando el templo bajo los ojos de Joshua y Melody, sin saber lo que pasaba gracias a él. Bien, Minghao podía aceptar esto porque Jun había arriesgado su vida por ayudarlos.

—¿Eres amigo de Jun?— Le preguntó la madre de Jun a Jeonghan quien asintió con una sonrisa. —Ya veo, no me sorprende que Jun tenga otro amigo omega.

¿de los tantos amigos omegas que tenía? Uno más no era extraño. Ni siquiera Minghao tenía tantos amigos, y es que Jun siempre estuvo enamorado de los omegas o algo así, siendo cariñoso y lindo a su alrededor, pero tan pronto una persona desconocida se acercaba se cohibía y casi se hacía pequeño. No pasó con los menores ni el mayor del templo porque en ese momento Jun no tenía idea de si eran alfas o betas, pero pasó con Mingyu. Por un corto tiempo pasó con Mingyu.

Y cuando menos se dio cuenta Jeonghan ya no estaba a su lado, fue absorbido por la manada de los lobos grises en un segundo, todos con preguntas y comentarios sobre Jun. Minghao suspiró sacudiendo un poco la cabeza.

La escuela Pledis lo había dejado ir por una razón.

—¿estás bien, Hao?— Levantó la mirada de inmediato saludando a la líder, ella se inclinó en respuesta. Era alta, bonita, y jodidamente parecida a Jun. Pero muchos en la manada eran jodidamente parecidos a Jun. —Tu manager se fue hace un momento.

Estoy bien. Estoy aquí para disfrutar de la compañía de la manada, no la de mi manager.

La líder sonrió con calma y extendió un brazo invitándolo a caminar. Ella solía ser energética y gritona, como Jun, solía reírse a carcajadas y a veces llorar con fuerza, pero había momentos en los que era seria y madura, y en esos momentos Minghao se daba cuenta porque la habían escogido como líder. Ella era joven, con nuevas ideas y nuevas visiones, pero tenía un alma vieja, con sabiduría y madurez.

Ya veo.— La líder asintió. —Sabes que la manada siempre estará para ayudarte. Aunque estemos lejos. En cuanto lo necesites te buscaremos... Más o menos, este viaje costó muchos ahorros y ni siquiera nos quedamos un día entero ¿Por qué todo es tan caro aquí?

Minghao exhaló una pequeña risa. Claro, la manada tenía asuntos que resolver en casa, no podían quedarse o viajar todos los días. Es por eso que no mandó a sus padres a la manada de los lobos grises, prefería tenerlos cerca, saber donde estaban y estar seguro de que la escuela Pledis no podría acercarse. Sin mencionar que su padre realmente quería que su hermano naciera en ese lugar, para que Minghao pudiera verlo.

Su padre había estado un poco obsesionado con el hecho de que Minghao amara a su hermano.

¡Hui! ¡¿Dónde están los frescos, este chico tiene sed?!

La líder gritó una respuesta sin dejar de caminar.

—¡¿Qué hace este tipo aquí?! ¡Es de la manada de los lobos rojos, huele como ellos! Ah, no importa ¿quieres pastel, hombre?

Minghao giró encontrando a Hoshi rodeado de las personas de la manada, él se veía un poco más pequeño y sonreía a todos con los ojos achicados mientras sostenía su bebida. Era adorable. Hoshi había estad preocupado por él, y Minghao lo entendía, pero no podía dejar que eso le impidiera seguir. No iban a detenerse por nadie. Minghao nunca se detuvo por nadie.

Le gustas a ese hombre.— Dijo la líder con calma, señalando a Hoshi con la cabeza. —Su aroma y el tuyo se acoplan. Y hay algo que los conecta ¿cierto?

—Es mi destinado.

La líder exhaló una pequeña risa.

Es tu destinado ahora, así como tus otras parejas también. Conozco eso. Todos son especiales y a la vez nadie lo es.

—Si. No me malinterpretes, lo amo.

—Lo amas pero no es la persona por la que te desvivirás. Nadie es esa persona. Solo vivirás por ti.— La líder dio un pequeño suspiro. —Pero tú si eres la persona por la que él viviría. Su aroma, su rostro, su amor, todo te llama a ti.

—No creo en las historias de amor, ni en los amores imposibles. Soy más realista que eso. Hoshi me ama, y yo lo amo, ahora es así, pero cuando tenga que irme él conseguirá a alguien más, y está bien. Yo también conseguiré otro amor, otro destinado, y Hoshi quedará como un lindo recuerdo.

—¿Por qué piensas el final de algo que aun no comienza?— La líder se detuvo en seco junto al balcón del lugar. —Hao, esta historia de fracaso que planeas suena más a un escape. Sé que no lucharás por un amor, pero ¿Por qué luchas para terminarlo? Te esfuerzas tanto en aceptar ese final que planteas...

Minghao abrió la boca para responder ¿Qué debería decirle? ¿Qué estaba equivocada? Si era así ¿Por qué no podía responder? Claro que estaba equivocada, Minghao solo era consciente de lo que pasaría, solo aceptaba el futuro de aquella relación, y estaba bien, estaba bien avanzar y dejar atrás las cosas. Minghao no podía quedarse con Hoshi para siempre, Minghao tenía que volver a casa con sus padres, y pensar en un futuro junto a Hoshi era absurdo.

Era una tontería infantil.

De pronto encontró a Hoshi de nuevo, su amable sonrisa dirigiéndose hacia él mientras se acercaba con calma, una tranquilidad y su aroma llegando para atraerle. Minghao quería abrazar a Hoshi hasta el olvido, hasta fundirse en su cuerpo y olvidarse de todo, hasta desaparecer por un momento y solo vivir allí. Y estaba mal, esa intensidad en sus sentimientos era nuevo y desconocido, como si quisiera encadenarse a Hoshi. Y de nuevo, estaba mal ese nivel de codependencia. No podía aceptarlo.

De pronto tuvo miedo de tenerlo cerca.

Se giró de golpe apartándose del lado de la líder fingiendo que alguien lo llamaba, esperando dar más de dos pasos y perderse entre las personas, esperando que Hoshi desistiera de acercarse. Pero tan pronto giró chocó contra el cuerpo de alguien y ese alguien lo arrastró lejos. En cuestión de segundos y sin previo aviso, y solo reaccionó cuando le miró al rostro.

—Ayúdame.— Dijeron al unísono.

—Yo primero.— Dijo Minghao girando a ver a Hoshi quien parecía confundido, pero que comenzaba a ser rodeado por las personas. —Tengo que apartarme de Hoshi.

—Perfecto, salgamos de aquí.

Y tan fácil como eso Jeonghan lo jaló hacia la salida.



La tienda de conveniencia era grande y espaciosa, había pocas personas alrededor pero a Jeonghan parecía no importarle, caminaba con prisa entre los pasillos mientras que Minghao no podía dejar de hablar. En serio no podía, continuaba quejándose sobre sus sentimientos por Hoshi y sobre su inevitable final que hasta él estaba cansado de si mismo. Si tenían un final ¿entonces porque se preocupaba? Ambos se gustaban y se agradaban, y eran lo suficientemente maduros como para saber que no se casarían y vivirían un cuento de hadas.

—¿Por qué no?— Preguntó Jeonghan mientras revisaba los estantes, Minghao ni siquiera prestaba atención a lo que buscaba. —Se gustan, encajan y si no hubiera una escuela vendiendo bebés de por medio sería perfecto.

—Porque tengo que regresar a casa con mis padres.— Aclaró Minghao. —Ese ha sido mi objetivo desde que me fui de casa y no cambiara por nada del mundo. Mi vida está allá, y la de Hoshi está aquí, ninguno tiene que dejar su vida solo por el otro.

—¿crees que Hoshi no lo haría?— Jeonghan encontró lo que buscaba y fue a pagarlo con calma. —No está obligado a hacerlo, pero háblalo con él antes de sacar conclusiones.

Minghao rodó los ojos observando como Jeonghan buscaba algo de dinero en sus bolsillos, pagó con una sonrisa y recibió la pequeña bolsa. Y caminó hasta el otro lado de la tienda con Minghao detrás.

No quería hablarlo con Hoshi porque... porque... debía tener alguna excusa. Suspiró con furia y se negó ¿para que pelear o discutir con Hoshi? No tenía sentido, ambos eran adultos y sabían lo que iba a pasar. No era necesario hablarlo.

—No quiero que lo haga.— Confesó. —Aun si quiere dejar todo por mi nunca lo dejaría hacerlo. Porque yo no lo haría por él.

Pasó por la puerta y Jeonghan la cerró para despues dar un pequeño suspiro. Estaban en los baños.

—Minghao, háblalo con Hoshi, sé que tienes miedo de lo que pase si hablan entre ustedes, pero es mejor hacerlo ahora en lugar de solo irte... No importa si no vas a quedarte, pero déjaselo en claro, de lo contrario estarías huyendo.— Jeonghan lo miró con cierta ternura que le ablandó el corazón. Y despues alzó la pequeña caja que había comprado. —Si me disculpas voy a orinar en esta mierda.

¿eh?

—¡¿Qué haces con una prueba de embarazo?!

—Abortando psicológicamente.— Jeonghan se giró hacia el mingitorio​. Por suerte eran los únicos en el baño. —No puedo tener hijos así que esta mierda es psicológica. Algo así como un embarazo psicológico, y dejaré eso cuando vea el negativo... no me veas.

Abrió la boca para responder, sin embargo... estaba de acuerdo con Jeonghan, los últimos días lo había visto con algunos malestares, un poco más pálido y cansado, y aunque lo disimulaba bastante bien era imposible de ocultar. Tuvo esa sospecha, pero la descartó cuando recordó los estudios que su paranoico padre le hizo a Jeonghan, él estuvo allí y no dijeron nada sobre un embarazo, porque Jeonghan era estéril, ni siquiera lo mencionaron.

Aun así...

—¿crees que haya una pequeña probabilidad?

—No.— Jeonghan no se escuchó del todo seguro.

Hubo silencio.

—¿Por qué no orinas?

—Estoy nervioso.

—¿quieres privacidad? El baño de Woozi era enorme así que supondré que la quieres. Si no es así tendré que suponer la otra opción y no voy a darte la mano.

Jeonghan se sonrojó bajando la cabeza y Minghao rodó los ojos dándose la vuelta. Claro ¿al menos ellos conocían un baño público? Claro que lo hacían. De cualquier forma esperó a que Jeonghan terminara, y cuando por fin lo hizo escuchó una tapita cerrarse. Y quedaba esperar quince minutos, según la caja. Jeonghan se giró y hubo un largo silencio escuchando el agua fluir del lavamanos. Y despues Jeonghan le extendió la prueba a Minghao.

—Si sale positivo... será una mentira. No puedo tener hijos.

Minghao tomó la caja entre sus manos y suspiró. Podían negarlo hasta que saliera el negativo, podían tomarlo a la ligera y que esos quince minutos fueran agradables. Pero Jeonghan no estaba bien. Minghao no quería imaginar lo que era para él, tener esa idea sabiendo su realidad. Quizás Jeonghan estaba ilusionándose, quizás quería que saliera positivo porque eso le confirmaría que podía tener cachorros. Minghao no podía saberlo.

—Te hicieron análisis de sangre y no dijeron nada al respecto.

—Porque mi padre les debió pedir que no lo hicieran.— Jeonghan suspiró. —Mi familia me sobreprotege tanto que no me sorprendería. Mi padre debió decirles que sería demasiado triste para mí, así que no era necesario aclararlo.

—Jeonghan... no diré que podría salir positivo... Pero...

—Minghao, no quiero un positivo.— Murmuró Jeonghan sin mirarlo. —¿Qué haría yo con un cachorro? Estoy a punto de casarme... tener un hijo ahora... ni siquiera podría gestarlo, Woozi va a casarse también, estamos en constante peligros respecto a la escuela y... y de cualquier manera yo no podría darle una buena vida.— Jeonghan exhaló una pequeña risa. —Sé que parezco un jodido hipócrita. Pero ahora lo entiendo. Antes pensaba que las cosas eran fáciles o que se podía hacer todo por ellas, ahora entiendo que no. La vida no es tan simple como pensé.

Oh, así que era ese momento de karma donde el próvida quedaba gestando y ahora quería abortar. Interesante, solo que no lo era. Jeonghan tenía los ojos cristalinos y su aroma a vainilla revelaba miedo y tristeza. Quizás en el pasado, quizás hace un año Jeonghan habría aceptado un positivo, lo habría querido con una esperanza, pero ahora no. Ahora Jeonghan era consciente de que las cosas no eran tan fáciles como decir "si puedo hacerlo" era complicado y doloroso.

Abrazó al omega con cariño.

—Tienes miedo.— Murmuró y vio a Jeonghan asentir. —Miedo del positivo.

—Sé que suena absurdo... — Jeonghan sonrió. —Pero si llegara a pasar... No quiero tener que deshacerme de él, pero sería lo mejor... —Soltó una risa amarga limpiándose el rostro. —Lamento haber sido un idiota el año pasado. Eso fue antes de que me diera cuenta que la vida que hicieron mis padres era casi fantasiosa.

—No te juzgo por lo del año pasado. Yo también era diferente... y mis malestares se debían por mi pánico al agua así que...— Suspiró. —Está bien tener miedo, Jeonghan. Aun si sale positivo podremos hacer algo al respecto.

—Esto es una mierda... ¿Por qué siempre tenemos este tipo de cosas cada año?

—Porque no saben usar condón.

—Si sabemos... Lo usamos una vez.

—¿y las otras veces?

—Se nos olvidó.

—Mentiroso.

Escuchó la risa de Jeonghan, algo sincero que aclaró su cabeza. Bien, solo tenían que esperar unos minutos más.

Cuando pasaron los quince minutos Minghao fue el que vio el resultado. Negativo.

Pudo respirar.


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