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Capítulo 12.1

El aniversario luctuoso de Wen JunHui era dos meses más tarde de lo que debería, las fans aceptaban esto, los medios también lo aceptaban y había una buena razón; su familia, las personas que lo amaban y cuidaban no habían aceptado su muerte tan pronto, ellos, su madre y su hermano insistían en que su preciado Jun seguía con vida, algo en sus corazones que tenía esperanza de volver a verlo. Y su padre no estaría aceptando la noticia hasta que le entregaran el cuerpo de su hijo. No hubo cuerpo sino hasta casi un mes despues, cuando los padres tuvieron que ir a reconocer a su supuesto hijo que había estado perdido entre procesos judiciales y de investigación.

Y aun cuando hubo cuerpo los padres se negaron a aceptar que esa persona sin vida, con extremidades quemadas y magulladas, era su hijo. Tardó un mes más para que ellos por fin aceptaran que era Wen JunHui, y lo aceptaron gracias a una persona que tuvo que hablar con ellos por varias horas para convencerlos de soltarlo. Xu Minghao hizo todo lo posible para aliviar los corazones de los Wen.

No. Xu Minghao hizo todo lo posible para proteger a los Wen, para que ellos no terminaran de la misma forma que su hijo. O peor. Porque ahora Minghao estaba viendo a Wen JunHui limpiando el suelo como cenicienta, pasándole un trapo húmedo a la madera tarareando una vieja canción de su manada. ¡Y Minghao estaba ayudándole por alguna razón! Minghao estaba limpiando el templo con él aunque habían acordado no regresar al templo, pero su pequeña paz con el mayor era suficiente como para hacerlo limpiar.

—Oh, Hao, limpia allí.— Señaló Jun un pequeño espacio y Minghao suspiró. —No me gusta limpiar, pero necesito que todo este limpio para comenzar con la comida. ¡Voy a cocinar tu comida favorita! Deberías quedarte.

—¡Deberían dejar de limpiar!— Gritó Melody y Minghao rodó los ojos. —Solo están ensuciando el templo con sus aromas. Dan más trabajo.

Minghao en serio odiaba a esa niña. No quería odiarla, pero ella era gritona y quejumbrosa, al parecer había sido mandada desde otro templo para que supliera el lugar que Chan dejó, porque no podía haber más Mayores que menores en un mismo templo. Pero esta menor en particular era estresante y los odiaba. Ella los odiaba mucho. Jun solo le sonrió ignorándola.

—Melisa, a Jun le ayuda limpiar, lo hace sentir mejor, y para eso es el templo, para ayudar a las personas.— Aclaró Chan llevando los vegetales en una canasta. —Y si es más trabajo para ti entonces cumples con el deber de un Menor.

—Eso...— Melody apretó los labios y bajó la cabeza viéndose apenada. Despues asintió. —Lo lamento, no volverá a pasar.

Minghao quiso reírse. Chan había estado rondando en el templo desde que se "reconcilió" con Vernon y Seungkwan, al parecer también tuvo una reconciliación con el Mayor, pero Chan había estado visitando el lugar junto con Jeongkwan para que ella pudiera estar junto a Wonwoo, porque Wonwoo no podía salir de la escuela y la cachorra lo extrañaba tanto que había comenzado a llorar por las noches fatigando a Mingyu –aunque este decía que solo le preocupaba que ella se enfermara por esto- Así que tenían a Chan y a Jeongkwan en el templo por unos días, sabiendo que el Mayor le informaría al "Rey".

Desde que Chan había vuelto Melody era como una alumna aplicada, buscaba la aprobación del chico, le hablaba con respeto, atendía sus regaños, se calmaba y se sonrojaba de vez en vez. Y Chan ni si quiera recordaba su nombre, la llamaba Melón, Melocotón, Melisa, María, Mariana, Minerva, Laura, Victoria, Verónica, Sofía, Juana, Melodía, Eliza, Elizabeth, y una larga lista de nombres que Minghao se enteró despues eran de Menores. Tambien la llamaba con nombres extraños como Ethan, Brandon, Dilan, Daniel, Samuel, Niki, y un largo etc.

—Melody.— Llamó Joshua apareciendo casi de la nada. —Wonwoo y su cachorra necesitan una cama, Jeongkwan se quedó dormida.

—¡Voy a preparar la habitación!— Asintió Melody comenzando a caminar.

—¡No hables o va a despertar! No le gustas.— Dijo Jun lavándose las manos. —Shua, ayúdame a cortar las verduras.

—Yo lo haré.— Minghao se levantó del suelo acompañando a Jun. Era mucho mejor que limpiar de rodillas. —Aun tengo tiempo antes de las clases.

—¿clases por la tarde?— Preguntó Chan. —Son casi las Seis.

—Desde que sucedió lo del "atentado" los profesores y los uniformados no nos dan respiro, cerraron algunas aulas de HyeJin y se esfuerzan en mantenernos vigilados. Los clubs absorben nuestro tiempo libre.— Explicó consciente de que Joshua estaba allí. —Wonwoo y yo nos escapamos de la clase de Hoshi para venir.

—Ochito rebelde.— Cantó Jun inclinándose cerca. —¿Qué dirán tus fans? Das mal ejemplo.

—Ya di mal ejemplo al meterme a esta escuela...— Minghao suspiró. —Y tu lo diste cuando dijeron que no tenías cinturón de seguridad en el accidente.

Jun hizo un puchero y Minghao pudo escuchar la risa de Joshua. Lo buscó con la mirada, pero él se encontraba saliendo de la cocina.

—La escuela Pledis apunta demasiado alto para arruinar mi imagen.— Habló Jun lanzando algunas cosas a una hoya con agua. —Pero estoy fuera de su alcance. No soy un rumor, soy Wen JunHui, un artista que desapareció en un punto alto de su carrera y que al morir subió aún más. En serio, ahora soy tres veces más famosos de lo que fui estando vivo.

—Estás vivo.— Dijeron Minghao y Chan al unísono.

—En una semana se cumple un año desde que la manada lo aceptó. Y la gente sigue hablando de mi ¡Le dije a Shua que tenía que comprar una televisión para ver los especiales de mi vida! ¡Habrá un montón ¡¿si viste?!

Minghao sonrió ante la emoción de Jun y asintió. Claro que lo sabía, nadie quería desperdiciar la fecha del aniversario, nadie quería quedarse sin hablar de Wen JunHui. Ni siquiera ellos. Ni siquiera Minghao, ni siquiera la escuela Pledis.

—En una semana se cumplirá un año.— Asintió Minghao. —Y Wen JunHui será de nuevo la noticia del momento.

Jun le sonrió.

—Solo haz que mi cuenta de Instagram se vea bonita.



—Estoy cociéndome aquí adentro.

Wonwoo abrió su camisa escolar agitando las manos cerca de su rostro. La pequeña habitación del omega real era diminuta y solo habían pequeñas ventanas alrededor, por lo que, mezclándose con el tiempo caluroso, era el peor lugar para pasar la noche. No tenían otra alternativa, los uniformados los vigilaban la mayor parte del tiempo y no los dejaban salir con libertad entre los pasillos. Era mucho peor que otras veces. Pronto les darían una niñera a cada uno.

Seungkwan estaba recostado en el suelo, también cubierto en sudor mientras buscaba un lado frio para acurrucarse, Woozi estaba cerca de las ventanas sentado sobre uno de los muebles y Jeonghan... ¿Dónde carajos estaba Jeonghan? Jeonghan era quien los llevaba a través de los pasillos ocultos de la escuela, los buscaba a sus habitaciones y los movía a través de las paredes, y era un dolor de cabeza tener que escabullirse, Minghao estaba cansado de esconderse de su compañero.

—¿Por qué no podemos ir al cuarto de Woozi?— Se quejó Seungkwan. —Está vacío.

—Porque nos encontraran allí.— Respondió Woozi. —El calor está matándome.

—Imagina ir y venir dentro de las paredes.— Jeonghan por fin apareció viéndose palido y sudado, el cabello rojo pegándosele a la piel. —Aprendan a venir solos, ya intente enseñarles estos últimos días.

—Si... terminaremos cayendo en las trampas, hay escaleras de gusano que dan miedo.— Balbuceó Wonwoo.

Jeonghan soltó un suspiro pero no dijo más, su pijama casi pegándosele a la piel por el sudor. Y Minghao no entendía como Seungkwan soportaba los aromas, no olían mal, pero sus feromonas estaban disparadas, Wonwoo era el más discreto, pero Woozi y Minghao... si, Minghao, apestaban a sus características feromonas haciendo una mezcla extraña, el aroma cítrico de Seungkwan era el único capaz de apaciguar los otros dos, y el de Jeonghan era casi inexistente de vez en cuando, pero otras veces apestaba tanto a vainilla que picaba.

Las temporadas cálidas eran donde más se sufría el celo.

—Aclaremos todo para irnos rápido.— Balbuceó Woozi bajándose del mueble y lanzando al centro un celular. —Tenemos que hacerlo rápido antes de que alguien más se de cuenta que las cuentas de jun fueron tomadas ¿Quiénes las manejan?

—El manager, los padres de Jun no podían manejarla porque no tenían ni idea de como hacerlo.— Explicó Minghao cruzándose de brazos. —Solo él tiene la contraseña... y Jun.

—¿Cuánto tiempo tendremos para subir el contenido?— Preguntó Seungkwan inclinando la cabeza.

—Nada.— Respondió Woozi. —Tan rápido como puedan, solo entrar y salir. Tan pronto dé la hora.

—Si... Seungkwan me dijo que solo tenía que copiar y pegar, pero no estoy seguro.— Se quejó Wonwoo. —¿Qué tal si me equivoco y subo una foto extraña?

—¿Más extrañas que las fotografías que tomamos en primer año?— Preguntó Minghao para despues dar un suspiro. —Me preocupa más Chan de lo que me preocupas tú, sé que está aprendiendo a usar Instagram y que Jun va a ayudarlo, pero no estará cerca...

—Yo quería Instagram.— Seungkwan hizo un puchero. —¡Minghao! ¡Déjame twitter! Tú toma Facebook, a nadie le gusta Facebook.

—Yo usaba Facebook.— Se quejó Wonwoo. —Pero me tocó una página que ni entiendo con palabras que ni entiendo, porque no es el mismo idioma.

—Me encargaré de Twitter porque es más importante y tedioso.

—¿Por qué parece que somos gestores de redes sociales?— Se burló Jeonghan. —¿estamos planeando el debut de Jun?

—Es el debut de la escuela Pledis.— Bromeó Minghao.

Bien, ahora eran gestores de redes sociales para el gran debut de la escuela Pledis; primer paso, revelar las fotografías de los documentos y las instalaciones que Minghao y Wonwoo tomaron en primer año, revelar algunos de los archivos viejos que se encontraban en la puerta de lobos y dar una leve explicación basada en todo lo recolectado ¿no era interesante? Un gran debut. Algo que sucedería de golpe, sin presentación ni preparativos, algo que aparecería por un cierto tiempo hasta que la escuela reaccionara.

Las redes sociales de Jun iban a estar repletas de la escuela Pledis cuando todos estuvieran esperando algo respecto al aniversario, cuando todos tuvieran la mirada sobre JunHui, y lo verían, vaya que lo verían, y aun si la escuela Pledis lograba hacer algo al respecto ya sería demasiado tarde. Esperaban que este primer ataque los desconcentrara, que intentaran desmentirlo, porque cuando estuviera desmentido, cuando la escuela Pledis pensara que tenía todo bajo en orden entonces prepararían su "comeback" revelando más información.

Si revelaban todo de golpe entonces la escuela podría desmentirlo de una, pero si lo hacían poco a poco solo se verían intentando tapar el sol con un dedo. Por eso serían pacientes y revelarían lo que consiguieron en primer año, las cámaras en los baños, las fotografías que tomó, no revelarían la ceremonia aun, eso sería demasiado para asimilar y caerían en burlas. Tenían que ir preparando todo para que la gente lo creyera sin dudarlo.

Aun si era verdad era tan increíble que necesitaban prepararlos.

Jun estaba muerto ¿a quién más iban a matar? Minghao era el blanco más evidente, pero para ese entonces Minghao estaría a la vista de los reporteros y el público, estaría en un punto alto de luz que la escuela tendría que pensar mejor sus movimientos. Aun así era un riesgo.

Y aceptaba ese riesgo. Con un pequeño detalle.

—Mis padres tienen que regresar a casa.— Suspiró con fuerza. —Estar aquí es peligroso para ellos.

—Si, pero como quiera es peligroso si se apartan.— Habló Jeonghan. —HyeJin pudo contactarlos y hacerlos venir ¿Qué te hace pensar que la escuela no puede hacerlo de nuevo? Tu padre vino hace poco.

—Pensemos rápido antes de que sean tres personas a las que cuidar y no tres.— Se quejó Wonwoo. —No podemos meter a todos en el templo.

—Fuheng es amigo de Sarang.— Dijo Woozi. —Hay posibilidad de que...

—No.— Dijeron Jeonghan y Minghao al mismo tiempo. —Dos alfas y un omega gestando no es una buena combinación, sin mencionar que Sarang es competitiva, ella peleará con mi madre por mero gusto, y mi madre responderá.

—Bueno, tu madre es un poco celosa así que podría malinterpretar la amistad de la mia y tu padre. Ellos si son amigos.— Jeonghan apretó los labios. —Mamá casi no tiene muchos amigos, y mucho menos amigos omegas, podría tratarlo como su empleado... aunque lo trata más como un cachorro.

—Mamá no va a querer vivir en la casa de otra alfa, ella es algo orgullosa.

El silencio se extendió por varios segundos. Sus padres tenían que estar a salvo, Minghao podía tomar cualquier riesgo y no se arrepentiría, pero sus padres no, su padre iba a tener a un cachorro dentro de pocas semanas y era mejor no arriesgarlo ¿entonces que hacer? Ya estaba decidido lo que harían, pero debían solucionar esto rápido.

—¿y si le pedimos un favor a una manada?— Preguntó Wonwoo. Todos lo miraron. —Las manadas son fuertes, ya saben... Minghao está en una.

—La manada de los lobos grises no está en este país.— Aclaró Minghao.

—¿de donde vamos a sacar una manada?— Preguntó Seungkwan. —Aunque me gusta la idea aparte de Minghao ninguno aquí pertenece a una.

—Seokmin, la manada de los lobos rojos.— Aclaró Wonwoo.

—Seokmin le envía cartas al Rey, si nos confiamos nos jodemos.— Suspiró Woozi. —Aun si el Rey está de nuestro lado o no esto es distinto. Si alguien lo jode se arruinó por completo.

—La manada de los lobos negros.— Jeonghan habló con la mirada encajada en algún lado, todos giraron a verlo. —No nos queda de otra. Convenceré a Kyungsoo de ayudarnos.

Bien. Nadie dijo más.

—No.— La respuesta de Kyungsoo no desanimó a Jeonghan, para nada. —Ya di una respuesta.

Jeonghan asintió, la habitación era calurosa a pesar de que el sol apenas había salido, Jeonghan extrañaba un poco las noches frías porque el calor no los dejaba dormir, a ninguno, de pronto todo se volvía incómodo y tenían la tentación de dormir en el frio suelo o en las paredes, en cualquier lado menos en algo abrigador. Incluso sus pijamas eran molestas, Jeonghan y Kyungsoo habían pasado mucho tiempo sin camisa, tanto que ya ni era incómodo.

Y asi como no era incomodo verse sin camisa tampoco lo era para Jeonghan acorralar al chico a pesar de su respuesta. No le gustaba el no, así que iba a insistir hasta que este se diera por vencido. Kyungsoo terminaría aceptando ayudarles junto a su manada de los lobos negros.

—Nos cuidamos.— Habló Jeonghan colocándose el uniforme escolar. No lo estaba mirando, pero sabía que Kyungsoo lo estaría haciendo —¿no es así?

—Nunca aclaramos eso, y de cualquier manera mi manada queda fuera.

Jeonghan giró la cabeza solo para sonreírle.

—Los chicos te protegen aunque fui yo quien te dijo que lo haría.

—Esperas que regrese el gesto.

—Así es en la manada de los lobos negros.

Kyungsoo lo miró casi con sorpresa. La manada de los lobos negros era callada, situada casi en el centro de una ciudad ruidosa no era nada como la manada de los lobos rojos, ellos no se valían de aromas fuerte, al contrario, sus aromas aunque estaban allí no era algo que los delatara como alfas y omegas, porque no se tomaban como eso. Se tomaban como personas, ignorando aquellos detalles como ser omegas o ser betas. Claro que podían saberlo, pero no les importaba en lo absoluto. Vivían tranquilos, calmados y bajo sus propias reglas, vivían a base de sus conocimientos y estudios, la mayoría siendo historiadores o maestros, a veces mentores, otras veces artistas.

Y Jeonghan supo todo esto gracias a Brandon, que ese jodido omega sirviera de algo nuevamente y lo ayudara un poco... Y a cambio Jeonghan tuvo que "proteger" a su futuro cachorro, cosas como si se llegaba a morir Jeonghan le buscaría un lugar o protección, Brandon era demasiado paranoico de vez en vez. Y le hizo prometer que nunca lo olvidaría o tendría que suicidarse. Claro.

—No necesito nada de ti justo ahora.— Dijo Kyungsoo cruzándose de brazos. —Aun si acepto tengo que saber lo que pagarás a cambio.

Jeonghan exhaló una pequeña risa. Claro, Cha Kyungsoo no necesitaba nada de él, y era comprensible, Jeonghan no podía ofrecerle nada interesante ¿protección? Ya lo hacía ¿Dinero? No estaba interesado ¿amigos? Ya lo eran. O algo así. Suspiró mirando el listón sobre una de las sillas, extendió la mano sin perder su animo y... encontró la caja sobre el escritorio, pequeña y cerrada como si no hubiera nada adentro. La tomó y abrió.

"Jeon Jeonghan."

Se colocó el anillo. No lo llevaba por lo general, eso levantaría las preguntas de los chicos y Jeonghan no estaba dispuesto a discutir el tema, había tomado una decisión. Se casaría con Bohyuk y cuando eso terminase les daría la noticia. El padre de Wonwoo y el suyo habían estado de acuerdo que todo fuera sencillo y discreto, tenían una fecha para el registro civil y ahora debían escoger dos testigos cada uno. Bohyuk tenía los suyos, al parecer un par de amigos que conoció en el trabajo. Jeonghan tenía... El secretario de su padre y... Y Jeonghan había pensado en Minghao.

"¿Firmarías como testigo en mi matrimonio?"

"No."

Minghao se había negado.

"¿firmarías como testigo, Chan?"

"No, Hannie, lo siento."

Chan también se negó.

Ni si quiera le preguntó a Mingyu, no quería meterlo en problemas si Wonwoo llegaba a enterarse. Tampoco le preguntó a Jun, porque estaba muerto. Entonces sus opciones se redujeron. Brandon no podía ser, ese día tendría otro compromiso por lo que no se esforzó en preguntar. Entonces se reducía más. Hoshi no, Seokmin no, sus amigos no... Kyungsoo... Lo miró en silencio y comenzó a negar, no, ya le estaba pidiendo un favor, no podía pedirle otro. Jeonghan no tenía más amigos, y las personas que trabajan en su casa le contarían a su madre.

—Quítate ese anillo.— Escuchó la voz monótona de Kyungsoo y regresó en si. —No te gusta.

—Es... Es un anillo importante.

—Pero cada que lo llevas parece que te lastima. Así que no lo lleves.

—Si las cosas fueran tan fáciles no lo llevaría.— Sonrió, pero apagó esa sonrisa negándose a regresar a aquella etapa. No debía sonreír si no lo quería. —Es más complicado de lo que parece.

Kyungsoo se puso de pie y tomó la mano de Jeonghan, le sacó el anillo, tan simple como un gesto, lo deslizó de su dedo y le giró la mano para colocarlo en la palma. Y el corazón de Jeonghan latió con un sentimiento extraño, algo de culpa y confusión, algo de tristeza.

—No tienes que llevarlo aquí.— Dijo Kyungsoo mirándolo a los ojos. —Yo no diré nada si no lo llevas.

Se inclinó cerca para murmurar.

—Es un obsequio de mi prometido.

—Tu prometido debe ser bastante idiota como para regalarte algo que no te gusta.— Y Kyungsoo se apartó. —Pediré ayuda a mi manada, pero quiero saber lo que ocurre alrededor de ti.

—¿Qué?

—Quiero saber porque tienes un prometido, quien es tu prometido y porque tienes citas con Jihoon. También quiero saber quién es el famoso novio de Wonwoo y porque Minghao sale con un profesor. Quiero saber sobre Seungkwan. Quiero conocerlos.

Jeonghan apenas parpadeó intentando comprender lo que Kyungsoo quería en realidad. No quería saber secretos, quería saber todo el panorama, quería averiguar sobre ellos ¿para que? ¿solo por mero gusto? Miró al omega durante vario tiempo hasta que le llegó una idea casi flotando a la mente.

—Quieres amigos.

No fue pregunta, por lo que no obtuvo respuesta. Bien, podía hacerlo, darle todo el panorama a Kyungsoo. Iba a ser tedioso.



La habitación estaba impecable, la ropa doblada y guardada en los cajones, las sabanas lisas, las cortinas cayendo a los lados de la ventana abierta, cada pequeño detalle ordenado en su lugar específico, ni una pequeña mota de polvo y ni un pelo por el lugar. Jeonghan casi sentía que Kyungsoo iba a aspirarlo por completo, porque también arregló su uniforme y acomodó el listón en su cuello de la mejor forma. También le pidió que no titubeara y que si no podía hacerlo entonces que no hablara en lo absoluto.

Al parecer la manada de los lobos negros era rápida y puntual, Kyungsoo los llamó durante la noche y ellos respondieron que estarían allí a primera hora del día, por lo que pasaron toda la noche limpiando y discutiendo de si notarían o no el polvo debajo del armario. Kyungsoo se volvió tres veces más mandón y Jeonghan tres veces más insoportable.

—Hay telarañas en el techo.— Dijo Kyungsoo sin mirar. Jeonghan rodó los ojos. —Busquemos a la araña.

—Estás equivocado.— Respondió Jeonghan igual sin mirar. —No existen las arañas, son monstruos que la gente inventa para asustar a los niños.

—Eso es absurdo. Hay telarañas, debemos limpiar el techo.— Kyungsoo insistió mientras limpiaba un rincón en la pared, algo pequeño y sin importancia. —Y matar a la araña.

—Entonces también busquemos a pie grande, debe de haber nieve en los rincones.

—No hablas en serio.

—Hablo completamente en serio.— Rodó los ojos dejando las almohadas impecables. Limpiar no era lo suyo, pero estaba esforzándose. —Hay que desalojar también al ratón de los dientes.

—¡Tenemos que limpiar el techo!— Kyungsoo gritó poniéndose de pie y lanzando el pañuelo al bote de basura. Y por fin alzó la cabeza para mirar el techo.— ¡El líder está a punto de llegar y...! No hay telarañas.

Jeonghan rodó los ojos, claro que no había jodidas telarañas porque se había esforzado para quitarlas de allí durante la noche, incluso dejó libre a las arañas quienes podían hacer su hogar fuera de la habitación. Pero para ese entonces Kyungsoo estaba lavando las sabanas y almohadas. También limpió las grietas de las paredes, limpió la madera del armario, ahuyentó cualquier animal que quisiera vivir en él, sacudió los colchones, reacomodó zapatos, maletas vacías y ropa limpia. Limpió la ventana, la pared y el escritorio, le sacó brillo a la lámpara y le quitó el polvo a la bombilla en el techo. Y estaba cansado.

Se duchó, se lavó los dientes, se peinó y cambió, se dio ánimos y practicó como no tartamudear, intentó esconder sus ojeras de no haber dormido y se aseguró de verse impecable.

Apuesto que sus amigos estuvieron durmiendo durante todo el rato que estuvo concentrándose en ser perfecto.

—¿Cómo se llama este líder?— Preguntó Jeonghan cuando Kyungsoo seguía mirando al techo. —¿debo referirme a él de alguna manera?

—Señor.— Aclaró Kyungsoo bajando la mirada. —No eres parte de la manada así que podrías hablarle de la forma que desees, pero es mejor que lo llames Señor.

—¿y cómo debería llamarte a ti cuando este él?

—Kyungsoo.— Kyungsoo respiró sacudiendo un poco la cabeza. —No mientas. Si quieres su ayuda será mejor que seas honesto.

—No le contaré todo.

—No tienes que hacerlo, solo sé honesto.

Alguien tocó la puerta y ambos se quedaron en silencio tomando posturas rectas y un poco incomodas, y quizás fue la primera vez donde vio a Kyungsoo titubear, con miedo de moverse. Jeonghan sonrió entrelazando sus manos sobre su estómago, como la postura que solía tomar su madre cuando tenía que tratar con las personas. Si tomaba la de su padre, con ambos brazos atrás, iba a terminar dominado por el nerviosismo. Pasaron los segundos y Kyungsoo no se movió.

Jeonghan dio un paso enfrente y abrió la puerta de golpe, sin permitirle titubear más al omega, y recibió frente a él a un muy nervioso Seokmin, y a otro hombre.

El desconocido apenas y se inclinó para saludar y Jeonghan abrió más la puerta para darle el paso. Kyungsoo imitó el gesto del hombre y este por fin entró, dejando al nervioso Seokmin respirar. Bien. Cerró la puerta despidiéndose de Seokmin.

—Kyungsoo.— Habló el hombre con calma.

No era un anciano como Jeonghan lo imaginó, no era tan joven ni tan viejo, era un hombre alto, con ojos fríos pero un rostro amable, había algo alrededor suyo que estaba bien pero que intimidaba, la apariencia impecable y el aroma a café. Era un omega.

Jeonghan se colocó a un lado de Kyungsoo y esperó alguna palabra hacia él, no un saludo, porque Kyungsoo no se había presentado de inmediato la primera vez, pero esperaba al menos que pidieran una explicación, no harían preguntas. Quizás. No tenía idea. No sabía si eso de no hacer preguntas era solo de Kyungsoo o tenía que ver con toda su manada.

—Líder.— Respondió Kyungsoo.

—¿Cuál era la razón de tu llamada?— Preguntó el líder con calma. Entonces Jeonghan asintió. Eso de las no-preguntas era solo de Kyungsoo.

—Pedir la ayuda de la manada.— Respondió Kyungsoo mirado al líder, este se veía casi amable. —No para mí en particular. Para Jeonghan.

—¿Jeonghan?— El líder abrió los ojos y miró a Jeonghan. No sonrió, porque estaba nervioso y porque sería mentir, pero si se esforzó en saludar. —Me agrada tu color de cabello. Jeonghan.

¿eh?

—Gracias. Es teñido.

—Lo supuse.— Asintió el líder. —Preséntate. ¿Sabes cómo?— Jeonghan alzó su mano y el líder soltó una pequeña risa y negó. Tomó las dos manos de Jeonghan entrecruzándolas frente a su rostro, con las palmas abiertas y mirando hacia él. Despues lo soltó. —Inclina la cabeza hacia delante y mantenla allí.

Jeonghan lo hizo sin saber a dónde mirar. Pero no titubeó. Esperó.

—Líder, Jeonghan no pertenece a ninguna manada. No ha tenido contacto con alguna.— Explicó Kyungsoo. —Ha vivido como un omega.— Hubo un pequeño silencio. Incomodo. —Pero él se ha preocupado por mí, y me ha ayudado, pudo descifrar un extraño diario y es más ágil y atlético de lo que uno podría pensar. Es capaz de...

—Kyungsoo.— Interrumpió el líder. —Guarda silencio.— Y hubo silencio. A Jeonghan comenzaban a arderle los brazos y el nerviosismo lo hacia peor. No quería temblar. —¿Qué has hecho para que nuestro desinteresado Kyungsoo esté tan interesado por ti? Jeonghan.

—Nada destacable, solo lo he tratado igual que a los demás.

—¿eso es modestia?

—No.

—Algo me dice que no puedes responder mi pregunta de forma acertada.

—Es acertada para mi.— No titubeó. —Ser atlético, o ágil no son cualidades únicas en una persona, descifrar un extraño diario es lo que él habría hecho en mi situación. Ayudarlo y preocuparme por él sería lo único que podría resultarle interesante. Pero dudo que Kyungsoo lo considere así.

—Levanta la cabeza y baja los brazos. — Que-jodido-alivio. Acató la orden mirando al líder. —¿Qué le darás a la manada si decidimos ayudarte?

Mierda.

—No tengo idea.— Respondió con seguridad. Kyungsoo lo miró de golpe. —Me gustaría decirle que pagaré cualquier cantidad que demande, pero eso no es lo que buscan. Me gustaría decir que daría mi vida a cambio, pero la tengo comprometida con otros asuntos. No sé lo que aceptaría a cambio de ayudarme.

Kyungsoo no estaba feliz, pero le había dicho a Jeonghan que no mintiera, y eso era lo que hacia, no estaba mintiendo. Auténticamente no sabía que darle a cambio a una manada así. Podría decirle que aceptaría cualquier cosa que le pidieran, pero no sería suficiente. El líder lo miró con una pequeña sorpresa y despues sonrió. Una sonrisa cálida.

—Jeonghan, cada palabra que has dicho hasta ahora es desventajosa para ti.

—Kyungsoo me pidió que no mintiera.— Respondió seguro de ello. —Y...— Se tragó el nudo en la garganta intentando no titubear. —Para ser honestos estoy cansado de mentir también. Podría poner mi mejor cara y fingir que daré cualquier cosa para obtener su ayuda, podría fingir que no pasé horas limpiando la habitación durante la noche. Pero ya he mentido lo suficiente, y continuo haciéndolo porque no me queda otra opción. Pero no voy a mentirles a las personas en las que quiero confiar, porque quiero que también confíen en mí.

El silencio se volvió pesado, el aroma a café estaba allí, rodeándolos, pero Jeonghan no se permitió prestarle atención hasta que el líder se presentara. Su mirada fría y lejana clavó varios puntos en su cabeza, y la mirada fria, pero preocupada de Kyungsoo estuvo a punto de ponerlo nervioso. Bien, si no conseguía la ayuda de esa manada entonces mandaría a la mierda todo sobre las peleas o amistadas de su madre y ocultaría a los padres de Minghao en su casa. Pero quería ser honesto y confiar en la manada de los lobos negros.

No eran su única esperanza, pero era lo que Jeonghan había decidido y lo que quería.

Cuando los segundos pasaron Jeonghan se negó a despegar sus ojos de los del líder, decidido a aguantar su mirada hasta el final. Este hombre era un omega, pero aun si fuera un alfa o un beta no cambiara nada en lo absoluto. Ser omega o no era irrelevante.

El líder exhaló una pequeña risa.

—Kyungsoo.— Llamó al omega quien alzó la mirada. —Toma tú la decisión. Si consideras que Jeonghan merece o no recibir nuestra ayuda. Independientemente de tu respuesta será tú responsabilidad, tanto como decir no y negarle a Jeonghan lo que busca o decirle sí, y tener que hacerte cargo de lo que quiere. Está en tus manos.

—Líder ¿Por qué?

El líder lo miró con auténtica sorpresa.

—Es la primera vez que te escucho una pregunta. Kyungsoo.— El líder retomó la compostura. —La manada tiene una deuda contigo. Si aceptas ese será nuestro pago.— ¿una deuda? Miró a Kyungsoo con curiosidad. —Si lo dejas a mi decisión entonces seguiremos en deuda.

Jeonghan se sintió nervioso, si Kyungsoo decidía que era mejor no meterse en más problemas, o no quería esa decisión entonces Jeonghan debía aceptarlo. Enfrentarse a este extraño líder era una cosa, dejar que Kyungsoo decidiera era distinta, porque incluso así Jeonghan había tenido que darle algo a cambio a Kyungsoo para llamar al líder.

Oh. Él diría que no.

Jeonghan no tenía nada más que darle a Kyungsoo.

—Contrario a lo que dijo Jeonghan...— Habló Kyungsoo. —Ayudarme y preocuparse por mí es lo que considero más interesante. Regresaré su gesto. Aceptaré ayudar a Jeonghan.

Jeonghan titubeó por primera vez, sin saber que decir ante las palabras de Kyungsoo y confundiéndose ante la mirada que le dedicó, algo tan sincero y a la vez tembloroso que supo que también estaría titubeando si volviera a hablar. Los dos mirándose con una sorpresa genuina. Y hubo algo que Jeonghan realmente no esperó ver nunca en el rostro del omega. ¿Estaba sonrojándose?

El líder sonrió dando un asentimiento. Levantó sus dos manos entrecruzándolas y se agachó un poco, el aroma a café rodeando la habitación. Y deshizo su postura segundos despues.

—Jeonghan, no sé qué le hayas hecho a nuestro Kyungsoo. — Habló el líder. —Nuestro Kyungsoo quien nunca se mete en problemas y nunca pide nada... vine hasta aquí personalmente dudoso de la situación. Y me sorprende que sea verdad.

—Desde que conozco a Kyungsoo él ha sido quien más me ha ayudado en realidad. Señor.— Respondió con una pequeña sonrisa sintiéndose terriblemente apenado.

"Colócate el listón"

"¿siempre eres tan mandón? Tambien eres un omega."

"Eres de tercer año, deberías intuir que algo no es normal. Lo mejor es obedecer, actuar como ellos quieren pero no esperan que hagamos."

Sonrió.

—Llámame Hakyeon. Jeonghan.— Jeonghan asintió y Hakyeon miró a Kyungsoo de nuevo. — Debo regresar con la manada. Me entusiasme tanto que olvide mis propias responsabilidades. Kyungsoo, esperaré de nuevo tu llamada.

—Sí, líder.

—Asegúrate de aclararle a Jeonghan las reglas y obligaciones que deberá asumir.

—Sí, líder.

—Kyungsoo. No estamos decepcionados o molestos por el hecho de que reprobaste un año escolar. La manada quería aclararte esto.

—Si, líder.

Hakyeon sonrió una última vez.

—Y asegúrate de que las cortinas no toquen el suelo, es desagradable que se ensucien de la parte baja.

Jeonghan quiso reír.

—Yo puedo encargarme de eso.— Respondió Jeonghan mirando a Kyungsoo.

Y Kyungsoo le sonrió.


...

Lamento si actualizo muy seguido.
Ya honestamente quiero terminar esta historia jaja.

Les confieso que si hubiera decidido poner edades en la historia (que no hay) hubiera sido más o menos así;

Minghao: 23
Woozi: 21
Seungkwan: 18
Wonwoo: 20
Jeonghan: 21
Seungcheol: 25
Mingyu: 25
Jun: 23
Dino: 18
Vernon: 19
Joshua: 35
Hoshi: 32
Seokmin: 23

Pero pues ya era muy tarde como para corregirlo, así que se quedan sin edades especificas.

...

O-Me-Ga (Entre los capítulos 9.2 a 11)

Plan único para contraatacar a Udi. Escrito y dirigido por Jebon Guangu. Llevado a cabo por Chebon JonHa.

Operación Chicle.

—Cogetelo si es necesario, Jeonghan. Co-ge-te-lo. Pero no lo dejes ir solo, es más, agarralo del...

—Wonwoo, basta.

Operación exitosa.
Ganan las niñeras, pierde el cachorro.

—¿Aunque ustedes cayeron en la mayoría de mis trampas?

—Acéptalo, perdiste, pudiste ganar batallas pero no la guerra.

—Que injusto.

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