
Capítulo 1.1
Ese año no hubo ceremonia de inicio. Los padres se fueron poco a poco abandonando el lugar, dejando a los alumnos de primer año confundidos y desorientados, ellos caminaban en todas las direcciones mientras los de segundo intentaban instruirlos, y los de terceros, tan distantes y poco interesados solo se dirigían a las pequeñas zonas asignadas para colocar el supresor. Minghao quiso ayudar a un chico de primer ingreso. Pero de uno se hicieron dos, y de dos se hicieron tres y de tres... Terminó con un pequeño escuadrón de veinte alumnos.
—¿todos son de primer ingreso?— Preguntó mirando a cada uno de los omegas. Uno alzó la mano.
—Soy de segundo, pero tampoco sé a dónde ir.
Ah... Negó con un suspiro y comenzó a caminar dándoles la orden de seguirlo. Y ellos lo hicieron como pequeños patos. Bien, en otro año no habría hecho eso, no le habrían interesado los demás, pero ahora su corazón parecía más abierto al hecho de ayudar a otros. Quizás fue por lo que ocurrió el año pasado, quizás fue porque se hizo consiente de aquellos omegas que pasaban por momentos horribles para despues ser lanzados al mundo con una parte de ellos rotas. Quizás fue el infierno que vivió, pero ahora no podía dejar de ver a todos los omegas como si fueran su responsabilidad. Su cargo.
Quería ayudarlos a todos, porque comprendía el dolor y el miedo que sufrieron otros que no tuvieron ayuda.
No importaba si era algo pequeño como decirles a donde ir o guiarlos, quería que ninguno se sintiera solo y desprotegido, que pudieran caminar seguros. Sin embargo, quería que ellos aprendieran a ser independientes, que pudieran valerse por sí mismos y encontrar soluciones a sus problemas para que en un futuro pudieran ayudar a otros. Quería entrenarlos. Con un demonio, quería entrenarlos para que fueran capaces y pudieran defenderse de cualquier situación.
—Aquí pueden pedir indicaciones.— Les dijo deteniéndose en una pequeña zona. —Los dirigirán a las zonas correctas. Es bueno que se agrupen, así pueden ayudarse.
—¡Tengo una duda!— Un alumno que parecía más joven alzó el brazo. Minghao lo miró. —Tengo un número que me dieron antes... es 345 ¿Qué significa?
Señaló la puerta donde podían entrar y pedir indicaciones. El omega apretó los labios y se tambaleó en sus pies. Suspiró.
—El primer número es el piso en donde está ubicada tu habitación, los siguientes dos es el número de puerta. Tu habitación es en el piso 3, puerta 45, pero tendrá grabado el numero 345— Explicó con calma, a pesar de que era terriblemente simple.
El chico suspiró.
—¡Pensé que tenía que contar hasta la habitación 345!
—¿hay 100 habitaciones en cada piso?— Preguntó alguien más y Minghao señaló de nuevo la puerta.
—No, hay aproximadamente 50 o menos.
—¿entonces porque existe la habitación 345? ¿no sería más fácil numerarlas normal?
—Se hace de esa forma para que puedas ubicar tu piso fácilmente.— Señaló la puerta detrás de él. —Esta es la 101, donde pueden pedir indicaciones. Suerte.
Se fue tan rápido que no les dio tiempo de seguir con sus preguntas. Quería ayudarlos, no actuar como su mamá, si ya los había guiado hasta una zona segura entonces ellos tendrían que seguir por si mismos, era lo correcto, Minghao no tuvo a alguien tan amable antes, quizás Jun, pero jun lo dejaba a su suerte porque él también tenía un trabajo del cual encargarse, claro, antes de que "muriera" ahora no tenía nada, pero no parecía del todo triste con ese hecho.
Caminó por los pasillos arrastrando su maleta, regresar había sido fácil, estaba seguro de ello así que solo se preparó para estar en la escuela Pledis, aunque sus padres insistían en querer que volviera con ellos. Sus padres lo querían en casa, ellos habían insistido y aun cuando les dijo que no volvería aun parecieron comprender y dejar el tema, y justo despues su padre hizo un berrinche sobre que se perdería el nacimiento de su hermano menor. Bien, Minghao prometió llamarlos con regularidad y pedir algún permiso para no perderse la llegada del cachorro.
Su madre había sido comprensiva, ella fue paciente y una maravilla de nuevo, como cuando Minghao era niño y no temía mirarla a los ojos, y las pocas semanas que pasaron juntos le hizo recordar a esa época donde todo estaba bien. Ya no le importaba ser un omega o parecer débil ante las personas, porque si lo era entonces aprendería a defenderse, aprendería a levantar y aceptar sus fallos y errores. Estaba decidido a mejorar.
Y cuando terminara el asunto de la escuela Pledis, cuando pudiera dejarla al descubierto y darle justicia a aquellos omegas, cuando eso pasara entonces volvería. Regresaría con sus padres sin importar el tiempo perdido. Estaría de nuevo con su familia sin cometer los mismos errores y le enseñaría a su pequeño hermano a como valorar con lo que vivía. Ese era su motivo para terminar con ese asunto, el mismo que siempre lo motivo, pero ahora con un sentido diferente. Ahora sabiendo que sus padres lo aceptarían aun si no cumplía con sus objetivos. Pero quería cumplirlos.
Miró el número de su habitación solo para asegurarse de que estaba en el camino correcto. Aun no sabía quién era su compañero de cuarto, y esperaba que la escuela Pledis no se esforzara por ponerle de nuevo a un desconocido dolor de cabeza. Esta vez quería alguien amable que no interfiriera mucho, sabía que Jeonghan y Jihoon siempre estaban juntos, así que esperaba, aunque fuera una probabilidad baja, que su compañero fuera Seungkwan. Aunque roncara y se moviera cada cinco segundos mientras dormía. Observó de nuevo el numero y siguió arrastrando su maleta.
Las puertas estaban cerradas y los alumnos entraban poco a poco, Minghao era consciente de que no le agradaba a sus compañeros, se peleó con varios de ellos y muchos otros habían escuchado rumores desagradables. Así que no eran los más queridos del lugar, al menos los alumnos de segundo año no los trataban tan mal, ellos pareciendo mucho más relajados.
Llegó hasta su cuarto y no tocó la puerta, abrió con su llave.
—¿Qué haces aquí?— Fue lo primero que preguntó al verlo.
Wonwoo no respondió, él continuó desempacando en una esquina dándole la espalda, su uniforme estaba arrugado y solo llevaba la camisa y los pantalones, sin rasgos del listón en el cuello ni del saco que solía acompañarlo. Y sus zapatos se veían gastados, más de lo que deberían. Lanzó sus cosas a la cama solo para poder acercarse al omega y comprobar que era él, y si. Era Wonwoo, de pies a cabeza.
Era Wonwoo, con varios golpes en el rostro y un par de rasguños, sus brazos estaban igual, sus nudillos parecían haberse peleado contra una pared yuno de los cristales de sus lentes estaba roto. No esperaba algo así, por lo que ocultar su rostro de sorpresa fue casi imposible, y cuando Wonwoo lo notó le lanzó una camisa a la cara.
—Ocurrieron cosas.— Fue lo que dijo caminando hasta uno de los armarios. —Estoy de vuelta, así que... ¿somos compañeros de nuevo? Extrañaré a Seungkwannie.
—No deberías estar aquí.— Dijo de inmediato buscándole la mirada. —¿y qué demonios pasó? ¿Fue tu padre?
—Minghao ¿puedes evitar mencionarlo ahora?— Wonwoo suspiró. —Ya tengo suficiente con la mirada de todos los omegas allá afuera ¿sabes lo que me dijeron?
—¿Se burlaron?— Preguntó con sorpresa a lo que Wonwoo negó.
—Me dieron sus números de celular. Los alumnos de segundo son muy raros, en serio, ellos insisten en salir conmigo, creen que soy un omega-alfa o algo así.— Oh. Minghao tuvo que evitar reírse así que apretó los labios y miró a una esquina. —Creo que ven muchas novelas de chicos rudos. No soy un chico rudo, soy un adorable omega como ellos.
—Aja, adorable.— Se burló. —¿no te parece interesante atraerle a los omegas al punto en el que no les importa que tú también seas uno? Debe ser encantador.
—Tú también le gustas a los omegas.
—Y me encanta.
Wonwoo le dedicó una mirada cansada con los lentes rotos y Minghao decidió detenerse. Bien, al parecer gustarle a los omegas no era del agrado de todos, aunque aún no lo comprendía. Gustarle a los alfas era cansado y casi una norma, gustarle a los betas era cuestión de suerte, gustarle a los omegas siendo uno era... interesante. Un poco más interesante que ser un hombre omega y gustarle a las mujeres, porque las mujeres solían ser más selectivas, en especial las alfas quienes preferían otras mujeres y las omegas, que preferían lo que sea que no fuera otro omega. Ah. Minghao tenía que dejar de pensar en ese tipo de cosas.
—Como sea, puedes llamar a cualquiera de los omegas que me dieron su número, están sobre el escritorio.— Wonwoo lanzó su maleta vacía al interior del armario. —Desempaque. Ahora puedo ir y...
Alguien abrió la puerta de golpe, sin tocar, y eso los hizo a ambos girar la cabeza encontrándose con el alumno que miraba un pequeño pedazo de papel. Era de tercer año, y aunque no lo recordaba del todo sabía que estuvieron juntos un par de clases, las suficientes como para que Minghao reconociera su rostro. El chico los miró con curiosidad por un par de segundos hasta que se inclinó para saludar. Justo despues revisó la puerta.
—¿Te confundiste de habitación?— Preguntó Wonwoo rompiendo el silencio, el chico negó.
—No. sí es mi habitación.
—¿eh?— Preguntaron al unísono mientras se miraban el uno al otro. No podía haber tres en una misma habitación, ambos revisaron las pequeñas hojas para comprobarlo.
—Es mi habitación.— Dijo Minghao alzando su hoja.
—También la mía.— Respondió Wonwoo. Y si, los tres números eran los mismos. —Tendremos que ir a preguntar o alguien se duerme en el armario.
—Vamos.— Minghao suspiró.
—Hubo un pequeño error.— Habló el chico frente a ellos que tecleaba en su computadora. —Al principio aparecía que Jeon Wonwoo y Xu Minghao se encontraban en la habitación 205, pero ahora... Jeon Wonwoo se encuentra en la habitación 322 y Xu Minghao permanece en la 205.
—¡¿Ah?!— Wonwoo gritó. —¡Acabo de terminar de desempacar! ¡No es justo!
Minghao miró con curiosidad la pantalla de la computadora y despues miró el chico a su lado que asentía rápidamente para irse, al parecer convencido de que Wonwoo solo sacaría sus cosas y ya... y si ¿Qué más podía hacer al respecto? Por un pequeño error que no parecía tan inocente del todo. Dio un largo suspiro jalando al omega a su lado para que este evitara pelear contra el pobre chico que miraba casi asustado a Wonwoo, al parecer intimidado por las marcas en su piel.
—¿Por qué te moverían de habitación y de piso?— Preguntó Minghao arrastrando a Wonwoo. —¿Qué es lo que intenta ahora la escuela Pledis?
—Ser un jodido dolor de cabeza, eso es lo que planean.— Se quejó Jeon arrebatándole su brazo. —Quieren separarnos, piensan que haciéndolo dejaremos de darles problemas, pero que se jodan.
—Aun si fuera así...— Se detuvo de golpe justo a tiempo, antes de impactar con el montoncito de alumnos que pasaron como una manada. —¿Por qué están tan juntos? Es molesto que caminen más de tres personas juntas...
Oh.
Bien, quizás ellos molestaron a un par de personas los años anteriores y por eso no eran tan agradables para los otros. Pero no era tanto como para provocar el odio o el rechazo que recibieron en segundo año, o en primero, cuando literalmente se pelearon con un pequeño grupo de omegas. O en segundo cuando Brandon les arruinó aún más la imagen. Este año podían intentar ser un poco más comprensivos.
—¿A dónde se supone que van?— Preguntó Wonwoo sin perderlos de vista. —No tenemos clases y la mayoría ya están en sus habitaciones. Menos yo. Porque tengo que mudarme... ¿no puedes...?
—No te cambiaré la habitación.— Respondió de inmediato inclinándose para ver mejor a los alumnos que se habían detenido alrededor de algo. —¿Qué están haciendo?
—¡Ah!— Escucharon el grito de sorpresa y una persona se abrió paso entre los alumnos. —¡Les prometo que no tengo más! ¡Varios alumnos de segundo año se llevaron los últimos!
Hoshi casi se arrastró fuera, siendo jalado por el montón de omegas que parecían reclamarle. Bien, ellos no lo hacían por los dulces, lo hacían por Hoshi, y Minghao tuvo mucho tiempo para pensar en ello durante las vacaciones. Él también fue igual en su primer año, siempre queriendo estar alrededor de Hoshi, la única diferencia era que Hoshi sí estaba alrededor de ellos, si les prestaba la suficiente atención como para no notarlo, y siempre los atendía más rápido que a otros alumnos.
Aquella idea no debió hacerlo sonrojar ni hacerlo sentir levemente culpable.
—¡Chequen en sus bolsillos traseros!— Gritó Wonwoo a lo que los alumnos comenzaron a reclamarle al profesor. —¡Siempre esconde más! ¡Vayan a su oficina!
—No ayudes.— Balbuceó Minghao.
—¡Si van con su compañero Jeon...!— Hoshi señaló a Wonwoo. —¡Él les dará un tour por la escuela, es muy divertido y guapo, vayan con él...! ¡Y miren, The8!
Oh. Los alumnos los miraron con curiosidad por un par de segundos, sus caras tiernas en un perfecto gesto en blanco. Minghao sintió ese pequeño escalofrió que le daban siempre que estaba a punto de salir a ver a un par de fans. Era el mismo. Tomó la mano de Wonwoo.
—¡Cierto! ¡Es The8!— Exclamó uno de ellos y poco a poco comenzaron a acercarse. No, en realidad se acercaron terriblemente rápido, así que el primer instinto de Minghao fue...
—¡The8 les dará beso despues del tour!— Wonwoo lo empujó e intentó correr.
—¡Te quedas para el tour!— y Minghao lo jaló del brazo. Dispuesto a no caer solo.
Podrían no agradarle a los de tercer año, pero los de primer ingreso parecían encantados por ambos. No le encantaba del todo.
Siete pisos tenía que ser una broma, una muy mala broma. Los alumnos de tercer año por lo general se encontraban en los primeros pisos, y los de primer año tampoco tenían que subir tantas malditas escaleras, así que no tenía sentido que Seungkwan tuviera que subir siete pisos para llegar a su habitación ¿Por qué tantos? Las escaleras para ir de un piso a otro ya eran un sufrimiento, ahora, siete pisos era... en algún momento terminaría por lanzarse de la ventana, lo haría.
Miró a sus espaldas encontrando a Seokmin quien lo ayudaba a llevar sus maletas, el prefecto tampoco parecía feliz con esto. Las clases estaban distribuidas de forma diferente, ya no se encontraban todas en el primer o segundo piso, ahora parecían formar laberintos donde cada una estaba al extremo de otra, no iba a ser fácil para nadie. Seokmin tampoco lo comprendía. Y Seungkwan podía apostar que todo tenía que ver con MinSook.
MinSook no solo había sido un dolor de cabeza durante las vacaciones; acosando a su familia y tomando todas sus posibilidades de poder sustentarse solos, ella también había estado metida en la escuela Pledis, ni si quiera lo ocultaba, Seungkwan había encontrado mil y un artículos que hablaban de ella y sus nuevos negocios, sus examigos también y le habían estado mandando mensajes al respecto. Ya ni siquiera eran amigos ¿Por qué estaban tan interesados?
—701...— Jadeó Seokmin lanzando la maleta a la habitación. —Listo... Llegamos, tú solo...
Seokmin se dejó caer en una de las camas. Seungkwan suspiró. La habitación era igual a las otras, dos armarios, dos escritorios, dos camas, y una sola ventana que tenía dirección al templo, nada más, no había polvo acumulado, algo bueno. Miró todo el lugar antes de soltar otro suspiro y lanzó su maleta pequeña al escritorio. ¿Dónde estaban los demás? No hubo ceremonia de inicio por lo que fue incapaz de encontrar a los otros, sus aromas estaban allí, pero localizarlos entre tantos alumnos de primero con hormonas alborotadas era un dolor de cabeza.
Llevó una mano a su brazo cuando el dolor comenzó a aparecer. El supresor fue la peor parte, no podía dejar de sentirlo allí, incrustado como si su cuerpo quisiera lanzarlo fuera.
Decidió ignorar el supresor y caminó hasta su maleta pequeña, abriéndola y sintiéndose culpable de inmediato.
—Lo siento, Byul.— Murmuró sacándola de allí. —Ah... hasta la lance... me siento mal.— Abrazó a la muñeca como si estuviera consolándola, y sacó de la maleta una pequeña fotografía que acomodó en el escritorio. —Lo siento, papá...— Sacó otra más. —Lo siento, HyeJin.
—¿y el lo siento para Seokmin?— Balbuceó Seokmin derritiéndose en la cama. —¿Cómo se supone que cuidaré a los alumnos de tercer año si todas sus clases están en diferentes pisos? Algunos alumnos tienen clases en el primer piso mientras que otros en el quinto, y algunos están en los dormitorios de primer año. Es como si quisieran...
—¿Revolverlos? ¿alejarnos?— Seungkwan se acercó cargando a Byul. Debía encontrarle un lugar en su habitación. —Estoy seguro que no es algo hecho al azar.
—No.— Negó el beta. —Desde que la señora Seo llegó ha cambiado muchas cosas, el año pasado no se entrometía del todo pero... creo que ella ya asimiló como trabaja el lugar. Como un año de prueba.
—¿Por qué necesita cambiarlo? La escuela Pledis lo tenía todo resuelto.— Suspiró sentándose a un lado de Seokmin.
—No todo. Desde que esos policías llegaron la escuela ha estado en la mira, ellos insistían en hablar con los alumnos y creo que querían hacer un antidoping, por eso les retiraron el supresor el año pasado. Y...— Seokmin exhaló. —Dudo que los policías estén buscando...
Alguien abrió la puerta casi de golpe. Un alumno, un alumno que se percató de ellos y volvió a cerrar la puerta para despues tocar.
—Puedes pasar.— Respondió Seungkwan a lo que el chico entró inclinándose un poco. ¿se habían visto antes? No, nunca, Seungkwan no tenía ningún recuerdo del omega. Ningún recuerdo con aroma a limón.
Seokmin se puso de pie y dijo un par de palabras más por incomodidad, y despues salió del cuarto despidiéndose, caminando por el pasillo y olvidando que las escaleras se encontraban del otro lado, Seungkwan lo dejó seguir, en algún momento se daría cuenta.
—Mi nombre es Yu Seokhwa.— Se presentó el omega extendiéndole la mano, Seungkwan la recibió. —Seremos compañeros de cuarto.
—Boo Seungkwan.— Se presentó con calma. Y observó, casi por suerte, la marca del supresor, no era la misma. —¿eres de tercer año?
El chico abrió los ojos con sorpresa y negó.
—Soy de primer año. — ¿Por qué compartía cuarto con un alumno de primer año? —¿No eres de primer año?
Ah. Si Seo MinSook quería confundirlos y separarlos entonces ella estaba haciéndolo bien, Seungkwan no comprendía.
El aroma de Seokhwa era plano y tranquilo, ninguna emoción a la vista, un aroma cítrico que encajaba en la habitación y permanecía allí. Era un omega, un omega un poco más joven y curioso, alguien que no olía a malicia o desagradable. Seungkwan no podía sacar mucho de él, solo un chico más, sin embargo, cuando iba un poco más profundo, cuando se centraba en el punto cítrico, encontraba algo interesante.
—¿Conoces a Seo MinSook?— Preguntó intentando sonar tranquilo. La sorpresa de Seokhwa fue clara.
—Si. Es la mujer que me dio la beca para estudiar aquí...— Respondió el omega mirándolo de reojo. Hubo un sentimiento tenso en el limón. —No necesitaba la beca, mi familia puede pagar la escuela, pero no estaba en mis planes. La señora Seo solo me dio la idea de entrar.
Y Seungkwan sonrió ¿eso importaba?
—Mi amigo también es becado.— Dijo restándole importancia. —Solo que él no podría pagar la escuela... Es una suerte que haya recibido una porque es más inteligente de lo que la gente suele creer. Uno de los mejores.— Volvió a sonreírle a Seokhwa pero este se mantuvo en silencio.
—¿de que sirve ser inteligente si somos omegas?— Preguntó el chico. —Al final nos casaremos con un alfa.
—Hay muchas cosas que un omega puede hacer.— Respondió sin desanimarse. —Cómo ayudarse a desempacar.
El aroma de Wonwoo era agradable, suave y agradable, como el que tenía alrededor de Jeongkwan, tan lindo y encantador que habría enamorado a cualquiera con buen olfato. Seungkwan lo había encontrado gracias a su aroma, lo siguió hasta la habitación y vio cuando entró en ella junto con otro chico de segundo año. Y vio cómo se reía con él, y como se llevaban bien, sus aromas siendo agradables uy ligeros, como si fueran muy amigos. Por que al parecer eran amigos perfectos, el omega de segundo año tan amable con su aroma a madera.
Se acercó caminando despues de haber bajado tantas escaleras y miró a Wonwoo sonreír. ¿porque estaba maquillado? Miró al otro omega solo para comprobar que había sido él quien había maquillado a Wonwoo, su piel cubierta con una suave base viéndose bien. Seungkwan solía maquillar un poco mejor ¿cierto? No era del todo bueno, Minghao sabía más que él, pero aun así ¿Por qué le importaba? ¿y porque los lentes de Wonwoo estaban rotos?
Wonwoo lo miró como si sintiera su pesada mirada y le sonrió, su aroma siendo más brillante y eso alegró a Seungkwan. Pero el chico de segundo también sonrió, y era bonito y joven. El nuevo compañero de Wonwoo, al parecer.
¿Wonwoo lo quería más a él?
"Boo Seungkwan ¿Qué demonios estás pensando?"
Wonwoo se puso de pie y se acercó, y el alumno de segundo año también lo hizo.
—¡Wonwoo!— Lo llamó lanzándose para abrazarlo. Wonwoo se tambaleó un poco.
—¡Ah! Deberían tener cuidado...— Dijo el otro molesto omega.
Pero cuando Wonwoo lo apartó...
—¡¿lo prefieres más a él?!— Casi gritó. "¿Qué demonios Seungkwan?" Wonwoo abrió los ojos con sorpresa. Su aroma confundido. —¿es porque es menor? ¿ahora soy demasiado viejo para ti? ¿lo prefieres a él como compañero?
—Oh... ¿le estamos haciendo una escena de celos a Wonwoo?— Escuchó la voz de Minghao alrededor y se sintió apenado por ello, no lo había notado. —¿Qué acaso nuestro Seungkwan no es suficiente para ti?
Wonwoo miró a Minghao con más sorpresa aun. Y los dos estaban casi acorralándolo, el otro omega se escapó de allí entre risas, como si la situación fuera graciosa, pero Seungkwan había entrado en razón y ahora era... penoso, demasiado penoso ¿Por qué estaba celando a Wonwoo? Nunca había hecho eso, él no era una persona celosa, menos con sus amigos, Seungkwan tenía un montón de amigos, así que no podía ser celoso. ¿había sido por el aroma? Improbable. El dolor en su brazo lo distrajo un segundo.
—¡Tú deja de bromear!— Reclamó Wonwoo a Minghao. —Y tú... ¿no? Lo acabo de conocer hoy, no lo prefiero a él.
—Pues parecías estar llevándote bien.
—Estaba siendo amable, creo. Y no, no es menor que tú, de hecho, es mayor que yo, entró algo tarde a la escuela Pledis.— Wonwoo sonrió como si estuviera solucionado.
—¿y ahora son tan amigos que se conocen bastante bien?
Ah, quería golpearse a si mismo ¿Qué demonios, Seungkwan? Minghao soltó una larga carcajada detrás de ellos.
—¡No!— Respondió Wonwoo levantando ambas manos. —Digo sí, no, si es agradable, pero no lo conozco tanto, solo es mi compañero.
—¡Yo era tu compañero antes!— Seungkwan se llevó una mano al pecho sintiéndose preocupado. ¿Por qué? No tenía ni idea. —¿es porque estoy hasta el séptimo piso? No me molesta bajar siempre que pueda.
—¿Séptimo?— Preguntó Wonwoo. —¿sabes cuantas escaleras son esas? No creo que vaya a funcionar.
Minghao soltó una carcajada más grande que ambos ignoraron.
—Puedo bajarlas todas.
—¿pero sabes cuanto es subir?— Wonwoo jadeó como si estuviera cansado. —No, definitivamente es demasiado. Es mejor que te empieces a llevar bien con mi compañero porque voy a estar viéndolo todos los días.
Soltó un quejido adolorido. ¿Por qué? No tenía ni idea. Quería detenerse allí, porque la risa de Minghao había comenzado a llamar a curiosos, pero aun quedaba algo en su cabeza que no lo dejaba en paz.
—¿Entonces ya no soy tu compañero?— Wonwoo negó tomándolo de los hombros. —¿y ni siquiera te importa? ¿no te importa que ya no seamos compañeros?
Wonwoo suspiró.
—Mira, fuiste un grandioso compañero de habitación, pero creo que es momento de dejarlo ir.
Oh.
—Espero que tu nuevo compañero te lave la ropa y reacomode siempre tu ropa sucia.— Balbuceó con molestia cruzándose de brazos y dándose la vuelta. —¡Yo también tengo un nuevo compañero!
Decidió dar el tema por terminado, sin embargo, Wonwoo lo abrazó con cariño y su aroma se extendió con una intención escondida. Seungkwan entrecerró los ojos. Ya no podían engañarlo, al menos ya no tan fácilmente. Minghao por fin había dejado de reírse.
—Necesito que me ayudes a buscar a alguien.— Murmuró Wonwoo cerca de su oído.
Asintió apartándose.
—Que te ayude tu nuevo compañero.
Y le sonrió.
...
Aprecien los separadores porque yo diseñe los iconos, bueno, tome dos de internet porque ya no me daba la cabeza para más, pero yo hice los demás. ; ; Cada quien elige sus peleas y yo elegí no pelear con el infinito ni con la omega.
En fin. gracias por seguir leyendo hasta este punto, es la ultima parte.
...
O-Me-Ga (Tercer año)
The8 era simplemente un mal actor, malísimo, el peor si se podría decir, pero su rostro angelical en sus primeros años y su metamorfosis poco tiempo despues fue lo que terminó por convencerlo. Podría ser un mal actor, pero sin duda atraía las miradas de todos y dejaba encantado con su persona. No era el más carismático, ni el más alegre, ni el más apuesto, pero había algo en él que podría hipnotizar a cualquiera.
Era un gusto entendible. Un gusto de personas cultas. ¿entonces porque Seokhwa no podía acercarse y hablarle?
Caminando por los pasillos lo encontró pasando por allí, viéndose tan elegante y centrado en su camino, Seokhwa se hizo a un lado metros antes de cruzar, y estuvo a punto de levantar su mano para darle un saludo cualquiera.
Así que lo hizo, alzó su mano y abrió la boca fingiendo indiferencia. Y cuando The8 estuvo a solo centímetros...
—Bu...— Habló siendo interrumpido de inmediato.
—¡The8! ¡Fírmame la cara!— Exclamó un omega de primer año inclinándose hacia él. ¿Qué clase de comportamiento vulgar era ese? Ningún alumno de una escuela con tan alta categoría debía de pedir algo así. Y debía ser sumamente incomodo por The8, quien con su porte solo miró la cara del chico.
Hubo un largo silencio. Y The8 giró lentamente hacia él. Hacia Seokhwa. Lo estaba mirando. A él...Ahhh...
—Disculpa. ¿me prestas tu bolígrafo?— Preguntó The8 con total calma que hizo a Seokhwa querer saltar. Miró sus propias manos percatándose del bolígrafo y de inmediato lo extendió. The8 lo tomó lentamente y se giró hacia el alumno. —La próxima vez trae un cuaderno.— Dijo The8 tomando el mentón del omega y firmándole la mejilla. —Limpia tu rostro despues de tomar una fotografía. Los profesores se molestaran.
El omega asintió con una gran sonrisa. Y the8 solo le sonrió con porte para despues mirar de nuevo a Seokhwa. ¿podía ser más genial? Ni siquiera se había visto confundido. Era simplemente...
—Ah...— Titubeó torpemente.
—Gracias.— Respondió The8 con una sonrisa mientras le regresaba el bolígrafo.
Y despues solo caminó por el pasillo. Mientras que el otro omega corría emocionado con sus amigos. Seokhwa miró el bolígrafo casi como si fuera irreal.
Miró a los alrededores asegurándose de que estaba solo y... soltó un pequeño grito poniéndose a saltar.
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