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Noche de reencuentro

Wonwoo estaba aburrido, la molesta señora Choe había casi rogado por una oportunidad para hablar con él y su esposo porque su hijo mayor, el chico Choe aparecer, quería trabajar en SVT y había sido rechazado por Minghao tan pronto leyó el nombre, ahora esta mujer quería ser amiga de Wonwoo para "arreglar" las cosas y que su hijo pudiera trabajar. Lo que ella no parecía aceptar es que Minghao rechazó a su hijo porque simplemente no cumplía con los requisitos para trabajar en SVT. Bueno, Wonwoo tampoco los cumplía.

Entonces esta mujer había buscado hasta el cansancio tener una cena con ellos, con Wonwoo y Mingyu, y buscó el momento donde Mingyu no tuviera trabajo y tuvieron que aceptar porque su alfa no sabía ser grosero. ¿Qué podía hacer Wonwoo? Este hombre lo había enamorado y seguía enamorándolo asi que tenía que soportar una aburridísima cena con los Choe. Pero eso si, también invitó a las Lim, solo que su hijo no había podido ir a la cena asi que eso era aburrido.

—Me alegra que a pesar de haber tenido nuestras... diferencias en un pasado todos seamos adultos como para sentarnos a hablar de lo importante. Y lo importante siempre será la familia.— Sonrió la señora Choe.

Wonwoo miró al chico Choe y como este parecía sumamente incomodo y apenado. Esta cena no podía ponerse más aburrida, ni siquiera pudo arrastrar a sus hijos a ella, sus hijos estaban en quien-sabe-donde ¿eso no lo hacia un mal padre? Quería darles libertad pero no tanta, sabía que tenía algo que ver con jun. Bien, no era del todo mal padre. Al menos no era tan mal padre como su padre o el padre de Mingyu. Ah, había muchos padres. O como el padre de Woozi y Jeonghan, ellos también tenían malos padres.

Cuando repetía la palabra comenzaba a sonar rara. Padre, padre, padre, padre, padre...

—Wonwoo...— Lia le murmuró cuando los señores Choe y su hijo hablaban con Mingyu y sus habilidades de quien-sabe-que-cosa. —La sopa ¿Cómo se come? Quiero tomar el plato y beberla porque ya no puedo tomarla con la cuchara... pero no sé si eso sea de etiqueta.

—Cámbiale el plato a Yeji.—Le aconsejó y ella lo hizo disimuladamente. —Ella sabrá que hacer.

—Para nuestro es hijo es muy importante trabajar en su... organización.— Wonwoo miró a Choe. —Espera poder ser parte de ella, es un muchacho dedicado y siempre ha tenido buenas calificaciones, se graduó con honores de la universidad.

—Yo no.— Se burló Wonwoo mirando al muchacho. —¿a que departamento quieres ir?

—Investigación.— Respondió el chico siendo firme.

—¿con Jeonghan?— Exhaló una risa y negó tomando su vaso de agua. —Con razón no te contrataron, Jeonghan y el viejo no dejan que nadie se meta en su trabajo. Jeonghan no se habrá graduado de la mejor universidad pero aprender lo que él fue una cosa de vida o muerte. Minghao es el que acepta graduados en su área de terapia, pero no es lo que haces.

—Estoy segura de que mi hijo podrá ser de gran ayuda.— interrumpió Choe antes de que el chico pudiera hablar. —Sé que no es nada comparado al trabajo de un anciano y de una persona como... Yoon, pero tiene un titulo que avala sus conocimientos y...

Antes de que Choe pudiera arruinar más la situación escucharon el timbre de la puerta principal, Mingyu se disculpó y se levantó de la silla para ir a abrir, Choe quiso volver a hablar, pero sin la amabilidad de Mingyu presente ella parecía cohibida y callada, sabiendo que no era buena idea joder algo con sus palabras frente a Wonwoo. Wonwoo no iba a ser ni de cerca tan amable como lo estaba siendo Mingyu. La mujer tan solo sonrió y entrelazó sus manos sobre la mesa como una caricatura de persona rica.

El silencio fue corto.

Una turba de niños entró jalando a Mingyu hacia dentro, varios niños, o no... bueno, todos estaban disfrazados, solo estaba seguro de que una de ellos era Jeongkwan porque su hija era la más alta, aunque se veía adorable en su traje de bruja que le compraron el año pasado para la obra escolar. Y reconoció a Junfei que estaba vestido como un vampiro, y a Myungji que era un dragon, todos los reconocía porque dos eran sus hijos y porque tenían los trajes que él mismo compró, aparte de que Junfei no había dejado de ser un vampiro por semanas. ¿pero porque estaban vestidos así?

Y de pronto todo era un caos.

¿Por qué había un pirata amenazando a la señora Choe? Se puso de pie pero Jun cayó en la mesa frente a él abrazándolo. Jun jr también estaba disfrazado pero Wonwoo no tenía la menor idea de lo que era. Ah... ¡¿Por qué estaban tirando las cosas?! No las lanzaban al suelo para romperlas, solo las dejaban suavemente allí o desacomodaban todo, incluso había un pequeño demonio poniéndolas de cabeza. El demonio era Jisoo, claro que ella iba a ser uno, estaba vestida de rojo y tenía cuernitos del mismo color.

—¡No! ¡Nunca me mordieron los zombies en las casas de terror y no lo harán ahora!— Lia corrió de Byulyi que estaba vestida como tal. Yeji solo se rindió extendiendo la mano.

—¿Qué están haciendo?— Le preguntó a la hadita Eunbi quien solo voló o saltó fuera de su vista.

—La cosa está así.— Le dijo Samuel que era un hombre lobo. —Tu nos das dulces o haces algún truco para sacarnos de aquí y nosotros nos iremos. Si no hacen nada nos vamos a quedar y a hacer destrozos. Y no nos pueden regañar porque esto es para nuestro libre desarrollo de la personalidad y búsqueda de nuestras raíces. Somos una manada y tenemos derecho a hacer nuestras propias tradiciones.

Ah... Samuel era la copia de Minghao pero tres veces más mejorada. Junfei corrió frente a Wonwoo para lanzarse y morder a Mingyu.

—Oh... Que niños tan... adorables.— Habló Choe intentando no gritar molesta mientras acariciaba la cabeza de Byulyi que la intentó morder.

—Ay, mi hijo.— Habló Lia extendiendo los brazos para recibir a su hijo que estaba vestido de ratón, Eunbi y Jun jr se lo entregaron. —Pero que lindo te ves...

—¿Te sabes algún truco para sacarlos o vamos a ceder al soborno?— Le preguntó Mingyu y Yeji soltó una risa cuando Zongzi la apuñaló con su espada de juguete. Aunque Choe no estaba nada feliz.

La paz llegó en cuestión de segundos. Los nios se amontonaron alrededor porque ya los habían rodeado y atrapado y Jeongkwan se puso al frente esperando su botín. Esto era como un mini acto de terrorismo, ahora Wonwoo tenía a su hija amenazándolo con su varita mágica como si realmente fuera a hacer algo.

—Bien...— Suspiró Wonwoo. —Este chico hará un truco de magia que los va a sorprender a todos, si no es así pueden comérselo.

Y wonwoo lanzó al hijo de Choe quien se encogió en hombros y pareció negar. Que hicieran algo para librarlos de ese secuestro, de cualquier forma iban a hablar mal de Wonwoo, al menos que Wonwoo se divirtiera un poco. Aunque si estaba divirtiéndose. Le parecía gracioso como un hombre lobo y un vampiro estaban saltando en sus sillones de un lado al otro "peleándose" para conseguir la corona de la hadita.

—Vamos, haz algo divertido.— Dijo Myungji inclinándose al chico. —Haznos reír o muere.

—¡Myunji!— Regañó Mingyu y el niño se encogió en hombros.

—¡Soy un dragón! ¡No Myungji! Zongzi, pica a mi papá por la falta.

Zongzi picó a Mingyu con su espada en la mejilla. Wonwoo se burló.

—Es parte del libre desarrollo de sus raíces.— Rió Wonwoo para Mingyu quien hizo un pequeño puchero pero no dijo nada.

Era justo, ellos nacieron en la manada asi que ellos decidían lo que se hacia con ella, no Wonwoo ni ningunos otros. En realidad quería seguirles el juego hasta que llegaran a la casa de Jeonghan y destrozaran todo, estaba esperándolo con ansias. Aparte, Choe estaba luchando para mantener su postura, en cuanto ella gritara o hiciera algo contra sus chicos Wonwoo la mandaría a la mierda junto con su hijo y no hablaría con nadie para conseguirle el empleo.

—¡Miren la moneda!— gritó el hijo de los Choe alzando una moneda en su mano, todos los niños se acercaron a verlo. —Es una simple moneda ¿verdad?— Los niños asintieron. —No hay nada de extraño con esta moneda...De hecho, ni siquiera hay moneda.— Y la moneda desapareció de sus manos y los niños gimieron con asombro buscando la moneda en la ropa del chico Choe. —Puede estar en cualquier lado... como aquí.— La sacó detrás del cuernito de Jisoo. Ella casi gritó asombrada. —O puede volver a irse...— Y desapareció de nuevo. —Con alguien más.— Y apareció en la oreja falsa de Junfei. —O puede atravesar las cosas... ¿me permiten?

Todos se apartaron para que Choe pudiera ponerse de pie y caminar a una ventana, aun mostraba la moneda hasta que la golpeó contra el cristal y mantuvo su mano allí.

—¿Qué vas a hacer?— Preguntó Lia. —Eres un mago...

—¿la vas a aparecer detrás de la ventana?— Preguntó Jisoo con asombro.

—No lo sé... tal vez deberían ir a ver. Donde está.— El chico Choe apartó la mano y la moneda ya no estaba.

Todos los niños corrieron afuera para buscarla, incluso los mayores y eso fue terriblemente tierno, Wonwoo quería encerrarlos a todos y guardarlos como muñecos para coleccionar. Y cuando todos llegaron afuera... el chico Choe cerró la puerta principal dejando a los niños allí buscando la moneda, entonces se habían desecho de todos. Wonwoo comenzó a reír por la inocencia de ellos.

En serio quería ver cuando llegaran a la casa de Jeonghan.

—¡Aquí está!— gritó Junfei alzando la moneda y Wonwoo abrió los ojos sorprendido.

—¡Es un brujo!— gritó Jun jr.

—¡Brujo, brujo!— Eunbi.

Bien, al menos ellos estaban divirtiéndose. Wonwoo se puso de pie y caminó hasta la ventana para abrirla y asomarse, todos seguían asombrados intentando descifrar como había hecho que la moneda traspasara el vidrio. Sonrió.

—Perdieron.— Les dijo remarcando el hecho de que estaban afuera. —¿terminaron con su tradición de manada? Porque mañana una bruja, un dragón y lo que sea que es Jun van a limpiar este desastre.

Jeongkwan y Myungji se miraron mutuamente como si hubieran roto algo. Y Wonwoo volvió a reírse de ellos. Eran lindos, pero de cualquier forma iban a limpiar el desastre porque él no iba a mover ni un dedo para ayudarlos. Ah, y se quedaron sin dulces.

—¡papá!— gritaron sus dos hijos mayores a Mingyu. —¡¿puedes ayudarnos a limpiar mañana?!

—¡No puedo, tengo una herida de una espada de juguete!

Wonwoo volvió a reírse de sus pucheros.

—Ya vayan a atormentar a su siguiente victima. Apuesto que se quedarán en la casita de Seungkwan así que iremos cuando los Choe se vayan, si es que no huyen ahora...

—¡¿puedes venir disfrazado, tio Wonu?!— Preguntó Byulyi y Wonwoo suspiró. —Si no te disfrazas volveremos a atacar...

—Bien, me disfrazo, solo vayan y atormenten a Jeonghan, por favor, pongan al abuelo de cabeza si es necesario... ¿puedo ir yo con ustedes a...?

—Wonwoo, tenemos visitas.— Le recordó Mingyu a sus espaldas. —Visitas que tenemos que des amordazar porque un explorador es bueno con los nudos.

—Lo siento.— Se disculpó Zongzi encogiéndose en hombros y restándole importancia.

Claro, sus visitas.

Dejó que los niños corrieran de nuevo al auto de Jun mayor y los vio subirse amontonándose y peleándose entre ellos. Wonwoo en serio prefería ir y disfrazarse de vaca o algo asi para masticarle el cabello a Jeonghan, pero ahora tenía que responder a sus responsabilidades como adulto y desatar a los Choe antes de que la mujer se enojara tanto que levantara algun tipo de demanda u orden de restricción. Se alejó de la ventana y dio la vuelta encontrando todo el desastre.

Y sonrió. Había sido divertido. Quizás le consiguiera algunos dulces a los niños antes de ir a la casita de Seungkwan.

Minghao había planeado solo pasar esa noche junto a su esposo y relajarse, sus chicos estaban afuera en la casita de Seungkwan así que todo era calmado, y Minghao amaba la calma asi como amaba a sus niños, solo que no podía tenerlos a ambos al mismo tiempo, así que esa noche solo iba a recostarse en el sillón con su esposo y ver películas viejas, aunque Hoshi había insistido en que vieran las películas donde jun y Minghao actuaron. Su esposo tenía dos personalidades; el esposo y el fan. Minghao amaba ambos, pero de nuevo, no podía tenerlos al mismo tiempo.

Así que mientras veía televisión y se relajaba estaba pensando en un montón de cosas también, no era el mejor omega de casa, casi siempre había vivido en departamentos y ahora tenían vecinos y aunque ellos eran amables Minghao no sabía como actuar a su alrededor, quería ser amable y ser un buen vecino pero no tenía tiempo para mezclarse con ellos, y le molestaba un poco la estereotípica vida de alfa-omega que llevaban, no por juzgarlo, era solo que... ¿en serio todos sus vecinos omegas se quedaban en casa a limpiar y criar a sus hijos? Era completamente aceptable, y Minghao no quería juzgarlos pero no tenía nada que hablar con ellos.

Se llevaba mucho mejor con los ancianos que con las personas de su edad, las otras familias hablaban de sus hijos o de chismes, Minghao podía hablar de su hijo y de su hermano pero no estaba seguro de que contar el mismo tipo de cosas que contaban las otras familias. ¡¿Cómo les iba a contar a las otras familias que Junfei y Samuel explotaron todo un salón de clases y consiguieron que todos salieran vivos?! O como la vez que Junfei y Samuel se robaron una gallina de algún lugar y vendieron sus huevos a un precio elevado asegurando que eran milagrosos. O cuando esos dos se escabulleron en la biblioteca de noche y ordenaron los libros desde sus ideales políticos hasta lo que ellos consideraban incorrecto.

Ser padre era difícil. Nunca reconoció el esfuerzo que hacían sus padres para mantenerlo a raya, ni siquiera Minghao era tan difícil de joven porque esos dos chicos estaban a otro nivel. Y a los únicos que escuchaban en verdad; a los padres de Minghao. No importaba si Minghao o Hoshi los regañaban, ellos no iban a aprender hasta que su padre y su madre los sentaran enfrente suyo y les explicaran lo que estaba mal, esos dos incluso lloraban cuando eran regañados por ellos. Y no lloraban por ser castigados, lloraban porque reconocían que hicieron mal. Eran increíbles.

Escuchó la suave risa de Hoshi y alzó el rostro con curiosidad.

—Estás pensando en los niños.— Le dijo el alfa besándole la mejilla. —Tu cara lo dice todo, aparte, siempre piensas en ellos cuando no están.

Minghao se sonrojó.

—¿se nota mucho?

—No lo sé. Yo lo noto porque sigo siendo tu mayor fan.— Hoshi le sonrió achicando los ojos y volvió a besarlo para despues vibrar feliz. —Estoy besando a mi bias. No importa cuanto tiempo pase, siempre es bueno.

Bien. Sonrió tomando las mejillas de Hoshi y apretándolas un poco ¿era normal sentirse tan enamorado incluso despues de tanto tiempo? Tenían dos... un hijo, tenían un hijo y tenían una casa y vivían como una pareja normal, bueno, aun eran un poco extraños gracias a Hoshi pero eso no importaba. Simplemente eran felices y Minghao no comprendía como llegaron a ello. ¿las personas podían ser eternamente felices? Inclusos sus momentos más difíciles eran buenos, porque Hoshi siempre estaba allí para él.

¿Alguna vez había pensado en soltar a este alfa? Porque si fue así se encargaría de besarlo tanto hasta que lo olvidara para siempre, porque no debería haber un pedazo en su cabeza que rechazara estar con él. Hoshi y su familia eran su felicidad, su hogar y su casa.

La puerta se abrió de golpe.

Una avalancha de niños entró de sorpresa poniendo todo de cabeza TODO desde los premios de Minghao hasta los de Hoshi, la mesa, los platos, las sillas... ¿Por qué todos estaban disfrazados? Casi saltó de su asiento para encontrar como Samuel y Junfei se ponien frente a él entregándole una hoja con un texto largo que tuvo que leer mientras que los niños saltaban de un lado a otro. Y suspiró cuando terminó de hacerlo ¿en serio?

—esto no es justo.— Se quejó. —No pueden hacerlo sin pedir permiso, Samuel, Junfei...

—Claro que podemos. Ustedes hicieron la manada pero nosotros nacimos en ella, tenemos derecho a crear nuestra propia identidad a partir de nuestros ideales como manada. Y hemos respetados todos los lineamientos.— Respondió Samuel.

Uh, su hijo podía tener pésimas calificaciones pero siempre sabía que decir para salirse con la suya. Suspiró leyendo de nuevo dándose cuenta de que tendría que hacer un truco para sacarlos o darles dulces. No iba a premiarlos por esto así que buscaría una forma de echarlos afuera. Saltó cuando Junfei mordió su brazo, de nuevo tenía su disfraz de vampiro, como odiaba ese disfraz.

—¡Hao! ¡Me tienen!— gritó Hoshi y Minghao giró para encontrarse a su esposo siendo amenazado por un pirata y un demonio. Zongzi y Jisoo. —¿Qué hacemos?

—¡Danos tus dulces!— Pidió Byulyi amenazando con morderlo.

—¡Hao! ¡quieren mis dulces!

—¡No vas a dárselos!— Se quejó observando como todos los niños estaban volteando cada cosa que pudieran. Incluso había una hadita colgada del techo.

—Tienes dulces, solo dánoslo para irnos.— Negoció Zongzi vestido de pirata. —O pondremos de cabeza el sillón.

—No pueden poner de cabeza el sillón.— Suspiró llevándose el papel al rostro. —Bien, vamos a negociar. No les daremos dulces, pero si se tranquilizan no le diré a papá y a mamá, Junfei.

Sabía que si amenazaba a uno todos responderían, así que se concentró en su hermano porque era el más fácil de intimidar. Siempre era asi, amenazaba a Fei y Samuel se enojaba pero no podía hacer nada al respecto. Si podía controlar a su hermano entones controlaría a todos los demás, de allí la ventaja de que Junfei fuera parte de los chicos mayores.

Su hermano lo miró como si estuviera analizándolo y Minghao sabía que estaba ganando, bueno, casi, Hoshi aun estaba de cabeza y Zongzi y Jisoo estaban saltándole alrededor como si fuera un ritual, incluso Eunbi y Junito se les unieron saltando alrededor también. Pero era bueno, su esposo estaba conteniendo a los niños.

—Hao, esto es parte de nuestro desarrollo.— Se defendió feo poniendo un rostro triste, y Minghao conocía esa artimaña. —Nos estamos divirtiendo... Pensé que eras de los primeros en entenderlo, Wonwoo se divirtió mucho.

—¿hicieron esto en casa de Wonwoo?

—Sip.— Dijo Myungji saltando hasta ellos. —Papá dijo que todo estaba bien así que pensamos que como el tio hao es más divertido le iba a gustar más... y nos daría muchos dulces.

Ah. Myungji era un omega que siempre intentaba usar el hecho de que era bonito y que tenía una bonita voz para salirse con la suya, pero eso no funcionaba con Minghao, quizás con Hoshi sí, pero cualquiera podría hablarle bonito a Hoshi y Hoshi cedería a los caprichos de los niños, su esposo era un fanático de consentir a todos. Esta vez Minghao tenía que ser firme si no quería que el siguiente año hicieran lo mismo, así que miró a Myungji y a Junfei.

—No voy a darles dulces.— Dijo mirando a los dos omegas y Myungji hizo un puchero. —Junfei, llamaré a nuestros padres para que...

—¡Entreguen los dulces!— giró de golpe reconociendo la voz de su padre, y él estaba intentando voltear el sillón de cabeza. —¡Podemos voltearlo entre todos! ¡Vengan niños!

Y los niños fueron para ayudar, todos empujando hasta que el sillón principal estuvo de cabeza, gritaron para celebrar. Minghao suspiró. Su padre había llegado de la nada solo por los dulces. Y Hoshi seguía amarrado de cabeza esperando a que todo pasara.

Bien, si era un poco gracioso, pero era demasiado, y cuando se propusieron a poner de cabeza la televisión vio el peligro.

—¡No, eso es peligroso!— gritó intentando detenerlos.

Hoshi rodó para desatarse y se puso de pie siendo rodeado por los niños más pequeños.

—¡Hao! ¡¿Qué hacemos?! ¡Nos superan en numero!

—¡Solo ve por los dulces!

Estaba acepando que no iba a detenerlos, ellos estaban demasiado decididos a voltear la televisión, y su padre estaba ayudando en ello. Era todo un caos, y Junfei seguía mordiéndolo como si fuera un vampiro.

—¡¿Cuáles le gustan?!— Preguntó Hoshi como si eso fuera importante. —¡Nos rendimos! ¡Daremos dulces! ¡¿Cuáles son sus favoritos?!

—¡De fresa!— Gritó Jisoo escabulléndose debajo de Minghao para seguir empujando la televisión.

—¡Chocolate!— Gritó Byulyi.

—¡Solo trae todos los que puedas!— Esta vez gritó Minghao porque estaba a punto de perder contra los niños.

Hoshi corrió escaleras arriba y Jeongkwan dio la señal de que se calmaran, y todos los niños se mantuvieron quietos y callados, incluso su padre. Hubo un largo silencio que fue relajante para Minghao a la par que incomodo, en cualquier momento esto volvería a empezar y no tendría forma de acallarlo. Entonces escucharon los pasos de Hoshi y despues más silencio.

Cuando su alfa bajó con los brazos repletos de duces los niños más pequeños corrieron a él y casi le saltaron encima tomando el premio, y comenzaron a relajarse, también su padre que corrió a Hoshi y buscó entre los dulces. Minghao respiro cuando los niños por fin se amontonaron alrededor de su esposo. Su casa estaba hecho un desastre. Todo estaba de cabeza y no había orden alguno, era como si un tornado hubiera entrado por la puerta y salido por la ventana.

Los niños se sentaron en el suelo para comer, y Hoshi igual. Y Minghao también ¿que más daba? Si había sido un poco divertido y no estaba lo suficientemente molesto como para regañarlos, solo estaba sorprendido de lo organizados que estaban para hacer tanto destrozo.

—¿y porque están disfrazados?— Preguntó Hoshi con la boca llena de bombones. Minghao tomó uno de sus manos.

—Se supone que no puedan reconocernos.— Respondió Junito.

—Para que nos vean tan tiernos que no se enojen con nosotros.— Dijo Myungji mordiendo una gomita y guardando algunos dulces en una bolsa.

—Somos demonios que atormentan las casas de las personas.— Habló Jisoo mirándolo con ojos grandes. Ella en serio era una copia idéntica de Woozi, pero seguía teniendo la mirada de Jeonghan.

—Para que sea divertido— Respondió Jeongkwan. —Si no ponía algo divertido sobre la mesa ellos no iban a querer hacer nada. Les dije que se vistieran como quisieran.

—Así que tú eres la que organizó todo esto.— Minghao sonrió un poco.

Jeongkwan se encogió pareciendo avergonzada, esa alfa estaba demasiado consentida como para ser castigada, nadie podía mirarla y ponerle un castigo, era una buena chica, no como Byulyi a la que siempre tenían que regañar, ni como Zongzi quien a veces necesitaba una reprimenda, ella casi siempre era amable y educada.

—Fuimos todos.— Aclaró Zongzi. —Bueno, los niños solo dieron algunas ideas, pero todos somos culpables.

—Si vas a regañar a Junfei regáñanos a todos.— Asintió Byulyi.— Pero si vas a regañar a Samuel él tuvo toda la culpa.

—Si, él es el culpable.— Asintió Junfei y Samuel le dio un ligero golpe en la espalda. —Auch...

—Si me castigan a mi tú también estás castigado.— Sami le recordó a Fei.

—No se merecen un castigo.— Dijo su padre llamando la atención de todos. —Solo querían hacer algo lindo por su manada, algo que compartieran todos. Es lindo, Hao. Esta es su casa despues de todo. No los castigues por ser niños.

Minghao suspiró. Claro que no iba a castigarlos. No podía.

—No voy a castigarlos. Esta es su manada y mientras respeten los limites pueden hacer sus propias tradiciones... y los limites van hacia la televisión, no intenten voltear nada que sea peligroso. ¿está bien?

—Esta bien.— Respondieron todos los niños.

Y Minghao exhaló una risa. Si eran tiernos, al menos cuando no tenían de cabeza a su esposo.

Woozi estaba intentando dormir pero el peso de Jeonghan sobre su pecho estaba haciéndole la tarea difícil, no estaba seguro del porque su esposo se aferraba tanto a poner su oreja sobre ese lugar, ya se recostado o sentado Jeonghan buscaría el lado donde estaba su corazón y colocaría allí su cabeza para escuchar sus latidos. Esto no era nuevo, desde que nació Jisoo lo hacía y la niña también, ambos insistentes a escuchar su corazón.

Su único día libre dentro de mucho tiempo y su hija había decidido pasar la noche en otro lugar, aunque no podía quejarse, Jeonghan había sido agradable durante todo el día y recalcaba el hecho de que era "su tiempo" porque cuando Woozi trabajaba era el tiempo de trabajo o algo así, no estaba seguro y su cabeza no estaba ordenada como para pensar en ello, por ahora solo quería relajarse y olvidar su trabajo, y olvidar que tenía su celular a reventar de mensajes.

Pero seguía pensando. Llevó una mano hasta su frente y tocó la cicatriz. Había pasado mucho, tanto que debería de olvidarlo, ahora tenía una vida y no estaba obligado a seguir lo que sea que quisiera su padre, no estaba obligado a vivir una vida que no quería, era libre desde hacia bastante tiempo y seguía sintiéndose casi nuevo. Como el primer día en el que dijo que no se casaría con Seungcheol. Todos los días se sentían como ese día. Todos los momentos se sentían así. Cuando tuvo a Jisoo en sus brazos y verla crecer, y casarse con Jeonghan y dormir y despertar a su lado.

A veces pensaba que no merecía todo esto. No merecía ser tan feliz como era por todo lo que hizo en un pasado, y por las personas que no pudieron vivir despues de la escuela Pledis. A veces veía a las victimas de la escuela y pensaba en ello, veía a los omegas dañados con la mente hecha añicos y pensaba que él pudo haber estado en esa situación, no, no él, sino Jeonghan, Wonwoo, Minghao y Seungkwan. Ellos pudieron haber vivido eso.

No se dio cuenta de lo fuerte que estaba abrazando a Jeonghan hasta que este se quejó, no estaba lastimándolo, por suerte.

—Olvídalo, no me quitare de encima.— Balbuceó Jeonghan aun sobre su pecho. —¿en que piensas?

—En la escuela Pledis.

Jeonghan se alzó sobre sus brazos para mirarlo y Woozi intentó no expresar emociones. El tema debía tener cansado a Jeonghan.

—No piensas en la escuela Pledis, piensas en los omegas de la escuela Pledis.

—Vuelve a dormir.— Se quejó intentando abrazarlo de nuevo, huir de la conversación parecía más viable.

—No. Siempre te castigas mentalmente por ello. Estamos haciendo todo lo posible por ayudar.— Jeonghan lo abrazó. —Tú haces hasta lo imposible por hacerlo.

Dio un pequeño suspiro y se sentó para mirar a Jeonghan, no tenía nada que decir, le daba la razón a su omega así que todo estaba dicho, sin embargo dejar de pensar sobre eso no era una opción, era parte de Woozi y algo sumamente complicado de cambiar. Era feliz, era libre, pero ese pensamiento amargaba un poco su cabeza.

—Recriminarme mis errores es parte de mi.— Bromeó besando la frente de su omega para abrazarlo. —Es imposible que olvide lo que pasó, casi se siente como si allí empezara mi vida.

—Algunos empiezan desde que nacen.

—Yo no. Mi vida empezó cuando un precioso omega juzgo mi altura y mi compromiso con su hermano.

Jeonghan soltó una pequeña risa comenzando a negar y eso hizo sonreír a Woozi. Nunca podría olvidar eso, ni olvidar lo que sintió al ver a Jeonghan, la forma en la que se enamoró incluso sin saber que lo había hecho, preguntándose infantilmente si solo lo admiraba o lo envidiaba. Ahora tenía una respuesta bastante clara.

Jeonghan siempre fue su primer y único amor. Bien, no tan único en la estricta forma de la palabra.

Alguien tocó la puerta y se puso de pie empujando a Jeonghan quien se deslizó hasta el sillón, su omega soltando un quejido molesto porque no esperaban visitas. Se sacudió un poco la ropa arrugada y fue a abrir, sin embargo la puerta se abrió mucho antes de que Woozi llegara a ella.

Un punto rojo entró corriendo colisionando con él, tardó en darse cuenta quien era, pero los cuernos y el vestido rojo la hacían lucir mucho más pequeña y adorable. Sonrió cuando pudo recibirla y Jisoo alzó el rostro para mirarlo, ella lo abrazaba y seguía siendo pequeña, por suerte, ella estaba creciendo demasiado rápido últimamente, en cualquier momento sería tan alto como él, o peor, como Jeonghan. Jisoo tenía que quedarse pequeña.

Le dio un beso en la frente y ella se encogió un poco.

¿Por qué estaba allí?

—¡Ah! ¡¿Qué hacen?!— Escuchó el grito de Jeonghan y al girar encontró al grupo de niños secuestrando a su omega. —¿Qué se supone que hacen?

—Todos son unos cobardes y no quieren poner el departamento de cabeza así que vamos a secuestrarte.— Habló Kimbap arrastrando a Jeonghan con facilidad ¿desde cuando ella era tan fuerte? —¡Zongzi! ¡Amárralo!

Regresó su vista a Jisoo.

—Ah, eres la carnada.— Le dijo a la niña y ella asintió. —¿De qué se trata todo esto?

—¡Deja de ser tan paciente y ayúdame! ¡Estos chicos son más fuertes de lo que parecen!

—No, no, déjalos, estoy seguro de que tienen algo interesante.

—¡Woozi!

Consiguieron amarrar a Jeonghan y Woozi estaba feliz de no estar en su lugar. Mientras el departamento estuviera en orden Jeonghan podría aguantar unos minutos amordazado y amarrado. Era eso o tener que limpiar el desastre que hicieran los niños. Estaba interesado en lo que Kimbap tuviera que decir.

—Lo siento tio Han.— Se disculpó kimchi usando su vocecita linda para librarse de problemas.

—Fue idea de tu padre ¿cierto?— Preguntó Jeonghan.

—La idea del tio Wonwoo fue ponerlo de cabeza.— Respondió Jiaozi. —Estamos siendo amables.

—Udi, este es el trato.— Kimbap tomó a Jisoo para apartarla. —Tu nos das el 31 de octubre todos los años y nosotros te regresamos a tu esposo.

—¿darles el 31 de octubre?

—Si, como noche de reencuentro.— Respondió bibimbap.

—¿Seguros que no es noche de secuestro?

—Solo acepta Woozi.— Habló Zongzi jugando con su espada de juguete.

—¿no estás muy grande para jugar a ser un pirata?

Zongzi rodó los ojos y miró a otro lado haciendo que Jihoon quisiera reír, la respuesta era simple, el chico solo tendría que responder que no y ya pero el niño era demasiado orgulloso como para responder que aún era un niño.

—Si no respondes pronto le cortaremos el cabello a Jisoo.— Amenazó Bulgogi.

Y si Woozi dejaba que hicieran eso dejarían calva a su hija, y ella estaría de acuerdo porque era demasiado fiel a esos chicos. Suspiró analizando lo que pasaba. ¿querían tomar ese día como un tipo de festividad? ¿para faltar a la escuela o algo así? Eran una manada y las manadas tenían ese tipo de cosas. Sería justo que ellos decidieran su propia festividad.

Pero eso sería demasiado fácil.

—¿y si digo que no?

Ya, que se esforzaran más por eso. O no, Kimbap sonrió como si estuviera esperando esa respuesta y miró a los demás chicos para asentir.

—¡Llevémonos a tio Han!

—¡Woozi!— Jeonghan gritó como si estuviera regañándolo. —¡Si me llevan voy a...!

—Papá camina.

Jisoo tomó a Jeonghan del brazo para guiarlo y Jeonghan no podía molestarse suficiente con ella, su hija los tenía a ambos contra la espada y la pared cuando se trataba de lo que ella quería. Así que Woozi volvió a verlos desfilar frente a él con un Jeonghan amarrado y molesto que lo miraba demasiado enojado, se encogió en hombros convenciéndose de que no podía hacer nada al respecto más que dejarlos ir. Y los niños dejaron el departamento, casi todos.

—Jeongkwan está haciendo esto por una razón.— Le habló Zongzi cuando estuvieron solos. —Lo sabes ¿verdad?

—Lo sé.— Respondió. —Kimbap puede creer que esconde demasiado bien sus pensamientos pero sigue siendo una niña. Ella puede estar divirtiéndose pero necesita que diga que sí.

—¿entonces porque no solo dijiste que sí?

—Porque no sería divertido. Si hubiera dicho que sí ella no lo habría aceptado tan fácil, necesita ganarse ese sí. Quiere demostrar su punto. Y yo quiero que lo demuestre.

Zongzi suspiró dando un par de pasos para ponerse a lado suyo. Este niño también estaba creciendo demasiado rápido, asi como su kimbap, ambos se harían adultos en un parpadeo y tendrían que salir de su cómoda manada a conocer el mundo. Zongzi podría conocer la peor parte de este, pero ahora le tocaba conocerlo y mantenerse en casa. ¿Por qué los niños crecían tan rápido?

La primera vez que vio a Kimbap ella estaba dormida en los brazos de Seungkwan, estaba respirando lento y calmado y Woozi no dejaba de preguntarse lo que haría para protegerla a ella y a los demás chicos. Y ahora Kimbap era una alfa por completo.

Esto era lo que había valido la pena de sobrevivir a la escuela Pledis.

—Eres el líder de la manada, no necesitas jugar con nosotros.— Le dijo Zongzi.

—Nunca me ha gustado pensar que soy el líder. Ni siquiera cuando estaba en la escuela Pledis.— Suspiró. —Pero supongo que ahora es inevitable. No estoy jugando con ustedes.

Zongzi suspiró como si estuviera molesto, pero no lo estaba, en ese punto Woozi ya conocía lo suficiente a los chicos. ¿era demasiado pensar que los vio nacer a todos? Bueno, no a Zongzi, pero el chico se había mezclado perfectamente bien y ahora Woozi sentía que como si hubiera estado allí desde siempre. De cualquier forma los conocía lo suficiente como para saber que pensar sobre ellos. Se encogió en hombros y suspiró.

—Como sea.— Dijo. —Jeongkwan decide ahora. Tiene de rehén a mi omega.

—Solo porque la dejas.

—No seas tan amargado, Zongzi.— Se burló comenzando a caminar. —Si tanto te molesta verlo de esa forma solo piensa que estoy haciéndole un favor a alguien.

—¿a Jeongkwan?

—Al siguiente líder, en cuanto pueda dejaré ese puesto. Jeongkwan siempre fue la consolidó la manada, desde que nació. Hasta matamos a un alfa por ella.

Zongzi se quedó especialmente callado preguntándose si aquello había sido una broma o no, y Woozi le sonrió con inocencia. Confiaba y sabía que este chico jamás soltaría ni una sola palabra de eso, aun si era una broma Zongzi se lo llevaría a la tumba, y estaba en él creerle o no, porque tampoco iba a investigarlo porque confiaba en si mismo o confiaba en Woozi. Zongzi era este chico especial que se encajó perfectamente en su manada.

—Así que ese era su muerto en el jardín...— Balbuceó Zongzi hasta que sonrió. —¿sabes? Yo tengo la edad de Jeongkwan, yo también podría ser un líder.

—Si, pero no quieres serlo.

—No, prefiero seguirla, confió más en ella de lo que ella confía en mí... Oh... me lo contaste porque también soy un omega... ¿verdad?

—¿contarte que?

Zongzi guardó silencio caminando a su lado, ya habían salido del departamento y ahora iban al ascensor, Woozi sabía que no alcanzaría a los chicos, tendría que ir a la casita de Seungkwan y... Woozi aun no tenía licencia de conducir, tendría que llamar a Seungcheol antes de que esos chicos fueran por él. Demonios.

—No eres tan misterioso como crees, puedo leerte.— Le dijo Zongzi.

—No me creo misterioso, y si no pudieras leerme sería bastante complicado.— Respondió distraídamente buscando el numero de Cheol en su celular. —Cuando tengas a tu propio cachorro quizás dejes de creer que soy misterioso... No lo tengas pronto, Seungkwan me mataría si se entera que te dije algo así.

Zongzi soltó una pequeña risa y Woozi también sonrió. No se lo había dicho por ser un omega, se lo dijo por ser simplemente él, pero eso era algo que el chico tendría que descubrir por si mismo quizás algunos años más adelante, como Woozi. Era la parte divertida de ser un omega, había un montón de cosas que un omega podía ser. Y todas eran interesantes.

—Cheol ¿podrías venir por...?

—¡Woozi, espera, un montón de niños secuestran a Seokmin!

—¡Ayuda!

Seungkwan está bastante apenado mientras observan el calendario, Hansol y Chan también parecen aunque sea un poco avergonzados por la situación. La cosa era así; colocaban una pequeña estampita los días que querían tener intimidad juntos, era como un mensaje secreto para poder organizarse. Eran tres personas con tres trabajos distintos, claro que era difícil que todos estuvieran de buen humor todas las noches, así que usaban eso como una pequeña señal.

El problema era que Seungkwan descubrió que ninguno había estado poniendo las estampitas últimamente, ni Chan, ni Hansol ni él, sin embargo las estampitas aparecían de la nada en algunos días, como ese en que ninguno de los tres pudo haber puesto la estampita, lo que quería decir que alguien más la puso, y que sabía exactamente su código "secreto" y Seungkwan estaba casi seguro de que ese alguien era Zongzi. Byulyi sería incapaz de notarlo.

Zongzi era lo suficientemente inteligente como para verlo y lo suficientemente desvergonzado para usarlo a su favor, Seungkwan comenzaba a notar que todos los días coincidía con las peticiones de Zongzi para ir o hacer alguna cosa o pedir algún permiso. Ese chico se esforzaba para mantenerlos felices para sacar provecho. Claro que Seungkwan estaba apenado.

—Ah, realmente es un chico inteligente.— Dijo Hansol pareciendo no entender la seriedad del asunto. Hansol apuntó el seis de octubre. —El siete pidió permiso para ir al campamento con Junfei y Samuel.

—¡¿es en lo único que te fijas?!— Se quejó Chan tan rojo como Seungkwan. —Ese niño nos manipuló a los tres, no solo sabe cuándo... cuando estamos juntos, sino que él planea esas noches, eso debería ser un crimen.

Ah, Seungkwan se sentía demasiado apenado como para aportar a la conversación. Solo esperaba que Zongzi no se lo hubiera dicho a nadie, ni siquiera a Byulyi, de hecho, mucho menos a Byulyi, si esa niña se enterara contaría todas las estampitas del año e incluso buscaría los calendarios anteriores solo para saber cuantas veces estuvieron juntos. No quería ni pensarlo. Incluso cuando alzó y rostro y comenzó a contarlas él mismo se apenó.

¿Por qué eran tantas?

—Ni siquiera estoy en mi celo y ya conté más de diez días.— Balbuceó cubriéndose el rostro. —Zongzi pensará mal de nosotros.

—No creo que piense mal de nosotros, creo que solo piensa en como sacarle ventaja.— Respondió Hansol y eso no ayudó en lo absoluto. —¿Qué pidió el quince?

—Una bicicleta.— Respondió Chan.

—¿y del veintitrés al veintisiete?

—Ese si fui yo.— Respondió de nuevo Chan encogiéndose en hombros. —Menos el veinticuatro.

—Bueno, supongo que lo hizo para darnos todos los días seguidos ¿eso no es un tipo de toc? ¿Debemos preocuparnos?— Hansol se encogió en hombros.

—¿eso es lo que te importa?

—Si, deberíamos tratarlo si es así.

—Zongzi está bien.— Se quejó Seungkwan. —Seguramente nos quería cansados... Oh, luna ¿Cómo pudimos hacerlo tantas veces? Esto es vergonzoso. No soy un omega joven y primerizo, soy un padre de familia. ¿Qué ejemplo le estoy dando a mis hijos?

—Que somos manipulables.— Asintió Hansol y Chan lo miró mal. —O que no pongan un calendario fuera de la habitación. Está bien, podemos hablarles de relaciones.

—Yo lo hago.— Chan y Seungkwan hablaron al mismo tiempo.

—No, lo hago yo.— Suspiró Hansol.

Seungkwan tomó el calendario y lo quitó para revisar las páginas. Zongzi incluso les había agendado una para las próximas dos semanas porque eran las fechas festivas, así que quizás quería ir a las ferias con los demás. Seungkwan quiso golpear su frente. Sus hijos eran maravillosos, pero a veces, solo a veces, eran un pequeño dolor de cabeza. Muy pocas veces.

Tenía que castigar a Zongzi.

Escuchó bullicio afuera y giró con curiosidad acercándose a la ventana, había poca luz pero lo suficiente como para ver el jardín, y a los autos llegar, y a los niños bajando de allí como una pequeña avalancha, y a dos personas amordazadas. Ah. Era Jeonghan y Seokmin, el aroma era bastante claro, así que ahora solo tenía que saber porque sus hijos tenían amordazados a sus amigos. Suspiró con molestia y salió de la casita dejando el calendario adentro, no le tomó mucho llegar a los niños. Eran todos los niños.

—¡¿Qué están...?! ¡Ah!

—¡Tomaremos la casita como rehén!— gritó Byulyi casi cargando a Seungkwan para sacarlo del camino, ella era demasiado fuerte ahora.

Seungkwan estuvo a punto de molestarse, pero ver a Byulyi gritar así y despues ordenar invadir el lugar y organizar a los niños... ella se veía idéntica a Hyejin. Su rostro y su aroma eran similares, la forma en la que se alzaba y sonreía, la forma en la que hablaba, aunque también se parecía a jiao, su forma explosiva de ser y cierto gesto adorable en su forma de ordenar. Seungkwan no pudo evitar sonreír ante ello, no podía estar molesto con ella.

Byulyi estaba creciendo y estaba volviéndose tan fuerte y decidida como su madre, su hija ya era una alfa por completo, solo faltaba madurar un poco en su aroma, pero cuando ella lo hiciera sería la mezcla perfecta del pomelo y el betabel.

—¿estás enojado?— Preguntó Byulyi encogiéndose un poquito como si fuera a pedir perdón, ella siempre se hacía pequeña cuando tenía que disculparse.

Seungkwan negó extendiendo una mano para acomodarle el cabello.

—Solo estaba pensando en alguien.— Respondió con ternura. —Byulyi, ya eres una alfa.

Byulyi parpadeó varias veces y comenzó a negar meciendo su cabello corto, como ella detestaba peinarse siempre lo mantenía así.

—No, aun no. Soy tu cachorra.

Y Ella lo abrazó como si fuera una cachorra, y en ese punto Seungkwan se sentía incapaz de enojarse con ella. Claro que era su cachorra, ella siempre sería su cachorra pero seguiría siendo una alfa, la mejor versión de ella porque Hansol y Chan la criaron así. Los tres hicieron todo lo posible por hacerla feliz y cuidar de ella, y estaba seguro de que jiao se sentiría orgulloso de la mujer que se estaba convirtiendo su cachorra. Y Hyejin la amaría mucho.

Esperaba que la luna les hablara a ellos dos sobre su hija.

—Seungkwan, no quiero interrumpir tu momento con Byulyi pero ¿me podrías desatar?— Preguntó Jeonghan.

Seungkwan se apartó de la cachorra y miró a Jeonghan.

—Zongzi...— Llamó a su hijo. —Desata a Jeonghan.

—Wonwoo apreciaría más mis habilidades con los nudos.— Se quejó el omega y Seungkwan suspiró.

—Desata a Jeonghan y voy a considerar ser amable cuando piense en tu castigo.

Zongzi lo examinó por algunos segundos y su cabeza se inclinó.

—Que raro, deberías estar de buen humor.

Ah, Seungkwan amaba a sus hijos pero a veces ellos lo superaban a él en todo sentido, llevó ambas manos a su rostro intentando esconder lo sonrojado que estaba y solo pudo escuchar a Byulyi preguntándole a Zongzi a lo que se refería. Bien, él mismo desató a Jeonghan sin mirarlo a la cara y en completo silencio esperando que el momento vergonzoso solo pasara. Pero no iba a pasar.

Antes de que pudiera decir algo los niños entraron a la casa con un Sekmin atado de pies a cabeza, y sería mentir decir que no fue gracioso, porque lo fue. Miró a sus dos esposos que estaban siendo invadidos por la avalancha de niños y como ellos estaban convenciendo a Hansol de unirse a su redada, y no estaba entendiendo lo que estaba pasando ¿un juego?

—Queremos tener una festividad asi que estamos atormentándolos para que nos la den.— Dijo Byulyi demasiado alegre como para molestarse con ella. —Justo ahora estamos en el proceso de la segunda etapa del plan.

Seungkwan parpadeó confundido.

—¿Qué piensan hacer?

—No lo sabemos, tenemos planeado preguntarle a papá.— Byulyi casi saltó dentro de la casa y se llevó a Hansol con ella.

Seungkwan miró a Jeonghan sin saber que decir.

—Quien diría que hace unos años estaríamos preocupados de sobrevivir a una escuela que nos vendía y ahora nos secuestran niños.— Jeonghan suspiró. —¿no se siente raro?

Seungkwan pudo haber preguntado el "que" de sentirse raro. Pero lo entendía. Entendía la extrañeza con la que Jeonghan miraba la situación. Hace años jamás hubieran pensado estar en ese punto, para el joven casi cachorro Seungkwan su vida era planeada como simple y feliz, su esposo y él trabajando en casa o por gusto con uno o dos hijos, una familia tradicional que adoraba a la luna y gustaba de ir a templos. Ahora era... tenía dos esposos y dos hijos que lo manipulaban un poco y hacían todo un caos. Y estaba en una manada.

La parte de la manada seguía siendo confusa. El punto era que durante sus años en la escuela Pledis jamás lo imaginó así.

En algún punto solo pensó que moriría y ya, que cualquier día podía ser el ultimo y que despertaría en alguno de los pasillos con su cabeza hecha añicos.

Recordar la primera vez que se encontró de frente con los secretos de la escuela aun le provocaba nauseas. Cuando olió el temor y la desesperación de esos omegas por sus cachorros, y el miedo de no saber lo que estaba pasando. Ese infierno era lejano, pero estaba presente en su memoria.

Ahora cada que respiraba profundo se encontraba con los aromas alegres y vivaces de los niños, se encontraba con el aroma juguetón de Chan que negociaba con los más pequeños para ser liberado y el aroma a lavanda de Seokmin que endulzaba el ambiente. Todo era lindo, y los malos recuerdos aunque estaban allí eran solo eso, recuerdos.

—Jeongkwan cumple años en unas cuantas semanas.— Dijo recordándolo.

Y tanto Jeonghan como él miraron al bosque.

—¿sabes lo que es curioso? Él jamás tuvo nombre.

Seungkwan miró a Jeonghan y despues volvió su mirada al bosque.

—Si lo tenía. Pero no puedo recordarlo.

Se quedaron en silencio.

—¿Por qué estamos viendo a nuestro muertito?— Preguntó Wonwoo en un susurro y Jeonghan saltó de sorpresa, Seungkwan ya había percibido su aroma desde antes. —¿se le acaba la suscripción? ¿hay que matarlo de nuevo? Esta vez pido el cuello.

—No puedes bromear con eso.— Se quejó Minghao, y Seungkwan asintió, Ah, y respiró profundo porque había extrañado el aroma de Minghao, y el de Woozi quien estaba acercándose.

—Con todo lo que pasó ya no siento culpa por él.— Jeonghan se cruzó de brazos. —De no haberlo hecho Jeongkwan no estaría aquí... Tu deja de acercarte, traidor.

Woozi se detuvo en ese momento y Seungkwan sonrió tomándolo de la mano para que se acercara, sabía que Jeonghan no estaba molesto de verdad y que Woozi estaba riéndose por dentro, aunque se quedó callado en todo el berrinche de Jeonghan. Seungkwan respiró profundo encontrando los aromas allí.

—Estoy seguro de que Kimbap está tramando algo.— Dijo Woozi señalando la casita.

—Claro que está planeando algo, ella se irá el próximo año con Brandon.— Respondió Jeonghan y todos lo giraron a ver. Jeonghan se encogió en hombros. —¿aun no se los dice? Jeongkwan estuvo planeando como decírselo a Wonwoo y a Mingyu, si no lo ha hecho es porque decidió que no iría, o no lo sé...

—No, seguramente no lo ha hecho porque está preparando todo.— Wonwoo suspiró mirando hacia los niños. —Ella siempre ha sido callada, prefiere tener todo en orden antes de lanzarse y decírselo a otros. Seguramente planeaba organizarlo y despues presentarnos el plan a Mingyu y a mi... ¿Por qué ella quiere irse con Brandon?

—Oh...— Minghao habló. —Así que por eso estaba preguntándome sobre las escuelas que investigue antes de escoger Pledis. ¿es un plan a futuro?

—Yo no confiaría en tu criterio para escoger escuelas.— Se burló Woozi.

Nadie confiaba en el criterio de Minghao para escoger escuelas.

Seungkwan miró a Wonwoo y el rostro serio que este había puesto de repente, y Seungkwan sabía porque. Wonwoo no iba a negarle nada a Jeongkwan, aun si tenía miedo y se sentía nervioso porque las escuelas ya no les generaban tanta confianza. Y eso lo sabía no por su aroma, sino porque era lo que Seungkwan estaba sintiéndose en ese momento.

Jeongkwan era casi una cachorra, pero no lo sería por siempre.

—¿Qué están haciendo ahora?— Preguntó Minghao entrecerrando los ojos y Seungkwan intentó oler.

¿era pólvora?

—¡¿Qué están haciendo?!

Gritó corriendo hacia ellos. Y los chicos fueron detrás de él.

Jeonghan se cubrió los oídos escuchando la pequeñas explosiones de los fuegos artificiales, los chicos no tenían permiso para usarlos, pero sospechaba que Junfei y Samuel se encargaron de conseguirlos y encenderlos y ahora había luces en el cielo mientras los niños se refugiaban en sus padres saltando y señalando. Jeonghan estaba un poco aturdido cuando llegó hasta ellos y solo podía ver a Junfei y Samuel señalándole el cielo a Hoshi.

—¡El tercero es naranja porque es un tigre!— Gritó Samuel para Hoshi y el alfa entrecerró los ojos. —¡Mira! ¡Ya viene!

—¡Ruge como un tigre, papá!— Gritó Junfei olvidándose de nuevo que Hoshi no era su padre, pero Hoshi solo se rio cuando el naranja cubrió el cielo nocturno. —¡El siguiente es verde para Hao!

Minghao llegó a Hoshi y a los dos niños mientras miraba al cielo, él también se veía feliz y eso hizo a Jeonghan olvidarse un poco lo molesto que estaba por ser amarrado y traído en contra su voluntad. Buscó a Jisoo entre la pequeña multitud.

—¡No mires abajo! ¡Es arriba!— Escuchó Myungji y a Junito quejarse y los encontró alzándole el rostro a Mingyu.

—¡Pero Wonwoo...!— Mingyu intentó bajar la mirada y los dos niños volvieron a alzarle la cabeza.

—¡Papá! ¡Arriba!

Wonwoo se acercó a ellos.

—Mira arriba, Mingyu.— Le recordó Wonwoo alzando la cabeza justo en el momento que un nuevo fuego artificial estalló. Y hubo otro que no lo hizo y solo salió un sonido agudo. —¡Ese es como Jeonghan!

Claro, Jeonghan suspiró.

—Me alegro que siempre me tengas en mente, Wonwoo.— Le dijo aunque no estaba seguro de haber sido escuchado.

Había mucho ruido alrededor, y solo por curiosidad giró a ver a Hansol y a Chan, el segundo entrecerrando los ojos para poder ver bien y cubriéndole la cabeza a Byulyi como si algo le fuera a caer del cielo.

—Estoy bien.— Se quejó la alfa. —Papá, estoy bien, no me va a caer nada.

—Conociendo tu suerte te prendes fuego aquí, déjame cubrirte.— Chan insistió.

—Conociendo la suerte de ambos será más fácil que se incendien juntos.— Se burló Zongzi. Permaneciendo a lado de Hansol.

Seungkwan se acercó por fin con una pequeña sonrisa, viéndose mucho más tranquilo ahora que todo estaba en orden.

—Papá, vas a perderte el tuyo.— Jisoo lo llamó tomándolo de la mano, y Woozi estaba viéndolo a él en lugar del cielo. —¿sigues molesto?

Exhaló una risa abrazando a Jisoo.

—Si, mucho.— Bromeó. —Con ambos.

—Ella fue la criminal intelectual.— Señaló Woozi. —Soy simplemente un secuaz de ocasión.

—Como si fuera a creerte.

Jisoo lo abrazó de vuelta y Jeonghan amaba la forma en la que ella era una pequeña copia de Woozi, incluso compartía una marca de nacimiento que comenzaba a desvanecerse en el mismo lugar donde Woozi tenía su cicatriz. Jeonghan no podía pedir más.

No podía pedir más principalmente porque casi murió dando a luz a Jisoo. Pero comparadas a las otras veces en las que estuvo a punto de morir esa era ¿la más dulce? Fue la menos dolorosa ya que apenas estaba consiente. Se apartó de Jisoo para verla a los ojos y sonreír.

—Ese disfraz te hace ver más adorable que temible.— Le dijo tocando uno de sus cuernitos.

—Si, por eso es un disfraz, si me veo adorable se acercarán a mi y voy a llevarlos al inframundo.— Respondió Jisoo y Jeonghan sintió más ternura que miedo. O viceversa, en realidad no sabía.

—Lo único que conseguirás si se te acercan extraños es llevarlos a la cárcel.— Se burló Woozi abrazando a la niña.

Ambos miraron al cielo cuando la explosión de un fuego artificial les iluminó el rostro, y Jeonghan no podía dejar de mirarlos a ellos. Amaba mucho más esta imagen que la del cielo repleto de colores y figuras. Su familia y su lugar eran mucho mejor.

Era un lindo momento ¿pero donde estaba Jeongkwan?

Todos estaban dentro de la casita, el bullicio era encantador y Jeongkwan no podía dejar de pensar en ello, en lo bien que se sentía reunirse una sola noche y solo disfrutar de esto. Iba a extrañarlo. Si su padre llegara a aceptar que ella se mudara iba a extrañar a cada uno de los chicos, pero ella no podía solo quedarse e ignorar lo que quería, nunca fue así, y estaba seguro de que sus padres y sus tios tampoco lo eran.

Udi no era así. La verdad es que Jeongkwan aun sentía que no era suficientemente buena para cuidar de los demás, y tenía que hacerlo no solo porque era la mayor, sino porque era su manada y se sentía mucho mejor haciendo algo que quedándose de brazos cruzados esperando que las cosas llegaran. Se preguntó si así se sentía Udi, si así era como pensaba y se preguntó porque le importaba tanto.

Miró el cielo nocturno y pensó en ello hasta que el recuerdo llegó a su cabeza, un recuerdo de su infancia, su primer recuerdo.

"No voy a olvidarte. Nunca."

No sabía porque su tio Jeonghan le había dicho eso, pero estaba segura que tenía que ver con algo importante, porque él estaba abrazándola y ella había caminado hasta él, quizás fueron sus primeros pasos, no lo recordaba.

A veces pensaba en todo lo que habían pasado sus padres gracias a la escuela Pledis, recordaba las historias de Seokmin, las de Jun, los periódicos y las noticias, recordaba como el viejo akiyama alardeaba de la historia y como no la dejaban leer el libro del tio Hoshi pero que ella aun así leyó. Y parecía un poco irreal. Ella apenas era una bebé cuando eso pasó, pero recordaba algunas cosas y estaba segura de que había afectado en algo la forma en la que ella pensaba mientras crecía.

—Hey, ven adentro.— Escuchó a Zongzi y giró para ver al omega acercándose, ella le hizo un espacio en su pedacito se tierra para que pudiera sentarse. —Eres tonta, te dije que vinieras adentro, no que me hicieras espacio.

Aun así Zongzi se sentó.

—Mi tio Han me hizo una promesa cuando era bebé.— Le dijo al omega y este apenas la miró. —Me prometió que nunca me olvidaría.

—¿Por qué te prometió eso?

—No lo sé.— Se encogió en hombros. —Ellos jamás no cuentan todo. Nos hablan de lo que pasó, pero jamás nos dicen por lo que ellos pasaron... no nos dicen que tan mal fue en verdad. La cuentan como si fuera nada.

—Si, lo sé. Seungkwan también hace eso.— Zongzi suspiró. —Ellos nos quieren evitar el dolor de la verdad. O se lo quieren evitar a si mismos... ¿tu sabes cómo Woozi se hizo la cicatriz?

—No. Tampoco sé cómo tío Seungkwan se hizo las cicatrices de sus manos, o la cicatriz que tiene mi papá cerca de su estómago.

Su vida era buena, todas las mañanas se levantaba y se iba a la cama con una sonrisa en el rostro, amaba a sus padres y amaba a sus hermanos aunque ellos fueran un poco molestos, amaba a sus tios y a los demás chicos. A veces todo era perfecto para Jeongkwan, pero a veces se preguntaba que tuvieron que hacer sus padres para llegar a ello. Que fue lo que pasó en realidad, porque también era parte de su pasado.

De una Jeongkwan recién nacida, pero era parte de ella. Al igual que Zongzi tenía curiosidad sobre su padre biológico, y la misma curiosidad que tenía Byulyi sobre como fue concebida si su madre había muerto mucho antes de que ella naciera.

—En algún momento lo sabremos.— Suspiró Zongzi. —Lo averiguaremos o ellos nos lo contaran, sea cual sea el caso vamos a saberlo.

Jeongkwan asintió dejando de mirar al cielo para mirar a Zongzi.

—Prométeme que vas a hacer de esto una tradición.

—Lo haré, pero haré algunos cambios.— Zongzi sonrió y Jeongkwan levantó la mano hacia él. —¿eh?

—Promételo. Dame la mano.

Tomó la mano de Zongzi y la apretó como si estuviera haciendo un trato. Estaba segura de que él cumpliría su promesa, solo que no estaba segura de que al llegar fuera lo mismo, quizás le haría algunas mejoras y Jeongkwan terminaría teniendo que aprender todo desde cero. Y si Jisoo metía mano en esto iba a ser un poco más complicado.

—Entonces prométeme que cuando vuelvas intentaremos descubrir los turbios secretos de la escuela Pledis.

Jeongkwan sonrió en respuesta.

—Todos y cada uno de ellos.

—Si hacen eso tendríamos que matarlos.— La voz de su padre omega los hizo gritar a ambos, y cuando se dieron cuenta estaban rodeados. —Ugh... tienen la ventaja de que los queremos, supongo que solo les cortaremos la lengua.

—Con toda la información que hay hoy en día sobre el tema será demasiado fácil descubrir los turbios secretos de la escuela Pledis.— Se quejó tio Han.

—Hoshi literalmente lo escribió todo en su libro.— Tio Hao se inclinó hacia ellos.

—Ya, pero será su descubrimiento, déjenlos explorar.— Y su tio Seungkwan sonrió. —Hay muchas cosas que aun no saben, y otras que no necesitan saber.

—Como aquella vez que el jefe me golpeó. Jeongkwan, tienes que saberlo, tu tio udi no puede ser tu tio favorito.

—Para ser justos tú te lanzaste a atacarme primero. — udi suspiró. —la historia de Minghao y el lago es más entretenida, también peleó con la mamá de Byulyi.

—¿hablas de la vez que besaste a Jeonghan bajo el lago tan románticamente?— Hao se defendió. —¿o cuando literalmente pediste que te clavaran en un árbol?

Jeongkwan los miró casi con asombro, eso no era algo que viniera en el libro de tio Hoshi o en los periódicos. Quería preguntar, pero estaba un poco emocionada de dejar que sus tios hablaran de ello con tanta facilidad. Había un toque juguetón en sus voces.

—Jeongkwan.— Jeonghan la llamó sentándose a su lado. —Somos demasiado entrometidos así que escuche la parte de la promesa.— Oh. Ella casi se sonrojó. —Es una historia demasiado larga, pero te aseguro de que cumplí esa promesa... casi. Cuando vayas con Brandon él te contará mucho más, créeme, le encanta hablar de otros y sus secretos.

—Cuando sean mayores se enterarán.— Dijo udi frente a ellos. —Por ahora estén seguros de que la historia es larga y no todo lo que pasó tiene que ver con la escuela Pledis. Algunas cosas pasaron simplemente porque éramos problemáticos.

—Mucho más problemáticos que secuestrar a nuestros padres y hacerlos venir a pasar un buen rato.— Se burló Jeonghan dando suspiro. —Bien, por esa parte no podemos regañarlos, son libres.

Jeongkwan sonrió observando como sus tios hablaban y se reían entre ellos, y le costaba un poco recordar que en realidad no había ningún lazo sanguíneo que los uniera, eran solo cinco chicos que se encontraron en una escuela que atentaba contra sus vidas. Y esos cinco chicos consiguieron derribar toda una institución, demasiado increíble. Miró a Zongzi y como este había comenzado a discutir con Udi y con Wonwoo.

El año siguiente esperaba que ellos se volvieran a reunir en la noche del reencuentro y volvieran a discutir como lo hacían ahora. Sonaba bien. Quizás Zongzi tendría que añadir esta nueva regla a la festividad inventada para que fuera obligatorio, o quizás ellos lo harían tan solo al encontrarse.

Independientemente de lo que pasara estaba bien, y Jeongkwan esperaba verlo en los siguientes años.

Así esperaría con ansias el próximo 31 de octubre.

—Zongzi, desataste a Seokmin ¿cierto?

—¡Demonios! ¡Voy a hacerlo ahora!

...

La verdad el especial no está tan bueno pero me esforce ; ;

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