Capítulo 15 "Revivir recuerdos muertos"
"Revivir recuerdos muertos"
¡No puede ser!.
– Christel– saluda mi tío Adam– ¿Cómo has estado?.
– Yo… bien– susurro.
– Tu tío quería verte– dice la voz chillona de mi madre– ¿No está hermosa, Adam?.
– Si– muestra eso torcida sonrisa que se metía en mis pesadillas cada noche– Está muy hermosa.
– ¿Me disculpan?, Necesito ir al baño.
Sin esperar repuesta, entro a la casa y subo las escaleras corriendo. Entro al baño del pasillo y cierro la puerta con pestillo.
Me apoyo contra la puerta y me deslizo en el suelo. Cierro los ojos y las lágrimas bajan como lluvia.
Los sollozos no se hacen esperar y llevo las manos a mi boca para poder callarlos.
Mi corazón bombea de manera anormal y el nudo en mi garganta no me deja respirar. Estoy teniendo un ataque de pánico.
Abrazo mi rodillas y comienzo a tratar de llevar aire a mis pulmones.
Él no tiene que estar aquí. Él no puede estar aquí.
¡Maldita sea!. ¿Qué hace aquí?.
¿No le basta con dañar mi adolescencia como para que venga después de seis años a joderme la vida?.
Un toque en la puerta me sobresalta.
– Nenita, ¿Estás bien?– es mi madre.
– Si– trago el nudo que hay en mi garganta– El viaje me mareo, en seguida salgo. – Te esperamos abajo.
Escucho sus pasos alejarse y me pongo de pie, me miró en el espejo y suspiro.
Tengo que salir de aquí. Busco mi teléfono y marco el número de Barbie.
– ¿Amiga?.
– Hola, Barbie– mi voz suena ronca.
– ¿Estás bien?– niego.
– No. Necesito tu ayuda.
– ¿Qué sucede, Chris?– su voz suena confundida– No me asustes.
– Ya estoy en Núremberg, necesito que llames a mi madre y le digas que necesitas verme urgente.
– ¿Por qué?, ¿Qué está pasando?– el miedo es latente es su voz.
– Solo ayúdame, después te explico ¿Si?. Lo prometo.
Bajo las escaleras un poco más calmada. Mi madre y Adam están en la sala, este último me mira y siento el miedo erizar mi piel.
– Oh, aquí estas– mi madre me mira– Le contaba a tu tío que te casaste.
– Debe ser un hombre muy afortunado el que este con mi hermosa sobrina– su áspera voz me causa náuseas. El teléfono de mamá suena y esta se retira para atender.
Por favor que sea, Barbie. Por favor.
– Entonces– lo miro– Estás casada.
– Si, lo estoy– suelto.
– Qué bien, ¿Te trata bien?– cuestiona.
– Ese no es tu maldito problema– espeto.
– Vamos, muñequita– Mierda– Pensé que habíamos hecho borrón y cuenta nueva.
– Para los violadores como tú, eso no existe– su cara se desfigura por el tono amargo que uso. Mi madre vuelve y me observa.
– Barbara me llamó y dijo que te necesita urgente– informa– ¿Vas a irte ya?.
– Si, necesito arreglar unos asuntos con ella– me levanto y tomo mi bolso– Nos vemos, madre.
Beso su mejilla y con una última mirada de odio dirigida a Adam, me retiro.
– ¿Estás bien?– pregunta Barbara cuando me abre la puerta de su habitación de hotel. Niego y las lágrimas salen.
– No– susurro y dejo que mi mejor amiga me abrace. Me desvanezco en lágrimas y sollozos que me raspan la garganta.
– ¿Por qué estás así?– cuestiona mirándome y apartando el cabello de mi cara.
– Él… está ahí– murmuro.
– ¿Quién?.
– Adam– ella abre sus ojos, claramente, entendiendo todo.
– ¿En donde?.
– Mi madre… ella me llamó y dijo que tenía una sorpresa para mi– sorbo mi nariz– Y cuando llegue, él… estaba ahí y actuaba como su nunca hubiera pasado nada. Su mirada sigue siendo la misma y eso…
Vuelvo a llorar. Esto es demasiado, no puedo. No me gusta.
– Tranquila, todo está bien– Barbie acaricia mi cabello. Hace mucho necesitaba esto. Un abrazo de mi mejor amiga– ¿Quieres que llame a Liam?.
– No– me enderezo y niego– William, no.
– ¿No lo sabe?.
– No tiene por qué saberlo– digo secando mis lágrimas. Ella hace una mueca con sus labios– ¿Puedo quedarme aquí?.
Mañana a primera hora iré a comprar un boleto de vuelta a Múnich.
– Si, quédate. Hay suficiente espacio para las dos.
Llamo a mi madre a eso de las diez de la noche y le digo que me quedaré con Barbara, excusándome con que es muy tarde y estoy muy cansada para volver.
No me quedaré en el mismo lugar que ese monstruo.
Mi teléfono vibra y el nombre de mi esposo se marca en la pantalla. Suspiro y contesto.
– Hola, amor– saludo.
– Hola, caramelo. ¿Estás bien?, Te escucho extraña.
– Si, solo… estoy cansada. Me he pasado toda la tarde con Barbara y ya sabes cómo somos.
– Ya, ¿Y la sorpresa?– mierda. ¿Qué le digo?.
– Eh… si la sorpresa, era un familiar. Que vino desde Italia y no veíamos hace tiempo. Fue una gran sorpresa, en realidad– en cierta parte es verdad, omitiendo que este familiar me dejo un trauma psicológico.
– Que bueno. Me alegra que te estés divirtiendo– si supieras, mi amor. Si supieras– ¿Es normal que te extrañe tanto?.
– Si, creo que si– sonrío– Yo también te extraño– susurro sintiendo una lágrima bajar por mi mejilla– ¿Cómo va el tema de la empresa?
– Están investigando, no es fácil descubrir quién vacío una cuenta tan grande sin ser detectado. No te preocupes por eso, pronto lo solucionaremos. Ya lo verás.
– Eso espero– murmuro.
– ¿Segura que estás bien?.
– Si, estoy muerta de sueño– exagero y él ríe. Ay, William. ¿Por qué estás tan lejos?.
– Bueno, te dejare dormir. Te amo, cariño.
– Yo mas, mi amor.
Cuelgo y me dispongo a dormir. A tratar de eliminar la pesadez de mi cuerpo.
Estoy haciendo mi segundo plano digital en dos horas. Es una nueva marca.
Si quiero entrar a la universidad antes de los quince, tengo que perfeccionar todos los planos y enviarlos como muestra de mi capacidad.
Tocan la puerta y esta se abre sin que yo autorice. Pero no digo nada por qué es mi tío Adam.
– Hola, muñequita– saluda como siempre– ¿Qué estás haciendo?.
– Unos planos– le muestro– Los voy a enviar a la universidad para que los vean.
– Seguramente va a aceptarte– me sonríe– Eres muy buena en lo que haces.
Sonrío y asiento. El tío Adam me mira fijamente y eso me incomoda.
No sé porque siempre me observa así.
– Estás muy grande, Chris– se sienta a mi lado y pone su mano en mi pierna.
– Mamá dice que crezco rápido– miro su mano sobre mi pierna. No me gusta esta sensación.
– Y estás muy linda– susurra cerca de mi cara. Me levanto y trato de alejarme pero él sujeta mi muñeca– ¿A dónde vas?.
– A buscar a mamá– digo tartamudeando.
– Tú madre no está– aprieta su agarre en mi muñeca y tira de mi hacia él.
– Entonces, iré por Miriam– digo sintiendo miedo. – Miriam está haciendo las compras.
¿Y ahora que?.
El tío Adam acerca mi cuerpo al suyo y comienza a meter su mano por debajo de mi falda.
¿Por qué no me muevo?.
No puedo moverme.
Sus manos levantan mi blusa y la quita por mi cabeza.
Tengo miedo. Quiero gritar pero no puedo.
Quita el pequeño sujetador rosa pastel dejándome desnuda de la cintura hacia arriba. Luego quita mi falda y cuando está por quitar mis bragas, mi cuerpo reacciona.
Me alejo de él para ir hacia la puerta, pero es más rápido que yo y me toma por los brazos.
Empiezo a gritar con todas mis fuerzas. Grito y grito, pero nada. Nadie me escucha.
Me lanza bruscamente sobre la cama de invitados y amarra mis manos al cabecero con mi sujetador y coloca mi blusa sobre mi boca para callar mis gritos.
– Si no te mueves, te va a gustar– murmura en mi oído y comienzo a llorar.
No quiero esto. ¡No quiero esto!.
Se quita la camisa y luego los pantalones junto con sus bóxer. Cierro los ojos y lloro más.
Su cuerpo se pega al mío y siento eso sobre mi pierna. No quiero.
El miedo me invade cuando lo veo abrir mis piernas y meterse entre ellas.
Siento una presión allí abajo y me duele. Grito y lloriqueo. Pero él empuja fuerte y siento todo de cabeza.
¡Me duele!.
Sale y empuja de nuevo. Y así lo hace constantemente.
Grito, lloro, mi cuerpo se retuerce del dolor entre mis piernas.
¡No quiero!. ¡Basta!.
Él nos se detiene. Solo gime y a mi me duele.
¿Mami donde estas?.
¿Papi porque no vienes?.
¿Christa, por qué no llegas?.
¿Miriam, por no estás aquí?.
Mi cuerpo duele. Mi respiración es errática. Mis ojos duelen. El miedo me invade y no me deja moverme.
Ya no quiero esto.
¡Basta ya!.
El tío Adam se levanta y se viste. Desata mis manos y quita la blusa de mi boca.
Me pone de pie y me viste. Me mira y seca mis lágrimas.
– Una palabra de esto y no la cuentas. ¿Entendido?– asiento. Ida en mi propio dolor– ¡¿Entendido?!.
– Entendido.
Me despierto. Respiro entrecortado y las lágrimas bañan mi rostro. Mi corazón late desenfrenado y el miedo recorre mis venas.
A mí lado, Barbie duerme. Me levanto de la cama y voy al baño. Cierro la puerta y me desmorono.
Mi cabeza duele.
Vivir callada es el peor castigo que he podido tener. Aún que no se por que, nunca he hecho nada malo. No soy una mala persona. ¿Por qué a mí?.
Mi cuerpo duele.
Sufrir el dolor diario de una violación no es fácil. Tener que aguantar el ardor entre mis piernas por diez días, por miedo a que se volviera a repetir.
Mi corazón duele.
Sentirme vacía. Entregar un corazón con un caparazón de color y que por dentro este tan dañado.
Levanto la mirada y me miró en el espejo. La chica vacía, dañada, destruida, traumada que pensé había muerto. Se hace presente en el carente brillo de mis ojos marrones.
Todo duele.
¡EL PRIMER CAPÍTULO DEL AÑO!.
Se que es triste, pero toda historia tiene momentos malos.
¡ESPERO LES GUSTE MUCHO!.
¡Voten y comenten mucho!.
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