Capítulo 13 "Atención, cariño y amor"
Cariño, atención y amor.
Cinco meses después.
Termino de pintarme las uñas de color negro. Están muy largas, tengo que cortarlas semanalmente. Pero me gustan así, ya no tengo que hacerme las acrílicas.
Zeus llega a mi lado con el juguete de dinosaurio que le compré cuando fuimos a San Petersburgo hace dos meses.
– ¿Quieres jugar?– tomo el juguete de la boca de Zeus y lo arrojo al aire– ¡Ve por él!.
Zeus sale disparado hacia el juguete y vuelve a traerlo, así pasa mi mañana.
Salgo de la casa y voy en busca de mi Jeep, una vez en marcha coloco en el GPS la dirección de la casa de un socio de William. Voy a mostrarle los planos que diseñé para la remodelación de la habitación de su hijo mayor. Es un regalo de cumpleaños o algo así.
Desde hace cinco meses he estado haciendo muchos trabajos, tanto en la empresa de William cómo en otras sucursales de la empresa de papá. William insiste en que no lo haga pero siempre términos igual. Yo diciéndole de que cuando me estrese de trabajar dejaré que él pague todo y él– como cada vez que tenemos esa conversación– me mira mal. Pero se que no puede decidir eso, así que no le presto atención.
Hace dos meses viaje con William a San Petersburgo para una convención que tenía con una de sus empresas allí, y mientras aproveché para conocer a mis sobrinos. Nacieron en febrero y son los niños más hermosos que he visto, tienen los ojos de Christa, pero físicamente son iguales a su padre. Erick está muy contento con sus hijos y eso es bueno.
Estaciono el auto en la acera, bajo y camino hacia la gran mansión de los Millman. Paso por seguridad y luego toco la puerta. Esta se abre dejándome ver a la señora Millman.
– Hola, linda. ¿Cómo estás?, Adelante– se hace aún lado y me deja pasar a su “humilde” hogar.
– Muy bien, señora Millman– sonrío educadamente.
– Mi esposo bajara en un momento, mientras podemos tomarnos un té– sonriendo la sigo a la cocina.
La familia Millman es un poco– demasiado– superficial, y su hijo mayor, ni se diga, la señora me dijo exactamente “a pesar de que mi hijo tenga veinticinco, sigue siendo mi bebé. Por lo tanto voy a consentirlo siempre”. Si, bebé. Pero es mi trabajo, así que tengo que hacerlo.
La habitación es gigante, por lo que, me entusiasmé mucho y diseñé todo por lo alto. Al señor Millman le encantó y eso es excelente. Dijo me recomendaría con sus amigos.
– Gracias, linda. La habitación quedará estupenda– sonríe la señora. – Fue un placer– me despido y vuelvo a mi auto.
Coloco el manos libres en mi celular y llamo a mi linda cuñada.
– ¡Christel!– grita Wendy al otro lado de la línea haciéndome reír.
– ¿Dónde estás?– pregunto.
– En el centro comercial– escucho su voz agitada.
– ¿Estás bien?.
– Si, ¿puedes creer que una vieja como de ochenta quería robarse los tacones que yo vi primero?. Tuve que perseguirla por todo el almacén.
– Solo a ti te pasan esas cosas. ¿De verdad perseguiste a una anciana?.
– ¡Si!. Pero al final yo gane y compre los tacones. ¿Quieres que almorcemos?.
– Si, en diez minutos estoy ahí– cuelgo.
En estos últimos meses mi relación con Wendy se ha hecho más fuerte y se ha convertido en una gran amiga. En cuanto a Barbara, ella se casó a finales de marzo. Fui a su boda y obligué a William a ir conmigo, fue muy linda. Ahora Barbie ha estado muy ocupada con su nueva vida de casada, ya que, su esposo– a pesar de ser amable y amoroso– es exigente.
Llego al centro comercial y me dirijo a la zona de comida, en donde Wendy ya esta. Abrazo a mi cuñada y ordenamos pizza.
– La madre de Dominick me tiene loca– dice Wendy en tono exasperado.
– Dijiste que era genial.
– Lo es, pero ahora con lo de la boda ella se ha vuelto loca y quiere que yo también haga lo mismo.
– ¿Y por qué no le dices a la tía Evelyn que le ayude?– cuestiono comiendo mi tercer trozo de pizza.
– Ya le dije, pero tampoco la soporta. Ella quiere que su hijo tenga la boda del siglo.
– Es en dos meses.
– Lo sé, quería aplazarla un mes más. Porque a mi futura suegra no le es suficiente dos meses para organizar todo.
– Ella quiere que la boda sea al estilo real, ¿Cierto?– asiente.
– ¿Y Liam?.
– En la empresa, ya sabes es miércoles. Tiene reunión con los directivos y una videoconferencia con mi padre.
– ¿Cómo vas con él?– curiosea.
– Excelente, es un amor de persona– ella sonríe– ¿Qué?.
– ¿A mí también me brillan los ojos cuando hablo de Dominick?.
– Si– asiento– Y creo que babeas arcoíris.
– Ay, no te burles.
Llego a casa y observo el reloj en mi muñeca izquierda. Son las cuatro y treinta. Justo a tiempo.
Bajo del auto y entro, Zeus me recibe como siempre. Pesa demasiado, pero aún así lo quiero. Voy a la cocina por un vaso de agua para refrescarme la garganta, subo a la habitación y me dispongo a desvestirme. Me quitó los jeans y las Vans rojas, luego la blusa negra quedando en ropa interior.
Busco una sudadera y me la pongo, por debajo me saco el sujetador. Giro mi cuerpo y casi muero de un infarto.
– ¡Mierda!– exclamo llevándome una mano al pecho– ¡William!.
– No digas groserías– sonríe y suspiro. Lo observo bien y veo que está sin camisa y con un short deportivo.
– ¿Cuándo llegaste?– pregunto mientras lo veo acercarse a mi.
– Hace una hora– toma mi cintura con su manos y besa mis labios– La última reunión se canceló.
– Oh– es todo lo que sale de mi boca cuando sus besos bajan de mi mejilla a mi cuello– Hoy almorcé con Wendy. Su suegra la está volviendo loca.
– A Dominick también– murmura en mi mejilla y sus manos se pierden bajo la sudadera.
Mis manos se pasean por sus brazos y siento su piel caliente. Enrollo mis brazos en su cuello y beso su boca, sus brazos me rodean y me levanta haciendo que enrede mis piernas en su cintura.
Lo siento caminar y cuando creo que me depositará en la cama, me pega contra la pared. Paseo mis dedos por su cabello y por su rostro, me deja de pie en el suelo y con una sutileza increíble, me quita las bragas dejándome solo con la sudadera. Me levanta nuevamente y me estrella contra la pared una vez más.
Muerde mi mejilla y lo siento apretar mi trasero, jadeo mientras lo sigo besando. Una de sus manos se pasea por mi entrada haciéndome retorcer, en un fluido movimiento guía a su amigote en mi interior. Un grito queda atrapado en mi garganta cuando empieza a moverse con fuerza estampando mi cuerpo contra la pared.
Entra y sale una, otra y otra vez rápidamente y creo que mis gemidos se escuchan en China. Adentro y afuera. Sus labios se pegan a los míos y mi lengua se une con la suya. Mi cuerpo convulsiona y el de él se tensa.
Apoyo mi cabeza contra la pared y respiro con la boca entreabierta, siento su pesada respiración en mi cuello y río por el desenfreno con el que hicimos todo esto.
William sale de mi y me baja lentamente, guarda a su amigo y baja mi sudadera. Pega su cuerpo aún más al mío y me besa con toda la calma que perdimos hace unos minutos, subo mis manos a su cabello despeinado y le devuelvo el beso.
Estar con él ha sido una de las mejores cosas que han pasado en estos últimos meses.
Según por lo que su familia me cuenta, desde que me case con él, William sonríe más y está más relajado. Yo opino lo mismo, cuando conocí a William el día de mi cumpleaños, era más serio, más intimidante. Tal vez después de todo él solo se comporta simpático cuando está conmigo.
Digamos que es la confianza, que hemos creado entre ambos.
– Te extrañé– besa mi frente y me abraza más a él.
– Yo también– miro sus azulosos ojos– Te amo.
– Yo también te amo– me besa una vez más y así es como él es conmigo.
Tan cariñoso, atento, amoroso. Es mi William y es lo que importa.
Así lo amo.
¡Tenemos otro capítulo!.
Más tarde vengo con otro y se que me van a querer matar, pero les va a encantar.
¡VOTEN Y COMENTEN MUCHO!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro