"Una dificultad"

Termino de colocarme mi vestido rosa pálido holgado y corto para después bajar las escaleras, le pongo comida a Zeus y tomo las llaves, mi teléfono y el dinero de los taxis.

Salgo de la casa y paso por seguridad, le sonrío a Jonh.

- ¿Cómo se encuentra, señorita?- pregunta amablemente.

- Muy bien, Jonh.- si, señorita. Él es el único que comprende que no soy una vieja.

Tomo un taxi y doy la dirección de la clínica ginecológica. Hoy es mi cita y no puedo faltar.

Cuándo el auto se detiene, le pago al conductor y bajo del taxi. Me encamino a la entrada y en la recepción me recibe una castaña de ojos negros, quién muy amablemente me informa sobre el consultorio donde se llevará a cabo mi cita médica.

Una vez encuentro el consultorio quince, toco la puerta y un pequeño "pase" se escucha del otro lado. Entro a la habitación y la doctora es una mujer como de unos treinta y algo. Me sonríe y yo hago igual.

- Tú debes ser Christel- asiento- Yo soy Jhanys Parker, el Dr. Wilbert me habló de ti y tu tratamiento. Pero si quieres puedes explicarme.

- Eh... si, mi primer periodo llegó cuando tenía trece y como es costumbre mi madre me llevo al médico. El Dr. Wilbert ha sido mi médico de cabecera desde entonces, cuando me realizó el chequeo nos informó que mi desarrollo se había atrasado por qué tenía un desorden hormonal y que podía controlarse con pastillas y eso. Pero mi periodo no era constante así que recurrimos a los anticonceptivos. Normalmente es una inyección al mes.

- Ya veo, bueno podemos seguir con tu tratamiento como lo haz hecho hasta ahora. Pero tengo que hacerte una revisión rápida hoy para poder ingresar tu historial a mi sistema, ¿Bien?- asiento- En el baño hay una bata, te espero aquí.

Me levanto y voy en dirección al baño, me coloco la bata azul y salgo. La Dra. Parker me indica que me recueste sobre la camilla y abra las piernas.

- Esto es un transductor y voy a insertarlo por tu vagina para poder observar tus órganos internos, ¿Esta bien?. Solo sentirás una pequeña presión luego nada- tiene razón es sola una presión fastidiosa pero después desaparece- Bien, tu matriz está bien- dice observando el monitor- La vejiga está perfecta, tus ovario también- frunce el ceño y mueve el transductor dentro de mi.

- ¿Está todo bien?- pregunto.

- Tú cuello uterino está normal, pero tú pelvis es algo baja.

- ¿Y eso es malo?- niega.

- No, no está tan baja para que seas estéril, pero si para que tengas problemas cuando quieras concebir- mi cara debe ser un poema por lo que ella se apresura a explicar- No eres estéril, vas a poder tener hijos. Pero va resultar

un poco difícil, pero cuando estés preparada para tener un hijo puedo darte un tratamiento para que sea más fácil, ¿Bien?. No te preocupes.

Asiento y me levanto para poder vestirme. La doctora me aplica la inyección y yo al fin puedo irme. El aire fresco golpea en mi rostro y todo lo que la doctora me dijo también lo hace, ¿Será difícil quedar embarazada?. No puede ser.

No quiero embarazarme ahora, pero si en un futuro. ¿Y si no puedo?, ¡Santo cielo!.

Cálmate Christel, cálmate.

Me apresuro a ir a casa y cuando llegó lo único que quiero hacer es dormir.

- Caramelo- susurra una voz en mi oído.

- Mmm- me remuevo fastidiada.

- Chris, despierta- la voz de William vuelve a molestarme.

- No quiero- me doy la vuelta pero mi rostro choca con el pecho de William.

- Vamos, cariño. ¿Desde cuándo estás dormida?- pregunta acariciando mi rostro.

- No lo sé. ¿Qué hora es?- abro los ojos lentamente y me encuentro con su rostro a centímetros del mío.

- Las cinco treinta. Acabo de llegar, había un tráfico de locos- besa mi mejilla y acomodo mi cuerpo para que lo siga haciendo- ¿Me extrañaste?- asiento- Que bien, podemos hacer algo divertido. ¿Quieres?.

Asiento. William se cierne sobre mi y baja su boca a la mía.

Comienza a besarme despacio y con calma, mis manos se enroscan en su cabello y él acaricia mis piernas suavemente causando que mi piel se erice. Desabrocho su camisa azul y paso mis dedos por su pecho, mientras que con mis pies bajo su pantalón- que por alguna extraña razón, tenía el cinturón desabrochado- y lo deslizo por sus piernas. Sus manos bajan mis bragas y besa mi cuello, una de sus manos se pasea por mi húmeda entrada haciéndome gemir.

Besa mi boca nuevamente y con un rápido movimiento me penetra, mi gemido y su gruñido mueren en nuestras bocas. Empieza a moverse lentamente pero profundo, sus manos toman mis piernas para obligarlas a rodear su cintura e incrementar los empujones. Mi manos quedaron adheridas a su cabello y me dedico a jadear y gemir, una y otra vez. Cuando ya no puedo más, mi cuerpo se retuerce de una manera violenta y grito su nombre como si fuera una mantra. Siento sus brazos tensos bajo mis manos y gime en mi cuello cuando el éxtasis lo invade.

- No puedo... respirar- digo entrecortado y sonríe, haciéndome reír en el proceso.

- Yo tampoco- dice sobre la piel de mi cuello. Sale de mi y yo subo su bóxer, el cual no se quitó, se acuesta a mi lado y me lleva con él- ¿Cómo te fue en el ginecólogo?.

- Bien- acomodo mi cabeza en su pecho- Está todo normal, lo que es muy bueno- omito la parte de mi dificultad para procrear- Y es mujer, por lo que puedes estar tranquilo.

- Eso es bueno- besa mi cabello varias veces- Tu padre me llamó, me dijo que para navidad podríamos visitarlos.

- Eso suena bien- susurro cerrando los ojos- ¿Y Wendy con quién pasará navidad?.

- Podemos llevarla con nosotros. Y también a Dominick, a estado detrás de ella estos últimos días y Wendy parece nerviosa cuando él está cerca.

- Es por qué se gustan. Es mejor que se lleven bien.

- Pienso igual, mi padre quiere que se casen- se remueve y paso una de mis piernas sobre las suyas- Yo también quiero que lo hagan, la familia de Dominick aporta muy bien en la empresa y respecto a ellos, serán felices juntos. Se nota desde lejos que se mueren el uno por el otro.

Asiento. Él tiene razón, pero ambos son tan ciegos y tercos que se les dificulta hablar de sus sentimientos.

- Falta poco para navidad- murmuro, levanto mi rostro y apoyo mi barbilla en su pecho- ¿Puedo decorar la casa?.

- Lo que tú quieras- besa mis labios.

- Le voy a comprar a Zeus un disfraz navideño- digo ansiosa- Se verá hermoso.

- Ni siquiera puedes bañarlo bien- se burla- ¿Crees que dejará que lo vistas?

- Es muy grande e inquieto- me quejo.

- Si se deja vestir, te compro el Jeep negro mate que vimos el otro día.

- ¿En serio?- le pregunto sentándome en la cama. Asiente- ¿De verdad?.

- Solo si Zeus se deja vestir- dice sentándose en la cama y tomando mi rostro con sus manos y besándome castamente.

- Voy a vestirlo- aseguro y William sonríe.

- ¿Quieres comer?- cuestiona mirándome. Asiento- ¿Salimos? Es viernes.

- Si, ¿Por qué no?.

Termino de comer mi pasta con salsa blanca y bebo de mi Coca-Cola.

Tenía demasiada hambre.

- ¿No quieres más?- se burla William, ruedo los ojos y él ríe.

- No te burles de mi- lo miro mal.

- Caramelo, este es tu tercer plato de comida- me encojo de hombros.

- En estos restaurantes no sirven casi nada. No es mi culpa- digo dejando caer mi espalda sobre la silla. Él ríe- Deja de reírte de mí.

- Perdón, caramelo- besa mi mejilla y hace que incline el rostro para poder besar mis labios.

- Te quiero- Susurro sobre su boca.

- Y yo a ti, caramelo.

¡Nuevo capítulo!
El próximo capítulo es el especial de navidad.
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