Geten miraba al Omega postrado en la camilla, sonríe mientras ve las radiografías en sus manos.

—¿Está bien?—pregunta la rubia al ver la sonrisa del albino.

—Está más que bien—susurra en respuesta.

El Omega de cabellos celestes se encontraba en la camilla del hospital, simplemente postrado ahí.

—Hace un mes murió Touya—susurra Himiko viendo a su amigo. —Si es doloroso para su familia, solo imagínate el dolor de un Omega.

—No quiero ni imaginarlo. De solo pensar el dolor de la marca desvaneciéndose desde lo más profundo, la pérdida de tu Alfa es algo… Algo que ningún Omega quisiera vivir—susurra el ojiazul—. Es como perder una parte de ti, y por más que intentes buscarla, muy en el fondo sabes que jamás la encontrarás.

—Buenas tardes, chicos—un doctor de cabello castaño entra a la sala—, Tenko ya puedes ser dado de alta, por si desean despertarlo, no se preocupen, solo fue un ligero desmayo—informa.

—Gracias, Atsuhiro—agradece el chico.

—No hay de que, es mi trabajo.

El doctor se va y Geten se para del asiento.

—Bien, ser mejor informarle, así no se intenta cortar otra vez—murmura Geten.

—Será lo mejor, iré a avisarle a sus familiares que va a su casa.

—Suerte.

La chica rubia se va del lugar dejando a ambos Omegas solos.

Geten se acerca al peliceleste –antes azabache– y lo mueve un poco, ocultando en su espalda unos resultados clínicos.

—Ey, Tenko, despierta—llama en ligeros susurros para no alterarlo.

—Ah… ¿Qué pasó?—pregunta abriéndose sus ojos rubí.

—Te tengo una sorpresa—murmura.

El menor se sienta en la camilla.

—¿Dónde estoy?—pregunta.

—En el hospital, te desmayaste, pero eso no es lo importante.

—¿No es importante que esté en el hospital?, Wow, que cariño.

—Hm—bufa haciendo una ligera sonrisa—, si, por eso te cuide yo.

Ambos ríen un poco, el Omega menor suspiró dándose tranquilidad.

—¿Qué pasa?.

Geten sonríe.

—Touya murió hace un mes, se que lo extrañas, mas siendo tu su Omega—murmura.

Tenko hace una mueca.

—Pero, toma—el albino extiende unos resultados clínicos.

El peliceleste –dudoso– los toma con delicadeza, abriendo la carta y desdoblando en papel.

—Tenko Shimura… —susurra leyendo.

Al final abre los ojos cuando ve unas radiografías caer.

—Yo… Yo estoy…

—Estás embarazado de Touya—afirma el Omega Dominante.

Las lágrimas no tardaron en llegar, no sabía si de tristeza o felicidad, pero lo estaba. Los análisis resbalan de sus manos dejándolas caer hasta el suelo.

Tenko dirige sus manos hasta su vientre y aprieta un poco.

—… Es de Touya… —susurra entre hipidos—, Él quería… Touya quería tener un hijo… Si pude, si puedo darle un hijo…

Tenko abraza su vientre, estaba feliz.

—Estoy embarazado de él.

Recalca una vez más.
El dolor de perder a su Alfa es llenado con el nacimiento de él hijo de su Alfa, dos vínculos igual de fuertes y amorosos, el amor de una esposa a su esposo y el de una madre a su hijo.