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Capitulo 46: Hilo rojo (Parte 1 Final)

Liam

Aún recordaba como había comenzado a trabajar para Aaron. Luego de descubrir todo aquello que había hecho Niall con Ruth y decidir irme, debía conseguir dinero para mis gastos. Apenas tenía el primer año de universidad y ninguna empresa se arriesgaba en contratarme, mi padre no pensaba pagar un apartamento para mi y tampoco lo quería, como no quería trabajar en uno de nuestros restaurantes, entonces fui al gimnasio, había escuchado los rumores y me di cuenta al instante que Aaron estaba metido en cosas turbias, con solo tres visitas a ese lugar él me contó sobre el "negocio". Era simple, se apostaba una gran cantidad de dinero, solo cinco partidas de Póquer el ganador se quedaba con el total.

Por supuesto yo no tenía dinero, pero luego de jugar una vez y que él viera que realmente yo, era bueno, me ofreció un trato. El colocaba el dinero, yo ganaba y me llevaba el veinte por ciento, eso era una gran cantidad, aproximadamente jugaba una vez por semana y todo iba bien, no me gustaba el ambiente, no me gustaba involucrarme con personas como ellos, pero no lograba encontrar trabajo y mi maldito orgullo parecía ser mas grande e importante. En cierta forma era fácil, pero ellos eran peligrosos.

Salí del apartamento a toda velocidad, necesitaba conseguir de una maldita vez ese dinero. Por mi cabeza había cruzado la idea de hablar con mi padre, había cruzado la idea de llamar a la policía, había cruzado al idea de pedir ayuda, pero sabía que Aron no lo hacia solo por el dinero, sabía que buscaba vengase de "El Turco" por las tantas veces que lo dejo sin un misero peso y que lo metió en problemas con otros tipos de mafiosos, sabía que también buscaba vengarse de mi por las veces que no le conseguí el dinero que necesitaba para pagar alguna deuda de Nick, su estúpido y desgraciado hijo.

Llegue al gimnasio por la parte trasera y envié un maldito mensaje a Aron, la vieja puerta fue abierta y una sonrisa ganadora y asquerosa se hizo presente ante mis ojos. Cerré mis puños a mis costados con demasiada fuerza. Deseaba tomarlo de su estúpida camisa y estampárlo contra la pared, deseaba romper cada maldito hueso de su cuerpo, deseaba hacerlo rogar de rodillas por compasión en tanto yo me dedicaba a patearlo.

-Has llegado temprano Payne -dijo con voz ronca a causa de los cigarrillos.

-¿Donde esta? -pregunte intimidánte, pero su sonrisa no desapareció y se hizo a un lado de la puerta haciendo un ademan para que pasara.

Gruñí y entre al asqueroso lugar. Era la bodega del gimnasio, un lugar oscuro y sucio, conocía perfectamente cada rincón de ese lugar.

Aron volvió a hacerme un ademan de que ingresara a aquella pieza donde se realizaban las apuestas.

No me moví, quede quieto observándolo.

-Vamos Payne, conoces el lugar no seas tímido -se burlo -Creí que querías a la zorra.

Mi autocontrol se fue a la mierda al escucharlo, con grandes pasos me acerque a él y lo tome por la camisa estampándolo en la pared, tal y como deseaba hacerlo. Su expresión era de dolor, pero también de disfrute.

-¿Donde mierda la tienen? -pregunte entre dientes sin soltar su camisa y sin dejarlo escapar.

-No te preocupes, Nick la esta cuidando muy bien.

Me paralicé al escuchar sus palabras, sabía de lo que era capaz ese imbécil, sabía que era un maldito violador con cara de niño bueno.

-Sabes que te matare luego de tenerla conmigo -asegure.

Aaron sonrió aun mas.

-Gana ese dinero y veremos si la tienes contigo y si me matas Payne.

Sus palabras estaban cargadas de disfrutes y cada célula de mi cuerpo colapsaba al imaginar en que situación se encontraría Amy.

Solté la camisa de Aron y lo apunte con mi pulgar.

-Si llegan a hacerle algo no me va a importar ir a la maldita cárcel Aron, juro que yo mismo me voy a encargar de matarte, a ti y al hijo de puta que tienes por hijo.

Sin mas me di la vuelta y me encamine a aquella habitación.

Al entrar reconocí tres de los cinco rostros que pertenecían a las personas sentadas al rededor de aquella mesa.

"El turco" el mejor de todos, solo una vez había podido ganarle y temía no poder hacerlo hoy, Fernandez, un hombre de unos cuarenta años devastado por el alcohol y que solo venía aquí en busca de poder ganar una miseria y pagar sus tragos, Garet, el tipo tenía mas dinero que toda la ciudad, pero por alguna razón venía aquí en las noches a perder y reír como idiota.

Observe aquellas dos personas que no conocía. Uno tipo de mi edad, quizás uno o dos años mas, se notaba a kilómetros que era un hijo de papi y mami y observe a la última persona. La mujer de unos treinta años tenía escrito en cada gesto, sonrisa, cuerpo y ropa la palabra "zorra".

Salude con un asentamiento de cabeza y tome lugar al lado de la mujer y Garet.

-Es bueno verte de nuevo Payne -saludo Garet con una sonrisa.

Ese hombre estaba enfermo, no importaba cuantas veces jugara, siempre perdía y siempre sonreía.

Asentí en su dirección y volteé mi rostro en dirección a donde se encontraba la mujer cuando sentí su mano acariciar mi pierna.

Jamás me hubiera metido con ella, pero mucho menos ahora que tenía a la mujer perfecta para mi.

-Soy Sorasha -susurro apartando el cabello de su cuello intentando seducirme.

Sonreí con asco y lleve mi mirada a la puerta, la cual era abierta y Aaron ingresaba al lugar.

Luego de las malditas palabras por su parte, las reglas y demás, el juego comenzó.


Amira.

Mis piernas dolían, sabía que tan solo llevaba aquí unas horas, pero mi cuerpo parecía haber estado en la misma posición durante días.

Me encontraba sentada en una silla, mis manos estaban atadas detrás de mi espalda, mis pies estaban atados uno a cada pata de la silla, tenía los ojos vendados y cinta cubriendo mi boca.

El olor a gasolina era insoportable y no podía evita querer llorar. Necesitaba salir de allí, Aaron estaba a mi lado cuando llamo a Liam, sabía que él haría lo que Aaron dijo, sabía que no me dejaría, pero algo me decía que todo saldría mal.

Moví mis muñecas intentando poder salir de allí, esto parecía una maldita película de acción y odiaba ser el personaje en peligro.

-No deberías de hacer eso.

Inmediatamente deje de mover mis manos, era la voz de Nick, él y Aaron no habían evitado mostrarme su rostro, no habían evitado pasar desapercibidos, ellos quería que supieran quienes eran.

Me sentía impotente al no poder, siquiera, insultarlos.

Escuche como los pasos se iban acercando lentamente a mi, hasta detenerse en mi espalda, segundos después la venda de mis ojos fue alejada y cerré mis ojos al toparme con la poca claridad del lugar, pero que para mi era demasiada. Unos segundos me tomo acostumbrarme a la luz y para cuando lo hice, pude ver como Nick se sentaba en una silla frente a mi observándome divertido.

La cinta seguía estando en mi boca y comenzaba a desesperarme.

-Me han informado que Payne esta haciendo un buen trabajo - chasqueo la lengua y sus ojos recorrieron mi cuerpo -Si el idiota supiera que a pesar de todo no impedirá que seas mía.

Me congele en el instante al escuchar sus palabras, mi estómago se revolvió y cerré los ojos intentando no dejar que las lagrimas salieran.

No quería ni pensar en lo que me haría, no quería pensar en nada.

Abrí mis ojos exaltada al sentir una de las manos de Nick posarse sobre mi rodilla.

Sus ojos estaban clavado en su acto y cuando su mirada se elevo para observarme puede verlo, pude ver cada una de sus intenciones.

Trague saliva nerviosa y no pude evitar dejar que las lagrimas me abandonaran.

-No, no , no Amira, no me gustan las chicas que lloran -dijo poniéndose de pie y tomando mi mentón para que lo observara.

Agradecí tener la cinta aún en mi boca para no sentir su aliento chocar con mi boca por la cercanía que tenía. Su rostro se inclino y con extrema lentitud deslizo su lengua por mi cuello. Intente moverme, intente escapar, intente no ser tan estúpida, pero todo era inútil.

-Quiero probar tus labios -dijo y elevo su rostro observándome con una sonrisa.

Su mano se elevo y quito la cinta de un tirón, un quejido escapo de mi y cerré los ojos un segundo.

Quise gritar, pero una de sus manos tiraron de mi cabello con fuera ocasionándome un terrible dolor y sus labios se posicionaron sobre los míos. Cerré mi boca sin permitirle besarme, sin permitirle ingresar su asquerosa lengua en mi, sin permitirle. . .

Su labios se separaron de mi y sentí un fuerte golpe en mi mejilla.

-¡Zorra! -gritó -¿Puedes revolcarte con Payne pero no puedes besarme?

Intente no permitir que mas lágrimas se derramaran nuevamente y con coraje escupí su rostro, el cual aun se encontraba cerca de mío. Mi mejilla aun ardía y mi cabello aun se encontraba en su mano, pero no me importo, no podía permitir que me hiciera nada, y debía, aunque sea, retardar las cosas y quizás alguien me encontraría.

-Me das asco -asegure con mi voz saliendo extremadamente ronca.

Los ojos de Nick me observaron con rabia y jalo de mi cabello con fuerza haciendo que la silla de moviera de lugar. El dolor era insoportable y lo único que deseaba era desaparecer de allí.

-¡Maldita y estúpida zorra! -grito.

Luego de lo que pereció una eternidad y en donde solo puede llorar, mis cabellos fueron liberados y Nick se encontraba frente a mi con la respiración agitada y rojo de la ira.

-Dejame. . . -suplique -Yo. . .mi padre tiene dinero, puedo darte. . .lo que quie. . .

Una sonrisa arrogante surco su rostro.

-Para el dinero tengo a tu estúpido novio -aseguro y mi corazón se encogió.

Liam, no tenía idea de que sería de él, no tenía idea de que estaba haciendo, no sabía si se encontraba bien o estaba en una situación igual o parecida a la mía.

-¡Amira!

Gire mi rostro hacía la puerta de madera a mi lado y reconocí su voz al instante.

-¡Liam! ¡Liam! ¡Aquí. . .

La mano de Nick fue directo a mi boca y la dejo allí sin permitirme seguir gritando.

-¡Amira!

Nick se coloco frente a mi sin apartar su mano.

-Te callas o tu príncipe no contara el cuento -amenazo.

Solloce con su mano sobre mi boca.

-¡Amira! -oí nuevamente su gritó, estaba mas cerca -¡Mierda! ¡Una vez mas! ¡Di mi nombre una vez mas y te encontrare mi amor!

Mi corazón se paralizo al escucharlo, él estaba realmente preocupado, el estaba desesperado. Sabía que quizás cometería un error, sabía que si me encontraba Nick haría todo por lastimárlo, sabía que me estaba equivocando, pero quería verlo, quería estar con él nuevamente.

Con todas mis fuerzas mordí la mano de Nick y en cuanto la alejo de mi grité:

-¡Liam!

Un fuerte golpe fue directo a mi estómago dejándome sin aire, sentía que podría morir allí, sentía que ya no había salida, pero Liam estaba allí, mi Liam estaba allí.

-Te dije que te callaras zorr. . .

Un fuerte golpe en la puerta interrumpió las palabras de Nick.

-¡¿Amy?!

No podía responder, no podía hablar. El aire me faltaba y el dolor en mi estómago era insoportable.

La cita fue colocada en mi boca y otra vez golpearon la puerta. Deseaba que Liam la derribara. El rostro de Nick mostraba el temor en tanto observaba la puerta.

Mi corazón de se descontrolo al ver como Nick tomaba un fiero del piso y se preparaba para atacar a Liam.

El sonido de la puerta siendo pateada repetidas veces retumbaba en la pequeña habitación y mi miedo crecía cada vez mas.

Nick se acerco a mi y se coloco en mi espalda, volteando mi silla para que quedara mirando a la puerta. En un principió no entendí, pero cuando la puerta fue abierta, Liam ingreso y observo a mi espalda con rabia lo comprendí.

Nick lo estaba amenazando conmigo.

-Te acercas y romperé su cráneo.

Liam me observo y pude ver el dolor y temor en su fracciones.

No deje de observarlo, quería transmitirle todo mi amor, todas mis ganas de besarlo, todos mis deseos de abrazarlo, quería demostrarle cuanto lo amaba.

Una sonrisa llena de miedo apareció en sus labios y luego observo a Nick.

-Tu padre ya tiene el dinero -aseguro Liam.

-¿Entonces por que mierdas no me lo dijo? -pregunto Nick a mis espaldas.

Liam dudo un segundo en responder.

-La policía -soltó sin dejar de observar a Nick -Tienes la oportunidad de escapar, pero debes irte ahora -aseguro.

Podía ver en cada centímetro de su cuerpo como se controlaba, podía ver el miedo, podía ver sus dudas, podía ver cuanto me quería.

-¡Mientes! -gritó Nick y las sirenas se escucharon.

-¿Lo ves? ¡Es la verdad! -gritó Liam y oí el golpe del fierro en el piso.

Liam no dudo un segundo en correr a Nick y podía escuchar cada quejido de dolor a mis espaldas.

Luego de lo que parecieron horas, solo puede escuchar la respiración de Liam, aquella respiración que conocía perfectamente bien, me comencé a desesperar ¿Por que no me hablaba? ¿Por que no me sacaba de allí?

Me queje con la cinta sobre mi boca y él apareció frente a mi temblado.

Sus manos quitaron las cuerdas de mis pies y la cinta de mi boca para luego caminar a mi espalda y liberar mis manos. Sus ojos no me observaron al volver a ponerse frente a mi y tomar mi mano para sacarme de allí. Me deje guiar por el lugar si mirar atrás, no quería ver como había quedado Nick, solo quería salir de allí.

Con extrema rapidez, Liam me guió por un lugar horrendo y me saco de allí llegando a un callejón vació y oscuro, sus pies no dejaron de moverse al llegar al parque central, su mano no había abandonado la mía y a pesar de desear llegar ya mismo al apartamento, no me opuse a que estemos allí. Liam se veía extraño, se veía nervioso.

Liam se detuvo frente a un banco y soltó mi mano, pero no se volteó a mirarme. Por primera vez desde que salimos de aquel lugar, me dedique a observar al rededor, el lugar estaba vació, muy pocas personas a lo lejos, las luces estaban encendidas y una brisa refrescante mecía las hojas de los árboles.

Observe a Liam, me estaba dando la espalda y podía ver el movimiento de su cuerpo a causa de su respiración agitada, no dije nada, tan solo me senté en el banco a mi lado y suspire con tranquilidad.

-¿Te. . .te hizo algo? -pregunto luego de unos minutos en los cuales ninguno dijo nada.

Levante mi mirada y observe su espalda.

-No, no me hizo nada, has llegado a tiempo.

-Esto es mi culpa -dijo en tanto se volteaba y se colocaba de cuclillas frente a mi.

Mi corazón se encogió al ver su estado, sus ojos estaban rojos, su voz ronca y la tristeza y culpabilidad en su expresión me dolían en lo mas profundo.

Sin pensarlo tome su rostro entre mis manos y me incline para besarlo, pero él aparto su rostro.

-¿Que. . .que sucede? -pregunte moviendo su rostro para que me observara.

Sus ojos cafés me observaron con detenimiento y su mano se elevo para acariciar con ternura mi mejilla.

-Estas mal Amy -aseguro -Está realmente mal. . .

-Estoy bien -lo interrumpí.

Liam se puso de pie rompiendo todo contacto físico entre nosotros y lo imité poniéndome de pie.

Sus ojos se clavaron en los míos.

-Te golpeó ¡Te golpeo Amira! Tu mejilla esta roja, tu labio esta partido ¡Tienes los malditos ojos rojos y estás temblando! Tu. . .tu cabello, todo en ti esta mal y es mi culpa.

Él estaba desesperado, sus manos estaban cerradas en puños a sus lados, su respiración era aun mas irregular y él también temblaba.

Lleve mi mano a mis labios y sentí dolor, no me había dado cuenta de que estaba lastimada mas que de aquel golpe, mire mis muñecas y note el color purpura a su alrededor, lleve mis manos a mi cabello y me percate de lo desarreglado que estaba y el dolor en mi cabeza. No me había dado cuenta de todo lo que me dolía en el cuerpo, todo parecía haber desaparecido en el momento en el que Liam apareció.

Eleve mi mirada a él.

-Estoy bien -asegure.

Mis heridas eran menores, cosas que pasarían, pero su expresión, su expresión parecía volverse eterna.

Un suspiro cargado de dolor fue liberado de sus labios y su cuerpo pareció perder fuerza, sus hombros quedaron flojos, sus manos se abrieron ilusas a sus lados, su expresión se lleno de dolor y dio un paso en mi dirección.

-Perdoname -pidió -perdón por hacerte pasar por todo esto -dijo colocando correctamente el saco de hilo que traía puesto.

-No fue tu culpa -susurre.

Odiaba verlo así.

Una sonrisa y expresión cargada de, aun mas tristeza, se apodero de su rostro. Sus brazos me estrecharon y no dude un segundo en acurrucarme a él y rodear su cintura con mis brazos. Liam dejo escapar un suspiro cargado de alivio y beso mi cabello para luego comenzar a hablar.

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