Capitulo 40: ¿Amigos?
Liam
¿Ella no pensaba volver? ¿Tanto se estaba divirtiendo con su "amigo"? Y ¿por que me importaba tanto?
Salí de mi habitación furioso, ella aun no regresaba, ¿cuanto había pasado? ¿Diez, quince minutos?
Solo eran unos apuntes¿por que tardaba tanto?. . . ¿sería muy de acosador ir a ver que estaba haciendo?
¡No! No podía hacer eso, yo no era un maldito niño celoso, ella podía salir con quién quisiera, con . . .
Sin poder aguantar mas me dirigí a la puerta y abrí sacando solo mi cabeza, el pasillo estaba vació, salí completamente y me encamine hacía el elevador.
Solo debía bajar, ver que esta haciendo y con quién y si Amy me viera diría que . . . iba a la tienda por pan . . .leche o lo que sea.
Al llegar al elevador, vi que estaba subiendo.
Me alarme, rápidamente corrí al apartamento y cerré la puerta.
Quizás era ella, y si era así ya no debía salir.
Me senté en el sofá y encendí el televisor en algún canal sobre ¿cocina?, presioné nuevamente y me detuve en una película de zombies.
La puerta del apartamento fue abierta y no me giré hacía ella.
Amy camino en silenció y se sentó junto a mi, no pronunció palabra alguna en diez minutos, y eso me alarmo.
Giré mi rostro hacía ella, su mirada estaba perdida en algún punto en el piso, su mano jugueteaba sobre su regazo y sus piernas temblaban.
¿Que le había sucedido allí afuera?
-¿Estás bien? -pregunte.
Amy volteó hacía mi, pero inmediatamente desvió su mirada, como si estuviera avergonzada.
-Si -susurro y se puso de pie alejándose de la sala.
La seguí con la mirada y fruncí el ceño cuando se dirigió a la cocina y comenzó a ¿cocinar? ¿Iba a cocinar con un brazo herido?
Rápidamente me puse de pie y caminé en su dirección.
Amy me observo con el ceño fruncido.
-¿Que haces? -pregunte demasiado brusco -Estás lastimada -añadí de manera mas suave.
Amy suspiro, parecía contrariada, nerviosa.
-No estoy incapacitada -dijo desviando la mirada y se dirigió a la nevera abriéndola.
La seguí de atrás y me detuve demasiado cerca de su espalda, tan cerca que su aroma lleno mis fosas nasales, su exquisito aroma a jazmines me invadió y por un segundo me sentí perdido, como si mi vida acabara allí.
Amy se volteó hacía mi y se exalto dejando caer algo al verme.
No sabía que había dejado caer y tampoco me importaba, solo podía mirarla a los ojos.
Su mirada paso de asombro a preocupación en cuestión de segundos, pero yo solo podía mirarla, intentando entender que significaba esa chica para mi.
-¿Estás bien? -pregunto y mire sus labios.
Mi corazón comenzó a palpitar de una forma completamente inhumana, mi respiración se volvió irregular y en cuestión de segundo y sin siquiera saber por que la acorrale contra la nevera.
Mis brazos se encontraban uno a cada lado de su cabeza, dejándola sin escape, sin salida y deseaba con todas mis fuerzas que ella no quisiera escapar de esa situación.
Amy me observo confundida por unos segundos, pero luego sus ojos viajaron a mi boca y pude ver que ella también lo deseaba, deseaba besarme como yo deseaba hacerlo.
¿Que se sentiría probar sus labios? ¿Que sabor tendrían? ¿Amaría tanto probarlos como amaba observarlos?
-¿Tú y yo . . .-clave mis ojos en los suyos -que eramos? -pregunte conteniendo mis ganas para no acabar con el espació que nos separaba y besarla, besarla como si mi vida dependiera de el contacto con sus labios.
Amy se mostró nerviosa e intento alejarse, escapar, por lo que pegue mi cuerpo al suyo, mi pecho con su pecho, mi abdomen con su abdomen, mi vientre con su vientre y . . .
Debía dejar de pensar en eso o no podría controlar mi instintos.
Estábamos tan cerca, su rosto estaba tan cerca del mio, su boca tan cerca a la mía, su aliento se mezclaba con el mio y sabía que solo debía besarla para que dejemos de ser ella y yo y seamos "nosotros".
-Liam . . .-susurro -déjame, necesito . . .necesito . . .
De repente, no pudo continuar.
Una expresión de asco apareció en su rostros e hizo una arcada.
Me aleje instintivamente observándola confundido y ella salió casi corriendo en dirección al baño.
La seguí de atrás, pero cerró la puerta, literalmente, en mi cara.
Me quede allí, quieto, escuchando como vaciaba su estómago.
Cuando escuche el sonido de la cisterna y luego del grifo, hable.
-¿Estás bien?
-¡Mierda Liam! ¿Aun estás allí? -pregunto, parecía avergonzada.
-Si, ¿estás bien?
La puerta fue abierta, ella traía la cara húmeda y estaba un poco pálida.
-Si -dijo pasando por mi lado y dirigiéndose a la sala.
Se sentó en el sofá y suspiro.
Tome mi billetera y llaves de la mesita de al lado de la puerta y Amy giro su rostro mirándome con el ceño fruncido.
-Vamos al hospital -dije en tanto abría la puerta.
Una pequeña sonrisa divertida apareció en su rostro.
-¿Que? -pregunto.
-No voy a repetirlo -dije abriendo la puerta, pero ella no se movió - Vamos -ordene.
Amy sonrió y desvió su mirada al televisor.
-No iremos a ninguna parte, estoy bien. Quizás solo sean nervios o un malestar estomacal. No necesito volver a un odioso hospital -aseguro.
Me debatí unos instantes, pero al final decidí no insistir. Al fin y al cabo yo no era nadie para decirle que debía ir al hospital, si quería sufrir, que sufriera. . .
¡Mierda! ¿a quién quería engañar? Hoy no podría dormir por asegurarme de que ella estuviera bien.
Deje las llaves y celular sobre la mesita nuevamente y me dirigí a la cocina.
-¿Que ibas a cocinar? -pregunte a Amy.
Ella giro su rostro con el ceño fruncido y se puso de pie llegando hasta estar frente a mi en el otro lado de la barra.
-¿Cocinaras? -pregunto divertida.
Me incline un poco sobre a barra, y a diferencia de lo que esperaba, ella no se movió, solo me observo divertida.
-Soy un gran cocinero -dije y ella dejo escapar una carcajada.
-En cinco meses siquiera freíste un huevo. . .bueno, solo una vez, pero se quemo -aseguro divertida.
Ladeé la cabeza extrañado por lo que sentía dentro con solo mirarla.
-Se cocinar -asegure y ella frunció el ceño -¿alguna vez te dije que no sabía hacerlo? -pregunte en tanto me volteaba y levantaba lo que había dejado caer ella, una lata de salsa .
-No, pero . . . -Me volteé dejando la lata sobre la barra y ella entrecerró sus ojos observándome -¿Sabes cocinar? -pregunto.
Asentí y le regale un de mis sonrisas ladeadas, pero no pareció hacer mucho efecto en ella.
¿No me veía atractivo o que?
-¿Que quieres comer? -pregunte apoyando mis manos sobre la barra.
Amy frunció sus labios y luego una sonrisa apareció en ellos, no podía despegar mis ojos de sus labios.
-Has lo que creas que te salga mejor.
¡Hora del juego!
-Bueno . . . -me incline acercándome mas a su rostro -lo que hago mejor no es precisamente cocinar -asegure con una sonrisa.
Inmediatamente sus mejillas se encendieron y me felicite interiormente, mis actos no eran tan indiferentes para ella.
Amy desvió la mirada y se mostró nerviosa.
Reí y ella se dio la vuelta dejándome solo allí.
Cocine macarrones con queso, ya que ella no podía comer nada fuerte por que estaba mal. Tome dos latas de refresco y los coloque en la mesita frente al sofá.
Amy se puso de pie al verme y con un ademan le indique que se sentara nuevamente, serví dos platos y coloque los cubiertos sobre ellos llevándolos hacía la sala.
Amy se acomodo y entrecerró sus ojos desconfiada cuando le entregue su plato.
-Esta bueno -asegure.
Ella frunció nuevamente los labios y dejo el plato sobre la pequeña mesa colocando una almohada sobre su regazo, antes de que ella pudiera tomar su plato, yo lo hice y se lo entregue, se le dificultaba comer con solo una mano y a pesar de quererlo no podía decirle "¿te ayudo?" sería extraño.
Fingí centrar mi atención en el televisor y sonreí al ver como llevaba un bocado de comida a su boca y abría los ojos sorprendida por el sabor.
De algo me había servido tener hermanas mayores.
Luego de una media hora de mirar una película bastante buena a decir verdad, aunque era una de esas cosa románticas, Amy hablo.
-Gracias.
Gire mi rostro y la observe serio.
-¿Te sientes mejor? -pregunte y ella asintió.
Su móvil timbro y ella lo tomo mirando la pantalla, sus ojos se desviaron inmediatamente hacía mi y en menos de un segundo, volvieron a su móvil.
¿Quién era?
-Iré a lavar los platos -dije y me puse de pie tomando las cosas para luego dirigirme a la cocina.
El móvil no dejaba de timbrar, pero ella no respondió.
Luego te terminar de lavar, me dirigí al baño, esa chica me ponía nervioso. Humedecí mi cara y salí de allí, pero antes de llegar a la sala escuche su móvil timbrar.
Estaba mal, peor no podía evitar escuchar, así que me acerque y quede escondido detrás de la pared.
-¿Si? -susurro lo mas bajo que pudo -No te preocupes. . . lo lamento en verdad, pero. . . no. . .no puede pasar nada, yo lo quiero a él -y con eso termino la llamada.
¿Lo quiero a él? ¿Tenía novio o que?
Apreté mis puños y tense mi mandíbula, me molestaba como los mil demonios el solo pensar que ella podía tener novio, que ella quisiera a otra persona.
Sin decir nada, me dirigí a mi habitación, cerré la puerta de un portazo, y gruñí frustrado.
No podía ponerme así por ella, solo eramos . . .¿amigos?.
Debía distraerme.
Me cambie de ropa rápidamente y le envié un mensaje a Louis y Harry diciéndoles que nos veíamos en el bar de siempre.
Al salir Amy se encontraba saliendo de su habitación con un pijama bastante pequeño de color rosa.
¿Cómo podía ser tan tierna y sexy al mismo tiempo?
Amy me observo de arriba a abajo y frunció el ceño.
-¿Saldrás? -pregunto, su voz sonaba ¿desilusionada?
-Si -respondí frió y tome las llaves, mi billetera y móvil.
Gire el pomo de la puerta y la abrí.
-¿Vuelves. . . tarde? -pregunto en un susurro.
No me moví y no la observe.
-Eso no debe importarte -dije antes de cerra la puerta.
Gruñí nuevamente y me dirigí hecho una fiera al elevador.
Haría lo que sea por olvidar a esa chica, ella era una desconocida, nadie importante . . .ella era una mas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro