Capitulo 29: Me gustas.
Liam.
Laila había cambiado mucho, ya no era la chica que vestía como chico y que se ensuciaba de lodo de hace siete años, debía admitir que era atractiva, no tanto como Amy . . .
¡Alto!
No debía compararla con Amira.
-Liam ¿Me has escuchado?
Me volteé hacía Laila, ya que no había dejado de ver a la pista de esquí intentando observar a Amy. Luego de encontrarnos con Laila y que ella quisiera que habláramos para recordar los viejos tiempos (sus palabras) hemos decidido ir a uno de los lugares donde algunas personas se sentaban a mirar a las demás esquiar. Amy no había querido venir con nosotros y yo no iba a rogarle, aun tenía grabada en mi mente como coqueteaba, sonreía y susurraba cosas el tipejo del restaurante, que a pesar no verle la cara a causa de que la cabeza de Amy no me lo permitía, estaba seguro que era un pervertido. Lo que no lograba entender era por que ella saldría con él.
-Si Laila. -respondí, aunque era mentira.
No tenía la menor idea de que era lo que había dicho desde que nos alejamos de Amy.
Laila se tiro a mis brazos y abrazo fuertemente, a pesar de tener solo diecisiete años aparentaba mas.
Se separo y puso de pie arreglando su ropa.
-Genial. Marcus estará muy feliz de verte. ¿Te parece hoy a las diez treinta? él ha comenzado un trabajo de verano y su hora de salida es a las diez. -quizás si debí de prestarle atención -¿recuerdas aquel club cerca de la pista de patinaje?
-Si -respondí un poco confundido.
-Ok, nos vemos allí. -me dio un beso en la mejilla y dio la vuelta, pero enseguida volvió a mirarme -lleva a Amira.
-Pensé que no te había agradado.
-Pensaste bien, pero como has estado pendiente de ella desde que se a alejado me doy cuenta de que es alguien importante. Además sabes que ninguna chica que este interesada en ti o tú en ella me caerá bien.
Reí, quizás ella si había cambiado físicamente pero seguía siendo la misma chica sincera y celosa de antes.
Ella y Marcus eran los únicos amigos que teníamos mis hermanas y yo aquí. Siempre nos encontrábamos en la plaza para niños y nos pasábamos horas jugando. Por supuesto a mi padre no le gustaba esa relación ya que los padres de Laila y Marcus no eran mas que "simples trabajadores", y al ver que Nicola estaba muy cerca de Marcus decidió que este ya no era un buen lugar para venir. De eso hacía ya siete años.
Laila era muy celosa tanto conmigo como con su hermano Marcus, cuando se entero de que a él le gustaba Nicola, se había puesto a llorar y él tuvo que prometer que jamás estaría con ella ni con nadie. Ella decía que tanto él como yo eramos sus guardaespaldas y que jamás podíamos abandonarla. Por supuesto estaba seguro de que ahora ella no era tan extremista y de que solo bromeaba.
Me levante de allí y me dispuse a buscar a Amy, a pesar de sentirme enojado y frustrado no la dejaría aquí sola.
Solo esperaba que ella no se haya alejado mucho, por que tardaría una eternidad en encontrarla.
________________________
Amira.
Esto tenía que ser una broma. ¿Donde me había metido?
Debía tranquilizarme, no había caminado durante mucho tiempo, quizás durante quince o veinte minutos así que no podía estar muy lejos. Debía encontrar a alguien para preguntarle, pero ¿como era que en este maldito lugar donde las personas venían a vacacionar y recorrer no había nadie a mi alrededor?.
Diez minutos mas y nada, solo arboles y nieve. Si estuviera en otra situación estaría disfrutando del paisaje.
Seguramente en este momento Liam debía estar charlando feliz con la . . . la chica rubia y atractiva que lo abrazo como yo deseaba hacerlo. Quizás tenía que haberme quedado allí con ellos y "cuidarlos", ¿y si él se va y me deja aquí sola? No, Liam no haría eso, no se iría sin mi.
Era una estúpida, ni siquiera había cogido mi móvil para estar comunicada.
Me senté en un tronco caído y contemple los arboles. Me gustaba esto, me gustaba la naturaleza, me transmitía tanta paz y tranquilidad. Aquí no había lugar para Liam, para mi padre, para mi futuro, para nada. Aquí solo estaba yo y el viento, el suave sonido de algunos animales y la eterna tranquilidad.
-¿Donde diablos estabas?
Me gire. Liam estaba allí, se veía aun enojado, no tanto como lo estaba anteriormente ya que ahora además de enojo su rostro mostraba preocupación.
Me encogí de hombro y volví a mirar los arboles. No era que no me alegrara verlo, pero tampoco iba a correr a sus brazos luego de que decidió irse con la rubia.
Oí un suspiro por su parte y sus pasos acercándose. Liam tomo lugar a mi lado y permanecimos callados por unos minutos.
-Estoy cansada - dije rompiendo el silencio sin mirar a Liam
-Has caminado mucho -aseguro con voz tranquila.
Me gire a él, me estaba mirando.
-Estoy cansada de esto -nos señale -No importa que tanto queramos estar bien, o que tanto expresemos nuestro sentimientos, siempre hay algo que sale mal . . . siempre terminamos peleando y yo llorando.
Ante esta última palabra Liam abrió los ojos sorprendido.
-¿Llorando? -pregunto
Desvié la mirada al frente.
-No importa -dije y me dispuse a levantarme pero la mano de Liam tomo mi muñeca y me hizo caer sobre su regazo con mi espalda pegada a su pecho.
Sentí su cálida respiración en mi cuello y me estremecí.
-No quiero que llores. Odio verte llorar, se suponía que estábamos aquí para que te distraigas y disfrutaras con nosotros -su vos era suave -pero tú aceptaste el número de ese tipo . . .
-No lo acepte -lo interrumpí con voz tranquila -se lo iba a devolver pero su jefe llego y no quería causarle problemas. -gire mi cabeza y lo mire -Me gustas.
Si, ya lo había dicho. Ahora las cosas no dependían de mi, sino de él. Era su decisión creerme y seguir adelante con lo que la carta decía o no hacerlo y que cada uno siguiera su camino.
______________
Liam.
-Me gustas.
Sus ojos estaban fijos en mi y sentía que podían traspasar mi alma. No sabía si era mas idiota por siempre pensar mal de ella o por creerle tan fácilmente.
Verla así, tan desprotegida, contrariada, con su labio inferior temblando me hacía querer protegerla, siempre.
Era mi momento de responder, y no con hechos, sino que con palabras. Muchas veces es necesario decir las cosas además de demostrarlas, por que a pesar de que creamos que estamos demostrando correctamente nuestros sentimientos, no es así.
Levante mi mano y acaricie su mejilla.
-También me gustas niña rica -sonreí y me deleite con su sonrisa y mejillas sonrojadas.
Amy se puso de pie un momento y volvió a sentarse sobre mi regazo mirándome, por lo que tenía que levantar la cabeza un poco para verla ya que ella quedaba mas alta, coloque mis manos en su cintura delicadamente.
-Entonces . . . ¿Que somos? -pregunto con timidez y temor.
-Lo que tú quieras. -respondí con la verdad.
Ella no sabía lo que significaba para mi, y no la culpaba ya que ni yo lo sabía. De lo único que estaba seguro era de que con solo una de sus caricias me encontraba perdido.
-Novios -dijo bajando la mirada.
Sonreí. Si, eso era lo que quería.
-Novios. Pero con una condición. -asegure, ella asintió con una gran sonrisa -No debes aceptar ninguna invitación para salir o lo que sea con cualquier otro tipo.
-Esta bien, pero tú tampoco puede irte cada vez que discutimos con la primera modelo de revista que aparezca.
Reí.
-¿Lo dices por Laila? - pregunte divertido.
Amy bajo la mirada a el cierre de su campera y comenzó a jugar con el.
-Lo digo especialmente por Mika.
Quede serio.
¿Mika? ¿Por que hablaba de ella ahora?
-¿Que tiene que ver ella? Solo estuvimos juntos una vez no . . .
-Nuestro primer beso -me interrumpió con mirada dura.
¿Nuestro primer be. . . ¡Oh, mierda!
-No estuve con ella -negué rápidamente.
Amy me regalo una sonrisa, que aunque sarcástica, me encanto.
-Por si no lo recuerdas te vi salir de su apartamento despeinado y colocándote la camisa -me reprocho.
-Si, pero no es lo que piensas. Ese día A . . . tuve que salir ¿recuerdas? -ella asintió desconfiada -al regresar estaba enojado por que tú dijiste que no volvería a besarte y ella me encontró sentado en las escaleras de la entrada del edificio. Me dijo que si quería hablar y . . . si, sabía que no era precisamente hablar lo que quería, pero no podía quitarme nuestro beso de la cabeza y creí que era una buena idea. Cuando llegamos a su apartamento . . .
-No quiero escucharlo -me interrumpió ella e intento salir de mi regazo.
La sujete mas fuerte.
-Cuando llegamos comenzamos a tomar, me emborrache y dormí, estoy seguro de que no me acosté con ella, no lo quería. No soy el tipo de personas que no recuerda lo de la noche anterior y yo lo recuerdo, lo máximo que hicimos fue besarnos, y aun así no podía olvidarte. -Amy me observo seria y comencé a ponerme nervioso - ¿Me crees? -pregunte en un susurro.
Ella sonrió, sonrió feliz y me beso. Sus brazos se enredaron en mi cuello y mis brazos rodearon su cintura.
Y a pesar de saberlo desde ya mucho tiempo, ahora lo confirmaba. La quería, la quería tanto que ese sentimiento se transformaba en . . . amor.
Amy se alejo de mis labios y a pesar de haber querido que no lo hiciera con lo que hizo a continuación mi mente quedo en blanco.
Su mano viajo hasta mi mejilla y acaricio delicadamente esa zona.
Su mano mando miles de descargas eléctricas a mi cuerpo, me sentía vivo, completo, conectado a ella de una manera especial e irreal.
Sus ojos se clavaron en los míos e hizo que me sienta como un niño que no sabe controlar sus sentimientos.
Ella sonrió dulcemente y mi corazón pareció detenerse.
-Te creo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro