Prepare una pequeña maleta, ya que solo me quedaría pocos días y además en casa de mi padre tenía muchas cosas. Se me hacía muy raro decir "casa de mi padre", hasta hacia muy poco esa era mi única casa.

Salí de mi habitación, di una ultima mirada al apartamento. Lo extrañaría. Me hubiera gustado despedirme de Liam, pero no lo había vuelto a ver desde el almuerzo.

Toque el botón del ascensor, este llego y se abrió dejando ver a Mika con su pelo suelto, unos jeans negros y una campera color rojo muy justa. Ella me miro y luego desvió su mirada a mi maleta. Una gran sonrisa se formo en su rostro.

-¿Al fin has decidido dejar a Liam tranquilo?

Fruncí el ceño. ¿Desde cuando ella me hablaba?

Entonces me di cuenta de que ella pensaba que me mudaba.

Estaba muy equivocada.

-No voy a mudarme Mika. Lamento desilusionarte -dije con una fingida sonrisa de tristeza.

Ella me miro con ira.

Pase por su lado y me subí al ascensor.

Al bajar le pedí a James si podía llamar a un taxi.

Luego de veinte minutos el taxi aún no llegaba y me estaba empezando a preocupar, si se tardaba mas perdería el vuelo.

-James ¿podrías llamar nuevame . . .

El sonido a unos pasos muy apresurados me hizo darme la vuelta. Liam estaba agitado, inclinado hacía adelante y con sus manos descansando en sus rodillas.

-Yo. . .pensé que ya te . . .habías ido -dijo mirándome y con voz entrecortada

-Emm. . . no. El taxi se a retrasado.

Él intercambio una mirada que no pude descifrar con James.

Se incorporo un poco agitado aún.

-Yo te llevo -afirmó.

Asentí y tome mi maleta, Liam me la saco de las manos y la cargo hasta el maletero de su auto.

-¿Por que estabas tan agitado? -pregunte luego de que comenzáramos el viaje hacía el aeropuerto

-Corrí.

- ¿Cuanto? ¿Desde la universidad? -dije bromeando

Liam negó con una sonrisa.

-Creí que no llegaría a despedirme -susurro dándome una rápida mirada.

No sabía que decir así que decidí pensar que solo estaba bromeando, no quería ilusionarme ya que después la única que se sentía mal era yo.

El resto del camino solo se escuchaba la música de One Republic en el estéreo.

Al llegar él se ofreció a acompañarme y cargar mi maleta, a lo cual no me negué. Se estaba comportando muy amable y me confundía, pero me agradaba.

Los altavoces dieron el aviso de la salida de mi vuelo, a causa de esperar tanto llegamos justo a tiempo para documentarme.

Mire a Liam.

-Bueno. . .creo que, nos vemos. -dije con una pequeña sonrisa y me di la vuelta.

Su mano sujeto mi brazo y me dio vuelta bruscamente juntando nuestros labios y besándome de una forma desesperada.

Sus manos se dirigieron a mi cintura y yo rodeé su cuello con mis brazos. Me aprisionó junto a él y estaba casi segura de haber escuchado los latidos de su corazón.

No sabía por que lo hacía y tampoco me importaba. Lo iba a extrañar, lo extrañaría mucho y quería llevarme su sabor conmigo. Parecía una escena sacada de una cursi película, pero la diferencia era que esos besos eran promesas de amor y nuestro beso no tenía idea de que significaba.

Se escucho un segundo llamado para abordar. Así que con toda la tristeza me separe de Liam.

-Esto se esta convirtiendo en una maldita droga -dijo mirándome a los ojos y con la respiración agitada.

Me mordí el labio inferior intentando ocultar una sonrisa al escucharlo decir eso y me solté de su agarre.

-Yo . . . tengo que irme -dije y me di la vuelta lentamente.

Su mano volvió a detenerme. Me di la vuelta hacía él. Me dio un rápido beso y me susurro un "Vuelve pronto"

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Busque entre la multitud y allí lo vi "Ayers"

Fruncí el ceño al percatarme de que quién sostenía el cartel no era Christian nuestro chófer, sino un chico mas joven, quizás un par de años mayor que yo. Tenía el cabello castaño muy claro casi rubio, era bastante alto, vestía un traje negro y ese ridículo gorro. Era un chico muy atractivo.

-¿Señorita Ayers? -pregunto cuando estuve frente a él

-¿Donde está Christian? -pregunte bastante enfadada por que él no estuviera aquí.

El chico rió

-Lo siento, ha estado enfermo, soy su hijo Brandon.

Inmediatamente me preocupe

-¿Él está bien? ¿Como es que mi padre no me dijo nada?

Conocía a Christian desde que era pequeña y lo quería mucho.

-Tuvo una caída y su tobillo se lesiono -respondió Brandon con una mueca.

-Pobre Christian -susurre

- Señorita ¿Necesitan que lleve sus maletas? -preguntó

-Dime Amira y tutéame. Somos casi de la misma edad -dije sonriendo

Brandon sonrió

-Mi padre me dijo que sería . . .serias así.

Tomo mi maleta

Brandon abrió la puerta trasera del auto, luego de que guardara las maletas en el maletero.

-Yo voy al frente. Me gusta mirar el paisaje.

Él asintió y subimos al coche.

Todo el camino a casa, mi mente estaba en Liam. Aún no podía olvidar la manera en la que sus manos me sujetaban o la forma en la cual me besaba o el sabor de su boca. Quería estar con él y que me explicara que era todo eso, quería saber si se sentía de la forma en la cual me sentía yo.

Me sentía atada a él, atada a sus cambios de humor, atada a sus ojos achinados cuando sonreía, atada a su aroma, a sus besos,me sentía atada a él de la manera mas fuerte que jamás pensé estarlo a alguien, y a pesar de saber que podría sufrir lo que estaba sintiendo era tan fuerte que me hacía olvidar todo.

Sentía que mi cuerpo, mi alma, mis labios, todo mi ser lo necesitaba completamente. Era como si al estar tan separados lago me faltara. No era de esos sentimientos enfermizos, era. . . sentirme yo misma, sentirme plena, segura, sentirme atada a él me hacía sentir libre.

Ese beso... ¿podría significar el comienzo de algo?

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-Estás preciosa -dijo mi padre en tanto me abrazaba

-Gracias Papá, te extrañe. -bese su mejilla y mire a Natasha

Ella era muy bella. Tenia el cabello corto hasta los hombros y con grandes ondas, sus ojos eran azules y no aparentaba pasar los treinta cinco a pesar de que tenía cuarenta.

Mi padre era muy alto, su cabello era color negro con un poco de canas a los costados y tenía los ojos color marrón al igual que yo. Él tenia cuarenta y cinco años y era un hombre muy guapo.

Mi madre quedo embarazada de mi padre cuando les faltaba tan solo un año de universidad, mi padre le propuso casamiento y ella por supuesto acepto. Con la ayuda de mis abuelos, tanto paternos como maternos lograron terminar la universidad y para cuando cumplí siete abrieron la firma de abogados.

-Hola Natasha -dije en tanto me separaba de mi padre.

-Hola linda -dijo ella y me abrazo.

Mi padre conoció a Natasha al año de que mi madre falleciera. En un principio fueron muy amigos, ella fue en busca de empleo y mi padre la contrato. Debo de admitir que en u principio ella no me caía para nada bien, sentía que traicionábamos a mi madre, pero luego de que tuvimos una charla y ella me dijera que jamás sustituiría a mi madre, la comencé a aceptar y querer poco a poco. Ahora somos muy cercanas.

-¿Que tal el viaje? -pregunto ella

-Muy bien -mire mal a mi padre -¿cuando pensabas decirme que Christian esta enfermo?

-Esas no son formas de hablarle a tu padre -dijo él sonriendo -no te lo había dicho por que no fue nada serio y tu no hubieras podido hacer nada desde Manhattan.

Rodeé los ojos

Natasha rió

-No sabes cuanto te ha extrañado -me susurro

-¿Princesa? -Volteé a ver a mi padre. Desde pequeña me llamaba así -¿Por que no vas a darte un ducha y luego bajas a cenar?

Asentí.

Estar sentada tres horas seguidas y con un niño que no paraba de babear a mi lado, me hacía merecedora de un baño. Me dirigí a mi antigua habitación. El color blanco predominaba, en una esquina se encontraban un sin fin de peluches de mi niñez, sobre el escritorio estaban toda las fotos en las que aparecía mi madre, me acerque y tome la que nos habíamos sacado en mi cumpleaños número once. Ella levaba un vestido color azul marino ancho que le llagaba hasta las rodillas y yo uno color blanco muy parecido al suyo. Su cabello rubio caía en grandes ondas hasta su cintura y su sonrisa era la mas hermosa que había visto. Yo estaba a su lado abrazándola. Nos encontrábamos las dos paradas en la entrada de la casa.

Recuerdo que ese día hacía mucho calor he hicimos una fiesta en la piscina.

Deje la foto en su lugar y me recosté en mi cama. Se sentía bastante extraña, ya me había acostumbrado a la del apartamento. Mi antiguo dormitorio era el triple mas grande que el de ahora.

Me levante y tome la maleta que Brandon había dejado aquí y saque unos pantalones de chandal, una blusa holgada y una sudadera. Quería estar cómoda.

Luego de ducharme baje a la sala.

-¿Cómo te está yendo en los estudios? -pregunto mi padre

-Bien -me encogí de hombros -Aún no he escogido nada en particular.

-¿Estás segura de no querer estudiar derecho?

-No, pero será algo que me de un buen futuro, así que quédate tranquilo -dije sonriendo

-Tiene que ser algo que te haga feliz. No algo que pienses que será beneficioso. -dijo serio

-Papá, hablemos de otra cosa. -pedí con un puchero que sabía no fallaba

De lo menos que quería hablar era de la universidad.

Él bufo, eso lo había sacado de él.

-Tu ganas -susurro y bajo su mirada para cortar un trozo de carne

Le sonreí a Natasha y ella también me sonrió.

-¿Irás a la fiesta del buffet? -preguntó Natasha

Negué

-Volveré a Manhattan el lunes o martes. Pasaré año nuevo con mis amigos.

-La fiesta es en Manhattan princesa -dijo mi padre

-¿Que? -pregunte

-Tu padre quiere hacer allí la fiesta de este año para celebrar con los nuevos empleados.

-Oh . . .pero igual no tengo ganas de ir. Siempre son aburridas. ¿Podríamos ir a comer o cenar antes de que vuelvan? -pregunte

-Claro -respondió mi padre con una sonrisa

En lo que faltaba de la cena, les conté sobre los chicos, sobre Bibi y sobre como ahora estaba feliz junto a Harry. Ellos estaban al tanto de todo lo que había sucedido con Bibi y su ex novio así que se pusieron muy feliz al saber que lo estaba superando.

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Estaba a punto de acostarme cuando tocaron mi puerta. Abrí y encontré a mi padre.

Sonreí y deje la puerta libre para que entrara.

Se sentó en mi cama y miro las fotos de mi madre. Me senté a su lado y también las observe.

-Te amaba mucho -dijo

-Lo se papá. A ti también te amaba. -me recosté en su pecho y el me rodeo con sus brazos.

-Tengo algo para ti -susurro luego de unos minutos en silencio.

Dejo de envolverme con uno de sus brazos y llevo la mano a el bolsillo de sus pantalones. Coloco la mano hecha un puño frente a mi. Me incorpore y fruncí el ceño. Él me hizo seña de que colocara mis manos y así lo hice.

Un brazalete plateado, con detalles de unas flores en perlas celestes y pequeños deamantes fue depositada en mis manos. Era el brazalete de mi madre. Una vez me dijo que gracias a este había encontrado a mi padre.

Me quede observándolo. Era hermosa y su significado era aún mas hermoso.

-Ella quería que lo tuvieras.

-Creí que . . .no la habían encontrado luego del accidente. -susurre sin despegar mis ojos del pequeño objeto.

-En un principio no, pero luego fue hallado a unos metros . . .en fin. No te lo di antes por que no hacerte recordar el mal momento.

-Gracias -dije y me lance a sus brazos.

-Te amo princesa.

-Te amo papá.

Luego de tener una gran charla con mi padre, donde me "consoló" por mi ruptura con Niall y lo cual me hizo sentir muy mal al no decirle la verdad, pero no podía hacerlo. No quería que lo despidiera de su empleo.

Nos pusimos al corriente de todo lo que nos había ocurrido a ambos. Luego me dispuse a dormir, no sin antes pensar que estaría haciendo Liam.

Lo extrañaba, extrañaba el apartamento, las "peleas", comer con él, verlo mirar televisión.

Extrañaba a Liam Payne y todo lo que él era.

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Mañana volvería a Manhattan, a pesar de haber querido viajar hoy decidí hacerlo mañana ya que hacía mucho no estaba en mi antigua casa. Me encontraba sentada en uno de los bancos de madera del jardín. Cuando era pequeña mis padres colocaron amacas, toboganes y todo tipo de juegos para mi. Y me gustaba sentarme aquí a recordar esos tiempos.

-¿Puedo? -pregunto una voz a mi espalda.

Volteé la cabeza y vi a Brandon.

-Claro.

Él se sentó a mi lado. No traía el uniforme de chofer sino unos pantalones de mezclilla junto a unas botas negras estilo militar y una cazadora color marrón.

-Es un gran lugar.

Asentí

-Es muy tranquilo -Me gire rápidamente hacía él y me sonrió. -¿Cómo sigue Christian? -pregunté

-Bien. Espero se recupere para cuando deba irme.

-¿Te irás? Creí que trabajabas para mi padre

Negó.

-Solo estoy cuidando el trabajo de mi padre. Tengo una beca para estudiar en Nueva York.

-¿Que estudiarás?

-Música. Soy bastante bueno. -dijo con voz de arrogante pero bromeando.

Rodeé los ojos divertida.

-Si necesitas algo cuando llegues allí puedes hacérmelo saber.

Asintió.

Brandon era muy simpático, se veía que era la clase de persona en la cual podías confiar. Se mudaría a Manhattan así que quedamos en vernos cuando valla.

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Estaba deseando llegar al apartamento. Hacía cuatro días no veía a Liam y lo extrañaba. El único mensaje que había recibido por su parte era uno que me envió en noche buena deseándome "Feliz Navidad" y cuando respondí no recibí resppuesta. No sabía con que me encontraría cuando llegará.

¿Me besaría? ¿Me trataría indiferente? No tenía la menor idea, pero en realidad eso era lo que menos me importaba, solo quería verlo. Estaba segura ya había regresado de casa de sus padres, por todo lo que me había contado me daba cuenta no le gustaba estar allí y se volvería lo antes posible.

El trafico estaba infernal y hacía al menos veinte minutos estábamos en el mismo lugar.

Luego de una hora y media y una fortuna en el taxi, al fin llegue al edificio. Salude a James deseándole una feliz navidad y me subí al elevador.

Cuando estuve frente a la puerta del apartamento debo decir que mi corazón parecía salirse de mi pecho de lo rápido que palpitaba. me encontraba muy nerviosa por alguna extraña razón.

Cuando iba a estirar mi mano la puerta se abrió y allí apareció la persona que jamás quería ver salir de allí y menos si yo no me encontraba dentro . . .Mika.