Capítulo 178
Nejire seguía abrazando el cuerpo sin vida de Izuku, su mente atrapada en una nube de incredulidad y desesperación. El tiempo parecía haberse detenido, y el caos que los rodeaba se desvanecía en su percepción. Todo lo que podía sentir era el frío en la piel de Izuku, una frialdad que no se correspondía con el calor que siempre había sentido en él.
Su corazón latía descontrolado, como si su cuerpo estuviera luchando contra la realidad que se negaba a aceptar. Sentía las lágrimas correr por su rostro, pero no hacía ningún esfuerzo por detenerlas. Su mente estaba en blanco, incapaz de procesar lo que estaba sucediendo. "¿Cómo podría estar muerto?", se repetía una y otra vez, buscando alguna señal de que todo esto era un mal sueño del que pronto despertaría.
Pero entonces, en medio de la desesperación, un pequeño rayo de esperanza comenzó a formarse en su mente. Recordó a Eri, la niña que había sido una luz en la vida de Izuku, la que había logrado lo imposible con su singularidad, Rewind. Su mente empezó a trabajar frenéticamente, intentando encontrar alguna manera de que esa esperanza se convirtiera en realidad.
El problema era la distancia. Eri no estaba allí, y el tiempo era un enemigo cruel. Sabía que cuanto más tiempo pasara, menos probable sería que Rewind pudiera funcionar. Pero ¿qué otra opción tenía? Nejire se obligó a calmarse, tomando una profunda respiración mientras intentaba pensar con claridad.
Con el corazón aún latiendo con fuerza, Nejire comenzó a considerar sus opciones. Tenía que llegar a Eri lo más rápido posible, pero en su estado, no estaba segura de poder hacerlo sola. Miró a su alrededor, viendo el caos que aún se desplegaba en el campo de batalla. Sabía que Izumi estaba ocupada enfrentándose a All for One, y Nana y Toshi estaban lidiando con Robotnik. Pedirles ayuda significaría distraerlos de sus peleas, y eso podría ser peligroso.
Sin embargo, no podía permitirse dudar. Izuku lo había dado todo por su familia, por sus amigos, por el mundo. No podía quedarse de brazos cruzados mientras existía una mínima posibilidad de salvarlo.
Nejire: Debo llegar a Eri.
En ese momento, Nejire decidió que haría lo imposible para salvar a Izuku. La idea de perderlo para siempre era insoportable. Aunque la distancia era un obstáculo, tenía que intentarlo. No podía rendirse ahora. Con una determinación renovada, comenzó a planear su próximo movimiento, sabiendo que cada segundo contaba.
Con toda la fuerza que le quedaba, Nejire intentó levantar el cuerpo inerte de Izuku. Sus músculos se tensaron y, a pesar del dolor y el cansancio, se esforzó por mantenerlo en sus brazos. Pero el agotamiento era demasiado, y sus piernas cedieron, haciendo que ambos cayeran al suelo. Aún abrazando a Izuku, Nejire sintió cómo la desesperación la envolvía.
Miró a su alrededor, buscando alguna forma de ayuda, pero Izumi estaba completamente concentrada en su feroz enfrentamiento contra All for One. No podía interrumpirla ahora, no cuando el destino de la batalla dependía de su concentración. Nana y Toshi, por otro lado, no respondían; estaban ocupados en su propia lucha contra Robotnik, un hecho que Nejire desconocía.
La impotencia comenzaba a consumirla. Con manos temblorosas, activó su dispositivo de comunicación para contactar a Eri, su hija, que se encontraba a kilómetros de distancia, atendiendo a los heridos en la zona segura.
Nejire: Eri, cariño, necesito tu ayuda... Es sobre tu padre...
Eri, quien estaba enfocada en sanar a los heridos, se detuvo de inmediato al escuchar la voz de su madre. Katsuma, que estaba protegiendo a Eri, la observó con creciente preocupación mientras Eri se concentraba en la llamada.
Eri: Mamá, ¿qué sucede?
Nejire: Es tu padre... No responde, no tiene pulso, Eri... No puedo perderlo, no después de todo...
El silencio que siguió fue ensordecedor. Eri sintió cómo su corazón se aceleraba, el pánico comenzaba a apoderarse de ella. Sabía lo que esto significaba, y sabía que con su poder, había una posibilidad de salvarlo. Pero la distancia era un obstáculo enorme, y el tiempo estaba en su contra.
Katsuma, al notar la gravedad de la situación, se acercó más, listo para ayudar en lo que fuera necesario.
Eri: Estoy aquí, en la zona segura... tratando a los heridos. Haré lo que pueda, pero... la distancia...
Nejire: Eri, por favor...Necesito que lo traigas de vuelta"
Eri: Haré todo lo posible, mamá. Mantén a mi papá a salvo hasta que llegue.
Con esa promesa, Eri terminó la llamada, ya pensando en cómo llegar lo más rápido posible a la escena. Mientras tanto, Nejire permaneció arrodillada junto al cuerpo de Izuku, su corazón lleno de esperanza, rogando que su hija llegara a tiempo.
Eri, con la ubicación de su madre en mente, tomó una decisión rápida. Miró a su alrededor, identificando a un enfermero que estaba cerca atendiendo a otros heridos.
Eri: ¡Enfermero! Necesito que tomes mi lugar, debo irme ahora mismo.
El enfermero asintió, reconociendo la urgencia en su voz, y rápidamente se colocó en posición para continuar el trabajo que Eri había comenzado.
Eri, sin perder más tiempo, se dirigió hacia donde Sonic estaba cuidando a Izaya, Ryuko, y Spike. Sonic levantó la vista al verla acercarse con determinación.
Eri: Sonic, mamá me necesita... papá... está en peligro. Por favor, llévame hasta ellos tan rápido como puedas.
Sonic: Entendido. Sube, Eri. Te llevaré allí en un abrir y cerrar de ojos"
Eri asintió, agradecida, y se colocó a su lado, sujetándose con fuerza. Sabía que Sonic era increíblemente rápido, y que si alguien podía llevarla a su destino en el menor tiempo posible, era él.
Sonic: Sujétate bien. Llegaremos en un parpadeo.
Con esas palabras, Sonic despegó a una velocidad asombrosa, dejando solo una ráfaga de viento detrás de ellos mientras se dirigían a la ubicación de Nejire e Izuku. Eri, con el corazón latiendo con fuerza, rezaba para llegar a tiempo y salvar a su padre.
Mientras Sonic y Eri avanzaban a una velocidad vertiginosa, la preocupación y la urgencia los empujaban a darlo todo para llegar a donde se encontraba Izuku. Pero, sin que ellos lo notaran, algo peculiar estaba ocurriendo detrás de ellos.
Izaya, Ryuko, y Spike se habían quedado momentáneamente solos cuando Sonic y Eri partieron. Aunque la velocidad de Sonic era tal que normalmente nadie podría seguirle el ritmo, Spike tenía una ventaja especial: había heredado la singularidad de su padre.
Con la determinación típica de un niño que no quería quedarse atrás, Spike concentró su energía, sintiendo cómo la velocidad fluía a través de sus músculos. En un parpadeo, se lanzó a la persecución, siguiendo el rastro de Sonic y Eri con una sorprendente agilidad.
Izaya y Ryuko, sin querer quedarse atrás y preocupados por lo que podría estar ocurriendo, decidieron seguir a Spike. Aunque no eran tan rápidos como él, tenían suficiente determinación para no dejar que su amigo se fuera solo. Los tres niños, impulsados por la urgencia del momento, se lanzaron tras Sonic y Eri, sin que estos se dieran cuenta de su presencia.
La persecución continuó, con Spike liderando el camino, decidido a estar allí para lo que fuera necesario. Aunque era más joven, su corazón era tan fuerte como el de cualquier héroe, y no permitiría que sus padres y amigos enfrentaran el peligro solos.
En medio de la devastación dejada por la batalla entre Izuku y All for One, Nana y Toshi se enfrentaban con determinación a Robotnik. A pesar de que la armadura del científico estaba visiblemente dañada, seguía siendo una amenaza, aprovechando los escombros y restos de la pelea para lanzar ataques sorpresa.
Nana, con su singularidad de fuego, lanzaba ráfagas de llamas para contrarrestar los proyectiles y trampas que Robotnik les arrojaba desde las sombras. El calor de su fuego iluminaba la zona, dispersando el humo y revelando algunas de las trampas ocultas del científico. Cada vez que un ataque de Robotnik se acercaba, Nana lo incineraba con precisión, usando su poder para crear barreras de fuego que protegían tanto a ella como a su hermano.
Toshi, por su parte, se movía rápidamente entre los escombros, usando su fuerza y agilidad para esquivar los ataques y buscar un punto débil en la defensa de Robotnik. Sabía que no podían permitirse ser atrapados en una pelea prolongada; el científico tenía demasiados recursos a su disposición, y cada segundo perdido era una oportunidad para que preparara una nueva trampa.
Robotnik, desde la seguridad de su posición, manipulaba su tecnología para mantener a los jóvenes héroes a la defensiva. Usaba los restos metálicos y los fragmentos de edificios como proyectiles improvisados, lanzándolos con precisión mortal hacia ellos. Pero la coordinación entre Nana y Toshi era impecable; mientras uno atacaba, el otro cubría, y así lograban mantenerse un paso adelante.
Nana: ¡Toshi, a la derecha!
Toshi saltó hacia un lado justo a tiempo, evitando los fragmentos afilados que se dirigían hacia él. Aprovechando el momento, cargó hacia adelante, usando su fuerza para empujar un gran pedazo de escombro hacia Robotnik, obligándolo a retroceder.
Toshi: No podemos dejarle espacio para reaccionar.
Nana: Lo sé, pero tengo un plan. Distráelo, yo me encargaré de romper esa armadura.
Toshi asintió, y sin más palabras, se lanzó hacia Robotnik, fingiendo un ataque frontal. El científico, confiado en su armadura, se preparó para contrarrestar el ataque, pero Nana ya estaba en movimiento. Usando el calor de sus llamas, creó una ráfaga de fuego en espiral que la lanzó hacia arriba, elevándose por el aire mientras preparaba su ataque.
En el último momento, Toshi cambió de dirección, moviéndose rápidamente hacia un costado, mientras Nana descendía en picada, envuelta en una bola de fuego. Con un grito de esfuerzo, concentró todo su poder en un solo punto, lanzando una explosión de fuego justo sobre Robotnik.
El impacto fue devastador. La armadura de Robotnik crujió bajo la intensidad del ataque, y el científico fue lanzado hacia atrás, golpeando contra los restos de un edificio. La explosión de fuego no solo dañó su armadura, sino que también desactivó temporalmente algunos de sus sistemas, dejándolo vulnerable.
Nana: ¡Ahora, Toshi!
Toshi no perdió tiempo. Usando toda su fuerza, se lanzó hacia adelante, golpeando a Robotnik con un puño cargado de energía, enviándolo volando por los aires. Sabían que no podían darle ni un segundo de respiro; la victoria dependía de mantener la presión.
Pero incluso herido y con su armadura dañada, Robotnik seguía siendo peligroso. Con una sonrisa perversa, activó un último recurso, lanzando una serie de explosiones controladas que sacudieron el área, creando una cortina de humo y escombros que ocultaron su posición.
Nana y Toshi se prepararon para lo que venía, sabiendo que el final de esta pelea estaba cerca, y que no podían permitirse fallar.
En medio de la cortina de humo y escombros, Nana y Toshi intentaron mantenerse alerta, sabiendo que Robotnik no se rendiría fácilmente. Pero el científico, siempre calculador, había preparado un último ataque sorpresa. Utilizando una de sus últimas reservas de energía, activó un dispositivo oculto en su armadura, liberando una serie de drones miniaturizados que se lanzaron rápidamente hacia los héroes.
Antes de que Nana y Toshi pudieran reaccionar, los drones explotaron en una ráfaga de energía electromagnética, generando un pulso que los dejó aturdidos y paralizados momentáneamente. La tecnología avanzada de Robotnik había desactivado temporalmente sus capacidades, dejándolos incapaces de moverse o usar sus singularidades.
Toshi: ¡Nana!
Sentía un dolor agudo por todo su cuerpo, mientras la energía del ataque resonaba en sus nervios.
Nana, también debilitada por el ataque, trató de convocar sus llamas, pero apenas pudo generar una chispa. Sus piernas temblaban mientras intentaba mantenerse de pie, pero finalmente cayó de rodillas, jadeando por el esfuerzo, sabía que no podían dejar que Robotnik se reuniera con All for One, pero ahora estaban indefensos.
Robotnik, visiblemente agotado pero triunfante, observó a los jóvenes héroes desde la seguridad de su armadura dañada. Sabía que no podría seguir mucho más, pero había logrado su objetivo.
Robotnik: Gracias por el entretenimiento, niños.
Mientras tanto, en la zona donde All for One seguía luchando contra Izumi, la batalla se intensificaba. Izumi ya estaba llegando a su límite, su cuerpo exhausto por el uso continuo de múltiples singularidades al máximo de su capacidad. El dolor en sus músculos era insoportable, cada movimiento se sentía como si estuviera desgarrando su cuerpo por dentro.
Izumi: No puedo rendirme... no ahora.
Apretó los dientes mientras lanzaba otro ataque con BlackWhip, combinándolo con Fa Jin para intentar atrapar a All for One. Las cadenas negras se extendieron hacia él, tratando de sujetarlo y lanzarlo contra un edificio cercano.
Pero All for One, aunque también herido, seguía siendo implacable. Con un movimiento rápido, disparó un potente láser de su mano, desintegrando las cadenas antes de que pudieran alcanzarlo. Luego, aprovechando la debilidad momentánea de Izumi, contraatacó con una ráfaga de energía que la obligó a retroceder.
Izumi apenas logró esquivar el ataque, pero el impacto arrasó con los escombros detrás de ella, esparciendo polvo y restos por todas partes. Mientras intentaba recuperar el equilibrio, sintió cómo sus fuerzas se agotaban cada vez más. Su visión comenzaba a nublarse, y sus movimientos se volvían cada vez más lentos.
All for One se burló, su voz resonando con desprecio mientras se regeneraba lentamente de las heridas que Izumi le había infligido.
All for One: Te estás debilitando, niña. No eres más que una sombra de lo que fue tu padre.
Izumi, a pesar de estar al borde del colapso, no se dejó intimidar. La furia y la determinación seguían ardiendo en su corazón. Apretó los puños, levantando la cabeza para enfrentarlo una vez más, decidida a luchar hasta el último aliento, aunque su cuerpo ya no pudiera seguir el ritmo de su voluntad.
El caos en la zona era palpable. Sonic, con Eri a cuestas, llegó a la escena de la pelea justo cuando la situación parecía estar en su punto más crítico. La batalla entre Izumi y All for One había alcanzado su clímax, y el entorno estaba en ruinas. Los gritos de desesperación y el sonido de las explosiones se mezclaban con el ruido de los escombros cayendo.
Nejire, con el cuerpo de Izuku en sus brazos, observaba impotente mientras Eri se acercaba. La joven madre intentó usar su singularidad para revivir a Izuku, pero el tiempo parecía jugar en su contra. La esperanza se desvaneció rápidamente cuando una explosión repentina, provocada por All for One en su furia, sacudió el área. La onda expansiva fue tan poderosa que los escombros volaron por todas partes, enterrando a todos bajo un manto de polvo y escombros.
Sonic, Eri y Nejire fueron lanzados por la explosión, cayendo entre los escombros, mientras los cuerpos de los héroes y los villanos quedaban cubiertos bajo una capa de escombros. El área se volvió un lugar desolado, lleno de polvo y destrucción.
Entre los escombros, una figura pequeña comenzó a moverse. Era Ryuko que había llegado con Izaya y Spike. A pesar del caos y el dolor, Ryuko mostró una determinación feroz. Con gran esfuerzo, empezó a remover los escombros que cubrían el cuerpo de su abuelo. Sus manos eran pequeñas y temblorosas, pero su rostro estaba lleno de una resolución desesperada.
Ryuko/Spike: ¡Abuelo!
Izaya: ¡Papá!
Sus ojos se llenaban de lágrimas mientras trataban de llegar a Izuku, consciente de la gravedad de la situación.
Eri, aún recuperándose de la explosión, se levantó con dificultad al ver a los niños en peligro. Sabía que debía actuar rápido para salvar a su padre. A pesar de su agotamiento, Eri se acercó a Ryuko, utilizando su singularidad..
Con gran concentración, Eri comenzó a usar su poder sobre el cuerpo de Izuku. La habilidad de rebobinar el tiempo empezaba a hacer efecto. Los daños visibles en el cuerpo de Izuku comenzaron a deshacer y a revertirse, y las heridas parecían sanar lentamente. La energía de la singularidad de Eri se desbordaba en un intento desesperado por devolver a Izuku a su estado previo a la explosión.
Ryuko, con lágrimas en los ojos, tomó la mano de su abuelo, sintiendo el cambio en su cuerpo. Era un momento de profunda angustia y esperanza, mientras Eri se esforzaba por estabilizar a Izuku. Cada segundo que pasaba, la desesperación y la esperanza se entrelazaban, con todos esperando que el poder de Eri fuera suficiente para salvar a Izuku.
Izumi se levantó con dificultad entre los escombros, tambaleándose mientras trataba de recuperar el equilibrio. El caos a su alrededor era abrumador, con polvo y fragmentos de piedra cayendo a su alrededor. Apenas podía ver a través de la nube de polvo cuando All for One apareció ante ella, con una sonrisa triunfante en su rostro. El villano se había recuperado de la explosión y estaba listo para acabar con lo que quedaba de resistencia.
A su lado, Robotnik se acercó, observando con satisfacción la derrota inminente de sus enemigos. La presencia de los dos villanos combinados prometía una derrota segura para los héroes restantes.
Robotnik: ¡Por fin! Esta familia si que era demasiado molesta, acaba con esto de una vez.
All for One avanzó hacia Izumi, su intención clara: robarle su singularidad. Estaba a punto de extender su mano hacia ella cuando un destello de metal cruzó el aire y se incrustó en la mano de All for One. La varilla, que se había lanzado con fuerza, hizo que el villano retrocediera, soltando una exclamación de sorpresa y dolor.
All for One: ¡¿Qué carajos?!
Izumi giró la vista hacia el origen del ataque, y sus ojos se abrieron con incredulidad. Allí, entre los escombros, estaba Izuku, sosteniendo con dificultad una varilla de metal que había salido disparada con un fragmento de escombro adherido a ella. La fuerza que le quedaba estaba siendo utilizada para mantener su posición, y su apariencia estaba desgastada y llena de heridas. Pero el hecho de que se levantara en medio de la batalla era una muestra de su inquebrantable determinación.
Izumi: ¡Papá!
Izuku, con un esfuerzo titánico, había encontrado la fuerza para levantarse y luchar una vez más. La varilla, manchada con sangre y tierra, se había convertido en un símbolo de su resistencia. Con su cuerpo debilitado, Izuku se mantuvo firme, su mirada fija en All for One y Robotnik.
Izuku: Aún no puedo morir...hasta que terminé mi misión.
All for One, sorprendido por la inesperada resistencia, miró a Izuku con furia. La expresión de triunfo en su rostro se había desvanecido, reemplazada por una mezcla de ira y frustración.
Robotnik: ¿Cómo... cómo puedes seguir en pie después de todo esto? ¡Eres una maldita cucaracha!
Izuku, a pesar de su estado crítico, utilizó la última de sus fuerzas para prepararse para el próximo enfrentamiento. Con la varilla como una extensión de su voluntad, estaba listo para enfrentarse a los villanos una vez más, demostrando que, a pesar de todo, aún no estaba dispuesto a rendirse.
Izumi, al ver a su padre en acción nuevamente, sintió una oleada de esperanza y determinación. Aunque la batalla estaba lejos de terminar, la presencia de Izuku daba una nueva fuerza a la resistencia.
Izumi: Papá, déjame ayu...
Izuku: No, tu ya hiciste suficiente, deja que tu padre se haga cargo de esto.
All for One: ¿En serio crees poder derrotarnos?
Izuku: Aún no me retiro de ser héroe. Soy el Símbolo de la Paz y voy a seguir siéndolo hasta que termine con ustedes.
Fin del Capítulo 178.
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