EDITADO

CAPITULO 25:

Las fiestas son malas, cada vez lo tengo más claro.

Cada vez que salgo de casa es malo, muy malo.

Pero esta situación es sin duda alguna la peor en la que he estado

Dave estaba delante de mí.

Dave sí, mi primer y último novio serio. Sí, el que me utilizó y manipuló a su antojo. Sí, mí supuesto amigo de la infancia junto con Dani, sí el que inició una pelea con Dani hace poco.

Y sí, lo que más quería en ese momento era partirle la jodida cara.

John Cena, baja los puños.

Alexandra, contrólate y enfócate.

-Anda, a quien tenemos aquí.- dijo mirándome fijamente- si hoy te vas a tirar a mi ex novia.

Aborta misión, dale con la silla

Notaba como intentaba controlarme mientras que todos los músculos de mi cuerpo se tensaban.

-Ya veo lo que te interesa mi vida, quieres saber el nombre y apellido de todos con los que me acuesto, menos mal que tú me importas una mierda.

-Cuando salíamos no me decías esas cosas, es más, eran muy diferentes. ¿Las recuerdas? ¿O quedamos algún día para refrescarte la memoria?

-Cuando salíamos no sabía que eras gilipollas.

Vas a quedar con tu madre, paleto.

-¿De dónde sacaste esa valentía? No sabía que en un par de años una persona podía cambiar tanto.

Le miré de arriba hacia debajo de una manera despreciable.

-Qué pena, yo no puedo decir lo mismo, por lo que veo tú no has cambiado nada.

-Eso tú no lo sabes.

Fuera la razón que fuera por la que estábamos allí no quería estar más.

No podía verle más la cara.

-Oye Connor, vámonos de este lugar.

-¿Ya os vais?, pensaba que estábamos pasando un buen rato juntos.

Le dirigí la típica mirada perdona vidas.

Connor hizo caso a mis indicaciones y piso el acelerador.

-¡¡Dale recuerdos a Daniel!!- gritó cuando aún yo podía escucharle

Era impresionante que con apenas un minuto de conversación una persona me pusiera más de mala ostia.

-Este tipo es gilipollas.

-Me temo que no te falta razón. ¿Alexandra? ¿Verdad?

-Sí, pero si quieres puedes llamarme Ale.

-Perdona, pero hoy he bebido un poquillo más y se me ha olvidado hasta la fecha de mi cumpleaños.

-No te preocupes, el efecto que hace el alcohol sobre mí es mucho peor.

-¿Enserio?

-Sí, créeme.

-No es muy bueno querer irte a casa y no saber dónde está tu coche o tu casa- esbozó una sonrisa que yo correspondí.

Tampoco es bueno hacer cosas indebidas con tu mejor amigo

-En conclusión, arriba las bebidas gaseosas y el agüita

-Sí, coincido con tu idea.

Tras unos minutos hablando ya habíamos llegado a la casa de Lucía, mi madre me había dado vía libre para irme con ella a dormir.

Estaba muy ocupada con el trabajo a veces tenía que hacer dobles turnos, pero Liam y yo nos sabemos cuidar muy bien solos.

-Oye Connor, ¿De qué conoces a Dave?

No sé si eran las luces o que era, pero él se quedó blanco como si de un folio se tratase.

-Emm, pues... él y yo...esto, éramos amigos, y él me pidió un favor y ahora tengo que cumplirlo.

Se veía a kilómetros que la pregunta que le había hecho le incomodaba demasiado

¿Qué tienen que ver Dave y Connor?

Dave acostumbraba a tener una banda que le respaldaba para hacer fechorías, atracar casas y ese tipo de cosas que no son normales a mí parecer.

¿Eran de la misma banda?

Y si es así.

¿Cuál es el favor que le tenía que hacer?

-Bueno señoritas, ya han llegado a su destino.

-Estupendo, solo me hace falta inventar la manera de sacar a un tronco del coche.

-¿Un tronco?

-Sí, Lucía lo tiene que estar pasando yupi soñando con unicornios, dragones y cosas fantásticas.

Por lo menos ella sueña con personajes mitológicos...

Se ve que te gustó a ti el sueño más que a mí, subconsciente.

-No pasa nada, la despertaré- dije.

-No hace falta, si quieres la llevo yo en brazos.

Lucía. Ni se te ocurra despertarte, luego te lo contaré todo.

-Vale- dije cogiendo el bolso de Lucía mientras sacaba las llaves.

Connor bajó del coche, abrió la puerta y tomó a Lucía en brazos.

Yo encendí las luces del recibidor para que supiera por donde pasar.

Fuimos hacía el salón y la depositó encima del sofá, Lucía no pareció darse cuenta de nada, seguía en el mundo fantástico de su cabeza.

Si hubiese estado despierta deberíamos de ir a comprar ropa interior con urgencia.

-Oye Ale, ¿me puedes dar un vaso de agua por favor?, me quedaré con Lucía por si se despierta.

-Vale, ahora vengo.

Me dirigí a la cocina, abrí la nevera y serví un vaso de agua.

Volví al salón y se me descolocó todo.

Lucía y Connor se estaban besando.

¿Qué narices?

Pero si hace un minuto estaba dormida.

La boca me llegaba al suelo junto con el vaso de agua que tenía en la mano.

Los trozos del vaso de cristal estaban esparcidos por todo el suelo.

A tomar por culo el agua.

Aún estaba mirando la imagen.

Me quedé inmóvil, era incapaz de retirar la mirada.

-Esto...y-yo... lo siento, m-me voy.

Subí las escaleras como alma que lleva el diablo.

Aún seguía analizando la situación en mi cabeza.

Esto no será un sueño ¿Verdad?

Debo de asegurarme.

Hice lo que suelen hacer en las películas, piñizcarse para volver en sí.

Venga Ale, tú puedes.

3....

2...

1...

Me cago en su prima lejana que habita en el monte rocoso.

Vale, ya me he asegurado.

Lucía y Connor se estaban enrollando en el salón.

Como les gusta fardar frente a los que estamos a dos velas.

Bueno aunque pensándolo bien...

He besado a Dani y a Brandom hace relativamente poco no debería quejarme, pero es superior a mis fuerzas.

Soy quejica por naturaleza.

Me esparramé sobre la cama de Lucía. La colcha olía igual que la ropa de Brandom.

¿Será por que usan el mismo suavizante? Por ejemplo

Cállate vocecilla del demonio.

A todo esto, ¿Qué hago yo pensando en la ropa de Brandom?

Nada

No pienses nada.

Así mucho mejor

En un abrir y cerrar de ojos Lucía estaba entrando por la puerta de su habitación con las mejillas rojas como un pequeño tomatito.

Porque será.

Pista: por correrse una maratón, no es.

Alexandra, por el amor de Dios, no pienses mal.

Lo intentaré.

-Perdón por la tardanza, estaba despidiéndome de Connor.

-Sí, he logrado verlo- dije picarona.

-Madre mía Ale, no sé como ha pasado.

-Si te soy sincera yo tampoco, en un momento estabas como un zombi y al otro estabas metiendo la lengua a un tío hasta la campanilla.

-¿Hubo lengua?

-¿Qué si la hubo? Poco más y ahogas al pobre muchacho.

-Madre mía Ale, que he hecho.

-Nada fuera de lo común, besar a un chico, no pasa nada por hacer eso.

-No me refiero a eso, me saca como mínimo 4 años, es un montón.

-Sí, un montonazo tía, supongo que fue él el que vio la explosión del Big Ben

-No Ale, lo digo enserio, hay diferencia de edad notable.

-Pero ¿te gusta?

-Claro que me gusta, si no, no le hubiera correspondido al beso, pero me saca bastantes años y no sé yo si...

-Lucía, no te compliques, te gusta, os habéis besado y ya está. No pasa nada por los años que te saque.

Con cada palabra que decía notaba que cogía un pelín más de confianza.

La edad en una relación para mí es lo de menos siempre y cuando las dos partes estén de acuerdo.

-Creo que tienes razón, además, tan solo es un beso, no pasa nada.

-Así me gusta

Las dos nos sonreímos mutuamente y nos fundimos en un abrazo.

-¿Intentamos dormir?- dije- creo que nuestros cuerpecitos no aguantarán mucho más.

-Pienso igual que tú.

Y a los pocos minutos, las sabanas nos acogieron con su dulce aroma.

******

-¡Qué dolor de cabeza!, duele como mil platos rompiéndome justo en mis pobres tímpanos.

-¡Buenos días mundo!, gracias Alexandra cuerda por no beber ayer más que refrescos

-Serán para ti los buenos días, me retumba la cabeza, creo que no me acuerdo de nada de lo que pasó anoche.

-¿Ni del beso?- pregunté.

-Sí, de eso si que me acuerdo, pero de nada más, como olvidar esos labios sedosos como los de un angel.

-¿Has besado alguna vez a un angel?

-Le besé a él, y con su rostro angelical me recordó a uno de ellos.

-Me encantaría probarlo- asentí burlándome de ella.

-Como le beses invocarás al mismísimo demonio- dijo ella riéndose.

-Pero aparte de eso no me acuerdo de nada más, no sé ni cuando llegamos a casa

Mejor que no sepas lo que pasó por el camino, te tendría que contar toda la historia con Dave, pero es lo último que me apetece hacer.

Un sonido inundó la habitación.

-Uy, creo que es mi estomago, funciona como un pequeño reloj

-Pues alimentemos a esa fiera, lo único que hay comestible en esta habitación soy yo, no me gustaría tener una señal en alguna parte de mi cuerpo.

Bajamos al comedor dispuestas de asaltar todo lo que estuviera a nuestro alrededor.

Y para nosotras todo significa todo

*Menos Alcohol*

Lucía se moriría si en su cuerpo hubiera más alcohol.

-Lucía, voy al baño, mi vejiga está más inflada que un pez globo embarazado.

-Vale, demasiado grafico.

¿Qué es lo primero que hice nada más ir al baño?

La respuesta más coherente sería vaciar mi sistema de productos de desecho.

Pero no.

Lo que hice fue mirarme en el espejo y ver como mi rimmel había echado carreras sin mi presencia.

-¡Lucía! ¿Parecía un oso panda y no me has dicho nada?- grité desde la otra punta de la casa.

-¡No te lo he dicho por qué no pareces un oso panda¡

-Da igual, tengo toda la cara llena de maquillaje.

-No pareces un oso panda, parece que un pulpo te ha echado toda la tinta que tenía

-Muchas gracias por solucionarlo querida amiga.

-De nada, para eso estamos

Tras salir del baño volví a la cocina y pillé l primero comestible que me encontré.

No sé como había hecho para tener tanta hambre.

-No me des más de comer- dije a Lucia- ahora mismo si me pones una vaca me la como, pero por el bien de mi aparato digestivo mejor no hacerlo.

-Que exagerada.

-No me subestimes amiga mía. Por cierto ¿Dónde están tus padres?

-Están de viaje junto con Brandom.

-Amms

-Apuesto que solo me has prestado atención cuando he dicho Brandom.

-¡¿Qué?! Por supuesto que no.

MENTIROSAAAA

Tú cállate, subconsciente traidor.

-Mmm, así que Brandom...