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C A P I T U L O 20

EDITADO
CAPITULO 20:

Por dios Alexandra, casi que ves desnudo al hijo de tu profesor, o lo que es lo mismo, al vecino de tu hermanastro, o al idiota que le encanta ver como tus mejillas se ponen rojas. Cualquier cosa de esas sería perfecta para nombrarle.

Bueno, he visto a mi hermano desnudo cuanto tenía unos siete años, supongo que sería igual.

Me encantaría haberle visto la cara que se le había quedado en cuanto supo que entré.

Apuesto a que está vez sí que le he impresionado.

Lo sé, soy impredecible y me encanta.

Alexandra 1

Profesor Buenorro 0

Sí, me gusta mucho ese mote, se quedará con él una temporada.

De repente, todo en la casa dejo de sonar, el grifo de la ducha y los pájaros cantando, el estomago se me cerro en milésimas de segundo, y notaba a mi corazón irse por mi garganta.

Una música fúnebre sonaba desde el salón.

¿Cómo puede dar simples cosas tanto miedo?

-Alexandra, ¿estás escuchando eso?- dijo Brandom con la toalla en su cintura. Cosa que ignoraba por completo.

-Si, por desgracia lo escucho- dije con un hilo de voz

-Vienen a por nosotros.- dijo con un semblante serio.

-¿Quiénes?

-Ellos.

-¿Quiénes son ellos?

-Unas personas que amenazan a mi padre desde hace años, nunca había pasado nada desde hace unas semanas.

¿Qué paso?- me atreví a preguntar.

-Intentaron secuestrar a mi hermana, pero por suerte no lograron su objetivo.

Los vellos de toda mi piel se erizaron, cuando de repente...

-Aaaa- un chillido del susto salió del interior de mi garganta al ver que todas las luces se apagaban.

Lo primero que hice fue tirarme en plancha debajo de la cama, Brandom reaccionó después pero hizo lo mismo que yo.

Que irónico, toda la vida temiendo a los monstruos de debajo de la cama y ahora te resguardas con ellos para que a lo que de verdad temes no te atrape.

¿En serio? ¿Un jodido apagón?

Al parecer sí.

La música tenebrosa dejó de sonar, pero aun así todos los nervios de mi cuerpo permanecían alerta.

Mi cabeza necesitaba dispararle una pregunta a Brandom, intenté contenerme pero como era de esperar, no pude contenerme.

-Oye, ¿tú hace cuanto que no pasas el polvo?- dije estornudando.

-¿Enserio? ¿Estamos en esta situación y me preguntas eso?- preguntó molesto.

Le mire con una cara capaz de intimidar a cualquiera.

-Está bien, llevo tres días.

-¿Ves? Tampoco era tan difícil- dije suspirando-amargado.

-¿Qué has dicho?

-Que eres un amargado.

-¿Cómo osas?

-¿El qué?

-Llamarme amargado, yo no soy amargado, tú me amargas.

-Has dicho que eres un amargado unas tres veces.

-¿Eres consciente que ha habido un apagón y seguimos debajo de la cama?

-Se está muy a gusto debajo de tu cama, a pesar de la suciedad.

-¿En serio esta tan sucio?

¿Debería de contestar a pesar de saber que mi habitación está como una leonera?

Si

-Sí, deberías de hacer limpieza diaria.

Alguien cerró la puerta de golpe y todo mi cuerpo empezó a temblar en cuestión de milésimas de segundo.

-Tranquila, no pasa nada- Dijo Brandom intentando tranquilizarme mientras posaba una de sus manos sobre mi hombro.

-Bu

-Aaaaaa.

No me había dado cuenta de que era Brandom el que me ha pegado el susto.

-¿Tu estas tonto?- dije quitándole la mano de mi brazo y saliendo de debajo de la cama.

-Venga Ale, no te enfades, tan solo era una broma.

-Te has pasado- dije mientras metía los apuntes en mi mochila.

-Espera Ale.

-No, me tengo que ir, se me ha hecho tarde.

-Ale..

Decía con voz melancólica.

-Adiós- dije rotundamente.

Para mi desgracia el marcador había subido a su favor.

Alexandra: 1

Profesor Buenorro: 1

-¿Te puedo besar?

¿Esto es un puto juego? Si es un juego seré la mejor jugadora.

Tire la mochila hacia un lado y di zancadas hasta ponerme frente a él.

Sin siquiera pensarlo le agarre de la cabeza y le acerqué hasta que nuestras narices se chocaron.

-Te lo advertí- susurré estando a escasos centímetros de él.

Sin previo aviso uní mi boca con la suya, notaba que aún tenía una expresión de sorpresa pero poco a poco fue reaccionando

Sus labios casi inexpertos danzan por los míos.

No me esperaba que este chico hubiera dado tan pocos besos, se me hace poco creíble, pero como dicen, todo es posible.

Ni siquiera había notado que sus manos bajaban a mis caderas.

"Ya verás cómo se le caiga la toalla"

Cállate, ¿No ves que estoy concentrada?

Dimos pequeños pasos hasta que aterrizamos en su cama.

Yo me había quedado a horcajadas de él y notaba como sus ojos deseosos pedían más.

Aunque no solo eran sus ojos, el bulto prominente que mantenía sujeto la toalla pedía atención a gritos.

El movía mis caderas para que acelerara el rimo, pero entonces...

-¿Quién está rojo ahora?- dije retirándome de su agarre mientras me quitaba de encima de él- Te lo advertí.

Alexandra: 2

Profesor Buenorro: 1

Se llevó la mano hasta su pelo, mientras que su pecho subía y bajaba sin control.

-Oye Bran...

A veces nos encontramos en situaciones que deseamos que la tierra nos trague.

Sí.

Esta es una de ellas.

Brandom que entre lo rojo que estaba y entre el aire que estaba tomando parecía que sufría de ataque de asma.

Y alguien entrando por la puerta.

Me pregunto por qué la vida es tan mala conmigo, ya no se puede dejar rojo a nadie porque alguien entrará por la puerta.

-Lo- lo siento, ya me voy- dijo avergonzada.

Era Lucía, la hermana de Brandom.

Mierda, voy a hacer que la pobre muchacha tenga un trauma por mi culpa.

-Espera Lucia, yo ya me iba- antes de salir por la puerta le dediqué unas cuantas palabras.

-Te voy ganando profesor buenorro.

Desembuchó una sonrisa socarrona mientras que su hermana me esperaba en el pasillo.

-Alexandra ¿Qué ha pasado?

Ahora la que estaba hiperventilando era yo.

-Nada, tu hermano me estaba dando clases.

Si, de anatomía y descubrimiento del cuerpo, por no hablar de los métodos anticonceptivos.

-¿Enserio? Nunca le había visto tan feliz y cabreado a la vez en mi vida.

Puede que fuera por que le he dejado a tu hermano una erección del tamaño de la Torre Eiffel.

-Si es que...

Rápido Alexandra invéntate algo

-Me he aprendido una lección muy muy difícil, por eso estaba cabreado y feliz al mismo tiempo.

Eso no te lo crees ni tú.

-¿Me estás mintiendo?

Nos pillaron, abortar misión.

-No, como crees eso. Yo sería incapaz de engañar a alguien.

Y luego despiertas.

Shhh, cállate subconsciente traidor.

Me miró de reojo sin creérselo.

-Bueno me tengo que ir, se me hace tarde.

Atravesé la puerta para salir de la bochornosa situación.

-Adiós cuñada.

¿Qué ha dicho que? ¿Cuñada? ¿Yo novia de Brandom?

Bueno, tendríamos unos hijos preciosos, pero ese no es el punto.

Me dirigí a la parada del autobús y un nubarrón de tormenta cubrió todo el cielo en cuestión de minutos, empezó a llover como si se tratara del diluvio universal.

¿Mala suerte? ¿Estás ahí?

Siempre está ahí presente, oscureciendo mis días y iluminando mis mejillas a un tono escarlata.

-¿Esperas a alguien?

Dijo una voz poco reconocida para mí

Me volví una pequeña bolita tras la situación, los nervios del estomago se esparcieron tanto que empezaron a esparcirse.

-Si-si- Dije titubeando.

El extraño no volvió a hablar, pero había una sombra detrás de mí.

Me giré y di una fuerte patadas a ese tipo en su parte más sensible. Notaba como se tiró al suelo y se retorcía de dolor, me quedé en shock al verle la cara.

-¿¡Dajan!?

Vale, creo que he dejado sin descendencia a mi hermanastro.

Echaré las culpas a las clases de defensa personal a las que me apuntó mi madre el verano pasado.

Después de salir del estado de empanamiento cerebral, me agaché para ver como se encontraba el susodicho.

Como mi padre se entere se va a cabrear lo nunca visto conmigo, aunque así quedaríamos empate.

-¿Estás bien? Lo siento muchísimo, no quería hacerte daño.

-Tranquila, no pasa nada- dijo poniéndose en pie.

- De veras que lo siento, te he dado un buen golpe.

-No te preocupes, aunque con ese golpe te acabas de quedar sin hi... sobrinos.

¿Hijos? ¿Iba a decir hijos?

No para nada, ¿Tú te has limpiado la cera de los oídos?

Ja, ja, ja. Ya lo pillo, iba a decir hijos, pero antes de decirlo a rectificado, y rectificar es de sabio y más si no te quieres llevar otra de mis patadas.

Para el carro Jackie Chan.

-¿Qué haces por aquí?

-Vivo por aquí- dijo señalando la casa de al lado.

Magnifica pregunta Alexandra.

-También te quería preguntar cómo te han ido las clases con Brandom.

¿De veras? ¿Se me ve en la cara que le he jodido?

O el te ha jodido a ti.

No, en el marcador soy la ganadora.

Chúpate esa vecino y compinche de mi hermanastro y además profesor buenorro.

Siento que cada vez el mote es más largo, pero la situación requiere de ello.

-Sí, la clase a estado bien- dije lo más tranquila posible.

-Me alegro, no querrás pasar a la universidad con una pendiente por el camino.

Ese precisamente no era mi objetivo.

-¿Esperas al autobús?

-Ajá.

-Durante esta semana no hace esta ruta.

Mala suerte: 6588839

Alexandra: 0

Ese es el marcador más inigualado que tengo y me temo que sea así por mucho tiempo.

-Si quieres te llevo yo.

-No gracias, no hace falta, iré a pie.

-Está lloviendo a mares, irás nadando en vez de andando.

Por mucho que me pese, tiene razón. Aunque podría encontrarme con Nemo y esa era una oferta tentadora

-Me iré a tu casa y cuando la lluvia pare me iré andando a la mía.

-Vale.

Convencer a Dajan de algo es de lo más fácil que hay en el mundo.

Es como quitarle el caramelo a un niño.

Corrimos ambos debajo de la lluvia.

¿Brandom es tu novio por el día y Dajan por la noche?

Ya se ha puesto en mi contra hasta mi subconsciente

¿Qué va a ser lo próximo?

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