C A P I T U L O 18
EDITADO
CAPITULO 18:
-¿Qué has dicho?
Escuchaba una voz ronca detrás de mí.
No me jodas.
Me di la vuelta y no vi a otro que Brandom
Pues sí, hay que joderse
-Emm, no a ti no era, era a mi hermano.
-¿Liamcito?, que original por tu parte.
-A veces puedo impresionar a las personas.
-Dudo que alguien pueda impresionarme.
-Creo que podría cambiar.
-¿Creo? ¿Eres creyente?
Si, ¿y tu un pesado?, no me digas la respuesta CREO que ya me la sé.
-Sí, soy un pesado y tú deberías de pensar en voz baja.
Un ligero calor dentro de mi inundaba mis mejillas haciendo ardieran de la vergüenza.
-Oye, ¿Estás bien?- me preguntaba él.
-Sí, sí que estoy bien.
-Deberías de ir a lavarte la cara, estás un poquito roja.
Una pregunta no dejaba de pasear por mi mente, ¿Qué hace el aquí?, y la otra más importante, ¿Cómo ha logrado pasar sin que mi madre y mi hermano le hicieran un control policial?
A veces mi familia es capaz de sorprender a todo el mundo.
-¿Qué haces aquí?
-Pues ahora mismo, mirando los cuadros de cuando eras pequeña ¿Y Tu?
-No, yo me refe...
-¿Eso es un gato?
-Sí, era mi mascota de cuando era pequeña.
-Pobre animal, como debería de ser convivir con..
-¿Con quién? Sigue con lo que ibas a decir.
-Con una escopeta humana, Ale, saltas a la mínima
-Ahh, suelen decírmelo. ¿Te han dicho a ti que eres muy bueno evadiendo preguntas?
-No, no me lo han dicho nunca, más bien, me dicen que soy muy directo.
Se ve que no le han dicho que es un borde.
¿Eso sí que lo he dicho en mi mente?
Lo voy a comprobar.
-Nueces.
Si, por fin he aprendido a pensar para mí misma.
-¿Nueces?- decía Brandom mirándome asombrado.
-Emm, si es que yo, a mí, me apetecen nueces.
-Ahh vale, ¿Y sobre lo que soy un borde?
Mierda.
Y más mierda.
No sé qué narices me pasa hoy, ni encuentro la razón del por qué pienso en voz alta.
-Alexandra..
-No me digas, eso también lo has escuchado.
-Esta vez no he escuchado nada, ¿debería de haberlo hecho?
-Creo que he desvelado demasiado por hoy.
-Por una vez, estoy de acuerdo contigo.
Fui a mi armario y cogí ropa de mi talla, la otra me estaba cortando un poquito la circulación, creo que esa es la razón de por qué estaba roja.
-Voy a cambiarme.
-Vale- dijo el sin mostrar apenas importancia en su tono.
Me dirigí al baño con el montón de ropa en mi mano, por un momento pensé que Brandom se iba a marcar un Logan, lo he dicho bien, un Logan
Espiarme en el baño, abrir la puerta para chincharme, ser un capullo integral, tirar ficha a la mínima de cambio.
Pero no, al parecer Brandom es más diferente. Es muy reservado aunque a veces sea frio y borde, hay algo en el que me atrae y al mismo tiempo no me inspira confianza.
Se podría decir que es ¿hielo caliente?
Si, hielo caliente sería la descripción perfecta de Brandom.
Un vez me cambié salí del cuarto de baño, y me encontré a Brandom revisando su móvil mientras se había sentado en mi cama.
Bueno, al menos sé que es obediente.
Alejandra, ni aunque fuera un perro
Tiene razón, digamos que es educado.
-¿Nos vamos?- dijo él.
-¿Adónde?- le pregunté.
-A mi casa a estudiar Lengua.
¿Lengua?
Aaaa vale, la asignatura.
Mi mente sucia y yo hemos hecho otro buen trabajo.
-Y por qué has venido a mi casa y no me has llamado.
-Porque sabía que no vendrías si te llamaba.
Es listo, demasiado listo diría yo.
-Si es así, ¿nos vamos ya?- le dije.
-Vale.
Bajé las escaleras, mi hermano y mi madre permanecían abajo mientras se despedía de nosotros.
-Alexandra, hija- dijo mi madre.
-Dime mamá.
Me acerqué hacia ella y disparó unas cuantas preguntas.
-¿Quién es ese chico tan mono?¿Cuántos años tiene?¿De qué le conoces?
-Mamá, deja el interrogatorio para luego, después te responderé a las preguntas.
Fui al recibidor y cogí la mochila con todos los libros.
-¿Has mirado los horarios del autobús?- le pregunté
-¿Autobús?- dijo medio riéndose.
-¿Qué tiene de gracia?
-Me mareo en autobús, prefiero ir en moto.
-¿En mo...
Salimos al jardín y vi una reluciente honda del 87 de color negra.
-Yo ahí no me monto- dije nada más ver ese trasto con dos ruedas.
-Vale- dijo el- te tocará de ir andando o en u queridísimo autobús.
-¿Y por qué mejor no damos las clases en mi casa?
-Alejandra, no cuela.
-¿El qué?
-¿El truco?
-¿Qué truco?
-Ninguno
Esbocé una sonrisa de oreja a oreja como símbolo de satisfacción.
¿Sabes lo que se suele decir de dar la razón a los tontos?
-No, ¿Por qué?
- Por nada
Me intentó engañar para que me montase en la moto, pero yo lo rechacé, no me obligaba, solo me sugería educadamente subir a ese trasto con el fin de hacer los deberes
-Bueno Alexandra, tendremos que suspender las clases, espero que a mi padre no le importe que no muestres interés por aprobar.
Huy, eso es un golpe muy bajo, con las notas de la gente no se juega. No me esperaba eso de Brandom.
-Que rastrero- dije para el cuello de mi camisa.
-¿Qué has dicho? Bueno, no habrá sido nada. Me voy, tengo cosas que hacer.
Tomó un paso lento rumbo a su vehículo de dos ruedas.
-Vale.
-¿El qué?- dijo el dándose una dramática vuelta.
-Tú ganas, me montaré en ese cacharro, pero si me muero quedará en tu conciencia.
-Pero antes una cosa.
-¿El qué?
-¿Me dejas las llaves?
-¿Para qué?
-Para verlas
Sacó las llaves de su bolsillo y me las extendió en la mano.
No he necesitado muchas palabras para convencerle.
Las tomé y me dirigí corriendo hacia la moto.
-¿A dónde vas?
-Ahí te quedas profesor buenorro.
Arranqué la moto y la puse a toda velocidad.
¿Ahora quien va a tener que coger el autobús?
Me reía yo misma de mi propia venganza.
El viento azotaba mi cara y revolvía mi pelo mientras notaba ser libre.
La cara que se le había quedado a Brandom era de revista, cómo no.
Analizaba la perfecta situación que había creado apenas unos segundos atrás.
Espera un momento, ¿acabo de decir lo que pienso que acabo de decir?
Si Alexandra, por si te consuela, le has dicho a Brandom profesor buenorro.
Hay que joderse
Dios mío, espero que no se haya enterado de esa parte.
El móvil empezaba a sonarme, y por ende ya me intuía de quién podría ser.
Me orillé y aparqué en un lado de la cera para poder contestar el teléfono
Un número completamente desconocido me estaba llamando, no sé porque razón le contesté.
-¿Aló?-dije poniendo un característico acento.
-¿Alexandra?
Es Brandom, le tomaré el pelo.
-Lo siento señor, aquí no había ninguna Alberta.
-Lo siento debí de haberme confundido.
Tras colgar el teléfono me reí como alma que lleva el diablo.
Pero a los pocos segundos me sentí un tanto culpable y decidí devolverle la llamada.
-¿Si?
-Brandom soy yo.
-¿Quién es yo?
-Alexandra.
-Ahh, ¿la que me ha robado la moto?
-Robar es una palabra muy fea, más bien la he tomado prestada.
-Mejor dicho, me has dicho que te dejara las llaves, no la moto.
-Da igual, es lo mismo.
-Pero si a ti no te gustaban las motos.
Me encanta hacerme la actriz profesional y que cuele.
-¿A qué te he impresionado?
-Mmmm, deja que lo piense. No, más bien me has cabreado y engañado.
-Tranquilo enanito gruñón, ya vuelvo a mi casa.
Deshice el mismo recorrido que había realizado.
Las calles se encontraban medio vacías, la ciudad en la que vivo suele ser muy tranquila, lo que hace que vaya a mis anchas en casi cualquier lado.
-Venga sube- dije haciendo una entrada triunfal frente a Brandom.
-Alexandra ¿Me harías el favor de bajarte de mi moto y darme mis llaves?
-Si me lo pides de esa manera no podré negarme, don Mío.
-¿Don mío?
-Sí, un nuevo mote que me acabo de inventar.
-Tienes mucha imaginación, eso no te lo puede negar nadie.
-Mi imaginación y yo te lo agradecemos.
-Tu seguridad también me lo agradecerá cuando te pongas el casco.
¿Alguien me creería si le digo que se me ha olvidado ponerme el casco por completo?
No, no me creerán.
A veces tengo retraso.
Mental, que quede claro.
Le di una mirada de incredulidad-¿Crees que mi seguridad te lo agradecerá?, si eso piensas, me temo decirte que estás un poco equivocado.
-Me es indiferente.
-Pero tú..
-Sí, sé que acabo de decir que tú seguridad me lo agradecerá, pero recuerda que si te das un golpe en la cabeza y se te olvida toda la lección no te ayudaré a volver a memorizarla.
-Hablando de virtudes, ¿Sabes que eres lo más considerado que existe sobre la faz de la tierra?
-No lo sé, ¿A quién le importa?
Este tío es el de las mil personalidades diferentes. ¿Tendrá algún trastorno de personalidad o algo por el estilo?
No lo sé, esa pregunta se quedará en el aire, moriré con la intriga.
-¿Y desde cuando conduces?
¿Es a mí?
Por supuesto que es para ti, ¿A quién le va a preguntar si no? ¿Al buzón?
-Desde que tengo 15, me saqué el carnet muy pronto.
-Yo me le saqué el año pasado.
-Amms.
Saqué me móvil y me puse a escribir.
-¿Podría saber que escribes?
-Nada, solo que te gustan las motos, eres hijo de mi profesor, serás mi profesor particular, que es muy probable que seas bi..
-¿Bi? ¿Qué es bi?
-Emm, nada- Bipolar, hijo mío, ¿Qué va a ser?
-Vale, dejemos eso para luego, lo que realmente me inquieta es que escribes cosas sobre mí en tu teléfono.
-¿Tan inquietante es?
-¿Podríamos dejar de hablar de una buena vez y irnos a mi casa?, espero que esta vez no me quites las llaves de la moto.
-Vale, pero quiero conducir yo.
-No, no no, de eso nada, ya he tenido suficiente show por hoy, no me gustaría que esto me incluyera como víctima.
-Te recuerdo que llevo más tiempo con carnet que tú.
-Te recuerdo que vamos en mi moto a mi casa.- dijo poniendo énfasis en los "Mi"
Don Mío le va al pelo.
Torné los ojos y le di la razón como a los niños pequeños.
-Seré bueno y a la vuelta te dejaré que conduzcas, con la condición de que te pongas el caso.
-Trato hecho- dije mientras ambos juntábamos nuestras manos.
Brandom se subió a la moto. Siendo sincera parecía un "Badboy" esperando a su ligue de esa noche.
Pero me daba exactamente lo mismo que la gente me viera con un pivonazo.
Ya están acostumbrados.
Jajaja, esa ha sido muy buena Alexandra
Bueno, algún rollo he tenido.
Ahí sí que te doy la razón, no te columpies mucho no vaya a ser que te caigas.
¿Darle un pico a mi madre cuenta como beso?
Creo que no.
-Alexandra, se nos va a hacer de noche para estudiar.
No me había dando cuenta de que me había quedado fija mirando al horizonte, a veces mi manera de concentrarme por completo me da un poco de miedo.
-Vale ya nos vamos.
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