C A P I T U L O 17
EDITADO
CAPITULO 17:
Tomé prácticamente todo el armario y dispuse a dirigirme hacía el baño de la habitación.
Casi me resbalo, pero por suerte no fue así.
Me metí en el pequeño habitáculo como si me hubiese convertido en un rayo o algo por el estilo. Eché el pestillo para que Logan no pudiese pasar.
-¡Alexandra Smith!- decía a gritos- ¡Eso es trampa!- Alegaba, Logan desde el otro lado de la puerta.
-¡No hemos impuesto ninguna norma Logan como te apellides!- le gritaba mientras me ponía la camiseta más ancha que encontré de entre todas.
Tras llevar un par de minutos dentro del baño se hizo el silencio.
Malo.
Muy malo.
Según las películas cuando pasa algo emocionante y de repente todo se queda en silencio algo malo le pasa a la protagonista.
Y efectivamente, si antes lo hubiera pensado antes hubiera pasado.
La puerta se abrió sin aviso ninguno, yo asustada di un salto instintivamente.
-Kiss
¿Qué?, ¿me está insinuando algo?
-¿Que insinúas?
-Kiss, mi apellido- carraspeó la garganta- ajam, ajam, mal pensada ajam ajam.
-Yo no soy ninguna mal pensada.
-Más bien eres una tramposa.
No pude evitar dirigir la mirada hacia el pomo de la puerta y parecía que lo había forjado, detalle del que no me había fijado antes.
-Y tú en tu vida pasada fuiste un desvalijador de casa, y aquí estamos.
-No me digas que crees en las chorradas de la reencarnación
-Se podría decir que sí, ¿Qué hay de malo?
-Nada, yo tengo mi propia religión.
-Espera, no digas nada más, se cual es, ¡el narcisismo!
-Muy graciosa- dijo irónicamente- no sabía que tu sentido del humor era tan bueno.
-Yo tampoco sabía que bailabas claqué, deportista olímpico.
-¿Puedes dejar el tema?, a veces resultas insoportable.
-¿Tan solo a veces?, mierda, debo de estar haciendo algo mal, antes era más dura.
Tomé toda la ropa que había cogido entre mis brazos para colocarla, Logan me seguía como si de mi mascota particular se tratara.
Sentía que me caía y alguien intentaba agarrarme del brazo.
Afortunadamente, mi caída fue suavizada por el colchón de la cama pero había un inconveniente. Encontraba un peso muerto encima de mí.
Específicamente, a Logan encima de mí.
Notaba como su pecho subía y bajaba lenta y cautelosamente. Sin embargo, la mía se había disparado.
-Pareces un tomate cherry.
¿Qué? ¿Es a mí?
Pues claro que es a ti, eres un poquito cortita.
Muchísimas gracias subconsciente, yo también te quiero.
-¿Por qué?
-Como se nota que no puedes ver lo roja que estás.
Las palabras no salían de mi interior, notaba como mis piernas comenzaban a moverse, pero la falta de espacio me lo impedía, Logan juntaba poco a poco su torso contra mi pecho hasta que estos estuvieran unidos.
-Como sigas respirando así te vas a desmayar, estás hiperventilando.
-¿A quién le importa?
-A mi-dijo con cautela- A mi me importa.
Esta vez, lo que empezaba a unir eran nuestros rostros. A pena quedaba un centímetro para rozar nuestros labios.
-¿Enserio creías que iba a besarte?
Este tío es gilipollas
Pegué un empujón, y levanté a Logan de encima de mí.
-Que te follen Logan.
Salí de la habitación y baje las escaleras sin dirigir la mirada hacia atrás. Abrí el pomo de la puerta de la salida, una nube se posó sobre el cielo haciendo que el sol se cubriese por completo.
Una larga calle determinaba el camino, pero no tenía ni idea de hacia dónde ir, tomé mi teléfono y saqué el GPS
Por fin me sirve para algo.
Para mi desgracia había unos cuantos kilómetros desde aquí hasta mi casa, deambule con la esperanza de encontrar una parada de autobuses.
Pero nada, ni una jodida parada en todo el jodido trayecto, hay que joderse.
Cada día que pasa estoy más segura de que Logan es un imbécil, desearía no haberle encontrado nunca en esa fiesta y que nuestras madres no fuesen "super amiguis".
Mi cuerpo se llenó de rabia y de impotencia, nunca un estúpido de ese calibre había provocado eso en mí.
Parece que estoy enamorada de él, pero ni en mi peor pesadilla ocurriría eso.
Me tumbé en el sofá con los pies machacados, las zapatillas de su hermana me quedaban un poco bastante pequeñas.
-¡Alexandra!
Escuché nada más alzar los pies del suelo.
-Hermanito, que pronto te has levantado.
-Son las dos de la tarde
-Para mí es pronto.
-Tienes mala cara, ¿ha pasado algo?
-No, nada importante.
-¿Y qué dices de tu vestido?, no le llevas puesto.
-Una larga historia.
Mi hermano es demasiado curioso, a veces llega a un punto que atosiga, pero yo tengo una técnica que siempre funciona.
-Oye Liamcito, ¿Qué tal Brittany?
-No me llames así, y es Emily.
-¿Emily?-pregunté, fingiendo que no sabía quién era.
-Sí, la chica del campamento, con la que di mi primer beso, mi novia.
-¡¿Tu novia?!
-Ups, se me escapó ese detalle.
-Esos detalles no se omiten hermanito, necesito saber más.
-Sí, tu primero me cuentas lo que te ha pasado.
Lo pensé durante unos segundos conmigo misma.
-Umm, está bien.
Liam tomó asiento en mi lado, apagué la tele para que no hubiera distracciones de por medio y no se anduviera por las ramas.
-Está bien, ¿empiezas tu o empiezo yo?- me preguntó mi hermanito.
-Mmm, mejor empieza tú.
Si empezaba el antes podía eliminar trozos de lo que ha pasado mientras que el me contaba el por qué de su nueva novia.
No solía ocultarle cosas a mi hermano, siempre hemos sido muy sinceros el uno con el otro. Pero en este caso confesarle que Dani se había besado con otra chica creyendo que yo había besado a otro chico después de que él me hubiera besado era demasiada información para la cabecita de mi hermano. Vale, creo que en esta conversación habría muchos besos. Y no olvidemos que la noche la he pasado en casa del que en la cena pasada me había puesto verde.
Cosas que suelen pasar- pensé con ironía
-Está bien, aunque si soy sincero no sé por dónde empezar. Creo que el campamento será la mejor opción.
-Vale, pero si empiezas hoy mejor que mañana.
-No me metas presión que no te lo cuento.
-Vale, perdón, sin presiones.
-Pues como ya sabes, conocí a Emily en el campamento, tuvimos una cita y nos besamos.
-Sí, esa parte ya me la contaste.
-Pues, el otro día en el instituto un compañero de clase me habló y resultó que era primo de Emily.
-No me digas, y además te dijo que está loquita por ti. ¿A que si Liamcito?
Liam se enfurruño como un gato estreñido.
-A la, ya no te lo cuento.
-No por fa, hermanito de mi vida y de mi amor, cuéntame lo que pasó, no podré seguir viviendo si no me lo dices.
Comencé a hacerle cosquillas por todo el cuerpo, se movía como un hámster en un ruedecilla
-Alexandra por favor, para- me medio suplicaba mientras lloraba de la risa.
-Si me cuentas la historia paro.
-Vale, está bien te la cuento.
-Así me gusta- dije orgullosa.
-Chantajista- decía por lo bajo
-¿Quieres que vuelva a hacerte cosquillas?
-No, por favor.
-¿Seguimos?
-Vale, retomando la historia. Ese amigo en común me dio el numero de Emy, y tras hacer varias llamadas quedamos un día en el parque, y pues, le pedí salir.
-Que romántico todo.
En realidad, es muy romántico, sobre todo cuando tu hermano tiene más vida amorosa que tú.
-Vale te toca a ti.
-Está bien, tras salir de la graduación fuimos al restaurante, después caminamos hacia la disco...
-Me aburro- decía rodando los ojos- ¿Podrías ir al grano?
-Que cotilla que eres, continuemos. En la discoteca Dani y yo nos peleamos, me encontré con una compañera y me fui con ella a dormir.
-¿Ya está?
-Sí, eso explica que haya venido tan tarde y que tenga ropa que no es mía puesta.
-Tampoco te había pedido explicaciones.
-Vale borde.
-Oye, yo no soy borde- dijo dándome un golpe en el hombro.
-Lo que tú digas.
-¿Ahora quien es la borde ahora?
-Yo no soy borde, solo te estaba imitando.
-Que excusa más barata.
Un sonido nos alarmo a mi hermano y a mí.
Un sonido de un elefante bajando las escaleras nos llamó la atención.
Era mi madre, con su característica bata de baquitas rosas, sus zapatillas blancas y su típico moño que siempre se hace antes de irse a dormir.
-¿Qué hacéis niños?
-Estábamos hablando- contestó mi hermano.
-¿Ya estáis hablando sobre los ligues?
Creo que esta mujer, o lee las mentes o escucha a través de las paredes.
Menos mal que he editado un poco lo que había pasado, si no ya me estaría pidiendo explicaciones de por qué me había peleado con Dani.
Esta mujer es así de curiosa.
-¿Qué tal la fiesta de ayer Ale? ¿Te lo pasaste bien?
Rápido Alejandra, invéntate algo para que no sospeche.
-Pues, todo fue bastante bien.
-Me alegro, ¿Desayunamos?- preguntó mi madre
-Mamá casi que es la hora de merendar
-Me acosté muy tarde, la tele tienda me absorbió por completo.
Liam se alejó hacia la cocina.
-¿Qué queréis de comer?
-Lo que quieras- dijo mi madre
-Pues será sorpresa.
-Vale- dije
A mi hermano le encanta la cocina, me cuesta admitir que hace mejores platos que yo.
Llegué a mi cuarto y me tiré en plancha a mi mullida cama.
Estaba muy cómoda, pero la comodidad y la tranquilidad se fue al escuchar un mensaje en mi teléfono.
Me levanté con mucha curiosidad para ver quién me mandaba mensajes.
Creo que podría ser Dani disculpándose o Logan diciendo alguna gilipollez.
-Alejandra, ven a poner la mesa- gritaba mi madre
-Ya voy.
Tomé mi teléfono y salí pitando hacia el salón. Luego contestaré el mensaje.
La comida pasó, tranquilamente, encendimos la tele y como ya era costumbre, nos pusimos a ver las noticias.
Tras recoger todo me volví a subir a mi habitación.
Saqué el móvil.
¡20 mensajes!
Abrí el chat y todos los mensajes procedían de un número desconocido.
Hola Ale, soy tu tutor particular, ven esta tarde a mi casa para repasar y hacer ejercicios.
¿Qué tipo de ejercicios?- pensé mientras leía los mensajes.
No pienses mal.
Creo que es demasiado tarde
Adiós.
En los demás mensajes ponía mensajes como "Eee", "¿Estás viva?"
Decidí contestarle, pero antes de eso la puerta de mi casa sonó.
A lo mejor es algún amigo de Liam o algún repartidor.
No le di importancia.
Me hice un moño, me tumbé en la cama y me puse a ver la tele. A los pocos minutos sonó la puerta de mi habitación.
-¡Que quieres Liamcito!
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