C A P I T U L O 10
EDITADO
CAPITULO 10:
Terminé mi helado y me levanté de la silla, Dajan aún va por la mitad. Me lo he pasado bien este rato con él hemos reído sin parar.
-Dajan, me tengo que ir, se me hace tarde.
-No te preocupes por eso, te puedo llevar yo si quieres.
-Muchas gracias por tu oferta, pero he de rechazarla, el autobús me espera.
No quiero causarle problemas, puede que esté ocupado con la chica de los helados, vi como ambos filtreaban.
-Insisto te llevaré donde quieras, no es ninguna molestia.
Siendo realistas no me apetece para nada tomar el autobús y menos aún con el vestido en las manos, podría perderlo o que me lo robaran.
Alexandra, que paranoica eres hija.
Mejor prevenir que curar querido subconsciente.
Esperé a que Dajan terminara su helado, ambos salimos por la puerta del establecimiento y caminamos hasta el parking.
Dajan apretó el mando de su coche y unas luces relucientes palpitaron. Montamos en el coche color blanco.
Noté que echaba una ligera mirada a la bolsa conteniente del vestido.
-No es por ser cotilla, pero ¿Qué llevas en la bolsa?- Preguntó el.
No me parece mal que pregunte, yo también soy bastante cotilla.
-Es mi vestido de graduación- Dije orgullosa.
-¿Puedo verlo?
-No, señor cotilla, no lo puede ver nadie quiero que sea una sorpresa.
-Está bien seré paciente. Esperaré hasta el día de la graduación.
¿Será paciente?, que quiere decir con eso yo hablaba de enseñarle algunas fotos del día de la graduación y ahora dice que va a venir. ¿Enserio va a venir?
Alexandra, deja de hacerte preguntas estúpidas
Menuda bofetada mental me ha dado mi subconsciente.
Recapitulemos.
Mi hermanastro, el mismo con el que estaba enfadada hace apenas unos minutos va a venir a mi fiesta de graduación.
Es la situación más normal a la que me he enfrentado en mi vida. Ahora lo que me pregunto es ¿Hubiera venido si siguiéramos enfadados?
Puede que si puede que no, me quedaré con la intriga.
No estoy segura de que quiera que venga.
Que estoy diciendo, por supuesto que quiero que él esté allí, mi otro hermano no puede venir, quiero que la mayor parte de la familia pueda venir a verme.
Familia, papá, mamá, abuela...
Mi abuela no va a poder venir, a ella la hubiese hecho mucha ilusión verme con un vestido, de pequeña casi que no me ponía. Sé que en el lugar que ella esté estará orgullosa de mí.
Una tímida lágrima recorrió mi cara.
Abuela, te echo de menos, estés donde estés quiero que nunca lo olvides.
Dajan no pareció darse cuenta de mis ojos cristalizados.
Tomé aire y me limpié disimuladamente los ojos.
-Dajan, tu tocas la guitarra ¿Verdad?
-Sí, comencé a los diez años ¿Por qué lo preguntas?- Contestó confuso.
-Me gustaría verte tocar algún día, me gusta mucho la música.
Creo que la música es una de las pocas cosas que tenemos en común.
-Sí, lo descubrí cuando te oí cantando a todo pulmón por la calle- Dijo el medio riendo.
Joder, que vergüenza, no se me había pasado por la cabeza la absurda imagen que proporcioné a la gente que pasaba por allí. Entre ellos Dajan.
-Si...-Admití un poco avergonzada.
-Vamos, no pongas esa cara, fue divertido, tienes una voz muy bonita.
-Gracias, supongo- No canto bien, lo sé, cuando canto parece que un cerdito gruñe. Está bien, mal ejemplo. Yo me entiendo.
Cuando llegamos a la casa de mi madre seguimos conversando en el coche.
-Ale, ¿Te puedo preguntar algo?
-Sí, pregúntame lo que quieras.
-¿Por qué estabas llorando hace un rato?
Me ha pillado, pensaba que no me había visto. Le tengo que contestar a la pregunta, aunque es un poco difícil y algo privado para mí. Contarle sobre la muerta de mi abuela no es fácil, o al menos sin derrumbarme.
-Lloraba por la graduación.
-¿No quieres que vaya..
-Si, por supuesto que quiero que estés- Su cara pareció relajarse.- Es sobre alguien e mi familia no va a poder asistir- unas lagrimas se me escaparon de los ojos, no quería llorar, pero con tan solo el recuerdo de las tardes que pasaba con mi abuela provocaban eso.
-No te preocupes Ale, yo estaré contigo. Además ese familiar puede verte en otra ocasión, no te preocupes.
-Ese es el problema, que no podrá venir a verme nunca.- En ese momento parecía un mar de lagrimas.
No dijo nada, simplemente me abrazó, él sabía que en ese momento lo necesitaba, el cariñoso y compasivo abrazo no me tomó por sorpresa.
Intenté hablar para agradecérselo, pero no podía pronunciar ni una sola palabra, por mi boca solo salían pequeños sollozos.
Por cada sollozo que daba Dajan me hundía más en su pecho.
Su pecho es confortable, y sus brazos fuertes logran que me encuentre más segura.
-Gra-Gracias
Esas fueron las únicas palabras que logré decir.
-Ale, no me tienes que agradecer nada, si tienes algún problema o simplemente quieres llorar en un hombro, estoy aquí. Ojalá te hubiese conocido antes...
Levanté la mirada de su pecho y me separé un poco. ¿Conocerme antes?
El había abierto los ojos, parecía que se le iban a salir de las orbitas y cerro la boca. Parece que ha hablado más de la cuenta.
-Dajan, muchas gracias por ayudarme. Aunque acabamos de conocernos para mí ya eres un hermano.
-Gracias, eso significa mucho para mí.
Pasó su pulgar por mis mejillas, retirándome las pocas lagrimas que descansaban sobre ellas.
Ese simple gesto me hizo sonreír y ver que Dajan es un buen chico. Somos familia y eso me hace estar feliz, las familias se construyen a base de confianza, a él y a mí nos falta un largo camino, pero ambos lo conseguiremos.
Continuaba con su pulgar en mi cara, y lo pasó levemente por mis labios húmedos. Se inclino poco a poco, haciendo así que quedara también inmóvil, pero también me estaba inclinando, también me pase la lengua por los labios y los abrí lentamente.
Estábamos cerca, demasiado cerca, nuestras respiraciones se comenzaban a agitar y a mezclarse.
Nuestras frentes se encuentran pegadas, mi cerebro está demasiado ocupado para pensar en otra cosa que no sean sus labios.
El bolsillo trasero de mi pantalón comenzó a vibrar en el momento más oportuno.
Joder, ¿Qué le pasa al destino conmigo? ¿Es que una ya no puede besar a un chico tranquila? Primero Dani y ahora Dajan. ¿El próximo quien va a ser? ¿ El ligón de Logan?
Permanecimos mirándonos a los ojos, el teléfono continuaba sonando de fondo, la tensión entre nosotros había aumentado considerablemente.
Me retiré aun más de Dajan, mi codo choca con la puerta del coche. Dirigí mis manos hacia el maldito cacharro que ha destrozado nuestro momento.
Mi madre me está llamando. Estoy tan confusa y cabreada que no pretendo cogerlo. Lo deje en el lugar del cual lo había tomado. Tome la bolsa entre mis manos. Solo me queda despedirme de Dajan.
-Emm, bueno, gracias por el helado y por traerme.
-Sí, no es nada.
El tono de su voz y la expresión de su cara es intraducible, no sé si está enfadado, desilusionado, arrepentido....
-Adiós Dajan.
-Adiós Alexandra.
Caminé hasta el umbral de mi casa e introduje la llave. Que estábamos a punto de hacer, si mi madre no hubiera llamado ¿Nos habríamos besado? Me siento fatal, al fin y al cabo es besar a un chico, no tiene nada importante ni especial para mí. No me arrepiento, pero me siento culpable ¿Porqué casi beso a Dajan cuando ayer estaba a punto de besarme con Dani?
Dani.
La he vuelto a cagar.
¿Qué diría si se enterara de esto?
Casi beso a mi nuevo hermanastro, es una locura, me siento participe de una telenovela basura de las que ve mi madre.
Cada vez que lo repito en mi mente se me hace más raro y loco.
La diferencia entre esas historias y yo es que al segundo día de conocernos aun no hemos tenido "sexo duro" y mucho menos se me ha declarado.
Esos pensamientos hicieron que mi risa permaneciera desbocada por unos minutos, se me saltaron unas pocas lágrimas y me dolía la barriga tras los pensamientos inoportunos floreciendo en mi mente.
Aun tumbada en el sofá mire el reloj que cuelga sobre la pared de la cocina. Ya eran las 9, a la hora que suele terminar mi madre el turno.
-Donde estará esta mujer.
Había pasado un buen rato, no había rastro de mi madre por ninguna parte. Fui a la cocina con intención de preparar algo medianamente comestible.
Una nota permanecía pegada en la nevera, es la letra de mi madre. Leí la nota apresuradamente.
"Hija, me han llamado del hospital, tengo que cubrir a Raquel mi compañera no ha podido venir, te dejo la cena en el microondas. No me llames para echarme la bronca sobre hacerte la cena, siempre serás mi pequeña bebé. No te acuestes tarde."
La puerta del microondas se iluminó dejando vista al plato con la cena de hoy.
La he repetido mi veces que no hace falta que me haga la cena, pero ella es una cabezota y sigue haciéndolo.
Ya sé de donde saco esa cabezonería.
En fin, de semana pasó rápido. No he recibido noticias de Lucía, he inundado su buzón de voz a llamadas.
Está bien, exageré un poco. Mamá eso también lo he heredado de ti.
No había hecho caso a mi madre, la noche anterior había dormido tarde, me terminé un culebrón ruso en una noche, no entendía nada, pero katiuska está enamoradísima de Boris y el también, aunque no quiere admitirlo.
Me fui al bar estaba completamente sola. Sola del todo no, mi bebida y dos o tres personas haciendo de espectadores.
Un chico atravesó la puerta y se sentó a mi lado.
Era Dani.
Notaba tristeza en sus ojos, no era el mismo. ¿Se habrá enterado de la escena que hemos protagonizado Dajan y yo? Su cara muestra enfado, y sus ojos dicen lo contrario, tiene los puños tan apretados que los nudillos se han tornado blancos.
Dudé sobre el posible estado de Dani, pero no tuve mucho tiempo para asimilarlo. Tomó mi cabeza con sus manos sin previo aviso, acercándola tanto que nuestras narices se chocaban.
Me perdí por completo en sus ojos verdes, verde como un bosque extenso, apuesto que no aguantaríamos mucho más la mirada.
Aproximó sus labios a los míos. Yo los abrí un poco, permitiendo que mi lengua mojara un poco mis labios resecos.
Nuestras respiraciones se agitaban y Dani susurro unas palabras que no pude oír, mi mente las omitía.
Al fin nuestros labios se unieron, no se unieron, se fusionaron. Un beso de desesperación.
De despedida.
No me dio tiempo a descifrar las emociones que eso provoca en mí.
Ring Ring
Dani desapareció y el bar fue sustituido por un aula del instituto. El profesor Williams daba su clase. Un sonido constante sonaba por detrás.
Ring Ring
Me desperté.
Levanté mi cabeza, aun estaba un poco sobresaltada. He besado a Dani.
Alejandra, has besado a Daniel, en un sueño, pero le has besado.
¿Qué puede significar eso? Es mi hermano, mi confidente, mi amigo. Jamás se me ha ocurrido besarle. Estoy muy confundida.
La alarma seguía sonando. Con todo este alboroto ese pequeño detalle es lo de menos.
-Voy a llegar tarde al instituto.
¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Estáis confundidos, es Alexandra llegando tarde a clases.
Estoy segura de que no voy a llegar a la primera clase, no tengo medio de transporte solo me queda correr o esperar media hora para coger el autobús.
Introduje todos los libros en la mochila mientras barajeaba mis posibilidades.
Salí de casa corriendo, no estoy segura de haber cerrado bien la puerta.
No miré si venían coches en los pasos de peatones, lo que provocó que una moto casi me atropellara.
El último, solo quedan unos metros para llegar a mi destino. El semáforo se tornó a verde y pasé orgullosa. Un conductor no se dio cuenta de mi presencia.
Estaba inmóvil en el medio del paso de peatones mientras que el coche sigue aproximándose a mí a una gran velocidad.
La cara del propietario del coche estará igual que la mía. El corazón se me salía del pecho, se me cortó la respiración y los ojos se me abrieron como platos.
Frenó justo a tiempo un suspiro de alivio salió de mi interior.
-¡¡GILIPOLLAS!!
Esas son las únicas palabras que salieron de mi boca.
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