Los meses pasaban, él se esforzaba al entrenar, al correr, al hacer ejercicios físicos, se le veía cansado en esos momentos, pero cuando me veía lo hacía con gracia y estilo.

Él es absolutamente genial.

Actualmente somos unos de los mejores policías de todo Zootopia, por ahora él tiene el sobrenombre de: Ayudante.
Según todos él es mi ayudante, pero hacemos todos el trabajo juntos, al mismo ritmo.

Pero sé que le dejarán de decir así, ya que, en tan sólo dos días es su graduación, por fin será un policía de verdad, ya tiene todo el aprendizaje necesario cómo para servirle a nuestra querida cuidad. Estoy orgullosa de él, estoy orgullosa de Nick.

— ¿Negra o azul? — se decía ante el espejo de nuestra sala. — Judy, cariño, ayúdame. ¿cuál se me vería mejor de estas dos corbatas? — me preguntó alzando los dos accesorios.

Aparté mi vista del celular y observé las corbatas.

— Yo creo que la negra, una corbata azul con un traje azul no se vería muy bien.

— Es verdad, iré al baño — dijo dejando la corbata azul en el mueble.

Desde que vivimos juntos todo es una aventura, ahorramos lo suficiente para comprar nuestra propia casa, no es gigante pero es suficiente, estamos felices.

El mismo día de su graduación es el noveno mes de nuestro noviazgo, pasa rapidísimo el tiempo, hemos vivido muchas cosas los últimos meses, pero todo lo hemos logrado juntos. Pienso llevarlo a cenar después de su celebración, después iríamos al jardín a apreciar las hermosas estrellas que nos presentaría la noche, está todo listo.

Estaba revisando mis redes sociales en cuanto veo una noticia: "Nuevas graduaciones rumbo al empleo de Policía De Zootopia."
Por pura casualidad me metí, leí los nuevos chicos que se harían oficiales, entre ellos Nick, hasta que vi una parte que decía quien daría las placas.
"Judy Hopps"
Ahí decía:
"Judy Hopps"
Ahí decía mi nombre.

Apagué mi celular y me recosté temerosa sobre una almohada, no estaba enterada sobre esto, según yo las entregaría el Jefe Bogo.

— N-Nick, amor — le llamé.

— ¿Sí? — me respondió desde el baño.

— ¿Quién entregará las placas? — pregunté aferrándome a la almohada.

La puerta del baño se abrió dejando ver a un lujoso zorro con traje de policía y corbata negra, uniforme sin placa.

— ¿Eh? Esa vas a ser tu, Hopps.

Esa voy a ser yo, yo voy a entregar las placas, yo voy a pasar a dar un discurso, yo.

— ¡Pensé que iba a ser Bogo! — exclamé temerosa. — No sabía nada sobre esto.

— ¡¿Qué?! Pensé que ya estabas lista — respondió con cierta intriga.

— Pues no...

Esto se pondrá feo.

Rápidamente fui a mi cajón y regresé a donde estaba.

— D-Dime, ¿negra o azul? — le pregunté nerviosa con las dos corbatas en mis patas.

— Oh, rayos.

[...]

Esa noche me puse a escribir todo un discurso en mi celular, tenía sueño, mucho sueño, Nick estaba conmigo acompañándome, dormido a medio sofá, pero acompañándome.

Con toda la educación e inspiración posible, escribía un discurso que su punto era motivar y ser original.

— ¡Ter... Mi... Ne! — exclamé con alegría alzando mi celular, cómo si de un premio se tratase, despertando a un asustado zorro que cayó del sofá.

— Auch, ¿ya está listo? — preguntó mientras se sobaba el cuello.

— ¡Todo listo! — dije con alegría. — Ven, vamos a dormir, zorro perezoso — lo tomé de la garra y caminamos con mucho sueño a la habitación, caí rendida.

[...]

Lunes, ya es lunes, hoy es la graduación, los días se fueron muy rápido, y creo que estoy más nerviosa que Nick.

— Todo estará bien, pequeña Hopps — me dijo Nick mientras tomaba mi pata. — Me alegra que hayamos llegado hasta aquí.

Ahora de dejar el nerviosismo de lado.

— I-Igual yo, hemos recorrido un largo camino, ¿no? Realmente desconozco a nosotros del pasado.

— Hemos evolucionado, Hopps. Hemos cambiado para bien y para estar juntos, todo saldrá bien.

No sabes lo segura que me siento a tu lado, no lo sabes.

Pareciera cómo si una grabadora estuviera dentro de mi, dije todo a la perfección y sin interrupciones, todo fue según lo planeado.

— ¡Nick! — salté y lo abracé. — Usted ya es un Oficial.

El observó mi rostro unos momentos y finalmente me sonrió.

— Sí, lo soy. Ahora podremos tener más misiones en las que nos ayudaremos el uno al otro.

— Tenlo por hecho — y lo abracé más fuerte.

[...]

Estábamos en el restaurante, ya era de noche, el cielo estaba nublado, creo que tendré que cancelar la vista a las estrellas.

— Estuvo delicioso — dijo Nick al terminarse su bebida.

— Me alegra mucho que te haya gustado, realmente quería que todo esto fuera mejor pero...

— Judy esto es genial. Me encanta, es lo mejor — me dijo. — Estamos juntos celebrado nuestro noveno mes de estar juntos, ¿cómo no voy a disfrutar esto?

— Y también estamos celebrando tu graduación, Oficial Wilde.

— Ah, sí, eso también. Pero hoy es nuestro noveno mes y eso es muy especial.

— Te quiero, Nick.

Unimos nuestras frentes, ya que aún no estábamos acostumbrados a darnos besos en público, no es que nos diera miedo ante que dirían los animales, ellos no me importan, sólo importa esto.
La llamada de mis padres se anunció por mi celular, muy felices nos dieron mil felicitaciones, y buenos deseos.

[...]

Después de unas risas y carcajadas en el camino llegamos a nuestro hogar, estábamos cansados, encendí la luz y en cuanto miré hacia la cocina, una extraña y pequeña silueta que acercaba a mí.

— N-n-n-nick — dije tartamudeando.

Aquella cosa se acercaba más y más, yo no lograba ver que era pero me empezó a atemorizar.

— N-N-Nick.

Se preparó para atacar, yo lo sé, esa pose pecho tierra no sea hace por nomás.

— ¡NICK!

Y esa cosa saltó.

— ¡Oh, Finnick! — dijo Nick, mientras agarraba a la criatura en pleno salto.

— ¿Eh?

Nick se acercó a mí, trayendo con sigo a Finnick.

— ¿Finnick? ¡Finnick! ¿qué estás haciendo aquí? Se supone que que tú...

— ¡Soy libre! — el pequeño zorro del desierto comenzó a celebrar mientras era cargado por mi pareja.

— ¿Libre? ¿término tu condena? — le preguntó Nick.

— ¡Sí, que sí! — celebró. — Decidí venir a felicitarlos, loquillos. Nueve meses ya.

— Gracias, Finnick — le sonrío. — ¿Deseas algo de tomar?

El zorro bajó de los brazos de Nick y con nerviosismo se acercó a mí.

— No quiero ser una carga pero... — el de voz grave me miró directamente a los ojos. — ¿Podrías darme un batido de naranja?

— Uh, amigo. El batido de naranja es como el agua natural en esta casa — le respondió Nick a lo que yo aumente mi sonrisa.

Pasamos un rato todos juntos, jugamos, platicamos y sobre todo reímos. Finnick tendrá malos chistes pero su risa es muy contagiosa.

Cuando el reloj apuntó las once de la noche Finnick ya se había ido, dijo que iría a ver su auto, el vive ahí y le gusta.
Nick y yo limpiamos la casa, acomodamos todo y nos fuimos a dormir.

Las luces ya estaban apagadas, nos grillos se escuchaban afuera, todo era muy tranquilo.

— Judy, cariño — me llamó. — ¿Estás despierta?

— Sí, ¿qué sucede? — le respondí.

— No, nada. Sólo tenía esa duda.

— Fue agradable tener la visita de Finnick, me alegra que ya haya salido.

— Sí, hoy fue un gana día — él se volteó a verme, sus ojos parecían linternas en la oscuridad, su brillo verde le lograba iluminar la mitad de su rostro, lo amo tanto — Me alegra que hayamos cumplido esta meta juntos.

— Te dije que lo haríamos — le sonrío.

El se acercó a mí y me abrazó, acercándome a él, olía bien, un olor muy fresco.

— Te amo, Judy.

— Yo también te...

— Te quiero, te adoro — me interrumpe. — Me encantan los momentos que hemos vivido juntos, me gusta todo de ti, tú buen y mal carácter me fascina, me gustas, me encantas, te amo con todo mi corazón.

— ¿Nick? ¿qué te suce...

— Judy — me vuelve a interrumpir.

Guardó silencio, vaya sonrojo.

— ¿Sí, cariño?

— Judy — oculta su rostro en la almohada. — Tu..

No puedo decir nada, mis labios están sellados por la curiosidad e intriga, él decide dejar de ocultar su cara.
Me está mirando, me mira fijamente, esas esmeraldas están viéndome, me quedo congelada.

— Judy... — un ligero sonrojo se forma en sus lindas mejillas. — ¿Quisieras casarte conmigo?

Muero, muero, muero, esto no es real, no me lo creo, estoy soñando.

— Nick... — susurro.

— Me harías infinitamente feliz, ¿quieres? ¿te gustaría? ¿estás de acuerdo con esta petición? ¿quisieras...

— Nick — lo interrumpo.

Él se detiene inmediatamente.

— ¿Sí?

— Lo que menos quiero en este mundo es separarme de ti, alejarme, perderte. Quiero estar contigo toda mi vida.

Puedo ver cómo su sonrojo aumenta, lindo.

— Judy...

— Nick — le sonrío. — ¿Quieres ser mi esposo? ¿eh? ¿qué piensas? ¿te gustaría?

Él parpadea muchas veces, tres, cuatro, vamos detente me dejas con intriga.

— Judy...

Me acerca aún más a él.

— ¿Qué sucede?

Él sólo sonríe.

— Cariño, nos casaremos en dos meses.

Sonrío.

— Perfecto.

FIN

¡HAHAHAHAHA! ¿Creyeron que el capítulo 25 era el final del final? No, no, no, nenes aquí está su Epílogo.

¡Es canon, es canon! Les agradezco de nuevo haber leído esta historia, los quiero mucho muchito ❤️

¡SAYONARA! ❣

31/01/16 - 13/11/16.