Capitulo 25
Allí se encontraba ella, sentada en su lugar, viendo como su compañero pasaba al frente y daba las órdenes, era tan aburrido.
Se tardaba como más de media hora en hablar y otra media hora en dar una actividad a cada unos de los policías.
Al igual que casi toda una semana atrás, a Judy se le era entregado el cargo de patrullar las calles, ya fuera a pie o a automóvil ,de las dos maneras a la Oficial le daba igual, siempre iba sola.
Esta vez se había decidido por ir en automóvil, así que salió de la sala de juntas hacia donde se encontraban los automóviles de la Estación De Policía, los cuales se encontraban en el gran estacionamiento.
— ¡Hey, Judy! ¿te irás en vehículo esta vez? — preguntó Garraza con alegría.
— Sí, nos vemos después — respondió Judy de una manera desinteresada, pareciera como si fuese un robot, eso le preocupaba mucho a su amigo, los últimos días comenzaba a comportarse de esa manera tan seca y fría, sin ninguna pizca alegría.
La coneja estaba abriendo la puerta de salida en cuando Benjamin la llamó.
— ¡Oye, oye! — exclamó acercándose a su amiga. — ¿Qué te sucede? ¿estás enojada? — preguntó Ben con cierta angustia mientras sostenía a Hopps con su garra.
— No tengo nada, debo ir a trabajar — respondió Judy, zafándose de la garra de su amigo. — Nos vemos después — se despidió de manera seria.
— J-Judy... — murmuró el nombre de la Oficial, quien ya había cruzado aquellas puertas de cristal.
Con mala gana ,Judy se subió al automóvil de policía, se pasó su pata bruscamente por su cara y prendió el auto.
El lujoso vehículo 4x4 avanzó a toda velocidad, patrullando las áreas cercanas del centro de Zootopia, cada vez iba aumentando su avance, haciendo que varios de los animales se exaltaran de la impresión, otros se quitaban velozmente de su camino al no querer ser atropellados.
La coneja no dejaba de acelerar, hundida una vez más en sus pensamientos, Judy no prestaba atención, provocando que algunos habitantes le gritaran cosas como: ¡¿qué es lo que haces, coneja tonta?! ¡cuidado! ¡vas muy rápido, torpe coneja!
Ella simplemente no prestaba atención, le dolía todo, quería escapar, y no tenía a donde huir.
— ¡FÍJATE POR DONDE VAS!
— ¡CUIDADO!
— ¡OYE!
— ¡C-CUIDADO C-CON EL EDIFICIO!
Y ahí fue cuando Judy reaccionó.
— ¿Eh? — alzó su mirada al distinguir cómo un edificio color amarillo se aproximaba al coche, incluyéndola a ella.
[...]
— ¿Y cómo van con el plan? — habló la voz que se encontraba en el teléfono.
— De maravilla, todo va tal cómo lo planeamos.
— ¿Ah, sí? ¿qué tanto?
— Tanto que creo que esta tarde ya la tendremos detrás de las rejas.
Y un silencio satisfactorio se presentó en la línea telefónica.
— Perfecto.
Ambos colgaron, uno de ellos se escondió aún más, tratando de que el animal que se encontraba ante su vista no lo viera.
— Prepárense muchachos y cebra, este día la tendremos.
[...]
Unas luces azul y rojo iluminaban a la pobre coneja herida, el incesante sonido de ambulancia comenzaba a darle dolor de cabeza, tanto que ella colocó su patita en su frente.
— ¡No, no, no! Por favor Señorita Hopps, no se toque la herida, todo estará bien en un segundo — le dijo una alarmada enfermera gacela que quitaba delicadamente la pata de la frente.
Judy no entendía nada, volteaba de lado a lado, intentando distinguir algo familiar, pero sólo lograba ver un vehículo todo destruido y un edificio con daños menores.
No sabía que estaba pasando, ella trataba de acomodar todo en su cabeza, lo cual no le daba ningún resultado, volvió a dirigir a mirada hacia el edificio, notando que este no tenía ningún rastro de sangre.
Al volver a mirar donde se encontraba ella, se comenzó a sentir cansada, hasta que vio como un doctor retiraba una jeringa de su brazo, lentamente fue cerrando los ojos dejando de pensar inmediatamente en lo que estaba sucediendo.
[...]
— ¿Judy?
— ¡¿Judy?!
La oficial con mucha lentitud abrió sus ojos, su mirar se encontró con una luz demasiado luminosa, comenzaba a molestarla por lo que hizo un gesto de desagrado, que causó que alguien moviera la luz de al parecer una lámpara.
— ¿Judy? — volvió a pronunciar esa voz, esta vez Judy decidió buscar con la mirada de dónde venía ese sonido.
Una sombra se fue enfocado en su campo visual dejando ver a un preocupado guepardo a su lado.
— ¿B-Benjamin? — la coneja se pasó la pata por todo el rostro. — ¿Qué rayos pasó?
Las pequeñas orejas del felino se alzaron en señal de asombro, le puso muy feliz ver a su amiga despierta de nuevo.
— Oh, por todas las donas — el guepardo suspiró. — Me alegro de que por fin hayas despertado, pensé que... No, no, no, olvídalo, tienes el sueño pesado, ¿no es así?
— ¿Q-Qué ocurrió?
Benjamin apretó sus labios, dejándolos en una línea recta, rechazaba la idea de decir alguna palabra pero al paso de unos cuantos segundos decidió hablar.
— Accidente automovilístico — apartó la mirada. — El automóvil se estrelló contra un edificio.
— ¿Quién fue el causante?
El felino volvió a guardar silencio, dejando que Judy sacara sus conclusiones.
— ¿F-Fui yo? — sus ojitos muy abiertos se clavaron en el animal que se encontraba al lado de ella.
— Todos sabemos que no lo hiciste con la intención de dañar el edificio, y menos a ti misma — contestó con un tono levemente de tristeza.
Judy bajó sus orejas, sus ojos bajaron a ver el reluciente piso e hizo una mueca.
— No cuentes con eso último.
— ¡Oh, vamos! No puedes seguir así, te lo he dicho varias veces.
— Ya no quiero esto, Ben. No soporto más. — sus párpados cayeron, ocultando cómo se cristalizaba su interior.
— Judy, yo sé que saldrás de esta, hasta podría prometértelo.
La oficial dio un largo suspiro, se quitó las sabanas que tenía encima y se sentó en el borde de la cama.
— No entiendo cómo puedes creer en mí, yo ni siquiera me creo.
— ¡Porque eres tú! La primera coneja en ser policía. Haz hecho lo que muchos creían imposible, eres un ejemplo. Sé que una situación no te hará caer ¡tú puedes con esto! ¡estarás bien! — respondió el guepardo.
— ¡No puedo! ¡no tengo ninguna meta por alcanzar, ni vale la pena luchar por una! ¡NO QUIERO VIVIR DE ESTA MANERA! — exclamó con lágrimas corriendo por sus mejillas cual cascadas. — ¡ESTOY CANSADA DE TODO ESTO!
— Oh, vamos. Sé que los conejos son sentimentales pero no hay porque enloquecer, pequeña Hopps.
Toda la habitación quedó en silencio, la nariz de la oficial se movía sin detenerse, sus ojos morados mostraban intriga, sorpresa, una pizca de esperanza. Estaba inmóvil. Con mucha lentitud alzó sus orejas, ella quería percibir de donde provenía aquella voz tan familiar y salvadora.
Tan relajarte ,una simple palabra podía salvarla de ahogarse en la depresión, sacarla de aquellas oscura aura, rescatarla de la necesitad, de la angustia, de la desesperación.
Di algo, sólo algo, algo que me ayude a saber que estás aquí.
— Terminar una misión, encerrar a alguien tras las rejas, más el recorrido que tuve que soportar con la música del Jefe Bogo a todo volumen cansa demasiado. Y pensé que llegando aquí podría recuperar energía, pero en vez de eso te encuentro a ti llorando, ¿no crees que merezco una mejor bienvenida a mi nuevo empleo? — agregó la voz que se encontraba metros atrás ella.
Gracias.
Gracias, gracias, gracias.
Las lágrimas no dejaban de salir, los suspiros llenos de emoción no pensaron quedarse atrapados dentro de la coneja, colocó sus patitas sobre su boquita.
Lentamente se levantó, en un movimiento rápido se dio la vuelta y sin pensarlo más, abrió sus hermosos ojos, un brillo se hizo presente en ellos.
Ahí está él.
Esa figura que se mantenía recargada en la puerta, con un café en su garra derecha, un traje azul, un traje policía.
— ...Nick — susurró Judy.
El zorro se quitó sus lentes de sol y los dejó doblados en el cuello de su nueva camiseta.
— ¿Tan sentimental estas? — sonrió. — ¿Qué hubiera pasado si hubiera desaparecido un año, eh?
La coneja sólo se quedó parada, quieta, firme al igual que una estatua, sorprendida, contenta, emocionada, ilusionada, y sobre todo confundida.
Sin aviso alguno, el poseedor de ojos color a esmeralda tomó un sorbo de su delicioso café, saboreó un poco, lo dejó en el piso limpio, metió sus garras en los bolsillos, dio un gran y largo suspiro, un suspiro lleno de satisfacción.
La sonrisa que decoraba su brillante rostro se hizo aún más grande.
No apartaba la mirada de ella.
Tras observar detenidamente la situación unas cuantas carcajadas salieron de su hocico.
— Hopps.
La nombrada alzó la mirada que momentos antes había bajado al suelo para reflexionar.
Él extendió sus brazos, mucho, tanto que le dolió un poquito el hombro.
— Ven y abrázame, cariño.
Asombroso, inesperado e sonrojado es la manera en la que se encontraba el rostro de Judy, sus patitas no abandonaban su boca, se rehusaban a dejarla de ocultar.
— Nick... — volvió a susurrar.
El sólo cerró sus ojos, sin borrar aquella encantadora sonrisa que presentaba.
— ¡Nick! — exclamó con emoción cuando se lanzó hacia él, recibiendo un cálido, amado y añorado abrazo.
Por fin, por fin esos brazos la rodeaban, por fin ese familiar calor estaba presente, nada los separaba, ni la distancia, ni la sociedad, ni una fría reja, nada, absolutamente nada.
Al diablo con las rejas.
Apretándolo fuertemente le dijo:
— Te extrañé, Wilde.
Y se aferró aún más a él.
— Y yo a ti, mi querida Hopps.
[...]
— ¡Soy inocente, no tengo ninguna razón por la cual estar aquí! — gritó ella.
— Sí, sí, sí, dile eso a tus millones ganados ilegalmente.
Y le cerró la celda.
— Ahora esta buscada ladrona se encuentra tras las rejas, después de mucho tiempo por fin tendrá su merecido. Nos vemos en el noticiero de la noche, buena tarde — se despidió la noticiera que era una divina leopardo de las nieves.
Toda la sala fue llenada de aplausos por parte de todo el personal de la Estación De Policía De Zootopia, estaban celebrando el gran triunfo que esperaban desde hace mucho tiempo atrás.
El botón de apagar fue pulsado, apagando el aparato electrónico.
— Muy bien, muy bien, está victoria se llevó a cabo gracias a todos nuestros miembros de grupo, hemos perseguido a esa zorra albina por meses y creo poder decir años — dijo el Jefe de la Estación. — Debo decirles que me siento muy orgulloso de todos ustedes — agregó con su típico noto serio. — Esta comida es su recompensa por todo el esfuerzo que se dio en todo esto, además, es una celebración por nuestro nuevo integrante — terminó señalando a Nick. — Quien fue de gran ayuda, y presentó que tenía todas las características que un buen policía tendría, así que, bienvenido a tu nuevo empleo, Wilde.
El zorro sonrió complacido.
— Muchas gracias, jefe.
— Nicholas Wilde estará bajo en encargo de la oficial Judy Hopps, ella le enseñara todo lo que sabe al rededor de nueve meses, al terminar ese lapso de tiempo él será graduado con honores al cargo de policía oficial, siendo compañero de nuestra coneja policía — el Jefe bogo se veía feliz por tales acontecimientos.
Esas palabras hicieron que Judy se pasara un bocado de pastel muy rápido, casi causándole un mareo.
— ¿Yo?
— Sí, usted y el señor Wilde tienen tiempo conociéndose, sería de mucha ayuda que el nuevo oficial se sintiera en confianza al empezar a entrenar como un gran policía, ¿está de acuerdo en esto, Oficial Hopps?
— Yo...
La coneja volteó a ver al zorro disimuladamente que se reía con unos de sus compañeros, se le notaba feliz.
— Sí — sonrió. — Estoy de acuerdo.
El rato pasó, todos los integrantes de la Estación De Policía se reían a carcajadas, contándose chistes o experiencias, la celebración era una maravilla, pero, aún había algo que Judy no entendía.
— ¿Y cómo fue que Nick fue a ayudar a la misión si se encontraba internado en el hospital?
— Oh, eso. Pues verás...
— ¡Hola, lamento llegar tarde, traje unos cuantos sándwiches hechos por mí y bebida de naranja! — exclamó animada, ente una voz femenina.
Todos los presentes voltearon a ver la puerta que se mantenía abierta por la nueva especie en la sala.
— Oh, al fin llega. Pensé que no se presentaría.
— ¿Bromea? ¡no me perdería esto por nada! Además, quería ver cómo se encontraba el señor Wilde, quiero revisar que se mantenga en un buen estado, ya que... — la criatura dejó de hablar al ver a Judy. — ¡Oficial Hopps!
— ¿Enfermera? — preguntó la coneja al ver a la cebra.
— Oh, sí. Tenía muchas cosas que decirle, Oficial — dijo la rayada.
— Sí, le estaba por decir a la Oficial Hopps cómo fue que el Oficial Wilde nos ayudó con el caso — respondió el Jefe Bogo.
— ¡Muy bien!
[...]
— Y el día en el que él Oficial Wilde fue lesionado por el automóvil, momentos antes él había hablado con la albina, y cuando estaba aceptando su delito la grabó en su celular y nos lo mandó por correo en modo denuncia — el Jefe contaba todo los sucedido. — Cuando supimos que ya estaba lo suficientemente bien como para ayudarnos, fuimos por él al hospital, pero como no estaba bien del todo la amable enfermera aceptó acompañarnos, vigilando que Wilde no se fuera lastimar más. Y así fue todo, atrapamos a la criminal.
— Wow — dijo Judy con asombro. — Creo que no estaba enterada de todo esto.
— Sí, lo sabíamos perfectamente, Oficial Hopps — continuó Bogo. — El Oficial Benjamin estaba al tanto del caso a través de llamadas, hizo un gran trabajo al no contarle nada a usted, ya que, se encontraba demasiado débil.
— Te dije que todo se arreglaría, Judy — le dijo sonriente Benjamin.
— Sí, debí haberte hecho más caso, Ben. Gracias — Judy se acercó a su amigo para abrazarlo.
— Estoy muy feliz de estar aquí, aunque siento que tantos deberes me harán mal — dijo Nick mientras se recargaba en la silla.
— No te preocupes, Nick. Haremos todo juntos, seremos imparables — Judy se acercó al zorro después de abrazar al felino. — Haremos de Zootopia un lugar mejor.
El de pelaje naranja sólo sonrió.
— Claro que sí, pequeña Hopps.
[...]
El motor del automóvil fue encendido, con Judy conduciendo y Nick e copiloto.
— Wow, estoy lleno. Pero debo admitirlo, fue delicioso — comentó el de ojos esmeralda.
— Sabes... Me alegra que estés aquí — dijo Judy.
— A mí también, Judy — el zorro la volteó a ver. — Hice mucho por estar de nuevo contigo — Nick tomó la suave patita de su amiga. — No pienso volverme a separar de ti nunca más.
La coneja no sabía qué decir, todo era tan perfecto, ya no había sufrimiento alguno.
— Ya verás que seremos la mejor pareja policial de todo Zootopia, seremos muy unidos, Nick — ella sonrió.
— ¿Y porque no ser la mejor pareja policial del continente?
— ¡Lo seremos! — contestó animadamente Judy.
— ¿Y porque no ser la mejor pareja policial del mundo?
— ¡Lo seremos! — contestó de nuevo.
— ¿Y porque no ser la mejor pareja de todos los tiempos?
— ¡Lo seremo... — la Oficial pensó la pregunta. — ¡Oye!
El zorro sólo comenzó a reír.
— Me encanta estar contigo, Judy.
— No sé si puedo decirlo mismo.
— Oh, vamos. Sabes muy bien que me quieres, no llegué hasta aquí para que me dejes como amigo, Hopps — dijo Nick con cierta burla.
— ¿Y quién dice que te dejé cómo amigo?
— ¿Eh? ¿entonces?
La coneja besó la mejilla del zorro, dejándolo completamente impresionado.
— Eso Quiere decir...
— Bienvenido a Zootopia, Oficial Nick Wilde — Judy comenzó a conducir. — Prepárese para hacer de un mundo mejor — dijo al tener las garras las volante. — Y para ser la mejor pareja del universo con su acompañante Judy Hopps.
Nick veía con una sonrisa a su pareja.
— Te quiero, Judy.
— Te amo, Nick.
— ¡Wow! ¡te amo, Judy! — exclamó.
— Oye, pero no te emociones, ladrón — dijo la coneja entre risas.
— Soy el ladrón que robó tu corazón.
— Ya te pusiste cursi mejor ponte a ver el paisaje — dijo Judy con un leve rubor en sus mejillas.
Nick simplemente se calmó y se acomodó en su asiento.
— ¿Cómo pudo ser que me haya enamorado de un zorro, y sobre todo de un ladrón? — preguntó con burla la Oficial.
— Dime, ¿soy un simple ladrón para ti? — Nick sólo la miró.
— ¿Simple ladrón? Claro que no, te amo.
— Eso es lo quería escuchar. Vamos, Judy. El día aún es joven y tenemos que supervisar todo Zootopia — dijo animado Nick.
— ¡Vamos!
Todo el tiempo que perdieron, todo el tiempo en el que ocultaron su cariño, fue liberado en los momentos donde por fin podían estar juntos.
FIN
¡Muchas, muchas, muchas, muchas gracias por leer esta historia!
¡Les estoy muy agradecida por poder soportarme, por esperar cada capítulo, por sus votos, por sus comentarios, por estar ahí, por todo!
¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!
¡ARRIBA EL NICUDY, AHRE! ❤️
¡Gracias, sí el destino quiere tal vez nos leeremos en otra historia! ( ͡° ͜ʖ ͡°)
¡SAYONARA! ❣
11/11/16
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