Capitulo 14
Cuando toda la familia Hopps estaba lista pusieron rumbo a las lejanías de "BunnyBurrow", donde se encontraban unos bellos y pacíficos montes, repletos de ríos y bellas praderas, un muy buen sitio para reunirse.
— ¿Puedo ir con ustedes? — preguntó la pequeña coneja ojos verdes.
— Sí... Judy, ¿no importa si se va sobre tus patas? — le preguntó Bonnie a su hija.
— Oh, claro, ven aquí — respondió Judy.
Los conejos se habían repartido los autos para dirigirse a los montes, grupos de varios integrantes se irían juntos, pero cómo Stu, Bonnie, Judy, y la pequeña se irían en la camioneta azul sólo cabían cuatro.
— Desearía que mamá hubiera hecho ensalada de frutas... — dijo la conejita.
— Pues tu deseo se cumplió, hice mucha ensalada de frutas — respondió la madre mientras se colocaba en el asiento del copiloto.
— ¡Yay! — exclama la pequeña.
Los automóviles comenzaron a moverse, este sería un viaje largo.
[...]
— ¿Ya llegamos? — repitió por milésima vez.
— No, aun no — contestó su padre.
Con molestia, la conejita se recargó en la ventana.
— Judy, ¿al llegar podrías ir a conseguir algunas flores? — preguntó Bonnie. — Quiero ponerlas de centro de mesa.
— ¡Claro!
[...]
— ¡¿Ya llegamos?! — la cordura de la pequeña conejita estaba por desaparecer inmediatamente.
— ¡No! ¡te he dicho que no! Espera... Sí, ya llegamos — respondió Stu.
— ¡SÍ! ¡AL FIN! — exclamó al alzar los brazos en señal de victoria.
— Dejaré la camioneta debajo del árbol para que le de sombra — estaciona el auto, lo cual también hicieron los demás autos que había guiado. — ¡Listo! Ahora debemos bajar las cosas — comentó Stu al abrir la puerta, y salir de la camioneta.
— Iré a buscar las flores — Judy abrió su puerta, y sale también de la camioneta. — Bueno iremos,¿puede acompañarme? — le toma de la mano a su hermanita.
— Oh bueno, compórtate pequeña y ayuda bien a tu hermana mayor — le ordenó Bonnie a su hija pequeña.
— ¡Sí, sí, sí! ¡vamos, Judy!
— Volvemos en un rato — dijo la hermana mayor para después comenzar a adentrarse al pequeño bosque junto a su hermana menor.
Las hojas de los árboles se movían de lado a lado, la brisa era cálida, se escuchaba un pequeño lago a lo lejos, el pasto húmedo, y frío para el tacto. El cantar de los pájaros ambientaba el lugar, y los pequeños rayos de luz que intentaban iluminar por completo el lugar los tapaba las ramas de los altos robles.
— ¿De qué color estaría bien llevar las flores? — preguntó Judy.
— ¡Blancas!
— Buena idea, hay que buscar unas "Hydrangeas", ¿te parece? — propuso la Oficial usando el lenguaje que había aprendido de pequeña.
— ¡Sí! Se verían muy lindas cómo adorno de mesa.
— ¡Genial! Vamos a buscarlas.
Las dos hermanas se adentraron cada vez más al bosque, encontrar "Hydrangeas" es muy tardado, ya que no es común que florezcan por estos lugares pero sabiendo en donde buscar seria sencillo obtenerlas.
Sin darse cuenta el tiempo fue avanzando, la búsqueda de esas flores ya se había tardado demasiado, puede que ya todos hayan llegado, y ellas seguían buscando el adorno de mesa, Judy perdía la paciencia.
— Creo que no las encontraremos, además, ya es hora de volver, y... — al darse vuelta se dio cuenta de que estaba hablando sola. — ¡¿E-Eh?! — una gran alteración comenzaba a nacer en su pecho, no podía creer que hubiera perdido a su hermana. — ¡Oh no! ¡¿donde se quedó?! — el pánico comenzaba a invadirla, y las ganas de salir corriendo aparecían.
— ¡Judy! — le habla del otro lado del árbol. — ¡las encontré! — la conejita alzó el ramo mostrándoselas, el tronco del árbol tenía un gran hueco en el cual crecían varias "Hydrangeas" su color blanco sobresalía de aquel húmedo lugar oscuro.
— Oh, ahí estas — comentó la coneja al acercarse a su hermanita. — Me diste un buen susto... — suspira.
Se ríe. — Perdóname. Bueno, ahora hay que cortar las necesarias — dijo cargando un montón de flores.
— Deja te ayudo con eso — toma la mayor parte de la carga. — Creo que con estas son suficientes, ahora podemos volver.
— ¡Sí, vamos!
El regreso estuvo lleno de risas, y comentarios chistosos, verían a la mayoría de sus tíos, tías, primos, y primas, incluso sobrinos. Cuando su campo visual las dejó apreciar a las lejanías unas cuantas mesas cubiertas de mantas y varios conejos caminado de un lado a otro, supieron que habían llegado, dándole un gran alivio a Judy, pues en algún momento pensó que había perdido el camino de regreso.
— ¡Que bien, llegamos! — dijo la menor al mismo tiempo que dio un gran salto.
— Sí, al parecer aún faltan por llegar conejos.
— Eso creo. ¡Oh! ¡mira! Es el tío Terry — apunta a una camioneta que recién acababa de estacionarse sobre el fresco pasto verde.
— Es verdad, entreguemos esto a mamá y vamos a saludarlo — propuso.
— ¡Sí!
Al llegar a donde se encontraba Bonnie, Judy le tocó el hombro.
— ¡Listo, madre! Conseguimos estas flores.
— Y las escogimos de color blanco, son "Hydrangeas" — agregó la pequeña.
— ¡Wow! Son hermosas, bien hecho. ¿Podrían dejarlas por aquí? Les diré a los demás que las coloquen en las mesas — dijo Bonnie.
Dejaron las flores en la mesa, y se sacudieron las patas.
— Por cierto, el tío Terry llegó.
— Que bueno, pensé que no iba a llegar — contestó la mamá.
Las hermanas se acercaron a su tío, tenían mucho tiempo sin verlo, y era emocionante ponerse al corriente con él.
— ¡Tío Terry! — exclamó y alzó la mano en señal de saludo, llamando la atención del ya nombrado.
— ¡Oh! ¡Judy! — el tío se acerca y la abraza. — ¡Cuánto tiempo, muchachita!
— Sí, fueron casi años.
— ¡Oh! ¡hola, pequeñita! — dijo separándose de Judy, y tomando la mano de la conejita.
— ¡Hola, Tío Terry! — corresponde al saludo.
— Me contaron que lograste entrar al Departamento De Policía De Zootopia, ¿es verdad? — el conejo mayor le preguntó a Judy.
— Sí, así es. Me dieron un aumento, y ahora estoy en descanso.
— Que alegría. Recuerdo cuando te ponías un sombrerito y tu placa de papel, jugando a ser policía, haz llegado muy lejos, felicidades.
— Muchas gracias, tío.
La platica estaba por ir a largo pero un montón de conejitos se abalanzaron sobre el Tío Terry.
— ¡Tío Terry! ¡hola! — exclamaban los pequeños.
— ¡Hola, bolas de algodón! — saludó el adulto.
— ¡Nos alegra mucho verte! — dijeron en coro.
— A mi igual. ¡oigan! — llamó su atención. — ¿quieren que les cuente la historia de cómo me volví salvaje al comer una "Midnicampum holicithia"? — preguntó Terry.
— ¡SÍ! — respondieron con emoción.
— ¡Andando! Vamos a tomar asiento, que esta historia es larga — dijo tratando de avanzar hacia donde se encontraban los demás para narrar la conocida historia.
Al ver que sus hermanos, y el tío Terry se habían alejado, la pequeñita habló.
— ¿Por qué siempre que lo vemos nos tiene que contar la misma historia?
— Él piensa que es divertido — Judy se encoge de hombros.
[...]
Todos los conejos que se encontraban en el evento estaban llenos, y satisfechos por las delicias cocinadas por Bonnie, ahora se encontraban reposando sentados en cualquier lado, mientras atentamente escuchaban la entretenida historia del tío Terry.
— Y sin temor alguno me tragué la "Midnicampum", toda completa. Al principio no sentí nada, no había efecto alguno, o eso pensaba, ¡de repente! — alzó sus manos. — Comencé a ver todo mi alrededor de color diferente, sentí un fuerte dolor de cabeza y de un momento a otro perdí la memoria... — la dramatización que el conejo le daba a su historia causaba mucha emoción para los pequeñines. — Dicen que me convertí en un Salvaje, que hice muchos destrozos en varios cultivos, y que mordí a mi hermana Bonnie.
— Y dolió mucho — añadió Bonnie.
— Pero al final de todo, pude volver a la normalidad, tuvieron que atarme de patas y garras, para darme otra "Midnicampum"
— ¡Wow! — exclamaron los conejitos.
— Es una gran historia Señor Terry aunque yo tengo una mejor — comentó un conejo. El Señor Hackles era otro líder de familia, que al igual que los Hopps, cultivaba sus propios vegetales. Un día hubo un concurso en "BunnyBurrow" en el cual la zanahoria más grande ganaría un premio, Stu Hopps participó pensando que ganaría pero no fue así, el Señor Hackles se llevó el premio, desde entonces un poco de rivalidad se encuentra entre esos dos.
— ¡Wow! — exclamaron con asombro los pequeños. — ¡Cuéntela, Señor Hackles! — le gritaron ansiosos.
— Muy bien, esta historia trata sobre cómo fue que yo gané el premio del mayor concurso de "BunnyBurrow", y su padre no — con una sonrisa ladina, el conejo volteó a ver a Stu.
— Hackles... — dijo Stu entre dientes.
— Todo comenzó una mañana de primavera... — comenzó a narrar el conejo.
— Oye, Judy... ¿Quién invito al Señor Hackles? — dijo la pequeña coneja en voz baja.
— Supongo que Mamá, ya que Papá no se lleva muy bien con él — le respondió mientras el conejo contaba su historia.
— Papá se pone celoso cuando Hackles se acerca a Mamá — susurró con gracia la conejita.
— En eso tienes razón — se ríe.
[...]
El sol había caído, el cielo estrellado comenzaba a tomar fuerza, y la llamativa luna se alzaba.
Los Hopps subían todo de vuelta a los autos, todos los invitados se habían ido, el evento finalizó con risas, y uno que otro baile.
Al terminar de subir todo, y recoger la basura, todos se prepararon para comenzar el viaje de regreso a casa. Judy ya estaba arriba de la camioneta, con su hermanita en brazos del dios Morfeo, y encima de ella, sería un viaje largo e incomodo, ya que una de sus patitas lastimaba la costilla de Judy pero ella trataba de ignorarlo, no quería despertarla.
Stu y Bonnie se la pasaron recordando cada diminuto momento de la fiesta, al parecer se divirtieron mucho, sus risas podían oírse a kilómetros, cosa que a Judy le incomodaba, pues estaba muy cansada, y quería dormir, no tenía de otra que recargarse en la ventana para disfrutar el paisaje nocturno.
Mientras que Judy contemplaba el paisaje, los pensamientos fueron su entretenimiento.
Esto no se parece nada a Zootopia... ¿Cómo estarán en la Estación de Policía? ¿necesitarán mi ayuda?.
Esas preguntas daban vueltas una y otra vez por su cabeza, por ahora, ya que en todo el día no había pensado sobre ese tema.
Tanto pensó en ellas que no se dio cuenta cuándo se quedó dormida, fue un día largo y alegre, ahora era tiempo de descansar.
— - — - —
¡Holangas!
En momentos identificó a mi familia con los Hopps, no sé por qué.
Me divierte la relación entre Stu y el Señor Hackles,
Esta muy basada en la relación del Papá de Timmy y el Señor Dinkelberg 😂
¡20k leídas!
Muchas graciaaaaas, están en mi heart todo conmovido ❤️
Sayonara ❤️
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