— Arribando Estación de "Bunnyburrow" esperemos hayan tenido un buen viaje — a travez de las bocinas se escuchó al conductor.

Judy con alegría se quitó los audífonos, los guardó y tomó su maleta. Al salir del tren no había nadie, cosa que sorprendió a la coneja, se suponía que su familia estaría ahí para recibirla pero no se encontraba ni un alma.

— ¿Hola? — avanzó hacia los adentros de la estación. — ¿Mamá? ¿Papá? — alzó sus orejas en busca de una respuesta, pero nadie contestó.

Se entristeció por un momento pero todo cambio cuando alcanzó a ver unas pequeñas y esponjadas orejas escondidas tras un arbusto, después fueron cuatro, seis, ocho, y más cada vez más, unas más pequeñas que otras.

Se ríe y deja su maleta en el suelo. — Chicos ya los vi.

Al decir eso inmediatamente unas pequeñas bolas de pelo corrieron hacia Judy, eran sus pequeños hermanitos, unos la abrazaban, otros brincaban, algunos traían globos en forma de zanahoria, y hasta trían letreros que decían: "Bienvenida, Judy","Te amamos, Judy", o "Eres genial, Judy, bienvenida a casa"; esos detalles llenaban de alegría el corazón de la coneja policía.

— Aww, cómo los extrañe. Han crecido mucho ¡Oh! ¿para mí? — dijo al recibir un hermoso globo. — ¡Los quiero mucho! — los conejitos hablaban y hablaban.

— ¡Judy! — su madre se acerca a ella.

— ¡Mamá! — los pequeños abrieron paso para que madre e hija se pudieran abrazar.

— Que alegría volver a verte. ¡Mírate! Cada vez más bonita. Oh, querida te extrañe muchísimo — le dijo a su hija mientras le daba el cálido abrazo.

— Me alegra mucho estar de vuelta...

— ¡Judy! — dijo alegremente su padre y se unió al abrazo haciendo que fuera más fuerte.

— ¡Papá! ...q-que gusto verte — tartamudeó por salta de aire.

Su madre se separó. — ¡Stu! ¡la asfixias! — exclamó.

— ¡Oh! — la suelta. — Lo lamento, Judy. ¿Disfrutaste el viaje en tren? — preguntó su padre.

— Claro que sí. Las ansias por volverlos a ver me comían viva.

— Espero que hayas dormido bien, porque tenemos un largo día planeado — dijo alegremente.

— Sí, pero ahora debemos llevar tus cosas a la casa, y dejar que reposes un rato. Después de comer empezara toda la diversión — agregó Stu mientras carga la maleta de Judy.

Toda la familia Hopps comenzó a caminar hacia su hogar.

— ¡Judy! — le habló una voz aguda.

— ¿Huh? — se voltea.

— ¡Judy! — la abraza una pequeña conejita con vestido.

— ¡Hola! — la carga. — ¡Te extrañe muchísimo! — le da un enorme beso en la frente.

— ¡Yo te extrañe más! —abraza a Judy por el cuello.

No se trataba de una hermana cualquiera, si no que era su hermanita "preferida" o era con la que más convivía, y más amor tenía. Ella fue la que se acercó y se quedo atrás de Bonnie y Stu al despedir a Judy cuando apenas iba a mudarse a Zootopia.

— ¿Aun tienes el fondo de pantalla sobre nosotras dos? — le preguntó la pequeña a su hermana mayor.

— ¡Pero claro que sí! — saca su celular y le muestra la imagen.

— ¡Yay! No lo haz cambiado — celebró la conejita.

— No, no lo hice. La deje porque quería recordarte cada vez que prendiera mi celular — explicó Judy con cariño.

— Ojalá yo tuviera uno... ¡Tendría un montón de fotos sobre nosotras!

Se ríe. — ¡Vamos! Tenemos todo un fin de semana para estar juntas — dijo para después acelerar el paso.

[...]

Después de que los Hopps comieran, Judy le ofreció su ayuda a Bonnie para recoger la mesa, la cual gustosa aceptó. Ellas dos junto a unos cuatro pequeños conejitos más quitaron la mesa, y lavaron los platos. Al terminar, Bonnie le comentó a Judy que mañana era el aniversario de bodas y tenían planeado ir de día de campo a unos montes que estaban al otro lado de las madrigueras, todo la familia Hopps asistirá, también irían los tíos de Judy, sus primos y hasta sus nuevos sobrinos, así que le quería pedir que si podría ayudarla a cuidar a sus hermanos en el paseo, ella le contestó que sí.

Bonnie se retiró a hacer algunos preparativos para el viaje de mañana, dejando a Judy rodeada de sus hermanos que quieran saber sobre su vida como policía.

— ¡Judy! ¿podrías contarnos tus aventuras? — le preguntó su hermanita preferida.

— ¡Oh, Claro! — toma asiento. — ¿Por dónde debería empezar? — se cuestionó.

— ¡Ser policía debe ser genial! Puedes hacer lo que quieras, dar ordenes. ¡Puedes cargar armas! — exclamó un conejito.

— No es "hacer lo que quieras." Es cuidar de los demás. ¡Y hacer de este mundo un lugar mejor! — dijo entusiasmada.

— ¡Sí! — contestaron todos los conejitos alegremente.

Así fue la tarde de Judy, la hermana mayor le contaba sus aventuras cómo policía a sus hermanitos pequeños, los cuales asombrados escuchaban.

[...]

Al caer la noche, la familia Hopps cenó una deliciosa comida hecha por Bonnie, se le daba muy bien el cocinar, no como a Judy que con suerte sabe preparar cereal, simplemente no lo heredó.

La hora de dormir había llegado, la mayoría de los conejitos que estaban viendo la TV en la sala empezaron a bostezar, y por su propia cuenta se iban a su habitación para descansar. Los que querían desvelarse sólo se quedaban allí sentados, para suerte de los pequeños mañana era sábado, podían levantarse tarde.

En la TV pasaban un programa para pequeños, Judy no tenía otra opción mas que "Disfrutar" el programa, ya que los conejitos habían ganado el control remoto. La coneja policía se encontraba sentada en el sofá mientras que los pequeños estaban sentados en el suelo, ya que querían una vista más cercana al televisor.

— Uff, al fin terminé los bocadillos para mañana — se sienta al lado de Judy.

— Será divertido estar con toda la familia. Extrañaba mucho las salidas.

— Disfrutaras el día. Ahora, cuéntame como te va en la gran Zootopia — dijo para ponerse al corriente de su hija.

— Todo va bien, ya tengo muchas amistades, le di mi toque personal al departamento. ¡Todo está de maravilla! — le explicó.

— Me alegra eso Judy. Dime, ¿qué pasó con lo del prisionero?

Todo había sido perfecto, en toda su visita no había pensado en él, hasta ahora.

— ¡¿E-Eh?!

— Me comentaste que cuidarías a alguien, por cierto, ¿te pagaron?

— Claro, el dinero lo traigo en la maleta.

— Te lo mereces, cariño — le sonríe. — ¿ya terminaste de cuidarlo?

— S-Sí, terminé ayer.

— Nunca me comentaste que especie era — recordó su madre.

Por alguna extraña razón ahora no le asustó eso, daba igual ya que no lo cuidaría más, aunque le hubiera gustado que las cosas hubieran sido diferentes pero ella las había hecho de esa forma, no se fue de una manera alegre.

— Realmente no importa, pude controlar la situación, se puede decir que en todo ese tiempo nos llevamos bien — bosteza. Se talla delicadamente los ojos. — C-creo que me debería ir a dormir... — se levanta del sofá.

— ¡Oh! ¡Duerme bien, amor! — se despide.

— Tu igual...

[...]

Al acostarse sintió esa suavidad que había sentido por años, la almohada con el mismo fresco aroma, e igual de esponjosa. El colchón mucho más cómodo que el de su departamento, las sabanas al olor de hogar, después de tanto tiempo Judy volvió a dormir en su habitación, la habitación que la vio crecer, los cuadros en la pared seguían en su lugar, los pequeños peluches que aun guardaba seguían en su repisa, su adorado sombrero con el que soñaba ser una gran policía colgado a un lado de la cama, todo estaba igual a como lo dejó.

La ventana abierta dejaba entrar las brisas nocturnas, acompañadas de la luz de la blanca luna, el sonido de los grillos la llenaba de tranquilidad, un ambiente perfecto para relajaste, Judy ya extrañaba este ambiente, eso la ayudó a dormirse en seguida.

[...]

— ¡Judy! ¡Despierta!

— ¿Qué? — entreabre los ojos.

— ¿Dormiste bien, Judy? — la pequeña conejita estaba encima de Judy.

— Dormí perfectamente — la abraza. — ¿Lista para el paseo? — preguntó la hermana mayor.

— ¡Sí! — levanta las garras.

— Vamos, debemos bajar a desayunar — contagiada por la alegría de la menor, salió de la cama, y abrió la puerta.

— ¡Sí, sí! ¡vamos! — la toma de la mano.

— - — - —

HI HI HI!

¡La hermanita de Judy es tan linda!

¡Es ella! ❤️
Desde que note su existencia en la película la amé (O//>//O) ¡ES TAN CUTE!

¡Estaba vagando por el grupo del Nicudy y me encontré con esto!

¡Me encanta! ¡es genial! ❤️

Sayonara ❤️