Capítulo doce: "Haces lo correcto"
Estúpida, estúpida, estúpida.
Eso era lo único que fabricaba la mente de Summer mientras caminaba hacia su casa. ¿Cómo pudo decir aquello? ¡Que barbaridad!
Trató de bloquearlo y seguir con su trabajo, Leah Mickelson se encontraba sentada en el sillón de cuero marrón de su consultorio con un pañuelo en sus manos. Los problemas con su pareja habían aumentado y la pobre no tenía control sobre la situación.
Quiso cancelar la visita. No se sentía psicológicamente apta para atender los problemas de los demás. Pero sus pacientes le habían rogado tanto que finalmente lo que canceló fue aquel pensamiento.
-Es que, doctora, él es tan posesivo. -Leah lloró y esnifó sus mocos.
-Leah, esto te lo he dicho desde un principio. La relación ya se está volviendo enfermiza, debes terminarla antes de que se convierta aún peor. Eso no es amor, ¿entiendes? -anotó algunas palabras en el cuadernillo y cruzó las piernas - Cariño, traten de sentarse a hablar tranquilamente y terminar la relación de una buena manera. Si se vuelve violento me llamas, ¿está bien? Estoy a dos cuadras solamente.
Leah asintió lentamente con la cabeza y limpió sus lágrimas cristalinas con un pañuelo descartable que había quitado de la caja de cartón en la mesilla. Summer los tenía allí por esa razón, porque aquí podía ver personas llorar las veinticuatro horas. Pero era parte de su trabajo y debía ayudarlos a que esas lágrimas se reviertan en una sonrisa, ¿no?
Leah revolvió en su bolso color caoba oscuro y me extendió un par de billetes. Frunció el ceño y la miró confusa. Ella le sonrió.
-La paga del mes. Hoy ya es diez de septiembre, doctora.
¿Ya era diez de septiembre? ¿En dos días sería su cumpleaños? Vaya, sí que le ha pegado fuerte el trabajo.
Tomó los billetes y los guardó en la caja fuerte. Leah se levantó del sillón y juntas caminaron hacia la puerta. Summer recordó que debía salir antes de la próxima consulta y volvió a entrar para tomar su abrigo. Al volver, notó como Leah fruncía el ceño mirando hacia afuera.
-Summer, hay policías fuera de la casa y preguntan por ti.
Su estómago dio un vuelco al oír aquello. Un agente de policía entrado en edad, con un bigote gris descansando sobre su labio superior, la miraba con el ceño fruncido. Detrás de él, dos policías más y un carro de patrulla.
-Bien, creo que es hora de irme. -Leah se acercó a Summer. Ella ya sabía sobre el escape de Justin, y como tenía la soga al cuello por la misma razón - Suerte.
Summer sonrió y se tragó el nudo de nervios que crecía en su garganta.
(...)
Summer enredó sus dedos sobre su falda, sintiéndose incómoda bajo la mirada de los dos policías que estaban sentados en los sillones de su casa. Se sentía una criminal, aunque no lo fuera. Pero ellos le hacían creer que era mucho más que culpable.
En los últimos minutos ellos se habían presentado. Clark y Tristan, se llamaban. De igual forma, a pesar de que ella les invitó un té, ya habían comenzado a bombardearla en preguntas.
-Comencemos por lo primero, ¿por qué el señor Justin Bieber se refugió en su casa? ¿Usted lo ayudó a escapar?
Summer cerró los ojos y pensó seriamente en la respuesta. Ella sabía que si decía que no, el problema lo tendrían con Justin. Y ella no quería que Justin tuviera más problemas de lo que ya tenía. Ella sentía que debía protegerlo, a pesar de que ella era la chica y él el chico.
Había pensado toda la noche y la mayoría de la mañana si lo que haría sería lo correcto. Y siempre su auto-respuesta era "Sí, estás haciendo lo correcto". Estaba asustada por lo que vendría, pero sabía que Justin era su amigo, aunque no pareciera, y debía protegerlo de lo que estas personas querían de él.
Como él decía: No es un experimento de laboratorio. Ellos lo tomarían así, como un experimento más.
-Lo ayudé a escapar porque lo veía sufrir. -Summer miró el suelo, sabiendo que si los miraba caería en el arrepentimiento. Haces lo correcto, Summer, lo haces - Los psicólogos tenemos la necesidad constante de ayudar, ¿sabe? Y lo único que pensé cuando rompí las cámaras y lo ayudé a saltar las vallas fue que lo estaba ayudando.
Listo, Summer, ya lo has dicho. No hay vuelta atrás.
Los policías se miraron mutuamente.
-Debe acompañarnos a la comisaría, señorita.
Uno de los policías sacó unas esposas de la cinturilla de sus pantalones y obligó a que Summer se volteara. Ella se mordió el labio y lo hizo sin batallar. Todo saldría bien, ella lo sabía. Solo debía llamar a alguien de confianza para que saque el dinero de su caja fuerte y pague la fianza.
Cuando se sentía mal por lo sucedido, pensaba: Piénsalo así, Summer, le has ahorrado un momento de mierda a Justin. Él estará bien y después de esto, ya nadie lo molestará.
Estás haciendo lo correcto, Summer. Lo haces.
CHAN CHAN CHANNNNNNNNNNNNNNN. Está medio loca Summer al usar su propio dinero para pagar su fianza. ¡Está loca por ir a la cárcel siendo inocente! PERO QUE BONITO QUE QUIERA AYUDARLO, ¿VERDAD? Lo sé.
¡Comenten y voten!
-Cía
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