Capitulo 7: Las memorias del mandamiento.
—. Oye, Zeldris...—escuchó suavemente el mandamiento de la piedad—. Zeldris
—¡Zeldris!—gritó una chiquilla de ojos rojos—¡Zeldris, aquí!
El cabello blanco le caía por los hombros, no era ni del clan de los demonios ni de Stigma.
—¡Vamos, Zeldris!—volvió a reír aquel ser
—¡Zeldris, reacciona!—escucho a Melascula
—¡Deja de jugar!—exclamó abruptamente Zeldris, enfadado
Todo estaba en completo silencio, oscuridad, vacío, encerrados, sin más.
—¿Eeeh~?—Melascula miro con cierta burla a Zeldris—¿Así que aún piensas que está viva?
—. Esa mujer...—habló de repente Montspeet
Zeldris lo miró con recelo.
—. Era realmente interesante—se limitó a decir—¿Quien diría que el nemesis sería así?
—. Montspeet—llamo la atención Drole
—¡Muy interesante! ¡Tanto para acabar con la vida de tantos y ser la responsable de lo que le ocurre a Meliodas ahora!—exclamó Galand
—¿Huh? ¿Que quieres decir?—inquirió Gloxinia
—. El rey demonio no maldijo a Meliodas, como tampoco fue Elizabeth—aclaró Zeldris apenas
Todos quedaron con un hueco en el estómago.
—. Fue ________—confirmó el mandamiento del pacifismo Grayroad
—. Es la diosa némesis después de todo—tercio Estarossa
Un silencio sepulcral se apoderó del ambiente, entonces con gracia y rectitud comenzó a reír por lo bajo Derieri.
—¿Quien lo diría? La traición fue saldada a su manera antes de morir—ironizó Derieri—. Pero aún así... Me enfermaba tanto su poder. ¿Si tanto se odian el rey demonio y el ser todo poderoso por qué...?
—. Los dioses no se gestan, se crean—aclaró Melascula—. Admito que me agradaba un poco su poder demoníaco.
—. Oye, pero recuerdo que Nemesis no murió—dijo Grayroad—. Supuestamente por todas las traiciones que recibió el mundo colapsó y quedó también maldita.
—. Interesante...—susurró el mandamiento del amor
*. *. *.
___________ corría detrás del puma, cuando paró de golpe, miro sobre su espalda y antes de recibir el ataque bloqueo a Meliodas y lo sujeto del cuello.
—. Nulo.—susurró Nemesis
Entonces, Meliodas se quedó sin poder.
—. Por alguna razón, cada que te veo, el odio me invade...—confesó ________—. Así que me quitaré este peso de encima aquí y ahora, al final, quedo yo mejor como capitán... Es lo justo.
—¿Por algo que no recuerdas?—respondió Meliodas—. Estás en tu derecho, pero no permitiré que me mates ahora, _________.
__________ se tensó, gritó furiosa golpeando a Meliodas contra el suelo, la tierra tembló y creo un cráter.
—. No lo recuerdas quizá—dijo en un murmuró él rubio—. Pero yo no soy de quién te tienes que vengar—el la miró a los ojos—. Así que espero que escuches bien lo que te voy a decir...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro