A ti, que caminas entre contradicciones:

Silencio. ¿Sabes lo que es el silencio? El silencio es la ausencia total de ruido. ¿Y sabes lo que es el ruido? La ausencia total de silencio.

Una boca sellada es señal de silencio; un oído tapado es señal de silencio. La gente cree que, por vivir en el silencio, su vida se traducirá en paz. El ruido entorpece la paz. Por ello, cuando hay ruido, ¿buscas acallarlo?

Porque eso es lo que las personas hacen cuando escuchan algo que no les gusta: se sienten indefensas ante su falta de paz, se sienten atacadas sin razón y consideran que su única defensa es un gran ataque. Es una guerra por hallar la paz; el ruido es el enemigo y el silencio, la victoria.

Pero, ¿no puede ser la paz, a veces, disfrutada de manera errónea? ¿No puede estar uno deleitándose en su paz mientras otro sufre en su silencio? ¿No es, acaso, la libertad de unos la esclavitud de otros?

Ahora quiero que pienses en algo, cualquier cosa, que hoy en día pides acallar. Puede ser un anhelo, una opinión, un consuelo, un refreno, una idea... Todo aquello que implique alzar la voz. ¿No sientes el deseo irrefrenable de no expresarlo? ¿No sientes que, si lo haces, tu voz será destruida por los demás? ¿No es, acaso, una tristeza demasiado cierta?

Vivimos en un mundo donde opinar o expresarse se vende como posible, pero termina siendo una burda mentira. Las voces que destacan siempre son tomadas como amenazas, y las amenazas son siempre erradicadas.

¿Qué se puede esperar de un mundo sordo ante los gritos de razón, ciego ante las injusticias, insensible ante el dolor del compañero y pasante del sabor amargo de la verdad? Al principio parece que nada, pero... ¿y si, en lugar de callarnos, buscamos la verdad que reside entre el ruido?