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Capítulo 21

Eva Gorner

"Quiero entrar en tu corazón, Gael. ¿Me lo permites?"

Él me veía con un ligero rubor en sus mejillas y yo no entendía el por qué dije eso. Me sentí avergonzada por mi atrevimiento.

El señor Richard me agarró en sus brazos alejándome de Gael. Quería resistirme, pero ya no me quedaban fuerzas. Mis párpados pesaban. Tenía sueño y las palpitaciones en mi cabeza seguían, aunque con menor intensidad.

"Lo siento, les arruiné la cena."

Me disculpé sin atreverme a verlos.

—No te preocupes por eso, Eva. —Le escuché decir a Oliver, seguro tenía una sonrisa en su rostro.

—¿Qué te sucedió? —Quiso saber Katherine.

Al oír la pregunta no pude evitar temblar, tratar de ocultar mi miedo era inútil, pues todos ya lo habían notado. Cuando conseguí calmarme, solo pude pensar en una cosa: decir la verdad. Y no hablaba de cualquier verdad, sino, mi verdad; había llegado el momento de contarles mi historia completa.

"Hablé con mis padres."

Revelé, y ante sus sorprendidas miradas continúe:

"Cuando tenía cinco años mi hermano fue asesinado por alguien y a mí me tacharon como la culpable. Era una mentirosa a los ojos de mis padres. Después de lo ocurrido, fui encerrada en mi habitación soportando golpes y maltratos por parte de ellos; hasta que no dijera la 'verdad' no iba a poder salir. Luego de unos días, ocurrió una desgracia, algo que me marcó hasta la actualidad. Los hilos de mi boca."

Me quité el pañuelo de la boca. Un hilo se había roto; una cadena desapareció. El dolor, la sangre, los golpes, las lágrimas, los recuerdos... Estaban presentes todavía.

"Mientras que los años comenzaron a avanzar sin que yo me diera cuenta, sobrevivía absorbiendo los sentimientos que recibía por parte del hijo de los vecinos. El hijo de los señores Hill, Oliver."

Miré al último nombrado y le sonreí.

"Gracias de verdad, Oliver. Si aún estoy viva, es gracias a ti. Me salvaste en esa etapa llena de dolor de mi vida."

Reí levemente al observar como intentaba retener las lágrimas, tenía una cara muy cómica. Se veía adorable.

"Cuando fui consciente del tiempo, ya habían pasado cinco años desde lo sucedido. Por lo que al ver que no me moría, mis padres..."

Fui interrumpida por la reprimenda de Owen.

—¡Ya deja de decirles padres! ¡Esos desgraciados no merecen ese título, mucho menos recibirlo de tu parte!

—Se siente extraño ver a Owen molesto —le intentó susurrar Cristal a Gael, aunque la escuchamos de igual manera.

"Bueno, está bien. Al ver que no había muerto, ellos decidieron abandonarme en el bosque. Yo no quería morir, por lo menos no de esa forma. Para mi suerte, encontré una cabaña en donde viví durante un tiempo. Y aunque muchas veces pensé que no volvería a ser feliz, un día llegó la luna para iluminar mis noches y ayudarme a entender mis poderes."

—Margaret, mi madre —dijo el señor Richard.

"Exacto. Margaret se volvió una persona muy valiosa para mi. Fue el pañuelo que secaba mis lágrimas en los momentos que era ahogada por las mismas."

—¿Fue? No me digas que ella... —Habló Katherine, pero no terminó, estaba esperando que yo concluyera con su suposición.

"Sí, murió. O mejor dicho, fue asesinada también. Solo traigo desgracias."

Sonreí.

"Antes de que soltara su último suspiro, me pidió que le diera una carta a su hijo. En esos momentos ya habían pasado cinco años más, llegando a mi edad actual. Luego de eso conocí a Oliver y sus padres, comencé a estudiar en la escuela, lo cual se lo debo también a Margaret quién me enseñó todo lo que una persona normal de mi edad debía de saber. Y por último, llegaron ustedes a mí vida."

A este punto algunos trataban de contener las lágrimas y otros —Oliver—, las dejaban salir sin reprimirse.

"Yo los quiero mucho, y a causa de este sentimiento de cariño que he desarrollado hacia ustedes, ahora tengo miedo de perderlos. No quiero sonar egoísta, pero los quiero solo para mí. Margaret fue mi luna, por lo que siento que es vuestro turno de ser las estrellas de la noche oscura que soy."

Cuando llegué al final de mi historia y una duda enorme me invadió ¿Qué era para ellos? ¿Seré un monstruo? ¿Una chica con poderes? ¿Una simple humana? ¿O tal vez, un error más de este mundo?

Después de unos segundos en silencio, Gael empezó a hablar.

—No merecías recibir tanto dolor, ¿por qué el mundo tenía que ser tan cruel con las personas que no lo merecen? —se preguntó Gael antes de mirarme—. Eva, eres una persona increíble y quiero que sepas, que lo que estoy apunto de decir lo digo en nombre de todos. Es un gran honor para nosotros que nos tengas en tu corazón, que nos permitas estar en tu vida. Que nos des la oportunidad de ser las estrellas en la oscura, pero hermosa noche que eres.

"Gael."

Sentí como se me escapaban algunas lágrimas traicioneras.

—Ya no llores más. Tienes que sonreír y ser feliz, ¿qué importa si tienes esos hilos o no?Eres bella de cualquier manera... aunque para mí no hay nadie más bella, bondadosa, valiente e inteligente que tú —finalizó susurrando lo último.

(...)

Había llegado el tercer sábado del mes de octubre y me encontraba junto con los chicos en la base. Pues gracias a una persona perteneciente al grupo de Owen, habían localizado un antiguo lugar en donde los cazadores extraían la sangre de sus víctimas, o eso creíamos. Era debido a eso que estábamos reunidos para prepararnos e inmediatamente ir a investigar. Podía ser peligroso, más era un riesgo que estábamos dispuestos a tomar.

—Owen, Cristal, Katherine, preparen a sus respectivos sectores para cualquier emergencia. —Ordenó Gael.

—¡Si! —Respondieron los tres casi al unísono.

Oliver y yo nos sentíamos un poco incómodos al ver a tantas personas reunidas, sentimiento que fue notado por Gael.

—Perdonen todo este desorden —se disculpó—. Como son nuevos en este lugar no están acostumbrados a vernos reunidos al 100%, bueno, de los que quedamos.

—¿Qué son los sectores? —Preguntó Oliver.

—Los sectores son las diferentes unidades que existen aquí, en total son cuatro. El primero es el de combate cuerpo a cuerpo, siendo liderado por mi. El segundo es ataque a larga distancia, la encargada de este es Katherine. El tercero el de refuerzos... —Oliver lo interrumpió.

—La gorila es la jefa de ese, ¿verdad?

Gael asintió y de fondo se escuchó el grito de Cristal, quién insultó a Oliver.

—Por último, el de viajes, del cual se ocupa Owen.

—En pocas palabras, en este grupo somos taxis humanos —comentó Owen.

"No digas eso, Owen."

—A cada persona se le va a asignar un sector de acuerdo con su poder. —Continuó diciendo Gael—. Es así como funcionan las cosas aquí, la verdad es bastante fácil de entender. Lo que intentamos hacer con los diversos sectores, es mantener un equilibrio. Cada poder tiene su uso propio, por lo que si no se utiliza apropiadamente será imposible que este alcance sus más altas capacidades.

Oliver miró eufórico a Gael.

—¿En qué sector voy a estar yo?

—En el mío. Tú y Eva.

Cristal apareció detrás de él con una sonrisa macabra. Oliver giró lentamente su cabeza, tragó saliva al verla.

—Me encargaré que vivas un infierno mientras estés en mi división, Oliver. Prepárate para sufrir —concluyó Cris sacándole el alma del cuerpo a mi amigo. Volteó a verme relajando su sonrisa—. Será un gusto trabajar contigo, Eva.

Se escuchó el golpe de algo cayendo al suelo. Reí nerviosa al apreciar a un Oliver desmayado, ¿qué sería de mi vida sin los dramas que hacía Oliver? Me acerqué a él y lo cargué como pude.

—¡Atención todos! —Gael se subió a una mesa—. Como ya algunos saben, hemos dado con uno de los lugares en los cuales murieron muchos de los nuestros. Hay personas de ciertos sectores que siguen desaparecidas y hay una posibilidad de que encontremos a algunos allí.

Me sorprendía lo mucho que habían avanzado las investigaciones de las personas en la base, no hacía mucho se encontraban entre la espada y la pared, y ahora estaban en posición de salvar a sus compañeros.

—He elegido a algunos para acompañarme a revisar las ruinas de ese lugar —seguía hablando Gael—. Dado que es un lugar peligroso no vendrán muchos para evitar ponerlos en peligro, Simón les estará entregando sus armas y les pido y advierto ser discretos. Es una misión en la cual la vida de varios depende de nosotros.

Su discurso terminó ahí, ya que segundos después lo vi dirigirse a un chico de cabello castaño que vestía un chándal negro que cubría por completo sus brazos y cuello, en su barbilla vislumbré una cicatriz que se perdía bajo la tela del chándal. En sus manos cargaba lo que distinguía como cinturones con armas que iba repartiendo a determinadas personas.
Lo vi conversar con Gael durante un rato y a este mismo darle indicaciones hasta que el chico le pasó uno de esos cinturones y se alejó para seguir con su tarea.

—¿Soy yo o toda esta situación está tomando un rumbo muy macabro?

Oliver ya estaba en su estado normal y observaba con nerviosismo como todos caminaban de un lado a otro preparándose para marcharse.

—Está tomando un rumbo extraño —confirmó Gael por detrás de mí—, pero debemos averiguar qué hay ahí y si hay personas tenemos que traerlas de vuelta.

Estaba un poco alterada por todo lo que sucedía, pues nos encontramos a un paso de descubrir quienes eran aquellos que habían masacrado personas desde hacía bastante tiempo.

—Eva, sé que quizás no estás preparada personalmente para esto, pero te necesito conmigo.

Dijo mientras tendía hacia mí el cinturón con armas que el chico le había dado anteriormente. Escuché el grito de indignación de Oliver.

—A ver Gael, ¿le estás pidiendo a Eva que te acompañe a una misión suicida? Digo, no es que esté mal que quieran rescatar a los desaparecidos pero sabes que es muy peligroso.

—Sé mejor que nadie los peligros que corremos, pero Eva nos puede ayudar mucho.

Mi mirada se desplazaba entre ambos mientras discutían si debía acompañarlos o no. Recordé entonces la cálida sonrisa de Margaret, aquella sonrisa que había llenado mis días de alegría y que aquellas personas habían borrado de su rostro dejando solo sus ojos angustiados.

Su muerte era un dolor que llevaría clavado en el pecho siempre. No podía creer que personas tan buenas tuvieran que sufrir tanto y que luego sus vidas fueran arrebatadas por personas que estaban cegadas por la maldad.

—¿Eva?

Miré a Gael quien era el que me llamaba y luego a Oliver.

"No entiendo cómo puedo ser de ayuda si ni siquiera puedo ganar un combate cuerpo a cuerpo."

—¿Lo ves? —decía Oliver.

—Eso lo tengo más que claro, Eva. Yo voy a protegerte, voy a asegurarme de que estes a salvo en todo momento —y como promesa ante sus palabras, las dos espadas que llevaba a su espalda resplandecieron con un brillo hipnótico—. Posees una habilidad muy poderosa que nos es de ayuda.

Oliver seguía mencionado que era peligroso, pero ya mi decisión estaba tomada. Había pensado en que quizás esa era la oportunidad que había esperado para hacer justicia ante la muerte de Margaret.

Así que solo le lancé una mirada que estaba muy segura que entendería y lo ví querer refutar ante mi decisión pero guardó silencio. Cambié mi punto de mira hacia Gael y estiré mi mano para tomar de sus dedos el cinturón con armas.

"Iré con ustedes."

Dije en su mente.

(...)

—¿Cuánto falta? —Inquirió Oliver por quinta vez.

—Ya falta poco, deja ya de fastidiar —se quejó Cris.

—¡Es que me duelen las piernas de tanto caminar! —chilló—. Owen,  ¿por qué no nos teletransportas?

Owen lo observó con la respiración entre cortada. Todos estábamos cansados de subir la montaña, que a pesar de no ser tan grande, igual cansaba.

—Chico lanza zapatos, permíteme explicarte que mi poder no es de teletransporte. Lo que hago es crear portales que me lleven a otros universos, y aunque tuviera el poder de teletransporte, que de hecho, el que lo tiene es Simón aquí presente al lado mío —lo señaló —. No funciona como te lo imaginas. Pues Simón necesita haber visitado el lugar, para así poder aparecer ahí.

—Entiendo.

"No digas mentiras Oliver. Por tu cara sé que no te enteraste de nada"

Todos rieron ante mi comentario.

—¡Eva! ¡No me avergüences! —me miró molesto y con un leve sonrojo.

—Eva no tiene la necesidad de dejarte en ridículo. Tú solito lo haces siempre —se burló Cristal.

Las palabras pronunciadas por Cristal, desataron una nueva discusión entre ella y Oliver. Era divertido ver los berrinches que ambos solían hacer.

—Ya basta. Al parecer todos se pusieron en mi contra, ¿no?

Luego de unos minutos más caminando, llegamos por fin a la cima. La antigua base de extracción de sangre de los cazadores se encontraba casi en las ruinas. Su estructura se mantenía, aunque se veía desgastada y llena de moho. Parecía que en cualquier momento se podía derrumbar.

—Escucharme todos —la voz de Gael se alzó llamando la atención de los veinte presentes—. Ahora que estamos frente a nuestro objetivo, quiero decirles unas palabras. Primero que nada, deben saber que solo permitiré que entren dos personas conmigo —lo miramos impacientes por saber quiénes eran los dos elegidos—. Katherine será una.

—¡Si! —celebró en un susurro para ella misma.

—Katherine, te voy a necesitar conmigo debido a tu poder a larga distancia, será muy útil por si ocurre algo allá adentro. La segunda persona seras tú, Eva.

Abrí los ojos sin poder creer lo que acababa de decir.

"¿Qué?"

—Tu telepatía nos servirá para descubrir si aún hay gente viva.

—Gael, ¿acaso no has visto las condiciones en la que se encuentra ese lugar? —saltó enseguida Oliver, obviamente en contra de que yo entrara ahí—. Es imposible que alguien se encuentre vivo o que ustedes salgan vivos de ahí, en cualquier momento se podría derrumbar la cosa esa. ¿Enserio las vas a exponer a un peligro innecesario?

—Oliver, no voy a mentirte. Es cierto, es imposible en un 99% que alguien esté vivo, sin embargo, el porcentaje no llega a 100. Todavía hay esperanza. —Suspiró—. Y el poder de Eva es mucho más complejo de lo que podemos imaginar.

Antes de que Oliver volviera pronunciar palabra, lo detuve poniendo una mano en su hombro.

"Oliver. Voy a estar bien. Solo tienes que confiar en mí."

Oliver me alejó de él con brusquedad y tomó una marcada distancia entre nosotros.

—Bueno, lo segundo que les quiero decir es que mientras nosotros tres estemos en el interior de la base, ustedes se encargarán de revisar los alrededores. ¿Entendido? —Concluyó Gael.

—¡Entedido! —exclamamos todos al mismo tiempo.

—Katherine, Eva. Vamos.

Ambas comenzamos a caminar a su lado hasta llegar a la entrada, Gael se detuvo un segundo y sin voltear a vernos nos pidió que no nos separáramos en ningún momento de él.

Íbamos de una habitación a otra tratando de encontrar algo que nos pudiera servir para poder localizarlos a ellos, o los demás lugares que utilizaban para extraer sangre. Por el momento, el éxito no se encontraba presente en nuestra búsqueda, los únicos seres vivos  que habíamos llegado a ver eran insectos y plantas creciendo entre las paredes agrietadas.

Las manchas rojas sobresalían entre lo mohoso del lugar y estaban por todas partes. Mi piel se erizaba cada que cruzábamos algún pasillo, me daba la sensación de que las paredes se nos vendrían encima en cualquier momento. A Gael lo noté bastante frustrado al no obtener nada.

Revisábamos otra habitación llena de escombros, suciedad y aire de abandono, cuando Gael dejó salir parte de su frustración.

—¡Maldición! —pateó los restos de una silla—. ¡¿Por qué?! ¡Maldita sea!

—Pareces algo tenso Gael.

—¡Por supuesto que lo estoy Katherine! ¡En este asqueroso sitio no hay absolutamente nada!

—Deberías calmarte un poco.

—¡Estoy calmado!

Que ironía. Mientras que ellos conversaban de forma muy poco pacífica, yo me detuve a revisar el pequeño espacio. Había también una mesa volcada, además de las características manchas de sangre, me pareció ver unas bolas de papel en el suelo y me agaché junto a ellas.

No había solo eso, en el suelo yacían unos libros antiguos cuyas páginas estaban desgastadas y a punto de romperse por la humedad. Me incorporé para mostrarle los libros a los chicos cuando una hoja cayó junto a mis pies. Me apresuré para recogerla, pero en el momento en que mis dedos tocaron la delgada hoja mi mente quedó en blanco.

—¡No! ¡Por favor! ¡Para! ¡Duele mucho! —suplicaba en medio de sollozos una mujer de cabello rubio.

Un hombre le hizo varios cortes en el cuerpo con una navaja, provocando un aumento de volumen en sus gritos debido al dolor.

—¡Cállate maldita!

Le hizo callar poniéndole un pañuelo en la boca y volvió a realizar otro corte en su estómago. La sangre se deslizaba por el cuerpo de la chica posicionado de cabeza y se formaba en un gran charco al final de la escalera.

Mientras, la rubia no paraba de sollozar y quejarse de dolor silenciosamente, hasta que después de un rato simplemente se quedó quieta.

Caí sentada en el suelo por el susto y solté la hoja. Gael y Kathe se acercaron de inmediato a mí.

—¿Qué sucede, Eva? ¿Estás bien? ¿Qué pasó? —me aturdió de preguntas Gael.

"Yo... Esa hoja. Algo extraño ocurrió cuando la toqué. Ví algo horrible, había demasiada sangre. Toda dependía de una chica rubia."

Katherine se acercó al papel y lo examinó.

—No veo nada fuera de lo normal en él. Se ve inofensivo. Un momento. —La vi intentar leer lo que tenía escrito la hoja hasta que pudo cara de shock—. ¡Oye, Gael! Mira esto, ¿No te parece que son los papeles de..?

Su voz fue interrumpida cuando una parte del techo anunció su caída con un sonido estruendoso, la fachada de piedra se vino abajo levantando una enorme capa de polvo. Sentí el peso del cuerpo de Gael al abalanzarse sobre mí para evitar que algún pedazo del techo nos aplastase. Al dispersarse la cortina de suciedad, conseguimos visualizar a cinco hombres con trajes negros, similares a los de un ninja que vi en la televisión con Oliver. Tristemente no eran aliados, pues nos vimos rodeados de armas inmediatamente.

—Están invadiendo propiedad privada. —habló uno de los hombres de forma fuerte y con un tono que consideré macabro—. Así que han de pagar las consecuencias.

—Los monstruos como ustedes no deberían siquiera respirar.

La voz del segundo hombre fue tan agria.

—¡Qué chicas más lindas! ¿De verdad tenemos que deshacernos de ellas? Se me ocurren un par de usos. —nos recorrió con un toque de perversión en sus ojos—. ¡Lo vamos a pasar muy bien!

—No seas egoísta, yo también me quiero divertir con ellas —pasó la lengua por sus labios para humedecerlos.

El quinto sujeto me analizó de arriba a bajo antes de hablar.

—Oigan, está chica me suena de algún lado. ¿No es ella a quien el señor Morfran ha estado buscando?

Un escalofrío me recorrió en el instante en el que vi que apuntaba su dedo hacia mí. Mientras mis amigos se preparaban para una pelea; Katherine desprendiendo una especie de viento a su alrededor, y Gael con sus espadas envueltas en un resplandor dorado

—Debe ser ella. Es idéntica como la describió.

—¿Estás seguro Noel?

—Más que seguro.

—Bella doncella, concédame la dicha de secuestrarla.

—¡Sobre mí cadáver! —gritó furiosa Katherine, para seguidamente lanzarse a atacar a los enemigos.

Mientras Gael peleaba con los primeros soldados, el que me reconoció se acercó a mí.

—Yo en tu lugar no me resistiría. Créeme que te puede ir muy mal.

"¿De dónde me conoces?"

—Conocerte y reconocerte son dos cosas distintas. Ya nos habían hablado de ti, al parecer nuestro jefe tiene una ligera obsesión con los de tu clase. Así que nos ha pedido que si nos encontramos con alguno, los llevemos con él.

Ignorando lo que me reveló en unos instantes, volví a interrogarle.

"Cómo es que ustedes llegaron aqui?"

—¿Que no es obvio que esto es una trampa? Están rodeados, tus amigos ya deben estar siendo derrotados por nuestros hombres.

En ese momento lo único que pasó por mi mente fue el hecho de que Oliver estaba con ellos.

El debió ver mi cara de miedo porque después me dijo:

—No te preocupes por ellos, seguramente ya se fueron al más allá, pero miremos el lado positivo. Si hicieron cosas buenas seguramente deben estar todos en el cielo. —dijo con una voz sarcástica mientras se acercaba para agarrarme de los brazos.

"No me toques. ¡¡Suéltame!!"

Al momento en que le supliqué, todos en la sala se agarraron de la cabeza como si mi voz los aturdiera.

—Ay, pero qué cruel eres. ¿Despreciar mi tacto? Me lastimas. — dijo soltando una risa psicópata.

El hombre que fue el primero en hablar con anterioridad, también se acercó a nosotros.

—Así que eres tú.

Al posar mi vista en él, no pude evitar entrar a su mente al encontrarme vulnerable. Las punzadas habituales se hicieron presentes. La mente de ese tipo era asquerosa, repugnante. Me generaba enormes deseos de vomitar.

—A dormir.

Un fuerte golpe en la parte de atrás de mi cuello provocó que fuera invadida por la oscuridad.

Desperté de golpe al entrar en contacto con una gran cantidad de agua fría.

—Lo siento. Es que te estabas demorando demasiado en abrir tus preciosos ojitos, y no soy precisamente la persona más paciente del mundo.

Esa voz...
Al adaptarme a la poca luz, traté de evitar entrar en pánico al reconocer a la persona que tenía frente a mí.

Inmediatamente recordé lo primero que dijo aquella vez que me vió.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Era el hombre de cabello cenizo que me atacó cuando vivía en la cabaña con Margaret. El día en el que seguí a Rex, el perro de Killian. Ellos me salvaron de ser asesinada por él y los hombres que lo acompañaban.

—Estás muy pálida, querida —soltó una risa—. Parece que ya me has reconocido.

Cerré con fuerza mis ojos tratando de mantener la calma y analicé mi situación. Estaba en un cuarto casi a oscuras, pues la única luz que había era la de una bombilla que se situaba sobre nuestras cabezas. Mis manos estaban atadas a una silla a mis espaldas, inmovilizada. No tenía ni una pequeñísima oportunidad de liberarme.

—Creo que deberíamos presentarnos decentemente. Soy el líder de los cazadores, me llamo Morfran.

Una corriente helada me recorrió la espina dorsal al escucharlo.

—¿Y tú? —agarró mi barbilla invadiendo mi espacio personal.

Silencio. No respondí. Estaba paralizada por el miedo y la repugnancia que me causaba ese hombre

—¡Responde! —sentí su callosa mano impactar con mi rostro—. Por favor, no hagas que me ponga violento.

Respiré hondo para tratar de contener las lágrimas causadas por el picor en mi mejilla. Esta vez, lo miré a los ojos.

"Soy Eva."

—¡Esplendido! ¿Ves que no era tan difícil?

Morfran acarició la comisura de mis labios, muy cerca de los hilos. Me sobresalté al sentir su tacto y barrí el cuarto con la mirada en busca del pañuelo.

—Eres tú... —susurró—. Eres a quien Y.H. ha estado buscando.

Frase del capítulo: Fallé en protegerte, fue mi error y lo he de enmendar salvándote.

***

Hola a todos. Ha pasado bastante tiempo desde la última actualización, ¿no creen? 😅
¿Qué tal les pareció el capítulo 21?

Quería comentarles que SILENCIO tiene ahora cuenta en Instagram. Aquí les mostraremos los avances de los capítulos, junto con sus fechas de estreno. También se publicarán memes, vídeos, frases, situaciones y reacciones relacionadas con la historia.
Cuenta: trilogia_silencio5

Y por supuesto, ustedes son libres de crear contenido relacionado con la historia, y si quieren que sea publicado en la cuenta de Instagram, solo nos mandan un mensaje (con el vídeo, meme, pedido de reacción, fanart, etcétera) y lo publicamos, dándoles el crédito que se merecen.

Eso es todo, sin más que decir...

Nos leemos pronto

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