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Capítulo 16

Tenía muchos recuerdos.

Recordaba toda mi niñez, desde momentos felices, como aquellos que marcaron mi vida. Y aquellos en los que me volví miserable. Y luego estaban los recuerdos con Margaret. Esa señora a la que le temí al principio pero luego llegué a amar. Aquella señora que creía haber dejado su pasado atrás y luego me encontró.

El recuerdo de esa noche permanecía tan vivo en mi pecho.

Me desperté con la respiración agitada. Había tenido una horrible pesadilla, y tenía mucho miedo. Estaba segura que incluso había gritado por lo vívida que había sido. Esperaba que Margaret no se hubiera despertado. Me levanté cuidadosamente de la cama, y sin hacer mucho ruido salí de la pequeña habitación de la cabaña. Caminé hasta llegar a la puerta de Margaret, la cual abrí para seguidamente mirar adentro. Estaba durmiendo, así que cerré la puerta y me fui.

Cuando regresé a mi habitación me acerqué al alféizar de la ventana. Era noche de luna llena, y el cielo se encontraba repleto de estrellas. Sin dudas era una vista hermosa.

-Una vez escuché una leyenda acerca de las estrellas. ¿Quieres que te la cuente?

La voz de Margaret a mis espaldas provocó que diera un pequeño salto del susto. Sonreí levemente por debajo del pañuelo mientras la veía acercarse a mi, también con una sonrisa.

"Si, por favor."

Pedí una vez estuvo a mi lado. Y juntas observamos el cielo.

-Cuenta una leyenda de los indios de California, que el sol, la luna y las estrellas forman una numerosa familia. El sol es el jefe supremo que dicta su voluntad en las celestes regiones; la luna es su mujer; y las estrellas sus hijos, a los que el sol tiene que devorar para mantenerse, cuando le es posible atraparlos.

"Eso es horrible."

-Sí, por eso cuando el sol se levanta por la mañana, huyen despavoridas las estrellas tan pronto como pueden, y no aparecen de nuevo hasta que aquel se mete por la boca occidental de su madriguera, por la que se arrastra hasta llegar al centro de la tierra, donde tiene su cama. Pero es ésta tan estrecha que no puede revolverse y tiene que salir por el extremo oriental del mencionado escondrijo.

<<A esta hora se va a dormir la luna. Cada mes se aflige esta última cuando su marido devora alguna estrella, y se pinta de negro una parte de su rostro para demostrar su dolor. Poco a poco, sin embargo, veasele consumiendo la pintura, hasta que, al cabo de un mes, brilla otra vez su cara en todo su esplendor. Las estrellas son felices con su madre la luna, y celebran su paso entre ellas con cánticos y danzas. Cuando transcurre algún tiempo, vuelven a desaparecer algunas estrellas pequeñas, y la luna se viste nuevamente de luto.>>

Me miró con una sonrisa triste.

-¿Qué opinas?

"Es horrible lo que hace el sol, pero en cierta forma se parace a mi esa leyenda. Mis padres son el sol, tú eres la luna, y yo soy las estrellas."

-¿Soy la luna? ¿Por qué? -preguntó sorprendida.

"Porque al igual que las estrellas son felices con su madre la luna, yo soy muy feliz contigo."

-Eva. -Susurró.

"Es por eso que no quiero un sol en mi vida. Solo quiero a una luna que pueda iluminar mi camino en la oscuridad."

Miré el cielo oscuro sobre mi cabeza. La luna estaba llena y brillante como esa noche. Margaret aún seguía siendo la luna para mí.

Volví a poner los pies sobre la tierra y me impulsé hasta volver a culumpiarme. El aire frío chocando con la piel de mis brazos me causó un escalofrío. Llevaba ya unos minutos sentada en el columpio bajo el árbol en el patio trasero de la casa.

La madre de Oliver seguía con él en el hospital. Después de lo sucedido había visitado el parque de regreso a casa. El ver a niños corriendo y riendo me hizo sentir mejor. Solo esperaba que mi amigo estuviera bien. Él y sus padres eran lo único que tenía de Margaret.

La puerta de vidrio hizo un pequeño ruido al ser cerrada. Frente a ella estaba Richard con las manos en los bolsillos. Avanzó hasta pararse a mi lado. La situación me recordó a aquel día en que a duras penas salí corriendo del sótano, después de haberle hecho daño a Oliver.

-¿Sabes? Aún no he leído la carta que Margaret me envió contigo -comentó sacando dicha carta de uno de los bolsillos de su pantalón.

Lo miré perpleja.

"Creí que la había leído el día en que se la entregué."

-No lo hice. No estaba preparado -sonrió con tristeza-. ¿Quieres que la leamos juntos?

Lo miré algo insegura. A pesar de que ella me ayudó mucho en estos cinco años, y que me cuidó como a una hija. Nunca me atrevería a leer esa carta. Después de todo, fue lo último que me pidió antes de morir, que la entregara a su destinatario. Y eso hice, por eso no debo de leerla.

Un suspiro por parte del padre de Oliver me devolvió a la realidad.

-Dudas demasiado. Si te estoy diciendo para que la leamos juntos, es porque estoy seguro que mi madre así lo hubiera querido.

"De acuerdo."

Acepté aún insegura.

A pesar de que la carta había sido entregada a su destinatario, había pasado por mucho. Razón por la cual, el sobre estaba muy sucio y arrugado. Tenía las marcas de Margaret del día en que me la entregó. Y luego estaban aquellas que yo había hecho sin querer.

Richard desdobló el papel que había dentro del sobre. Una pequeña tensión se sintió en el ambiente. Cuando el papel se convirtió en una hoja de color hueso, vi como lo que parecía ser otro papel danzaba en el aire hasta caer al suelo. Me incliné en el columpio para recogerlo. En cuanto le di vuelta para saber que era, lágrimas brotaron de mis ojos. No era un simple papel. Era una fotografía.

Éramos Margaret y yo. Recuerdaba perfectamente el día en que la tomamos.

Me encontraba con Margaret en la cabaña donde nos habíamos conocido. Dentro de unos días cumplía trece años, y ella quería que la acompañara a ese lugar por algo relacionado con mi cumpleaños. ¿Qué será?

-¡Lo encontré!

La escuché decir desde dentro de la cabaña, ya que por alguna extraña razón me había pedido que me quedara fuera. Cuando salió pude ver que sostenía una cámara instantánea. La miré con duda al sentir como me abrazaba por los hombros.

-Sonríele a la cámara, mi pequeño ángel.

Hice lo que pidió a pesar de estar sorprendida ante tan repentino acto. Sentí una punzada en mis labios por el estiramiento de los mismos pero no me importó, sonreí igual. Escuché el típico 'clic' de la cámara que indicaba que la foto había sido tomada. No entendía porque tan de repente quería tomar una foto.

"Margaret, ¿para qué quiere la foto?"

-¿Tiene algo de malo tener fotos de las personas que uno ama?

"Supongo que no."

-A veces necesitamos algo que nos recuerde lo felices que somos junto a alguien.

"Entiendo. Pero, ¿yo soy importante para usted?"

-Por supuesto que sí. ¿Qué clase de pregunta es esa? Escucha, ángel. Tú eres alguien muy importante para mí, y daría mi vida por ti -confesó-. Estaré a tu lado, no puedo decir que siempre, porque te estaría mintiendo. Soy muy feliz a tú, y espero que tu también lo seas; sin embargo, todo en esta vida es pasajero. Este sentimiento de felicidad que sentimos aquí -señaló su corazón y el mío-, va a ser destruido.

Cuanta razón tenías. La felicidad no duraba para siempre, pero siempre van a existir esas pequeñas luces que serán capaces de iluminar nuestros caminos. Y siempre van existir personas que serán capaces de enseñarnos que nunca vamos a dejar de ser felices.

Una lágrima escapó mientras mis ojos escosian. Margaret sí había dado su vida por mí.

Contuve las ganas de echarme a llorar, era lo único que quería hacer. Sin embargo, me limité a limpiar mis ojos y ver como Richar se sentaba en el suelo al lado del columpio.

Sentí una ligera presión en mi pecho al verlo ahí. Había perdido a su madre cuando pequeño, pero aún así, él sabía que seguía por ahí; más esta vez, fue para siempre. Les faltó tiempo y mucho.

Me acerqué a su costado para tener una mejor visión. Una letra cursiva y hecha cuidadosamente, inundaba la hoja de papel.

Leí con sentimiento aquellas palabras que estaba segura ella había escrito con tanta devoción.

"Hijo, si estás leyendo esto es porque tal vez ya no estoy en este mundo y Eva te encontró. Lo siento mucho, sé que no fui una buena madre. Te dejé solo, no estuve ahí para ver como te convertías en hombre. Sé, que no soy nadie para estar pidiéndote favores, pero necesito que cuides de Eva como yo no pude hacerlo contigo. Ella ya ha sufrido demasiado y merece ser feliz. Puede que aún no comprendas la situación en la que te he metido, y creas que todo eso de los poderes sea una locura.
Confío en ti, se que cuidarás de Eva. Ayúdala a entender sus poderes, ayúdala a hacer amigos, ayúdala a ser feliz mientras pueda. Porque ambos sabemos que la felicidad, al igual que la tristeza, es pasajera. Nada dura para siempre. Imagino que luego tendrás conocimiento en lo parecidos que son ella y tu padre. Sé que él estaría muy orgulloso de ti al ver que proteges aquello por lo que él tanto luchó. Cómo hubiera deseado que esto fuera de una manera distinta, en la que yo pudiera permanecer a su lado. Pero me iré tranquila, sabiendo que viví feliz con las personas que más amé. Lamento mucho lo que te hice y en serio espero no me guardes rencor, porque siempre deseé que tu estuvieras bien y feliz. Eres un buen muchacho y espero de todo corazón puedas acogerla. No olvides que los amo con todo mi ser. Cuida de Eva y mi nieto, Oliver. Sé que se llevarán bien."

Atentamente: Margaret.

Al terminar de leer la carta, deje salir las lágrimas que estaba reteniendo. La extrañaba demasiado y aun no aceptaba del todo que se hubiera ido.

-Ella siempre fue tan buena...-la voz de Richard se quebró y noté como trataba de contener las lágrimas-. Me arrepiento tanto de no haber respondido sus cartas.

A pesar de siempre mostrarse fuerte e imperturbable, su caparazón se había agrietado. No imaginaba lo difícil que era para él. Me incliné un poco y envolví sus hombros con mi brazo. Se resistió aún así y se alejó un poco cuando el teléfono de la casa empezó a sonar.

-Deberíamos entrar. Va a oscurecer pronto y seguro la temperatura bajará.

Se puso de pie rápidamente y limpió sus ojos. Lo vi desaparecer por la puerta de la cocina. Suspiré pasando mis dedos sobre la fotografía. Fuí tan feliz en esos momentos.

Avancé sobre el césped bien cuidado del jardín. Las flores que habíamos plantado con Oliver eran cuidadas por Julieta. Las pequeñas flores tenían un color muy vivo además de tener muchos capullos a punto de florecer.

Cerré la puerta corrediza a mi espalda y me senté en una de las sillas del comedor. Richard finalizaba su llamada y colocó el teléfono de nuevo en la pared.

-Era Julieta. Oliver sigue sin despertar.

Bajé la mirada.

-Lo siento, yo debí haber hecho algo, estaba justo ahí.

-Eva, deja de disculparte por cosas de las cuales no eres culpable.

"Si soy culpable, pude haber hecho algo. Pero no lo hice, y ahora Oliver, está en esta situación."

Nos quedamos en silencio por un rato, hasta que el mismo fue roto por Richard, quien se sentó en una silla que estaba a mi lado. Vi como levantó su mano. Por instinto cerré llos ojos pensando que me iba a pegar, sin embargo, en vez de un golpe, sentí una suave caricia en mi cabeza.

-Sabes, después de que mi madre me abandonara en un orfanato cuando pequeño, pensé que ese iba a ser el final de mi vida. Me equivoqué. No voy a negar que aquel lugar se encontraba en muy malas condiciones, y que la comida era escasa y muy fea. Tampoco había el dinero suficiente como pagar el estudio de los huérfanos. Y a pesar de todo eso, los niños sonreían, en ese entonces no podía entenderlo. Aunque si te soy sincero, sigo sin entenderlo del todo.

Sonrió con nostalgia.

-Unos días después de mi llegada al orfanato, conocí a alguien muy especial para mí. Fue en ese horrible lugar, donde ví por primera vez quien sería en la actualidad mi esposa, Julieta.

Abrí mis ojos sorprendida.

"¿La señora Julieta es huérfana?"

-Si, pero yo que tú no le digo señora. Ella puede parecer adorable, y al mismo tipo un diablo cuando se enoja. -Comentó riéndose-. Bueno, en resumen, el Orfanato Brisa del Bosque tiene un gran valor para nuestra familia. ¿Oliver no te contó que el también era huérfano?

"¿Es en serio?"

Tenía sentido. En aquella ocasión en la que entré a su mente inconscientemente y vi los recuerdos de Oliver, había uno que había llamado mi atención. Aquél en el que él salía de una enorme casa y sonría felizmente. Entonces, Oliver era adoptado. No podía creerlo.

-Si, tenía algunos años ya cuando llegó con nosotros. Pero nunca nos contó a mí o a Julieta lo que pasó con sus padres biológicos. Y cada vez que le preguntamos evita responder.

Otra vez volvió a reinar el silencio.

-¿Me pregunto como mi madre sabía que tengo un hijo? -se preguntó Richard.

"Creo que me hago una idea."

Dije llamando su atención. Y mientras trataba de detener mis lágrimas, le expliqué que cuando vivía con Margaret ella solía salir de vez en cuando durante el periodo de las vacaciones. Al inicio yo no entendía el porqué, pero ahora lo sabía, ella quería ver a su hijo aunque fuese desde lejos.

-Con razón me sentía observado.

Le escuché decir en un susurro. Se levantó algo incómodo y limpio las manos en sus pantalones. Luego me miró con una sonrisa.

-¿Quieres que te prepare algo de comer?

"Yo no puedo comer."

-¿Eh?... ¡Lo siento! ¡Se me había olvido! ¡Lo siento mucho, no era mi intención!

Después de eso, el padre de Oliver no dejaba de pedir disculpas.

(...)

Faltaba poco para la caída de la noche y ahora me encontraba con Julieta en la casa. Richard se marchó hacía unas dos horas para el hospital, pues era su turno de cuidar a Oliver.

La casa se sentía tan vacía y silenciosa sin Oliver, que para no morir del aburrimiento me puse a ver novelas románticas con Julieta. Pero cuando estábamos en la parte más interesante, alguien tocó la puerta.

Ambas no miramos. Era claro que ninguna de las dos nos queríamos levantar, por lo que solo teníamos una opción.

-Piedra, papel o tijera.

Perdí.

Me levanté del sofá y fui a abrir aún escuchando la risita de triunfo de Julieta. Para mi sorpresa, era alguien que no esperaba ver.

"¿Katherine?"

-¡Hola! -sonrió de manera forzosa.

"¿Qué haces aquí?"

Llevó la mano a uno de sus mechones de cabello castaño y enroscó su dedo en uno. Dudó antes de volver a hablar.

-Bueno, esperaba que pudieras salir a charlar conmigo un rato mientras comemos helado. -levantó una bolsa marrón a la altura de mi rostro-. Si tienes tiempo y no te molesta, claro.

Sonreí al verla tan nerviosa. Asentí y cerré la puerta a mi espalda. Dentro se escuchaban los gritos de emoción de Julieta al ver su novela romántica.
Bajamos las escaleras del porche y nos encaminamos por la zona.

-Yo...quería disculparme de nuevo por las cosas que dije.

"No te preocupes, quedó en el pasado."

-No, es que no debí portarme así de cruel -abrió la bolsa marrón y me mostró su contenido-. Hay uno de fresa, uno de chocolate y uno de ron con pasas. Elije el sabor que quieras.

La miré por unos segundos pero no hice ningún acto.

-¿No te gusta el helado?

"No es eso, es que yo no puedo comer."

Dije, sin embargo, le dirijí una mirada agradecida. La chica abrió los ojos de par en par.

-Oh, perdóname. Lo había olvidado por completo.

"No hay problema."

Al parecer, hoy era el día en que todo mundo cometía equivocaciones. De igual forma, no me molestaba. Empezaba a aceptar todo aquello.

-Dios, soy fatal de esto -se rascó el cuello con afán-. No puedo ni disculparme correctamente. Siempre cometo errores.

Admito que Katherine ya no me parecía tan mala como antes. Me compadecí de ella y le envolví los hombros con mi brazo.

"Ya te lo dije, está bien."

-Te deberé algo para la próxima que te vea.

Caminamos hasta el miniparque en la zona residencial. Habían unos pocos niños jugando por ahí.

-Sabes, ese día en el que Alexander... se fue, apareció un tipo.

Comentó sentándose en una banquita. Sabía que se refería a sí novio. Imité su acción.

-Creo que fue él quien asesinó a Alex y su familia e intentó atacarme. Justo en ese momento apareció Owen, quien había estado entrenando su habilidad según lo que me contó. Estaba en otra dimensión y cuando intentó volver a la nuestra, se equivocó de lugar. Casi acabamos hechos papilla los dos. -Rió con tristeza-. Logramos escapar por poco. Estoy muy agradecida con él aunque a veces quisiera estrangularlo.

No la culpaba, su espíritu te llevaba a pensar en eso. Tenía cierto parecido a Oliver.

-Todos a los que nos otorgaron una habilidad y estamos en esto, hemos tenido un pasado muy duro. Pero pensé que tú no habías sufrido tanto. Creo que la razón por la que me porté mal contigo era porque sentía envidia de lo bien que te estabas integrando al grupo, cuando a mí me costó demasiado hacerlo.

Terminó de hablar mientras agachaba la cabeza. En el fondo la entendía, ya que ambas tuvimos un mal pasado. Aunque según lo que acababa de decir no éramos las únicas. Estaba apunto de decir algo cuando de repente sentí unas fuertes punzadas.

"Cuidado."
"Aléjate y corre."
"Y.H. es peligroso."
"No somos tus amigos."
"No te acerques a nosotros."
"Estás queriendo meter las manos en el fuego."

Agarré con dolor mi cabeza. Escuché como Katherine me llamaba. Levanté la mirada topándome con la de una extraña chica, quien solo me observaba desde la distancia.

-Eva, ¿qué sucede?

"Nada."

Mentí.

"¿Y si mejor nos vamos de aquí?"

Dije levantándome del banco y comenzando a caminar en dirección a la casa. Katherine volvió a tomar la palabra.

-¿Estás seguras qué estás bien?

"Sí, no te preocupes."

Miré a donde hace unos instantes se encontraba aquella misteriosa chica. Pero desapareció. Ya no la veía por ninguna parte.

Me obligué a poner mi mente en blanco y hacer del recuerdo de esa chica misteriosa, como si nunca hubiera existido. Ya tenía suficientes problemas por ahora.

Continuará...

Frase del capítulo: Nunca podrás ocultar quien eres en realidad.

***

Hola, espero este capítulo les haya gustado. Ha estado un poco calmada la cosa, ¿no? Eva ya merecía un poco de calma en su vida jsjsjsj
Y...hemos regresado con una nueva dinámica.

Ustedes podrán comentar acá una situación, la que quieran, de cómo reaccionaría tal personaje de esta historia si le pasara tal cosa. Por ejemplo; ¿Cómo reaccionaría (nombre del personaje) si se quedara encerrado en un baño público.

Serán como pequeños relatos graciosos o...terroríficos, quien sabe 🤭

Emily-capote_14 y yo estaremos respondiendo y relatando cualquier "situación" que ustedes escriban por acá y las publicaremos en la página de Facebook "Trilogía Silencio"

Espero se animen a participar 😊

Nos leemos pronto
Anyi <3

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