Único
A su lado, el colchón se hundió al resentir un peso extra sobre la cama. Él solo se movió un poco, girando con pereza, atraído por el olor del cuerpo que acaba de interrumpir su descanso.
Hwang Hyunjin no necesitaba abrir los ojos, ni prender la luz de su pequeña lámpara, para poder adivinar quién era la persona que se había colado hasta meterse entre sus sábanas segundos atrás. Aún así, lo hizo: una vez que estuvo cara a cara con el recién llegado, estiró su brazo por encima del cuerpo ajeno y, quedando solo un poco por encima del intruso, alcanzó la cadena que funcionaba como encendedor de la lámpara que iluminaba débilmente, al estar un tanto desgastada. Tiró de ella para poder tener un poco de iluminación.
Así se hizo la luz, una que casi no alumbraba. Hyunjin pudo apreciar un pequeño par de ojos que lo miraba con travesura, pero al mismo tiempo con un poco de sueño, como si lo estuvieran invitando a acurrucarse a su lado; el intruso tenía unos bonitos labios que no pudo evitar mirar con atención en cuanto comenzaron a moverse para poder hablar.
—¿Te desperté? —susurró con un poco de preocupación, mordiendo, solo un poco, la comisura de sus hinchados belfos.
Hyunjin negó. Llevó su mano hasta el rostro del contrario, queriendo hacer que dejara de morder su labio. Luego acomodó un poco los mechones, castaños y rebeldes, que caían sobre la frente de la persona que estaba enfrente de él, molestando un poco su visión.
—No tenía mucho que me había acostado —explicó en el mismo tono con el que la pregunta había sido hecha. Luego cambió su expresión por una de fastidio, arrugando su nariz y frunciendo el ceño—; además, Changbin está más cansado de lo usual, Jisunggie. No creo que me hubiera dormido pronto.
Hyunjin rodó los ojos dejando que su espalda nuevamente tocara el colchón y se quedó mirando el techo; eso bastó para que Jisung riera por lo bajo, divertido por la actitud del pelinegro. Luego apoyó su peso sobre su codo para poder alzarse y ver a través de los espacios que tenía la estantería que dividía en dos la habitación de los mayores del grupo.
Ahí, al otro lado de la recámara, pudo observar el cuerpo de Changbin tendido, dándoles la espalda, sobre su propia cama. El mayor no se movía, solamente estaba respirando fuertemente y balbuceando cosas inentendibles para él, de ahí que Hyunjin lo encontrara poco apto para lograr conciliar el sueño pronto.
—Binnie está cansado, hyung —habló Jisung de manera suave, acomodándose nuevamente al lado de Hyunjin, obligando a que el pelinegro volteara a verlo nuevamente—. Déjalo descansar.
Hyunjin suspiró y asintió, haciendo caso a la petición del menor, su dongsaeng tenía razón, Changbin merecía descansar después de todo el esfuerzo que había hecho durante las grabaciones del episodio de Skz! code. Jisung le regaló una sonrisa que hizo desaparecer sus ojos y luego, de manera lenta, se acercó hasta el rostro del mayor y ahí abultó sus labios para poder besar con cariño los grueso labios de Hyunjin.
El pelinegro no tardó en corresponder el contacto, mordiendo con cuidado el labio inferior de Jisung para que abriera la boca como acto reflejo. Sus lenguas se tocaron tímidamente y el contacto no fue más allá, se separaron para poder buscar sus miradas nuevamente.
Hyunjin volvió a retirar el cabello del rostro de Jisung y depositó un beso más en sus labios, uno más sobre su nariz y pronto el resto del rostro del menor se vio acariciado por los besos de Hyunjin.
Luego Hyunjin se acomodó atrayendo a Jisung en un abrazo, quedando de frente y con las piernas ligeramente enredadas. Jisung se dejó hacer, recibiendo gustoso los besos que llegaron después de que el mayor lo rodeara con sus brazos sobre la cintura, tratando de desaparecer el espacio que había entre sus cuerpos.
El rastro de besos que Hyunjin dejaba sobre sus mejillas, así como las coquetas mordidas que daba sobre sus labios, hicieron que Jisung se diera cuenta de lo mucho que había extrañado estar en esa posición con el pelinegro, disfrutando de las manos y del cuerpo del contrario que expresaba con cariño cuánto lo quería.
Eran comos dos piezas de un rompecabezas, siempre encajaban cuando se buscaban. Se complementaban y se disfrutaban.
Suspiró, recordando el último momento en el que habían tenido un poco de intimidad, parecía demasiado lejano. Una idea traviesa y coqueta pasó fugazmente por la mente de Han Jisung. Sabía que al otro lado de la habitación estaba Changbin, pero también podría apostar que no se despertaría pronto, mucho menos si eran silenciosos.
Tenía semanas que Hyunjin y Jisung no se tocaban, al menos no como querían. Y el menor ya estaba harto de únicamente darse besos, pequeños picos, cuando nadie más los veían; quería tener un momento de intimidad con el mayor, un momento que sus actividades en el grupo no habían permitido.
Su rostro no pudo evitar formar una mueca llena de frustración, estaba pensando de más lo que quería hacer; odiaba cuando hacía eso. Pero un beso y una mordida por parte de Hyunjin fueron suficientes para mandar al demonio su moral y el poco respeto que aún tenía por Changbin.
—¿Seguro que quieres dormir, hyung? —preguntó Jisung en un hilo de voz con un tono mucho más sugerente de lo que había querido, manteniendo una sonrisa ladina que hizo a Hyunjin dudar si sus intenciones de aquella noche eran dormir abrazados hasta que llegara el momento de despertar.
Hyunjin no tuvo tiempo de preguntar qué era lo que Jisung planeaba. Las pequeñas manos del castaño fueron más rápidas que cualquier pensamiento que el mayor pudiera tener y, aprovechando la cercanía de sus cuerpos, Jisung estiró su brazo hasta alcanzar la entrepierna de su hyung, tocando solo por encima de la ropa, sobando con lentitud provocando que el mayor recibiera una descarga eléctrica en la zona, activando esa parte del cerebro que se encargaba de su placer.
Hyunjin entonces jadeó por la sorpresa, pero no se echó hacia atrás. Tal vez él había estado pensando lo mismo que Jisung, pero tenía aún más presente a Changbin de lo que lo tenía el menor.
—¿Qué haces, Jisung? —susurró contra sus labios, estirando su propia mano para buscar detener a Jisung cuando oyó que del otro lado de la habitación Changbin volvía a quejarse.
Jisung lo siseó con la misma sonrisa que invitaba a Hyunjin a unirse a su juego. Han volvió a estirar su cuello para besar a su hyung nuevamente, de manera lenta y superficial, solo para que Hyunjin guardara silencio y lo dejara hacer lo que ambos querían.
El menor comenzó a incorporarse poco a poco para poder besar de mejor manera a Hyunjin, sin dejar de acariciar por encima de la tela, quedando ligeramente sobre el cuerpo del mayor. Después, cuando el movimiento entre sus labios aumentó, probó metiendo su mano finalmente más allá de la pijama, colándose entre la tela de la ropa interior y la piel caliente de su hyung.
Hyunjin succionó con suavidad el labio inferior de Jisung cuando la mano del castaño encontró la punta de su miembro, acariciando y dando apretones por toda la extensión mientras su mano quería abarcar toda la extensión.
Jisung se quejó un poco cuando una nueva mordida llegó hasta la delicada piel de sus labios, pero permitió que Hyunjin ingresara su lengua a su cavidad bucal, jugando un poco con el sinhueso contrario. Sus lenguas se reconocían de manera tranquila, enredándose, siguiendo el ritmo que la mano de Jisung llevaba sobre Hyunjin, extremadamente lento.
Jisung continuó con las caricias, subiendo y bajando por el tronco hasta llegar a la base y apretar suavemente toda la carne que su mano podía abarcar. El sonido de sus besos continuaba siendo oculto por los balbuceos que Changbin dejaba salir, quejándose entre sueños.
Se separaron respirando profundamente. Fue el turno de Hyunjin para inclinarse sobre el cuerpo de Jisung, buscando la piel de su cuello para poder besarla sin dejar marcas, solo rastros de sus besos y un poco de saliva al lamer la piel con travesura, sintiendo cómo las caricias de Jisung sobre su pene actuaban ahora según los besos que Hyunjin le regalaba a su cuello y ahora a sus clavículas también.
El pelinegro suspiró el nombre de Jisung cuando se separó un poco para poder ver el tímido sonrojo que se había instaurado en los pómulos del menor. La iluminación continuaba siendo pobre, pero no necesitaban más para hacer lo que sus cuerpos pedían.
Con sus miradas conectadas y una sonrisa maliciosa en el rostro de cada uno, Hyunjin retiró con suavidad la mano de Jisung de su entrepierna. Y antes de que el menor pudiera preguntar por qué, Hyunjin dio un último beso antes de llevar su dedo hasta sus labios, pidiendo silencio.
—No estamos solos —le recordó.
Jisung vio cómo el mayor tomaba las sábanas para cubrirse con ellas y desaparecer debajo en un movimiento rápido. Dio un respingo cuando sintió las manos de Hyunjin posarse sobre sus caderas con la única intención de bajar sus pantalones y retirarlos con el mismo cuidado con el que quitó la prenda interior.
El cuerpo entero del menor cosquilleaba y lo único que podía ver era el bulto que la figura de Hyunjin formaba al estar cubierto por la sábana blanca y el edredón encima. Sus piernas fueron movidas con suavidad; sus talones se acercaron al resto de su cuerpo y sus piernas fueron sutilmente abiertas para permitir que Hyunjin se posicionara en medio de ellas. Sentía las manos de Hyunjin sobre sus muslos al mismo tiempo que el mayor besaba la cara interna de ellos, lamiendo y succionando peligrosamente cerca de su ingle.
Su cuello no podía ser marcado por los besos de Hyunjin, pero estaba seguro de que sus muslos terminarían llenos de mordidas y marcas moradas, no le quedaba hacer nada más que disfrutar.
Hyunjin jugó un poco más con la zona antes de guiar su atención hacia la entrepierna de Jisung y meter la cabeza del miembro semi erecto del menor entre sus labios, succionando lentamente la punta para después lamer el resto del falo. Jisung tuvo que ahogar sus jadeos cuando Hyunjin engulló por completo la extensión. La tela sobre Hyunjin se movía por el ritmo, de arriba a abajo, que llevaba su cabeza.
El menor, comenzando a inundarse de placer, giró su rostro buscando la cama al otro lado de la recámara. Changbin seguía respirando con tranquilidad sobre su cama, dándoles la espalda pero quejándose de vez en vez. De esa manera el castaño comprobó que el mayor continuaba dormido mientras él estaba disfrutando de cómo Hyunjin ahuecaba sus mejillas para poder tragar a gusto.
La atención sobre su pene duró poco, Hyunjin dio una última succión antes de continuar su recorrido bajando más y más, lamiendo todo lo que podía hasta que finalmente se apoyó de sus manos para abrir con cuidado las mejillas del trasero del menor y acariciar ahí con lentitud, jugando con la paciencia de Jisung.
Un dedo comenzó a acariciar alrededor de la entrada del menor, acercándose para presionar el anillo sin llegar a penetrarlo.
El menor no pudo evitar sususrrar una maldición cuando se dio cuenta que el mayor estaba buscando desesperarlo con caricias superficiales que ya no eran suficientes para él; necesitaba sentir que Hyunjin iba más allá.
Levantó el edredón, permitiendo que la luz de la lámpara a penas si iluminara un poco el rostro de Hyunjin. Encontró una sonrisa soberbia, el pelinegro sabía que Jisung estaba completamente a su merced.
Hyunjin era como un gato entre las sábanas, oculto, jugando con la presa que estaba a punto de devorar. Sus manos seguían sobre los mulos de Jisung, dejando sus dedos marcados por la presión que hacían para evitar que el menor cerrara las piernas.
Sus ojos se encontraron, Jisung le dedicó una dura mirada por estar jugando de esa manera con él, Hyunjin solo estaba esperando el momento adecuado en que Jisung pudiera apreciar lo que estaba a punto de hacer.
Y así fue, Jisung vio cómo de un momento a otro la cabeza de Hyunjin bailaba de nuevo entre sus piernas, lamiendo alrededor de su pequeño anillo con hambre, mientras una de sus manos regresaba la atención a su miembro hinchado, acariciando el glande y jalando la piel que lo rodeaba.
Movió un poco las caderas para adelante, buscando más contacto. Dejó caer las sábanas sobre Hyunjin nuevamente y echó su cabeza hacia atrás, hundiéndose en la almohada al mismo tiempo que mordía sus labios para contener el gemido que la lengua de Hyunjin había provocado al entrar en él sin previo aviso.
Hyunjin obligó a Jisung a acomodar su piernas sobre sus hombros, para tener mayor acceso al anillo rosado que se contraría por las lamidas que estaba recibiendo. Fue solo el comienzo, pues de manera efusiva, Hyunjin comenzó a meter y a sacar su lengua de Jisung, incorporando poco a poco un dedo que se resbalaba en el interior gracias a la saliva que actuaba como lubricante. Lo movía en círculos, acariciando con lentitud la carne caliente de su interior.
Quería, necesitaba, gemir. Pero no podía arriesgarse a que Changbin los escuchara y terminara por despertar.
Cuando Hyunjin metió un segundo dedo en él no pudo hacer otra cosa que hundirse lo más que pudo en el colchón, llevando el dorso de su mano hasta sus labios para acallar los jadeos que comenzaban a salir de sus labios con más frecuencia. Giró su rostro, observando la figura de su hyung dormir mientras a él le comían el trasero tan jodidamente bien.
No podía más. Haciendo su mayor esfuerzo, tiró nuevamente de las sábanas para buscar el rostro de Hyunjin, pidiendo que parara en silencio. El pelinegro así lo hizo cuando las caderas de Jisung se alejaron un poco de su rostro, luego la pequeña mano de Jisung tocó su mejilla para atraer sus labios en un nuevo beso que Hyunjin no tardó en corresponder.
Hyunjin terminó encima de Jisung, aprisionando el cuerpo del menor debajo de su propio peso, respondiendo de manera hambrienta el demandante beso que estaban compartiendo. No quiso quitarle la atención al resto del cuerpo de Jisung, por lo que, sin previo aviso, metió dos dedos nuevamente en su trasero, haciendo tijeras para poder expandir la piel.
Jisung lamió con sensualidad los labios de Hyunjin cuando sintió un tercer dedo ingresar en él, moviéndose en armonía con los dos que ya estaban adentro. Sus caderas comenzarona mecerse en sentido contrario a la mano de su hyung, buscando profundizar el contacto.
Desesperado, Jisung comenzó a retirar las prendas inferiores de Hyunjin para quedar iguales. Su pijama se perdió en algún lugar del suelo, pero su mano derecha encontró rápidamente el miembro palpitante de Hyunjin para comenzar a acariciar nuevamente, de arriba a abajo al mismo tiempo que los besos continuaban entre ellos dos.
Ambos estaban sudando, los movimientos no era agresivos ni rudos aún, por lo que solo los besos hacían ruido, pero los quejidos de Changbin seguían siendo más audibles. Jisung sintió lástima por Changbin, mientras él y Hyunjin tocaban sus cuerpos sin pudor alguno, seguramente el mayor de los tres estaba teniendo una pesadilla que lo hacía quejarse entre balbuceos.
El ritmo sobre el miembro de Hyunjin comenzó a aumentar más y más. Jisung acariciaba con devoción toda la extensión sin dejar de mover sus caderas contra los dedos de Hyunjin, que cada vez iban más profundo, haciendo gancho sus dedos y saliendo por completo para entrar de manera rápida. Fue el mayor quien detuvo todo eso cuando consideró que Jisung estaba listo para recibirlo.
Se separó del cuerpo del menor solo para estirarse hasta el primer cajón del buró y buscar un condón entre su ropa doblada. Jisung negó, tomando el rostro de Hyunjin entre sus manos para que volteara a verlo, deteniéndose a mitad de la búsqueda.
—Podemos hacerlo esta vez así —casi rogó, recibiendo un beso por parte de Hyunjin.
—¿Estás seguro? —preguntó Hyunjin. Confiaba ciegamente en el menor, pero la pregunta siempre era obligada.
Jisung asintió, llevando su mano hasta la entrepierna de Hyunjin, acariciando la zona nuevamente para provocar a Hyunjin y que este no tardara en complacerlo. El mayor reaccionó positivamente al ponerse encima del cuerpo de Jisung, apoyándose con su codo mientras su diestra alineaba la cabeza de su miembro en la entrada del castaño.
El castaño mordió su propio labio cuando la erección comenzó a entrar lentamente, abriéndose paso entre sus paredes. Sus labios se buscaron nuevamente, uniéndose en un húmedo beso que servía para acallar los gemidos que poco a poco comenzaron a salir armónicamente de la garganta de Jisung.
Hyunjin esperó un momento a que Jisung se acostumbrara a lo grueso de su carne, luego, cuando Jisung asintió indicando que podía comenzar a moverse, así lo hizo. Dejando a Jisung sobre el colchón y el incorporándose poco a poco, tomando sus caderas para poder arremeter contra él de manera fuerte, lenta y profunda.
El pelinegro salía casi por completo para ingresar de nuevo, viendo con hambre la manera en que su pene desaparecía casi por completo entre las mejillas redondas del trasero de Jisung.
Las embestidas comenzaron a aumentar la velocidad con la que Hyunjin se enterraba en Jisung. La cama comenzó a mecerse por la fuerza que el mayor usaba, pero agradecían que la cabecera estaba fija a la ventana y, además, era acolchonadada. No hacían demasiado ruido, y el poco que salía de sus labios los silenciaron con besos.
El castaño elevaba sus caderas para poder atrapar de mejor manera las embestidas que Hyunjin le daba.
Las penetraciones se hicieron erráticas, indicio de que estaban a punto de llegar a un orgasmo. Fue entonces que Hyunjin paró haciendo que Jisung lo mirara de mala manera, dispuesto a discutir, pero el mayor fue más rápido, saliendo de él al mismo tiempo que le daba un beso y jalaba su cuerpo para dejar a Jisung esta vez sobre él.
Jisung entendió de inmediato qué era lo que Hyunjin quería. Comenzó a acomodarse, manteniendo su ceño fruncido, pero nuevamente Hyunjin lo detuvo.
—Date la vuelta, cariño —le susurró palmeando un poco su trasero. Jisung rodó los ojos, pero así lo hizo, no le incomodaba en realidad.
Acomodó sus piernas en los costados de Hyunjin. Inclinándose hacia la orilla de la cama y dando la espalda a la cabecera donde Hyunjin se había acomodado.
En silencio volvió a ponerse a horcajadas sobre la pelvis del mayor, alineando la polla de Hyunjin a su entrada. Bajó lentamente y Hyunjin pudo apreciar la manera en que su erección desaparecía entre las mejillas de su dongsaeng; Jisung mordió sus labios girando su cabeza nuevamente hacia Changbin.
Soltó un suspiro cuando Hyunjin penetró completamente en él. Sin dejar de mirar a Changbin, sintió unas suaves palmaditas por parte de Hyunjin que le pedían comenzar a moverse sobre su pareja.
Comenzó de arriba a abajo, apoyándose en las piernas de Hyunjin para poder aumentar el ritmo de las penetraciones, luego se sentaba por completo para mover sus caderas en círculos y luego de delante hacia atrás antes de volver a saltar nuevamente sobre el miembro gordo de Hyunjin.
El rapero alzaba su pelvis justo en el momento en que Jisung bajaba para enterrarse más profundo. Los jadeos poco a poco comenzaron a subir, Jisung intentaba con toda fuerza no gemir, pero no pudo continuar guardando un quejido cuando sintió que Hyunjin tocaba su punto.
El mayor chasqueó la lengua, dándose cuenta que Jisung pronto comenzaría a gemir. Y de un movimiento, sin salir de su interior, se incorporó para esta vez dejar a Jisung nuevamente bajo su cuerpo, acomodándose de tal manera que el pecho del menor quedara contra el colchón, con el trasero en alto para que esta vez Hyunjin guiara de nuevo las envestidas contra Jisung.
Puso las manos sobre su cadera, haciendo que esta se moviera en sentido contrario a sus estocadas. Jisung enterró su cara en el edredón, ahogando los quedos gemidos que salían de sus labios con cada penetración que Hyunjin hacía a su ya adolorida entrada. El rapero dejó una de sus manos sobre la piel de Jisung en el hueso de la cadera, y con la otra se inclinó para poder tomar la polla necesitada del menor, tomándola para tirar de ella.
No pasó más tiempo cuando finalmente Jisung pudo correrse entre las manos de Hyunjin, agitado y sin poder respirar de manera correcta, sintiendo las embestidas contra él un momento más hasta que Hyunjin llegó al orgasmo, corriéndose en el interior de Jisung mientras dejaba besos sobre su nuca reluciente por el sudor bajo la tímida luz de la lámpara.
Jisung se dejó caer por completo, haciendo que Hyunjin cayera sobre él. Ambos dieron un suspiro profundo mientras se acomodaban para quedar frente a frente, Cuando Hyunjin se movió del interior de Jisung, el menor sintió frío y vacío entre sus piernas, cerca de su intimidad, pero eso duró poco ya que Hyunjin lo cobijó torpemente con lo que pudo jalar del edredón.
Hyunjin retiró de la frente de Jisung unos cuantos mechones que se habían quedado pegados ahí gracias al sudor, y luego apretó un poco sus mejillas para atraerlo en un nuevo beso que Jisung correspondió con ternura.
Compartieron un dulce momento lleno de besos y caricias, y también susurros diciendo lo mucho que se amaban.
—¿Tomamos una ducha? —preguntó Hyunjin mirando el reloj que había en su buró, en realidad no era tan tarde y una ducha les haría bien para sus cuerpos.
Jisung se quejó, no quería moverse pero Hyunjin lo obligó a hacerlo cuando metió uno de sus dedos en el trasero de Jisung demostrándole por qué debía limpiarlo.
El menor se paró a regañadientes, aceptando su derrota y caminando descalzo y en silencio hacia el baño, se encargaría en calentar el agua en lo que Hyunjin recogía la ropa que había terminado regada alrededor de su cama.
Echó una última mirada a Changbin, se había mantenido en esa misma posición todo el rato que Jisung y él compartieron un momento íntimo. Frunció el ceño, había dejado de quejarse, pero no pudo darse cuenta cuándo había ocurrido aquello.
—¿Hyung? —el pelinegro elevó la voz, temiendo una respuesta por parte de su hyung.
No hubo contestación, aún así Hyunjin se acercó casi en puntillas hasta la cama del mayor, queriendo cerciorarse que su hyung continuara dormido como esperaba que hubiera estado todo el rato.
Hyunjin encontró el semblante de Changbin relajado, respirando con tranquilidad con la boca ligeramente abierta. El pelinegro soltó el aire que había estado conteniendo al darse cuenta que no había nada de lo que preocuparse y tras tapar bien a su hyung, salió de la habitación dispuesto a tomar esa ducha con Jisung.
El silencio se hizo de nuevo en la habitación de los mayores del grupo. Hasta que Changbin abrió los ojos lentamente, frustrado.
—Maldición... —susurró Changbin cuando escuchó la puerta del baño cerrándose. Había escuchado al menos la mitad de lo que Hyunjin y Jisung habían hecho al otro lado de la habitación.
Llevó su mano hacia su entrepierna, tocando superficialmente la erección que había crecido al oír los gemidos ahogados de Jisung y el choque de la pelvis de Hyunjin contra el trasero del vocalista menor.
Negó, cerrando los ojos nuevamente al mismo tiempo que metía la mano por debajo de su ropa interior, tocando su erección con lentitud antes de envolverla por completo con su mano y comenzar a tirar de ella para masturbarse con la imagen mental que se había hecho de sus dongsaeng teniendo sexo frente a él.
No volvería a dejar que Jisung irrumpiera en su habitación por la noche.
Fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro