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Nota: el pájaro carpintero se llama Uriel

—Pues yo creo que lo mejor es el azul, es un color muy bonito—
Argumentaba Cecilia.

Uriel:Yo creo que lo mejor sería no tener que hacer esto, hay muchas maneras mejores de pasar mi fin de semana que comprando listones para un festival

Jace:Si, cálmate, pero escoge un color

Aún refunfuñando Uriel lo pensó por un momento

Uriel:Morado

Jace:No vamos a decorar de azul y morado

Cecilia:¿Qué tal azul y blanco?

Uriel:Pues tú eres la encargada

Cecilia:Entonces azul y blanco será, vamos, hay una tienda a unas cuadras, tomamos al autobús y llegamos en unos veinte minutos.

Uriel, Cecilia y Jace eran los encargados de la decoración para el festival de fin de curso, Uriel era el más descontento con la situación pero aún así su sentido de la responsabilidad le impedía no cumplir.
Subieron al autobús y se encontraron con que ya iba lleno, así que tuvieron que ir parados, unos metros más adelante, un asiento se desocupó por lo que Uriel y Cecilia se sentaron, a la siguiente parada, una pareja bajó así que se desocuparon dos, Jace caminó hacia allá y se sentó, se puso los audífonos y se dedicó a mirar por la ventanilla, pasaron diez minutos y vio subir a tres sujetos con mochilas, se detuvieron en la puerta y hablaron con todos, Jace no los escuchó pero asumió que eran vendedores, éstos comenzaron a pasar asiento por asiento, cuando llegaron con él uno de ellos abrió su mochila hacia Jace, él solo lo miró y le mostró su palma

Jace:No, gracias

El sujeto se le quedó viendo extraño

"¿Ahora ya no se les puede decir que no?" pensó Jace, con la indignación a tope, los sujetos bajaron e inmediatamente después sintió a alguien sentarse a su lado, volteó y se encontró con Uriel.

Uriel:¿Estás bien?, ¿Qué te quitaron?

Parecía preocupado, pero al verlo quitarse los audífonos su expresión cambió a una confundida

Jace:¿Qué?

Uriel:¿No te quitaron el celular?

Jace:¿Quién?

Uriel:Los ladrones

Jace:¿Cuáles?

Entonces Cecilia se acercó

Cecilia:¿Estás bien?

Jace:Si

Cecilia:¿No te quitaron el teléfono?

Jace:¿Qué les pasa?

Uriel:¿Qué te pasa a tí?, nos acaban de asaltar y tú ni te enteraste

Jace:¿Era un asalto?

Uriel:Pues claro, ¿Qué más?

Jace:Creí que eran vendedores

Cecilia:Pero qué suerte tienen algunos

Jace:¿Y ahora qué vamos a hacer?

Cecilia:Pues regresaremos otro día, acaban de llevarse el dinero.

Uriel:Bravo, osea que ésto sirvió para pura m...

Jace:¡Hey! Calma, tampoco es para tanto

Uriel:Esperen, ¿Estás segura de que tú traías el dinero?

Cecilia:Bueno, eso creo

Uriel:¿Crees?

Cecilia:Pues, ahora que lo pienso, no estoy muy segura

Uriel se giró para que no lo vieran, fingió buscar en su mochila.

Uriel:¿Cuánto era?

Cecilia:Dos mil

Uriel convirtió sus audífonos en dos mil pesos, no quería volver, así que los tomó y se los mostró a Cecilia

Cecilia:¿Cómo...

Uriel:No importa, ahora, vamos a comprar

Al llegar a la tienda Cecilia entró a comprar mientras Jace y Uriel la esperaban en la entrada

Jace:¿Cómo hiciste eso?

Uriel:¿Qué?

Jace:Yo ví cuando Cecilia puso el dinero en su bolsa, y también ví el contenido de tu mochila, tú no tenías dinero

Uriel:Creo que estás confundido

Jace:No, confiesa, ahora.

Uriel suspiró y pensó en lo que diría

Uriel:De la misma manera en que hago esto.

Tomó una roca del piso, la levantó, la puso sobre su palma, cerró la mano y al abrirla se encontraba en su lugar un pañuelo

Jace:Sigo sin entender

Uriel volvió a cerrar la mano y al abrirla, en lugar del pañuelo, estaba un billete de cincuenta pesos.
Jace estaba atónito

Uriel:Guarda el secreto, por favor

Jace asintió, pero sentía que había algo que Uriel no le había dicho

Athan:Supongo que tendré que resignarme

Ilan:Eso parece, después de todo hay muchas personas a las que no les celebran sus diecisiete años

Athan:Pero, por alguna razón, quería hacerlo, en fin, ya no hay nada que hacer, mi cumpleaños es en tres días

Ilan:¿Tres días?

Athan:¿Lo olvidaste?

Ilan:Si, lo siento

Athan:Ya ni me sorprende, de ti se puede esperar cualquier cosa

Ilan:Bueno, tal vez no esperas cualquier cosa, pero bueno, descansa, nos vemos mañana

Se despidieron y colgaron el teléfono.

Ilan lo observaba desde la casa de al lado, la luz de Athan se apagó y unos minutos después se abrió la puerta de la casa y por ella apareció la señora Elena, mamá de Athan, una vez que estuvo en la calle volteó hacia todos lados, parecía buscar algo, Ilan se acercó.

Ilan:¿Qué haces?

Elena:Buscándote

Ilan:¿A mí?

Elena:Si, quería pedirte algo

Ilan:Adelante

Elena:En tres días Athan cumple diecisiete, así que tendrá que irse, ¿No?

Ilan:Así es

Elena:Y no ha vivido nada, se la pasa aquí metido, casi no sale, no se divierte.

Ilan:Bueno, depende de qué concepto tengas tú de diversión

Elena:Quiero que viva, disfrute y cometa los mismos errores que cualquier otro joven de su edad

Ilan:¿Más específicamente?

Elena:No sé, salir con sus amigos, ir a fiestas, cualquier cosa, quiero regañarlo por llegar borracho en la madrugada o por no contestar el teléfono

Ilan:Espera, espera, ya me perdí, haces esto por él o por ti

Elena:Por los dos

Ilan:¿Y eso qué tiene que ver conmigo? Haga lo que haga yo siempre estaré con él cuidándolo

Elena:Exacto, por eso, quiero que tú hagas todas esas cosas con él

Ilan:Quedan tres días, como máximo cuatro, no sé si tenga tiempo, además, si él no quiere, no hay nada que yo pueda hacer.

Elena:Confío en tí, al menos inténtalo

Athan:Quiero ir a comprar un libro, ¿Me acompañas?

Ilan:Si, vamos.

Fueron a la librería, y cuando iban de regreso comenzó a llover, al principio era muy leve pero la intensidad fue aumentando hasta que tuvieron que buscar refugio

Athan:Allá

Señaló una iglesia que estaba a unos metros.
Corrieron hasta ahí, Ilan solo pensaba en la manera de salir, las iglesias, los sacerdotes y él no tenían un pasado muy amistoso.

Athan:Está abierto

Entraron, y se sentaron en una banca,
Ilan no encontraba ninguna excusa para irse, una hora después apareció un sacerdote que al verlos volvió rápidamente al lugar del que había salido.

Ilan:Por favor, no lo hagas

Susurró Ilan, pero de nada sirvió

Sacerdote:¡Sal de aquí monstruo!

El sacerdote salió con agua bendita y se dirigía hacia Ilan, él se levantó y retrocedió.

Athan:Padre, ¿Que pasa?

Sacerdote:¡Aléjate de él muchacho!

Athan:Pero por qué

Sacerdote:¡Ese que tienes a un lado es Lucifer!

Ilan no pudo evitar reír ante semejante idea.
El sacerdote lo vio y se acercó aún más molesto, Ilan seguía retrocediendo hasta que no tuvo más espacio, el religioso llegó hasta él y se dispuso a bañarlo en agua bendita, Ilan solo se pegó lo más que pudo a la pared, se hizo un ovillo en el piso y cerró con fuerza los ojos esperando sentir el terrible ardor del agua, pero eso no sucedió, abrió los ojos y se encontró escurriendo de agua, pero no ardía, sonrió burlonamente y se levantó.

Ilan:¡Qué barbaridad!, Ya no los hacen como antes

El sacerdote estaba confundido pero no se dejó intimidar, sacó un crucifijo y lo colocó entre él e Ilan.
Ilan no dejó de sonreír, se dirigió a Athan

Ilan:Creo que lo mejor será irnos

Athan asintió, caminó hasta la puerta y cuando estaba por salir el padre gritó

Sacerdote:No deberías huir de los sacerdotes después de lo que le hicieron a tu hijo

Ilan se detuvo bruscamente, Athan lo miró y pudo ver el enojo en su rostro.

Ilan:Athan, espérame afuera

Athan asintió y salió pero inmediatamente regresó para ver lo que sucedía sin que Ilan lo viera.
Ilan caminó con calma hasta el sacerdote, después lo tomó de la sotana y lo lanzó con tanta fuerza que el hombre voló por los aires hasta aterrizar en el altar.


Uriel:¿Me escuchan?
Ami:Si
Rafa:Aquí estoy
Fanny:Claro
Ricardo:Adelante
Manuel:Obvio
Sava:Presente
Sara:Escucho
Salem:Yo sí
Karen:¿Qué pasa?
Uriel:¿Leo?
...
Ami:También falta Ilan
Uriel:Necesito a Leo, ¡Rápido!.

Leo y Adriana se habían quedado dormidos mientras veían películas

¡Leo!

Al escuchar el grito se giró rápidamente cayendo de la cama, el movimiento brusco provocó que Adriana también despertara

Leo:¿Qué te pasa?

Adriana:¿Qué te pasa a tí? Me despertaste

Leo:¿No me estabas hablando?

Adriana:No

Oye, soy yo, Uriel

Al escucharlo Leo suspiró y volvió a subir a la cama

Leo:No importa, vuelve a dormir

Pero Adriana no lo hizo, se quedó despierta, escuchando lo que se decía en la mente de Leo

Leo:¿Qué pasa?
Sara:¡Vaya! Creí que no aparecerías
Uriel:No es momento para pelear, tenemos un problema
Leo:Para que quisieras hablar con todos debe ser algo importante
Uriel:Se trata de Ilan
Fanny:¿Qué le pasó?
Uriel:Va a matar a un sacerdote si no hacemos algo pronto
Sava:¿Ilan va a matar a un sacerdote?, ¿Estás seguro?
Uriel:¡Claro! Todos sabemos que los sacerdotes odian a Ilan, mataron a un chico inocente frente a él solo porque le dió la hora
Karen:Eso es porque para la religión cristiana él es el diablo
Uriel:Solo esperemos que no lo bañen en esa maldita agua que arde
Leo:¿Ilan está solo?
Uriel:Athan está con él
Leo:¿Cuánto tiempo tenemos?
Uriel:Aún quedan cuatro minutos
Rafa:Aún tenemos tiempo
Karen:¿Tenemos que ir todos? Porque, Emm, Elián está... Ocupado
Leo:Los que puedan ir, háganlo

Leo se levantó y comenzó a prepararse para salir

Adriana:Voy contigo

Leo la miró, no dijo nada pero su mirada lo delataba

Adriana:Ya no necesitas estar cuidando de mi todo el tiempo

Leo:Está bien, pero te quedas afuera y mantienes a salvo a los demás dioses que vayan
Adriana:De acuerdo, Por cierto, ¿A qué agua se refería Uriel cuando dijo que ardía?
Leo:Al agua bendita, cuando se creó los sacerdotes le recitaban ciertas cosas que la verdad no conozco, pero al entrar en contacto con un cuerpo divino, como los de los guías provocaba que ardiera como el infierno.

El sacerdote no abandonaba su sonrisa cínica.
Ilan sentía cómo su enojo se hacía cada vez más fuerte, comenzaba a perder la cordura.

Ilan:Solo diré ésto una vez así que escucha bien: Él no era mi hijo, yo nunca he tenido ni tendré descendencia, él ni siquiera me conocía, ¡Pero ustedes lo mataron!

Sacerdote:Me hubiera encantado estar ahí, ver la sangre salir de su cuerpo, y verte a ti enloquecer por segunda vez

Ilan:Lástima, ya no se te hizo

Avanzaba hacia él, dió unos pasos y después se convirtió en serpiente pero el sacerdote ni se inmutó, solo sonrió con satisfacción, una reacción sumamente extraña para alguien que está a punto de ser atacado por una mamba negra de cuatro metros.

Ilan se acercó y cuando estuvo lo suficientemente cerca se preparó para lanzar una mordida e inyectar el veneno más letal y doloroso que pudiera crear, pero cuando estaba por encajar los colmillos en la piel del hombre, alguien tomó a la serpiente por la cola y la arrojó lejos.
Uriel transformó una banca de la iglesia en una especie de caja de cristal que colocaron encima de la serpiente, Leo solo los observó.
La serpiente se movía buscando liberarse, ya no era Ilan, estaba actuando como una serpiente genuinamente salvaje, entonces lo entendieron, voltearon hacia el sacerdote y pudieron ver dos espíritus dentro, uno era el verdadero y otro era el que tenía el control.

Leo se acercó y lo tomó por el cuello

Leo:¡Sal de ahí ahora!

Athan veía todo completamente atónito, cuando Ilan estaba por llegar al sacerdote, escuchó unos pasos detrás de él, volteó rápidamente y se encontró con Adriana

Adriana:Hola, ¿Todo bien?

Athan no sabía qué responder

Adriana:Es decir, ¿Tú estás bien? ¿No estás herido o algo?

Athan:¿Tú lo sabes?

Adriana:¿Lo que está pasando allá adentro? Si, soy Adriana

Athan:Soy Athan, un placer

Adriana:¿Eres el único aquí?

Athan:Bueno...

Adriana:Claro, si, además de ellos

Señaló hacia adentro y Athan pudo ver a la serpiente encerrada y a otras diez personas

Athan:Creo que solo somos tú y yo

Adriana:Excelente

Siguieron observando

Sacerdote:Huy, me descubriste

Leo:¿Por qué diablos estás aquí?

Sacerdote:¿Qué? ¿No puedo visitar a mi nene consentido?

Miró a la serpiente que seguía luchando por salir

Leo:Sabes que tu habilidad lo daña mucho, déjalo en paz

Sacerdote: Cálmate

Puso sus manos en los hombros de Leo

Sacerdote:Estás muy alterado, Hermanito

Leo:Cállate y sal de ahí

Sacerdote:No lo creo.

Leo:Ya fue suficiente.

Lo soltó y se alejó unos pasos

Leo:Uriel, Sara, sáquenlo de ahí

Caminó hacia la serpiente y lanzó una patada a la jaula que voló hasta chocar contra la pared junto con la serpiente, ésta de inmediato avanzó hacia Leo, pero él extendió su palma hacia ella, indicándole que se detuviera, la serpiente obedeció y se detuvo, después los ojos de Leo brillaron en azul e Ilan volvió a su forma humana, quedó acostado en el suelo sangrando por la nariz, apenas consciente.


Adriana y Athan veían todo a la distancia, cuando Leo soltó al cura, Adriana percibió algo

Adriana:Hay alguien más
Athan:¿Cómo?

Los dos buscaron a su alrededor hasta que Athan vió a alguien que observaba escondido dentro de la iglesia pero lejos del peligro.

Adriana:Ven conmigo

Despacio y cuidando no ser vistos se acercaron hasta él

Adriana:Oye

Él solo los miró

Adriana:Tranquilo, solo te haremos compañía, soy Adriana, y él es Athan

—Soy Jace—

Nadie dijo nada más y siguieron viendo.

Sara y Uriel se convirtieron en aves y volaron sobre el hombre, picoteándolo hasta que cayó inconsciente, en ese momento, Leo dejó a Ilan en el piso y se volvió hacia él, parecía no haber nadie, pero todos veían a un punto fijo en el que apareció una silueta, era imposible ver su rostro pero se podía deducir que era un hombre.

Leo y la silueta estaban de frente, pero ninguno dijo nada. La silueta desapareció y Leo se quedó mirando a la nada

Ilan comenzaba a reaccionar poco a poco.

Leo:Ya pueden venir

Adriana:Vamos

Se levantaron y avanzaron, entonces se encontraron frente a frente once guías espirituales y tres herederos.

Uriel:¿Jace?

Jace:Nada de "¿Jace?" Explícame ahora mismo lo que pasa

Uriel miró a Leo quien asintió mirándolo a él y a Ilan

Leo:Faltan solo unos días, hablen con ellos

Ami:Antes de eso, ¿No dirás nada?

Leo:No hace falta, todos ya saben lo que pasa

Sara:¿Porqué te quedaste ahí parado viéndolo irse?

Leo la miró molesto

Leo:No tengo por qué darte explicaciones

Sara:Si, sí tienes cuando es algo que puede afectarnos a todos

Leo:¡¿Y crees que no lo sé?!

Sara:¡¿Entonces?!

Leo:Lo arreglaremos en otro momento

Comenzó a caminar hacia la salida, a la mitad del pasillo se detuvo y giró hacia ellos, parecía querer decir algo, pero se mordió la lengua y guardó silencio.

Adriana:Leo no está bien

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