Cuando terminaron con las criaturas Athan tuvo una visión, era la misma que ya había tenido, los ojos de Leo e Ilan brillando en medio de un incendio, pero en esta ocasión pudo ver más allá, detrás estaban Emma y Sebastián, el humo se dispersó y vio los cuerpos de Zack y Noah en el piso y reconoció el departamento, el reloj indicaba que estaba sucediendo en ese preciso momento.

—Están en peligro, tenemos que regresar— indicó, inmediatamente arreglaron todo y se fueron, al llegar vieron las llamas en el interior de un departamento y la ventana rota, entraron y Azariel apagó el fuego rápidamente, Egan y Alex levantaron a Zack y Noah para ponerlos sobre un sillón a cada uno, Emma y Sebastián les contaron lo sucedido, también les dijeron que Leo quería que buscaran a Susana

Zack comenzó a despertar y al abrir los ojos lo primero que hizo fue buscar su collar, al sentirlo pareció aliviado, pero al no escuchar la voz de Leo se preocupó, miró la piedra y ya no era del azul intenso que era antes, tenía apenas un poco de color.

—No me digan que se fue— dijo casi entrando en pánico, los chicos solo asintieron

—No, no, ¿Y ahora qué? — preguntó

Noah también despertó, parecía más tranquilo que Zack, al ver la piedra pálida en su pulsera comprendió y solo suspiró

—No hay nada que hacer, sigue con tu vida— dijo Jace viendo a Zack y Noah atentamente

—Pues no habrá mucho— dijo Noah con amargura

—Te equivocas— Jace sonrió y los miró —Ilan los curó, ahora están perfectamente sanos— informó y Noah se sintió feliz, pero Zack no, no sabía qué hacer, aunque si sintió un poco de consuelo porque tendría más tiempo al lado de Egan, eso fue lo único bueno que pudo encontrar.

Sebastián lo abrazó con fuerza, feliz de no tener que perder a su hermano

En un momento en que se quedaron solos Egan y Zack hablaron sobre lo que harían.

—Voy a terminar con Joshua, ahora que tendré una vida más larga no puedo atarla a él— dijo Zack y Egan lo besó

—Totalmente de acuerdo contigo— se abrazaron

—Así es, ya se cómo revivir a los guías, si les interesa, porque hasta donde tengo entendido no van a seguir con ustedes— dijo Susana

—No los vamos a dejar muertos, así que dilo de una vez— dijo Kal

—Los guías fueron creados con energía divina, son una extensión de los dioses, cuando mueren, es porque su energía divina se debilita, entonces, si les dan energía podrán vivir nuevamente, Ricardo y Rafa volvieron porque la pulsera estuvo recibiendo la energía de Dru mientras peleaban— explicó

—Entonces debemos saturar de energía divina la pulsera— apuntó Cálix

—Exacto, para la mayoría de los guías funciona, pero para Leo es necesario algo más—

—¿qué? — cuestionó Adriana

—Almas—

—¿Almas? —

—Si, deben matar a algunas personas y colocar una gota de su sangre sobre la cuenta de Leo—

Después de mucho pensar y discutirlo decidieron hacer todo lo necesario, inmediatamente se pusieron manos a la obra, al tiempo que los guías de Urano seguían sin saber qué hacer.

Después de un mes finalmente todas las cuentas de la pulsera estaban del color que eran cuando Manuel la tenía, eso significaba que ya todos los guías habían renacido como humanos

—Pues el intercambio se terminó, la próxima semana volveré a Autralia— dijo Joshua

—Yo también me iré— agregó Noah

—Yo ya arreglé todo y me quedaré aquí— Puntualizó Zack

—Uy, justo el más idiota se tenía que quedar— se quejó Emma

—Pues es que Sebastián no se puede ir— respondió Zack

Todos rieron.

Mientras tanto, en una parte del mundo, un niño pequeño jugaba en el piso de su casa, de repente unos pies de adulto se detuvieron frente a él y alguien puso una mano sobre su cabeza

—Es hora de volver Rafa— dijo y Rafa tomó su forma adulta, sus ojos brillaron indicando su regreso

...
—Te quiero de regreso Sara—
...
—Hay que volver al ruedo Manuel—
...
—He venido por ti Fanny—
...
—Ven conmigo Karen—
...
—Vamos Uriel—
...
—El campo de batalla espera Ami—
...
—Hora de desempolvarse Sava—
...
—Vuelve Salem—

Susana estaba comiendo con Ricardo, desde que les había dicho a los dioses cómo revivir a los guías había estado muy triste.

—¿Quieres un poco de arena? — preguntó Ricardo y ella lo miró extrañada

—La confusión mejora el estado de ánimo— dijo él

—Lo siento, es que... Vas a tener que irte—

—¿Qué? ¿Ya no me quieres? ¿Debo irme de tu casa? Solo dame unos días para... —

—¡No! — interrumpió Susana tomándolo por las mejillas —Te amo, no dudes de eso, ¿Sabes qué? Olvida lo que dije, no es importante—

En ese momento el timbre sonó y ella se levantó para abrir, al hacerlo y ver a quien estaba de pie al otro lado casi se desmaya.

—¿Vienes por él? — preguntó

—Si—

—¿Me seguirá queriendo después de eso? —

—No lo dudes—

Ricardo escuchó voces y salió para ver quién era, se encontró a Susana hablando con alguien que le resultó conocido

—Ricardo, debes regresar— dijo

Los ojos de Ricardo brillaron regresandole sus recuerdos y todo estuvo claro, vio a Susana cabizbaja y se acercó

—Los dejo—

Cuando estuvieron solos la besó como pocas veces lo hacía

—Todo estará bien, ¿Si? Voy a venir tan seguido como pueda— prometió

Un niño dormía plácidamente en su cuna, alguien se acercó y colocó un dedo en su frente

—Vuelve Ilan—

Los dioses estaban despidiéndose de Noah, se encontraban en el departamento de Egan, de ahí saldría directamente al aeropuerto, de repente doce personas aparecieron junto a la ventana y todos quedaron perplejos

—No puede ser— dijo Demetrius casi llorando

Noah, Zack, Sebastián y Emma no entendían nada

—Los guías totems nos ponemos a su servicio— dijo uno —Larga vida a los nuevos dioses— todos se hincaron sobre una rodilla mirando al piso.

Los dioses se acercaron, nadie sabía qué decir

—Bienvenidos, gracias— dijo Egan y todos se levantaron

—¿Esos son los guías?— susurró Sebastián y Emma asintió

—¿Entonces Leo e Ilan están entre ellos? — Emma sintió la duda, no había pensado en eso, los miró a todos, pero era inútil no conocía a ninguno.

Todos los dioses y guías se dieron un abrazo, los grandes amigos se reencontraban.

—Por favor, comiencen a equilibrar al mundo, es urgente— pidió Egan

—Así lo haremos— se dieron la vuelta para irse, pero una voz los detuvo

—¡Leo! — dijo Zack, Noah, Sebastián y Emma pusieron atención para ver quién volteaba.

Se giró hacia ellos un chico de cabello rubio, ojos azules, alto y delgado.

—Hola Zack— dijo con una sonrisa y abrió los brazos, Zack corrió y le dió un abrazo.

—Ahora entiendo por qué el tamaño de tu ego— dijo Emma y Leo la miró con una ceja levantada

—No es Ego, es amor propio— dijo

—¿Y quién es Ilan? — preguntó Noah curioso

—Evidentemente yo— dijo Ilan que para ese momento ya se encontraba a su lado, Noah lo miró sorprendido, estaba seguro de que hasta unos segundos atrás estaba al otro lado de la habitación —Ay, ya extrañaba poder hacer eso— colocó un brazo sobre el hombro de Noah

—Muchas gracias por ayudarnos, diría que estamos en deuda con ustedes pero la verdad es que no, aunque eso no quita que estemos agradecidos— agregó Leo

—Si, bueno, me alegra haber podido conocerte antes de irme— dijo Noah y abrazó a Ilan para después irse

—Yo si estoy en deuda con ustedes por salvar a mi hermano— dijo Sebastián

—No te preocupes, ya nos pondremos a mano, ahora no importa— respondió Leo

—¡Vaya! Hasta que aparecen los totems, se tardaron— dijo Zaldi apareciendo junto con sus tres guías

—A todo esto, lo hemos escuchado varias veces, pero ¿Por qué totems? — preguntó Azariel

—Porque ellos trabajan con humanos, a diferencia de nosotros que no tenemos una clasificación específica, ya que nunca llegamos a trabajar— dijo

—¿Por eso son tan incompetentes ahora que realmente tienen responsabilidades? — preguntó Leo

—¡No somos incompetentes! —

—¿Ah no? ¿Y que han hecho? —

Zaldi no supo responder

—No es incompetencia nuestra, no se nos han dado indicaciones concretas, nosotros no tenemos la experiencia que los respalda a ustedes— explicó tranquilamente Lizy, el zorro

—Bien, pues ahora ya están sus maestros aquí, asegúrense de aprender bien—

—¿Maestros? Ustedes son tan inútiles que terminaron muertos— atacó Zaldi
—Se nota que son débiles— miró a los guías y caminó hacia ellos, pero Leo se interpuso

—Con mis chicos no te metas— amenazó

—No te tengo miedo—

—Deberías— los ojos de Leo comenzaron a brillar

—Creo que deberíamos calmarnos y hablar civilizadamente— propuso Emma empujando a Leo hacia atrás

—No hay tiempo de conversaciones, tenemos muchas cosas que arreglar— dijo

—No sé dónde se reunían antes, pero a partir de ahora será aquí con nosotros, queremos estar al tanto de lo que sea que hagan y saber cómo lo hacen— pidió Alex

—De acuerdo, Fanny— ordenó Leo

Fanny creó una especie de pantalla sobre la pared frente a ellos, en ella aparecieron las fotos de muchas personas, cerca de cien

—Los de la derecha son los que van a morir en los próximos seis días y deben vivir, los de la izquierda son los que vivirán pero deben morir— explicó

—Muéstrame los claves— pidió Leo y Fanny hizo más grandes cuatro fotos de cada lado

—Separa a los que deben vivir entre suicidios y asesinatos—

Fanny obedeció y aparecieron cinco personas que serían asesinadas, cinco que se suicidarían y cuatro que debían morir, Leo pensó un momento.

—Fanny, Salem, Uriel, Rafa y Manuel se hacen cargo de evitar asesinatos. Sava, Sara, Karen, Ricardo y Ami de los suicidios, Ilan, te encargas de la mitad de los que deben morir y yo de la otra, asegúrense de iniciar por estos para ganar tiempo— ordenó, todos asintieron

—La mariposa va con Manuel, el gato con Ricardo, el zorro con Ilan y el caballo viene conmigo— finalizó

—A nosotros no nos das órdenes, aquí el líder soy yo, puedes mandar tanto como quieras a los tuyos, pero con los míos no te metas—

—Pues entonces no se atrevan a estorbar— escupió Leo, pero Egan intervino

—¿No pueden trabajar en equipo? —

—¡Ja!, Por supuesto que no, debe haber un solo líder— explicó Zaldi

—Entonces debes saber que llevas las de perder, vayan juntos en esta ocasión, los vigilaremos, y si no son tan buenos entonces el líder serás tú, ¿De acuerdo?— propuso Azariel

—Hecho— dijo Leo

Una vez que se fueron los guías Egan suspiró pesadamente

—Esos dos nos van a dar muchos dolores de cabeza— dijo

—Definitivamente, pero por fin los veremos en acción, ¿A quién vigilaremos?— preguntó Kal

—A los líderes, evidentemente, son ellos quienes representan a los respectivos grupos, además de ser los que se pueden matar—

Un chico subió a la azotea de su escuela cerrando con un fuerte portazo.

—¡Agh! Odio los lunes— se quejó sentándose en el piso

—No veo por qué, tu vida es igual de miserable todos los días— dijo Leo caminando hacia la puerta, el chico pareció no notar su presencia

—¿No lo ve? — preguntó Zack con curiosidad

—Es invisible, pero no le está hablando directamente, es extraño— respondió Demetrius

—Pero bueno, no hay nada que hacer, siempre va a haber un lunes, y después un martes—

—Lo bueno es que ya mañana es martes— dijo el chico

—¿Y que habrá de bueno mañana? —

—Aunque, no hay nada que hacer mañana, será otro día exactamente igual que hoy—

—¿Entonces cuál es la diferencia entre Lunes y Martes?— Leo se acercó hasta sentarse a su lado

—Mi vida es igual de aburrida todos los días—

—Siempre hay cosas malas, ¿No es cierto? —

—Mi mejor amigo me traicionó, mi novia se fue con otro, llevo reprobadas la mayoría de las materias, mis padres se están divorciando, no me prestan atención, mis hermanos me odian—

—Pero, vamos, no todo puede ser malo también hay cosas buenas, ¿No? —

—No todo es malo, también... También... — pensó y no encontró nada bueno

—¿No hay nada bueno? —

—¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué no se me ocurre nada? Debe haber algo bueno—

—¿Y qué es? —

—El profesor de química me regaló un chocolate ayer—

—Eres patético, solo intentas hacerte creer que fue bueno—

—Agh, no es cierto, ni siquiera sabía rico, ¿De verdad nunca me pasa nada bueno?—

—¿No hay nada bueno?—

—No—

—¿¡No hay nada bueno!? —

—¡No! No hay nada bueno—

—¿Eres feliz? — Leo se levantó y comenzó a caminar en círculos alrededor del chico

—¿Soy feliz? —

—¿Lo eres? —
...
—¡¿Lo eres?! —

—No soy feliz—

—¿Y que vas a hacer? —

—Pero no hay nada que hacer—

—Estás en un tercer piso—

El chico miró hacia atrás y recordó que estaba en la azotea

—No, no me voy a tirar, es ridículo—

—¿Seguro? Si no eres feliz, ¿A qué te quedas? —

—Aunque, ¿Para qué me quedo? —

—A nadie le importas—

—A nadie le importo—

—Nadie te quiere—

—Nadie me quiere—

—Salta—

El chico se puso de pie y se colocó en la orilla

—Tal vez si deba saltar—

—Salta...ahora...hazlo ¡Salta! ¿Lo harás? —

—Lo haré—

—¡¿Lo harás?! —

—¡Lo haré! —

—¡¿Y qué esperas?! —

—¡Lo haré! —

—¡Pues hazlo! ¡Lo harás si o no! —

—¡Si lo haré! —

—¡Salta! —

Y saltó

—De verdad lo hizo saltar— murmuró Alex sorprendido

—No puede ser— todos estaban atónitos

—Hizo a alguien suicidarse en tan solo un minuto—