35
La cercanía de Damian, su piel rozando con la de ella, hizo que Adriana dejara salir un suspiro, pero estaba tan nerviosa que no conseguía dejar de temblar, poco a poco se desprendieron del resto de su ropa.
—¿Segura? — preguntó Damian al tomar un condón
Ella asintió
—Es que estoy nerviosa—
—Todo estará bien—
Se levantó, él también temblaba, y Adriana lo notó, miró el envoltorio y descubrió que era un condón saborizado
—¿Saborizado? — preguntó. Damian miró y al descubrir que eran de sabor por un instante maldijo a Kal
—Perdón, mejor otro— dijo tomando uno normal.
—Está bien, intentémoslo— dijo ella tratando de sonar segura, aunque se moría de nervios y pena, él se lo colocó con cuidado.
Adriana respiró profundo y se agachó, y lentamente lo introdujo a su boca, el sabor inundó su paladar, pero, al mismo tiempo sintió que se ahogaba y se retiró tosiendo.
Damian se agachó preocupado
—¿Estás bien?—
—Si, aquí voy de nuevo—
Lo intento de nuevo, resistió un poco más, pero otra vez se tuvo que alejar
—Bueno, mejor no— dijo apenada, Damian sonrió y la besó
—De acuerdo— se lo retiró y tomó uno normal
Sus manos temblaban tanto que no lograba acomodarlo, Adriana intentó ayudarlo, pero temblaba igual que él
—No, espera, creo que... —
—Era creo que... —
—Pero por ahí ... —
—Ay, se rompió—
Ambos rieron
—Somos un asco— dijo Damian divertido, la risa lo ayudó a calmarse y tomó otro que se colocó correctamente, entendiendo por qué Kal le había dado cuatro.
Se acercó a Adriana y besó su cuello, ella bajó una mano y acaricio su abdomen, bajando poco a poco, cuando llegó a cierto lugar Damian dejó salir un suspiro y se estremeció, ella no sabía qué más hacer, la inexperiencia les estaba dando problemas a ambos.
Damian se levantó y la miró, tomó sus piernas y las separó, Adriana sintió pena y se cubrió el rostro, él se acercó, se sostuvo con una mano y con la otra la descubrió
—Tranquila—
—Despacio, ¿Si? — suplicó, Damian asintió y la besó tratando de calmarla, después regresó a lo que estaba, miró atentamente pero dudó un momento, se acomodó y comenzó a entrar lentamente, Adriana, que mantenía las manos a sus costados, de repente las levantó tratando de alcanzar los brazos de Damian, él se detuvo y extendió su mano para tomar la de ella, entonces vio su expresión asustada.
—Me duele— dijo ella.
—Si quieres me detengo ahora—
—Está bien, solo, con cuidado—
Damian continuó, miró a Adriana, poco a poco se relajó más y comenzó a disfrutar, para cuando terminó de entrar pudo verla mucho más tranquila, se inclinó hasta quedar a unos milímetros de su rostro, ella abrió los ojos encontrándose con los de él, sintió sus respiraciones agitadas chocar, se besaron, ella recorrió su espalda con caricias, él comenzó a moverse lentamente, ella dejó escapar un gemido que ocultó en el ángulo del cuello de Damian y tensó su cuerpo, provocando que él también gimiera y se movió aún más rápido, la velocidad aumentaba y les resultaba casi imposible callar sus voces, de vez en cuando, los besos los ayudaban a guardar algo de silencio, finalmente, ella sintió que se haría pipí y se asustó, temiendo hacer el ridículo frente a él, colocó una mano en el hombro de Damian, pero antes de que pudiera decir algo, todo su cuerpo perdió la fuerza, arqueó la espalda y sus ojos se llenaron de lágrimas al tiempo que su boca se abría, en un intento de grito, pero no salió ningún sonido, solo de verla Damian sintió como llegaba a su límite también, cerró los ojos con fuerza, sus brazos y todo su cuerpo temblaron, sintió que perdía fuerza, las manos de Adriana lo detuvieron por el pecho hasta que recuperó sus fuerzas y salió lentamente, se quedaron acostados unos minutos
—¿Y ahora qué?— preguntó Damian
—No lo sé, ¿Qué es lo que quieres?—
—Quiero que me concedas el privilegio de tenerte como novia— dijo él mirándola, con los ojos llenos de ilusión
—Bien— respondió y dejó un beso en su mejilla
—Pues ahora voy a darme un baño, que descanses— dijo Damian levantándose y comenzando a vestirse
—Puedes bañarte aquí, iré por ropa a tu departamento, quédat—- pidió Adriana, el sonrió y asintió.
Al otro día, se reunieron en el departamento de Kal, después de dar la noticia, todo siguió con normalidad
Adriana estaba sentada en el sillón al lado de Cálix, Egan salió de la cocina mordiendo un pan, se acercó y se sentó sobre el reposabrazos al lado de ella, quien lo miró un momento, él sonrió y estiró su mano sosteniendo el pan, ella le dió una mordida y siguió en lo que estaba.
—¿Cómo está Zack?— preguntó Egan, Sebastián suspiró
—Cuando salí para acá aún no se levantaba, sospecho que algo le duele, pero no ha dicho nada, le dije que viniera, espero que llegue pronto—
—Debe ser terrible no poder hacer nada— dijo Damian que se encontraba a su lado
—Por cierto, ya que lo mencionan, ¿Ustedes sienten dolor?— cuestionó Sebastián
—Claro que si, nos duele el estómago, las muelas, la cabeza, etcétera— respondió Athan
—Pero hay algo que no mencionaste y quiero ver— dijo para después lanzar un fuerte golpe a la pelvis de Damian, él contuvo un grito de dolor y simplemente se agachó conteniendo el llanto
—Voy a llorar, se los juro que quiero llorar— dijo
—Y ahí va el siguiente dios de la caza y la luna— se burló Kal
—Bueno, parece que sufren igual que cualquier humano— apuntó Sebastián después de resolver su duda
Zack sentía un fuerte dolor en el abdomen, después de una rato fue desapareciendo.
Deberías ir con tu hermano, es bueno distraerte
Es que seguramente van a estar Adriana y Damian, ¿Estarás bien?
Claro, ¿Con quién crees que estás hablando?
Además de Emma, hay que aceptarlo, ni tu ni yo le caemos bien, sin mencionar que tú no la soportas
Pero no por ser ella, es que, es idéntica a una persona que me hizo daño, aunque eso no es impedimento para que vayas y pases un rato con ellos.
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