Mica salió a la tienda, en el camino se encontró a una señora desaliñada que gritó al verla y corrió hacia ella.

—¡Tú! ¡Tú tienes la energía divina, la siento! —

Mica siguió de largo

—Estás cerca de los dioses, los conoces, te protegieron de esta gran batalla, ¿Quiénes son? — preguntó la señora, Mica volteó curiosa.

—Ven conmigo, te explicaré— dijo la señora indicándole que entrara a un local que se encontraba cerca, Mica decidió entrar

—Los dioses caminan entre nosotros, siguen nuestros pasos, esos malditos nos observan de cerca para controlarnos y comerse nuestras almas mientras dormimos— esas palabras causaron un poco de miedo en Mica

—Estás impregnada de su asquerosa energía, tu puedes acabar con ellos antes de que nos destruyan, tienes en tus manos el futuro de toda la humanidad— dijo, Micaela se sintió importante, algo relevante dependía de ella

—¿Cómo acabo con ellos? — preguntó decidida

—Primero... — la señora se levantó y la roció con un polvo blanco bastante extraño, Micaela cerró los ojos, después se volvió a sentar frente a ella

-Usa esto, hará que sus poderes más débiles no funcionen contigo- le entregó un par de aretes, Micaela se los puso inmediatamente

—Con eso los debilitarás poco a poco hasta matarlos— finalizó —Ahora vete— la tomó por un brazo y la sacó hasta la calle.

—Espera, hay alguien que me gusta, ¿Crees poder ayudarme con eso? — preguntó decidida a aprovechar la oportunidad

—Bien, ¿Cómo se llama? — preguntó la señora

—Athan— respondió, la bruja sonrió y tocó los aretes

—Toca al chico en cuanto puedas—

Al otro día, llegó a la escuela con Kal.

Athan estaba bajando su mochila cuando en su vista apareció un avión, después la puerta se abrió y comenzó a bajar alguien, pero de repente, la visión desapareció, intentó retomarla pero no pudo

—¿Estás bien?— preguntó Mica desde atrás, él giró y la miró

—Claro, ¿Entramos?—

Damian bajó de su auto, junto estaba el de Adriana, caminó hasta ella y esperó hasta que estuvo lista

—¿Soy yo o como que algo se siente raro? — preguntó él

Adriana asintió —Si, pero no logro saber qué es— respondió

Entraron a clases y todo transcurrió con normalidad, durante la hora del almuerzo, estaban comiendo cuando Sebastián apareció corriendo hacia ellos, parecía muy contento

—No lo van a creer— dijo sentándose, todos lo miraron —Mi hermano consiguió el intercambio, va a venir a estudiar aquí— dijo —Por fin lo van a conocer, tenía muchas ganas de que lo conocieran, seguramente se llevarán muy bien, mi madre le habló a mi papá ayer, dijo que mi hermano intentó suicidarse, y honestamente no me sorprende, esa mujer es terrible, él ha tenido que sufrir mucho estando con ella todos estos años, lo único que le interesa es que sea perfecto, no quiero ni imaginarme cómo tuvo que haberse sentido para intentar semejante locura, pero la hizo entender que estaba mal así que le permitió venir, dijo que cambió mucho, a ella la trata fatal, pero, la verdad, yo también lo haría, confío en que va a estar bien cuando llegue, que por cierto, llega mañana, aaay, que emoción, ¿Saben? — hablaba rápidamente, Micaela dejó de comer y lo miró

—Ya cállate, eres molesto— dijo y tomó la mano de Athan, él palideció, su vista se oscureció y apareció Micaela, colgando de una soga, a su lado, una nota que decía: "Athan me rechazó"

Cuando volvió en si, todos lo miraban desconcertados, Adriana había visto aquello al leer la mente de Athan y había transferido la imagen a todos los demás que solo guardaron silencio, pero cayeron en cuenta de donde estaban

—No le hables así, está bien que nos cuente— intervino Damian y Micaela siguió comiendo.

Ese día en la tarde, mientras cenaban, Athan se atrevió a tocar el tema

—Fue por mi rechazo, eso quiere decir que pronto me lo dirá—

—No puedes tenerle miedo, si va a pasar pasará, lamento haber leído tu mente, pero, ahora puedo decirte que esa cosa no tenía fecha, lo que quiere decir que aún no está fijado en el tiempo— habló Adriana

—Tiene razón, lo que ella haga o deje de hacer con su vida no es tu culpa— agregó Egan

—Hay algo más— dudó Athan un momento

—No puedo tener visiones— dijo

—Pero esa... —comenzó Azariel

—Además de esa, he intentado ver algo, cualquier cosa, y no hay nada, en la mañana incluso una se interrumpió y no he podido recuperarla— el poder de Athan estaba resultando afectado, pero nadie entendía por qué

Micaela fue hasta la calle en dónde había encontrado a la bruja, pero no había nada, después de un rato la señora apareció

—¿Qué? — preguntó secamente

—No funcionó— se quejó Micaela

—Oh, funcionará, ¿Ya le dijiste lo que sientes? — Micaela negó —¿Y que esperas? ¡Hazlo! No puedo hacer todo por ti, por cierto, toma, esta crema debes ponerla en tus manos y tocar a alguien, si es un ser divino le quemará, entonces, avísame quién es, ¿De acuerdo? —

—Está bien—

Al día siguiente, cuando llegó vio a Athan y Adriana hablando tranquilamente, al verlos ardió de celos, llegó y tomó la mano de Adriana quien la retiró rápidamente

—¡Ay! — se quejó

En dónde Micaela había puesto su mano había quedado una marca roja.

—¿Qué pasa? — preguntó Athan revisando

—Athan me gustas— soltó sin más, él sintió un escalofrío recorrerlo
—¿Quieres ser mi novio? — preguntó aprovechando la ráfaga de valentía

Athan miró a Adriana, ella negó

—No, lo siento— respondió

Micaela se sintió triste, tomó la mano de Athan, pero él la retiró al sentir el ardor, ella sintió que el mundo se le venía encima, Athan era uno de esos seres horribles de los que le había hablado la bruja.

Se acercaron los demás chicos, Micaela extendió una mano para saludarlos a todos y descubrir quienes eran humanos y quiénes no.

Egan rápidamente tomó su mano y la apretó con una sonrisa

—Bien, creo que es hora de entrar— dijo y todos se dirigieron a sus respectivas clases, Micaela caminó junto a Athan, les tocaba clase juntos, los demás se quedaron un poco atrás.

—¿Qué diablos es eso? — se quejó Egan, su palma estaba roja y una pequeña herida sangraba

—Creo que debemos tener cuidado con ella— dijo Jace curándolo

—Lo siento por Athan— dijo Damian con algo de pena.

En el almuerzo Adriana y Micaela se quedaron atrás, caminaban juntas en un silencio incómodo junto con Athan

—Hoy llegaban los del intercambio ¿No?— preguntó Athan

—No, dijo Sebastián que llegarían hasta dentro de unos días— explicó Adriana, Micaela ardió de celos y la miró molesta, tomó la mano de Athan y lo jaló, pero él se detuvo

—¿Qué? ¡¿Quieres quedarte con esta perra?!— gritó furiosa

—A ella no le vas a hablar así— dijo Damian apareciendo hacia ellos, se colocó frente a Adriana y retó con la mirada a Micaela

—Está bien, lo siento, me dejé llevar— se excusó

Todo continuó con normalidad, unos días después, al llegar a la escuela se encontraron con un gran revuelo: los estudiantes de intercambio habían llegado.

Sebastián se adelantó y buscó entre los chicos

—¡Zack!— gritó, uno de ellos volteó con una sonrisa para después correr y darle un fuerte abrazo

—¿Ese es su hermano? Pues feo no es, ¿Qué le pasó a Sebastián? — dijo Emma, todos rieron, después los dos chicos se acercaron.

—Él es mi hermano Zack— Sebastián estaba muy feliz, él extendió su mano para saludarlos, pero al llegar a Emma pareció dudar, finalmente la saludó también

—Nos ha hablado mucho de ti— dijo Egan

—No me sorprende, habla mucho de todo— respondió Zack con una sonrisa —Por cierto... — dijo volteando hacia el grupo de chicos y llamó a dos

—Él es noah— presentó —Y el es Joshua—

—¿Dónde estarán? — preguntaba Noah cuando escuchó a alguien gritar "¡Zack!"

¡Mi hermano! Déjame ir a saludarlo

Tomó el control de su cuerpo y corrió a abrazar a Sebastian

Mira, es linda dijo Zack

Ni se te ocurra, ella no

¿Ellos son las personas a las que buscas?

Si, parece que son amigos de tu hermano

Lo que sea que tengas que decirles, ¿Puede esperar?

¿Por qué debería?

Me gustaría disfrutar de una vida casi normal, antes de que sepan sobre ti

No te prometo mucho, pero si no hay novedades, esperaré hasta que casi se haya terminado mi poder, de lo contrario, no tendré elección... Ella

¿Emma?

Es idéntica

¿A quién?

...no importa

Conversaron un rato y luego se dirigieron a clases, se habían agregado tres nuevos miembros al grupo.

En la tarde, Zack fue al departamento de Sebastián y su padre, quien lo recibió con un fuerte abrazo

—¡Mírate nadamás muchacho! ¡Ya eres un adulto! Te ves bien, igual de guapo que tu padre—

Zack sonrió, feliz de por fin volver a ver a su padre, después de unas horas se despidió, pero su padre no lo dejó salir

—¿Por qué no te quedas con nosotros? — preguntó

—No quiero importunar, puedo vivir solo, no te preocupes— respondió Zack

—Claro que me preocupo, estuvimos investigando, sé que la enfermedad no solo causa hemorragias como lo dijo tu madre, también mucho dolor, no quiero que pases eso solo, nos tienes a nosotros—

Finalmente Zack aceptó.
En la noche estaba acostado sobre su cama

Son buenas personas, ¿Desde cuándo se conocen?

A Adriana la conozco desde que era una niña, a los demás los conocí hace unos años

Ella te gusta, ¿Cierto?

A estas alturas ya no importa, viste la relación que tiene con Damián, no falta mucho para que se hagan novios

¿Ella también te quería?

No lo sé

¿Esta tristeza que siento es empatía o es la tuya?

Creo que es la mía, lo siento

Está bien, ya estoy acostumbrado

Es curioso que tú seas tan callado y tu hermano hable tanto, ¿Eso también tiene que ver con tu mamá?

No tanto, siempre hablé menos que él, todavía no acabo de entender de dónde saca tantas cosas para decir

Te sientes feliz

Claro, con el simple hecho de estar lejos de mi mamá es suficiente, pero además estoy con mi papá y mi hermano

Los nuevos se adaptaron rápidamente al entorno escolar.

—¡Me aceptaron en el partido de hoy en la tarde! — Joshua llegó corriendo hacia Zack, estaba feliz de su logro

—Felicidades—

Alexander llegó detrás

—Pues jugaremos juntos, no lo arruines chico— dijo en tono de broma.

En la tarde todos fueron a ver el partido.
Estaban todos en las gradas, eran los últimos minutos y la afición estaba eufórica, el partido estaba empatado 6-6.

El balón le llegó a Marc, él lo recibió y dió unos pasos, estaba frente a dos defensas del equipo contrario, más atrás se encontraba otro formando un triangulo y Joshua era el único de su equipo cerca, pateó el balón en dirección a Joshua, él se quitó de último momento y corrió hacia la portería, el balón pasó entre los dos del equipo rival, más atrás, Dan recibió la pelota dando apenas un leve toque hacia Joshua, él corrió unos metros y lanzó el centro hacia Alex que pateó logrando un gol ejemplar, las gradas enloquecieron, el marcador se colocaba 7-6 a su favor. Siguieron jugando y el equipo rival parecía estar a punto de meter un gol, pero Alex se lanzó regresando la pelota unos metros, uno de los miembros del otro equipo la interceptó y lanzó un centro peligroso que fue rechazado por Joshua, la pelota seguía en juego, el capitán del otro equipo la tomó y se dirigió a la portería, el tiempo se había terminado, pero ellos seguían jugando.

—¡Ya pitale árbitro! — gritó Kal, unos segundos después el silbato sonó dando por terminado el partido, habían ganado, en la primera competencia de las tan mencionadas competencias interescolares, los tiburones iban ya uno a cero en comparación de los escarabajos.

Todos festejaban, Alex había preparado una fiesta para celebrar así que todos se fueron a su departamento.

Pasaron las horas y entre el baile y el alcohol la fiesta se animaba cada vez más, Adriana incluso había tomado más de la cuenta, tratando de desestresarse por los recientes eventos.

Adriana fue al baño, pero en el pasillo de regreso se encontró a Damian.

—¿Estás bien?— preguntó al verla tambalearse un poco

—¡¿Qué?! — gritó ella, el sonido de la música no la dejaba escuchar, Damian se acercó y gritó también

—¡Que si estás bien! — Adriana pudo percibir el ligero aroma a alcohol que desprendía Damian y algo en ella despertó, se acercó a él hasta ponerlo contra la pared y finalmente besarlo, Damian la alejó desconcertado

—Espera, ¿Qué haces?— preguntó

—Aprovecho el valor que da el alcohol, sobria te aseguro que no lo haría-—respondió ella arrastrando las palabras, aunque Damian también estaba un poco ebrio, aún pensaba correctamente.

—No creo que debamos... — fue interrumpido por otro beso, Adriana se acercó hasta que sus cuerpos estuvieron completamente juntos, entonces Damian levantó la cabeza, siendo ella más baja, no alcanzaba a besarlo.

Damian respiró profundo, resistirse estaba resultando difícil, de repente sintió los besos de Adriana en su cuello y una mano en su abdomen.

Athan estaba comiendo papas fritas mientras veía a unos chicos bailar, de repente, apareció una visión, en un fondo negro estaba Zack sentado sobre el piso, sangrando por la nariz y detrás, los dos imponentes ojos luminosos azules de Leo, después desapareció, vio hacia la puerta y Micaela acababa de entrar. "Es él" pensó y buscó a Zack con la mirada, no lo vio por ninguna parte