29
Adriana le pidió a Mik que los transportara a un lugar donde no hubiera riesgo de lastimar a alguien y así lo hizo, llegaron a un claro, en algún recóndito lugar del planeta.
—Vaya, una mascota— se burló Culpa para después lanzarse sobre Alexander, intercambiaron unos golpes, ella se aferró a la espalda de Alex y lo transportó a otro lugar dejando solas a Melinoe y Adriana.
—Ahora si, pero, para hacerlo más justo...— Melinoe chasqueó los dedos y apareció Emma junto a un árbol, completamente desorientada, Adriana la miró sorprendida
—No se hablan, ¿Cierto?, Bueno, si salen de esta, serán grandes amigas— se burló Melinoe y lanzó un rayo oscuro hacia ella, pequeños relámpagos lo rodeaban y amenazaban con golpear a Emma, ella solo cerró los ojos esperando lo peor, pero al ver que no pasaba nada los abrió lentamente, Adriana se había colocado enfrente justo a tiempo para reflejar el ataque causando que Melinoe tuviera que moverse.
—Debería comenzar a tener más fe en ti— dijo asustada
Melinoe se abalanzó contra Adriana propinándole un golpe que la lanzó hasta chocar contra un árbol y derribarlo.
De las manos de Melinoe surgieron afiladas garras negras, y las puso en el cuello de Emma, Adriana creó un oso que se arrojó contra Melinoe y una vez que la hubo alejado desapareció, Adriana corrió hacia Emma para asegurarse de que estuviera bien.
—No tanta, un poco de desconfianza siempre es buena— dijo pasando un dedo sobre los pequeños puntos rojos que estaban en el cuello de Emma, afortunadamente no habían llegado a ser heridas.
—¡¿Que estás haciendo?!— gritó furiosa
—¿Tú perdiendo la cabeza? No sueles hacerlo, aunque supongo que te recuerda lo inútil que fuiste al no poder salvarlo, ¿No?— dijo Melinoe refiriéndose a Leo, Adriana sintió un nudo en la garganta
—No lo metas en esto— dijo lanzando cuchillas que Melinoe esquivó con absoluta facilidad.
Había conseguido lo que quería, Adriana estaba desesperándose, no pensaba con claridad.
Melinoe creó una nube que acorraló a Adriana, ella intentaba salir, pero no podía, era como una barrera que cada vez le quitaba más oxígeno.
—No creí que resultaría tan sencillo matar a la diosa del inframundo— dijo Melinoe acercándose.
Adriana luchaba por respirar, sentía que se desmayaría, de repente, entre su desesperación, creyó escuchar la voz de Leo.
"Siempre lucha, enséñate a remontar y a controlar tus emociones."
Adriana recordó que durante su entrenamiento, Leo le repetía que las emociones debían estar siempre controladas o podían resultar ser su peor enemigo, pero el miedo la estaba acorralando, cayó al piso, a punto de quedar inconsciente, giró la cabeza y vio a Emma aterrada, entonces la voz de Leo apareció nuevamente.
"Necesitas sentir el miedo para poder convertirlo en coraje"
Se levantó y tomó su forma divina
extendió una mano, golpeó la barrera con todas sus fuerzas mientras Mik la golpeaba desde el otro lado, se abrió un agujero, por él salió la mano de Adriana y apretó el cuello de Melinoe.
La atrajo hacia ella por lo que Melinoe no tuvo más remedio que desaparecer la barrera a menos que quisiera ser aplastada contra ella.
Adriana saltó lejos, jadeando, pero tratando de calmarse, Mik se convirtió en serpiente y subió hasta sus hombros.
—¿Eso es el animal que siempre está convertido en insecto?— susurro Emma sorprendida
Melinoe se lanzó sobre Adriana, ella se agachó permitiendo que Mik subiera por la espalda de Melinoe y se enroscara en su cuello comenzando a asfixiarla, ella comenzó a luchar por respirar sin obtener nada.
—Si, no es lindo, ¿Verdad?— dijo Adriana haciendo aparecer una espada, se acercó dispuesta a atravesarla con ella pero Melinoe creó una barrera a su alrededor, quitándose a sí misma el oxígeno, aunque su intención era quitárselo a Mik, ella, de cualquier manera no podía respirar, pero al ser tan fuerte la conexión entre Adriana y Mik, si a una le faltaba el aire, la otra también sufriría la asfixia, de tal manera que o morían ahogadas las tres y sobrevivían las tres, no había más.
Adriana no se inmutó, cerró los ojos un momento y alrededor de su espada apareció un leve destello azul, con ella golpeó la barrera cortándola por la mitad, dejando a Melinoe desprotegida.
Apareció una sombra detrás de ella y Adriana se asustó al pensar en Kedi, la sombra se movió hasta Mik y la tomó por la cola pero ésta se transformó en una abeja y escapó, entonces la sombra desapareció.
—¡Sorpresa! Fue una ilusión— se burló Melinoe, Adriana se lanzó hacia ella, la tomó por el cuello y la empujó hacia atrás, después con la rodilla golpeó su espalda y luego una patada la arrojó lejos.
Melinoe se levantó con dificultad
—Normalmente solo respondes, pero cuando atacas, lo haces directo a la yugular, qué curioso, conozco ese estilo de pelea, realmente el lobo fue quien te entrenó, se nota su mano en tu forma de pelear— dijo.
Emma no entendía, al no haber hablado jamás con Adriana, nunca había escuchado sobre quién la entrenó, ahora se arrepentía, si tan solo lo hubiera hecho sabría de quién hablaban.
Adriana hizo aparecer una pequeña daga que lanzó hacia el cuello de Melinoe, ella se movió un poco y vio el arma pasar a su lado, cuando volteó de nuevo hacia el frente se encontró a Adriana a unos centímetros, pero ya era tarde, fue golpeada en la cara y lanzada al suelo, Adriana hizo aparecer una espada y la levantó para después golpear con todas sus fuerzas, Melinoe se rodó para hacerse a un lado y se levantó, Adriana levantó la espada y la movió hacia ella haciendo unos cortes en la espalda de Melinoe, pero ella lanzó golpes con sus garras y también hirió los brazos y abdomen de Adriana.
Emma las observaba asustada y sorprendida, Adriana solía ser tranquila y amable, nunca se había imaginado que la vería pelear de esa manera.
Adriana levantó la mano y Mik apareció volando hacia ella.
—Pide ayuda— ordenó Adriana y Mik voló, Melinoe no permitiría que llegara alguien más, se estaba dando cuenta de que no podría con Adriana sola, mucho menos con alguien más ayudándola, lanzó un rayo oscuro hacia el ave, Adriana lanzó cuchillas y de otra parte apareció una flecha, al chocar los tres hicieron una explosión y Mik logró escapar.
Apareció Macaria corriendo por entre los árboles, pero ella no era buena en tiro con arco, la flecha no era suya.
Alex apareció cubierto de sangre frente a todas.
Sonrió burlón haciendo desaparecer el arco en su mano derecha, levantó la izquierda y mostró la cabeza de Culpa, Emma sintió ganas de vomitar al ver tanta sangre, Alex la miró y desintegró la cabeza para después acercarse a ella.
—¿Estás bien?— preguntó. Emma no quiso mirarlo pero él tomó su rostro y la hizo voltear, ya no tenía sangre.
—Eres horrible— dijo ella. Alex rió y la abrazó para después dejar un beso en su frente.
Melinoe no esperó más y se arrojó sobre Adriana tomándola por sorpresa, cayeron ambas al suelo, rodaron un poco y Adriana terminó debajo con las garras de Melinoe sobre su cuello, apenas podía detenerlas, unas navajas fueron hacia Emma, Alexander se levantó y extendió su mano desintegrándolas, desapareció y volvió a aparecer detrás de Melinoe, levantó su espada listo para acabar con ella pero Macaria intervino, se paró frente a él y tomó su mano, al ser él más alto la cara de Macaria quedaba con su pecho y ella podía sentir su respiración.
—Es mi hermana— dijo suplicando
—Es mi amiga, si no te quitas te cortaré por la mitad a ti también— amenazó
Unos segundos después Alex movió su mano dispuesto a matar a quien se interpusiera, pero Adriana colocó los pies en el abdomen de Melinoe y la arrojó hacia arriba, Alex se liberó de Macaria y saltó, pero ella lo detuvo por lo que Melinoe solo recibió un corte en la pierna.
—¡Diablos!— gritó Alex y tomó el cuello de Macaria levantándola un poco —No te metas en esto si no vas a ayudar— sentenció
—Tampoco te emociones, el dios de la sabiduría siempre vence al de la guerra por cosas como esas— dijo Melinoe, Alexander la miró y luego sonrió.
—Por cosas como estás es que no eres diosa— dijo y lanzó a Macaria al piso, ella cayó junto a Emma luchando por recuperar el aliento.
Adriana lanzó cuchillas que se clavaron en toda la espalda de Melinoe, un hilo de sangre salió por su boca, las armas desaparecieron.
Los ojos de Macaria se llenaron de lágrimas, se puso de pie y apareció en su mano derecha una espada, giró hacia Emma y la miró con seriedad.
Emma sintió que la vida se le iba, Macaria levantó el arma y después giró hacia Melinoe que continuaba con vida y decidida a pelear.
—¿De verdad piensas seguir con esto? Retaste a los dioses, si no te detienes ahora morirás en vano, ¿Segura?— preguntó caminando hacia ellos
—Prefiero morir que vivir sabiendo que no pude ganar— respondió Melinoe.
Adriana recibió una visión de Mik, se dió cuenta de que los demás estaban en peligro.
—Alex— dijo, él la miró.
—Vete, los demás te necesitan— ordenó, él dudó un momento pero finalmente desapareció.
Melinoe se lanzó hacia Adriana tratando de golpearla, pero ella solo se hizo a un lado y golpeó su nuca dejándola inconsciente.
Miró a Macaria y sonrió.
—Si la dejo vivir, deberás responder por ella, si algo como esto se repite, se mueren las dos, ¿Qué dices?— ofreció Adriana
—Gracias, pero va a volver a hacer esto, no quiero ser su niñera, me va a doler, pero las dos sabemos lo que es mejor— respondió Macaria con tristeza
Adriana sonrió —Yo me encargaré, quédate con ella— dijo.
Adriana se acercó a Emma y le extendió una mano
—Levántate— ordenó, ella se puso de pie
—Mik vendrá para llevarte a casa en un rato, no te muevas de aquí—
Elian apareció con su familia en las faldas de un volcán.
—Hijo...— dijo su madre, él la empujó suavemente hacia atrás.
Los colocó en un rincón y él se mantuvo frente a ellos, podía sentir que había un peligro cerca pero no lograba verlo.
Lina jugaba con la capa de su hermano, completamente ajena a todo lo que sucedía
—Vámonos, Eli— suplicó Carlos
—Si nos movemos va a atacar, lo mejor será esperar a que venga alguien a ayudar—
Lina se jaló de la capa de Elian con fuerza, su madre no estaba preparada y la soltó, la niña resbaló y estaba por caer al piso, Elian giró para detenerla y entregársela a su madre al tiempo que alguien le colocaba un arma en el cuello.
Los ojos de su mamá se llenaron de lágrimas y maldijo por no haber tenido un hijo normal.
Jalaron a Elian y lo arrojaron hacia los árboles, pero él se detuvo a unos metros y miró al atacante, era un hombre delgado y alto, de cabello negro y ojos dorados, por su piel se notaban líneas al rojo vivo, era un ser creado a partir de la lava del volcán, era demasiado poderoso para haber sido creado por Melinoe, Elian buscó a su alrededor, no había nadie.
—Soy Raun— dijo el sujeto, despues se giró hacia los demás y se preparó para atacarlos, Elian oscureció su alrededor para que no pudiera ver nada, pero éste comenzó a brillar aumentando la luz a su alrededor.
Elian se paró frente a su madre y sus hermanos al tiempo que el otro sujeto se lanzaba sobre ellos.
Movió su capa hacia el frente y ésta produjo un brillo cegador.
Elian se hizo invisible y atacó, pero fue recibido con un golpe de lava que lo detuvo, después, Raun lo pateó con fuerza, Elian lanzó un rayo de luz que Raun absorbió, después lanzó hojas que también fueron absorbidas.
Raun arrojó esferas de lava que Elian esquivó, pero una lo tomó por sorpresa y quemó su brazo, el dolor lo hizo detenerse y Raun clavó una daga en su abdomen.
El brazo de Raun cambió de forma, dejó de tener punta para pasar a tener dedos.
Elian cayó al piso sangrando, Raun lo pateó arrojándolo a los pies de su familia.
Ellos lo miraron aterrados.
Raun preparó una esfera de lava para arrojarla hacia ellos, Elian luchó por sentarse, colocó su mano derecha sobre su abdomen, su guante blanco se tiñó de rojo por su sangre, después se levantó con dificultad, hizo aparecer su arco y una flecha envuelta en fuego amarillo, al contacto con su mano, el fuego se volvió rojo y una gota de sangre apareció en la punta de la flecha.
—¿Que haces?— preguntó Carlos asustado
—Mi sangre nos dará tiempo— dijo y lanzó la flecha que pasó a través de la esfera de lava sin causar un solo daño, Raun soltó una risotada, pero unos segundos después la esfera desapareció, él comenzó a brillar y apagarse, sus poderes estaban vueltos locos, no podía controlarse.
Elian se inclinó expulsando una bocanada de sangre y cayó al piso.
Pasaron unos minutos y Raun se controló de nuevo, volvió a lo que estaba haciendo antes, pero algunas sombras se levantaron y lo rodearon sorprendiéndolos.
—¿Por qué no la cierras?— preguntó Cálix
—Tiene energía divina— respondió Elian
—¿Nuestros padres?—
—Seguramente, vamos a necesitar más ayuda— dijo Elian
—Lo sé— respondió Kal —pero los guerreros están ocupados, solo debemos hacer tiempo suficiente— se levantó y salió.
Raun se lanzó sobre Cálix con ambos brazos convertidos en dagas, él lo esquivó y soltó una patada que lo arrojó unos metros atrás.
Cálix intentó inducir miedo al tiempo que se multiplicaba y atacaba a Raun desde diez distintos puntos, Raun se convirtió en lava líquida e hizo un agujero en el suelo, saliendo detrás de Cálix, tomó forma humana y lanzó una esfera de lava
Ricardo se encontró con Rafa cerca del lugar en el que peleaba Adriana
—No podemos pelear, no estamos a su servicio— dijo Rafa.
—No quiero pelear, solo le daré una ayudadita a Alex, como amigo— respondió Ricardo, Rafa suspiró y se fue, no quiso detenerlo.
Ricardo buscó a Alexander y lo encontró peleando contra un hada.
Ella se lanzó hacia él pero Alex solo la sostuvo abrazándola por detrás
—Por favor, detente, si lo haces ahora no te mataré— pidió él.
Ricardo se cruzó de brazos y lo miró decepcionado
—¡Alex!—gritó, él lo miró rápidamente —eres el dios de la guerra, no un osito cariñosito, ¿Qué crees que estás haciendo? Para casos como estos es que tienes un lado sádico, no por nada eres el único que puede matar sin remordimientos, si no es ahora, ¿Cuándo?, Aprovecha y disfrútalo— sentenció.
Alex entendió, era cierto, ¿Por qué el dios de la guerra debía tratar de arreglar las cosas por las buenas?
—Creí que no tenías tus poderes—
—Guarda el secreto, por favor— pidió Ricardo, Alex asintió y continuó peleando
—Las ilusiones tampoco funcionan— dijo Cálix sangrando de un costado.
Elian lo escuchó aún acostado en el suelo, no tenía ninguna idea.
Raun creó una esfera de lava y la arrojó hacia ellos, apareció entonces un escudo que los protegió.
—¿Qué fue eso?— preguntó Carlos
—Jace— respondió Cálix
Apareció Jace con un tamaño diminuto sobre la pierna de Elian, tomó su estatura normal para intentar curarlos, consiguió cerrar las heridas, pero no regresarles su energía.
Raun los atacó desesperadamente, pero el escudo de Jace parecía un cristal que los protegía, después de unos minutos, aparecieron unas grietas en él y Jace sintió una gota de sangre bajar por su nariz.
—¿Qué pasa?— preguntó la madre de Elian asustada
—Mi escudo no va a resistir mucho, y a diferencia de ellos, yo no tengo poderes de ataque, y la telequinesis no parece ser muy útil— explicó Jace.
Apareció una especie de humo negro
que los rodeó
—Genial, Athan— dijo Jace, aunque no parecía muy feliz
—¿Tiene algo de malo?— preguntó Carlos
—En teoría no, es solo que él tampoco es tan útil cuando se trata de pelear, hasta donde yo sé— dijo Elian
Raun busco confundido entre el humo, pero no vio a nadie
—¿Asustado?— se escuchó a una voz preguntar.
El humo no se dispersaba así que Raun comenzó a brillar para poder ver, iluminó el lugar del que había escuchado la voz, pero entonces apareció otra desde el lado contrario.
—Es inútil—
—Ya no te desgastes—
—¿Quién te creó?—
Diferentes voces, desde diferentes lugares llamaban su atención, él atacó hacia todas partes pero no conseguía nada, las voces se encimaban unas con otras, se distorsionaban, cambiaban de lugar y eso lo confundía.
Dentro del escudo de Jace apareció la voz de Athan.
—¿Me dijiste inútil?— cuestionó.
Elian sonrió —No, solo, dije que eres poco útil—
—No todo es fuerza bruta— se burló Athan.
Observaron a Raun, estaba peleando contra la nada, Athan estaba debilitándolo.
De un momento a otro Raun se detuvo.
—Bien, si eso es lo que quieres...— dijo y apunto directo al escudo de Jace mientras reunía energía, si lo golpeaba, terminaría por romperlo, lo que tendría graves consecuencias para Jace.
El humo se dispersó y apareció Athan junto a Raun, él miró hacia el escudo y vio que ya solo estaban los dioses, Athan ya había puesto a salvo a los humanos.
Atacó el escudo, pero éste desapareció, no era más que una ilusión, comenzaron a llegar reporteros con cámaras y micrófonos.
—Diablos— pudo escuchar una voz, pero no distinguió de dónde venía, los reporteros desaparecieron, Athan los había transportado lejos, pero siempre regresaban o llegaban más.
—Déjalos, ellos decidieron venir, no creo que no supieran que podían morir— dijo Elian.
Raun buscó con la mirada sin encontrar nada, de repente apareció Athan frente a él, intentó atacarlo, pero este se esfumó.
Reapareció en otro lugar y sucedió lo mismo, Athan y Cálix estaban jugando con él, los sonidos de Athan, las ilusiones de Cálix, estaban buscando desgastarlo, así que decidió no atacar más, cerró los ojos y buscó sentir la energía divina que emanaban, todos estaban ya cansados y debilitados, solo debía encargarse de Athan y Cálix que eran los que más energía conservaban, localizó la de Cálix y se acercó, entonces apareció la voz de Athan.
—Frio— la energía desapareció, entonces descubrió que las ilusiones de Cálix no solo eran visuales, estaban tratando de ganar tiempo hasta que llegara alguno de los más fuertes.
Levantó su palma y lanzó lava hacia todas partes, cuchillas volaron en todas direcciones, dejando apenas unos milímetros libres entre ellas, pudo sentir como hirió a todos, incluído Cálix, localizó el punto en que lo hizo y repitió el ataque, pero Athan los movía constantemente de lugar así que continuó atacando a todas partes, al no sentir a nadie extendió su área de ataque y los volvió más fuertes, una herida más a Cálix y la ilusión desapareció.
Entonces los vio por fin, pero se seguían moviendo, Athan parecía estar más lejos ya que la velocidad dejaba ver que aún no estaba herido.
—¿No piensas dejarte ver?— preguntó
—No— respondió Athan secamente
—¿Tan cobarde eres?—
—si—
—¿No te cansas?—
—Aun no—
—Bueno ésta vez fueron dos palabras, hablemos, ¿Si?—
—No—
—¡Maldición!— lanzó una cuchilla al azar y ellos dejaron de desaparecer.
—¿Te di?—
—...—
—¡Te di!, Qué suerte la mia—
—Tampoco cantes victoria— escuchó, entonces confirmó que no lo había matado, pero sin duda lo había herido.
—¿Aparecerán ahora?— preguntó
—Me tienes frente a ti— respondió dejando que identificara el lugar de procedencia de su voz, efectivamente, venía de un punto frente a él, pero no vio nada, se preguntó si sería una ilusión de Cálix o solo Athan estaba jugando con el sonido.
—Dejate de tonterías— atacó a Cálix de nuevo y entonces apareció Athan frente a él, levantó su mano y el ataque desapareció para después aparecer con dirección a Raun quien tuvo que esquivarlo, Athan movió también el ataque y lo siguió hasta que finalmente Raun lo hizo desaparecer y observó a Athan, parecía fuerte, buscó la herida que le había hecho y no la encontró.
Sabía que era él quien podía ver el futuro y el pasado, sintió que peleaba en vano, no podía ganarle a alguien que sabía todo, pero recordó que su creadora le había dicho que sus visiones necesitaban tiempo, y si estaba concentrado en ellas sería vulnerable, por el contrario, si se concentraba en la pelea, no tendría visiones, pues serían un distractor, así que durante la batalla, solo vería cosas absolutamente importantes.
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