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Una vez se transformó en lobo, Leo lanzó un aullido inaudible para los humanos, pero todos los guías lo escucharon claramente, poco a poco comenzaron a reunirse.

Rafa:¿Qué tal Leo?, ¿Estás cómodo viviendo en la misma colonia en la que vivías antes?

Leo:No, vivo con el miedo de encontrarme con alguien que me conocía

Ilan:No eres el único, yo vivo encontrándome a Susana, ¿Tienes idea de lo que debo hacer para evitarla siempre?

Leo:Afortunadamente no he pasado por eso

Ganso:Claro, Ilan siempre es el de la mala suerte.

Cuando estuvieron todos reunidos Ilan comenzó a hablar

Ilan:Empusa está entre los humanos

Ciervo:¡Bravo! Los que nos faltaba, nuestros niños están en plena pubertad y ahora esto, ¡Ja! ¿Qué podría salir mal?

Ilan:Debemos proteger a los muchachos, y nosotros también

Salmon:Es cierto, los guías espirituales hombres son tan vulnerables ante ella como un humano normal

Castor:Y la mayoría de los herederos son hombres

Cuervo:Hombres, por favor tengan cuidado

Halcón:Claro, no se preocupen por nosotros, parece que no nos conoces

Cuervo:Si, justo por eso, bueno, hay que irnos
Y comenzaron a irse.

Al siguiente día, habría una fiesta en casa de uno de los compañeros de clase de Adriana y Leo.

La fiesta transcurrió con normalidad, eran las tres de la mañana cuando Adriana vio salir a Leo, algo en ella le gritaba que lo siguiera y aunque quiso resistirse terminó haciéndolo, caminaba a una distancia prudente.
Leo caminaba tranquilo pero, de repente, en una esquina se encontró a una mujer apoyada en la pared, él solo la ignoró y siguió caminando pero ella habló

—Hey—

Esa simple palabra hizo que Leo perdiera el control de sí mismo, se quedó quieto, estático en medio de la acera, Adriana lo observaba desde lejos, no entendía por qué se había detenido.
La mujer se acercó y comenzó a pasar sus manos por la espalda y el abdomen de Leo, Adriana no podía verla ya que se encontraba de espaldas, solo la veía tocar a Leo, y, después de unos minutos Leo correspondió con la misma intensidad que ella, cuando estuvo frente a él no dudó en darle un beso en la boca, pero para ese momento ya estaba de frente a Adriana y entonces ella pudo ver que sus ojos brillaban de un rojo intenso, sintió su piel erizarse.
"¿Acaso Leo no ve eso?" se preguntó.
Ambos caminaron hasta dar la vuelta en la esquina y ahí fue donde vio los ojos de Leo brillar de manera intermitente en azul.

Adriana ya no tenía dudas, no había tomado por lo que no podía culpar al alcohol y esa sensación de vacío en su estómago no la engañaba, Leo estaba en peligro, de repente recordó lo que había dicho la bruja en televisión.

Caminó hasta el lugar en donde habían dado vuelta Leo y la mujer, se encontró con que era un callejón de una sola entrada, entonces los vio, al fondo, besandose intensamente, la camisa de Leo estaba completamente desabotonada, y la mujer estaba a punto de quitársela, estaba por hacer algo cuando vio de nuevo ese brillo intermitente en los ojos de Leo.

—¿Te resistes?—Preguntó la mujer
—¡Ya basta!, Deja de resistir—le gritó desesperada y entonces el brillo en los ojos de Leo desapareció por completo y su mirada se perdió, además de que comenzó a salir sangre de su nariz

Al verlo sangrar Adriana no pudo contenerse más y caminó hacia ellos

Adriana:¿Qué pasa aquí?

La mujer gruñó y volteó a verla, clavando su fulminante mirada de ojos rojos brillantes en ella.
Leo se inclinó hacia adelante y tosió sacando una gran bocanada de sangre.

—Largo—Ordenó, pero Adriana no pensaba dejar a Leo que seguía sangrando

Adriana:No me iré sin él

—¿Tanto te importa?—Preguntó la mujer al tiempo que Leo expulsaba otra bocanada de sangre
—Pues entonces, míralo morir—
En cuanto lo dijo Leo lanzó un grito de dolor y cayó de rodillas al suelo

Adriana:¿Qué le hiciste?

—Solo le dí un pequeño golpe, pero tal vez no deba morir desangrado, tal vez sea mejor si lo ahorco—
Inmediatamente Leo llevó una mano a su cuello, pero no emitía ningún sonido.

"No está respirando" pensó Adriana, no encontraba la manera de ayudarlo, entonces vio sus ojos brillar en azul de nuevo,

—¡Maldito Lobo insolente!—Gritó la mujer haciendo que se abriera una herida muy profunda justo en el centro del pecho de Leo, acompañada de una bocanada más de sangre

"Tengo que hacer algo rápido" se dijo Adriana, corrió hasta él y al acercarse vio su mirada con un brillo azul intermitente.
"Está luchando" dedujo Adriana

Adriana:Vamos Leo, yo sé que puedes.

—¡Rindete ya!—Volvió a gritar la mujer y una herida más se abrió, ésta vez en la pierna derecha de Leo

Adriana:No la escuches, tú puedes, eres fuerte, libérate de ella, confío en tí

Ya no sabía qué más hacer, solo hablaba esperando que Leo pudiera escucharla.

La mujer se acercó y tomó bruscamente la muñeca de Adriana.

—Creo que primero morirás tú—

Adriana sintió una punzada en su pecho, dolía, pero no iba a gritar, una gota de sangre apareció recorriendo su brazo, estaba aterrada, pero, de repente, la mujer la soltó y cayó al piso con un grito y se abrió una herida en su mejilla derecha haciendo que comenzara a escurrir sangre.

Adriana estaba confundida, pero no se molestó en intentar averiguar lo que sucedía, solo volvió su vista hacia Leo que jadeaba pesadamente, vio sus ojos, ya eran normales, no brillaban pero tampoco estaban perdidos, con eso se sintió aliviada.

Leo:Bien hecho

Dijo Leo con dificultad

Adriana:¿Qué?

Leo:Yo me encargo del resto

Como pudo se levantó haciendo una mueca de dolor y provocando que sus heridas sangraran más

Adriana:No, oye, no puedes...

Leo:Calma, no pasa nada

Tambaleándose se puso de pie. Adriana se colocó a su lado.
La mujer se levantó también.

Leo:A mí...me puedes... hacer...lo que quieras... pero... a los que quiero...¡No los tocas!

Inmediatamente sus ojos se encendieron en azul y se lanzó sobre la mujer, lo hizo tan rápido que ella no fue capaz de evitarlo, la mano de Leo se cubrió de fuego que al contacto con el cuerpo contrario lo incendió hasta que quedó reducido a cenizas.

Adriana lo veía desde atrás, la velocidad de Leo la había tomado por sorpresa. Lo vio quedarse de pie tambaleándose, se acercó lo más rápido que pudo, él todavía jadeaba con dificultad, Leo sintió que caería al piso por lo que extendió su mano derecha para apoyarse en la pared, pero en vez de eso, ésta fue sostenida por Adriana.

Adriana:¿Qué hago Leo?, ¿Qué hago?
Leo:Ilan, llámalo
Adriana:¿Quién es?
Leo:Está en mi teléfono

No pudo decir más, se inclinó escupiendo sangre y después cayó inconsciente. Adriana palideció

Adriana:No, oye, reacciona

Al no obtener respuesta metió su mano en el bolsillo de Leo, en el que siempre llevaba su teléfono, colocó la contraseña y entró a sus contactos, buscó a Ilan y al encontrarlo lo llamó inmediatamente.

Ilan:¡Hey!¿Y ese milagro?
Adriana:¿Ilan?
Ilan:¿Quién habla?
Adriana:Soy Adriana
Ilan:¿Dónde está Leo?
Adriana:Está herido, inconsciente
Ilan:¿Dónde?

La voz de Ilan delataba lo preocupado que estaba, inmediatamente después de recibir la ubicación se puso en marcha, aprovechando que Athan estaba dormido.

Adriana estaba junto a Leo, desesperada, sufriendo la eternidad de cada minuto, de repente escuchó una voz femenina pasar en la calle, la reconoció al instante

Adriana:¡Mamá!

Luisa se puso alerta al escucharla y al verla le dijo a su acompañante que se fuera y ella caminó hacia su hija, al llegar estuvo a punto de desmayarse al ver la cantidad de sangre y el estado de Leo

Luisa:¿Qué pasó?
Adriana:No sé, una mujer lo atacó
Luisa:Te pedí que te comportaras
Adriana:No fue culpa mía
Luisa:Hay que llamar a la serpiente
Adriana:¿Para qué?
Luisa:Él puede curarlo
Adriana:¿Enserio?
Luisa:Si, deja lo llamo
Adriana:¿De casualidad se llama Ilan?
Luisa:Si
Adriana:Ya lo llamé, Leo me dijo antes de desmayarse
Luisa:Entonces solo queda esperarlo
Adriana:¿Qué es Leo?¿Qué soy yo?
Luisa:Supongo que hay tiempo, te contaré toda la historia, los guías espirituales...


Adriana estaba terminando de procesar toda la información que le había dado su mamá cuando vio una sombra aparecer en la entrada del callejón, cuando estuvo más cerca vio claramente a Ilan y quedó maravillada por sus ojos color miel, sus miradas se cruzaron y pudo sentir su corazón detenerse.
Ilan no le prestó mucha atención y fue directo a Leo.

Ilan:Empusa, espero que ya estés pudriendote en el Tártaro

Volteó hacia Adriana

Luisa:No te preocupes, ya lo sabe, solo curalo y ya

Ilan asintió, sus ojos comenzaron a brillar en amarillo mientras las heridas de Leo comenzaban a sanar rápidamente.
Después de curarlo volteó hacia ellas

Ilan:Las heridas ya sanaron, pero el dolor va a estar ahí por unos días, no sé cuándo despertará, ¿Qué hacemos?

Luisa:Llévalo a mi casa

Ilan lo tomó en brazos, lo levantó y lo llevó hasta la casa de Luisa. Adriana no podía quitarle la mirada de encima a Ilan, había algo en él que se lo impedía.


Ilan:Pues, creo que ya es hora de irme

Dijo después de dejar a Leo en el cuarto de Adriana, pero antes extendió un papel hacia ella

Adriana:¿Qué es esto?

Ilan:Mi número de teléfono, para que la próxima vez que me necesites no tengas que manosear a Leo

Luisa:Huy, eso me sonó a qué estás celoso, "vibora"

Ilan:Cállate, "bruja"

Luisa:¿Cómo te decía el cuervo?¡Ah! Si, "Reptil come ratas"

Ilan:Te recomiendo comenzar a respetarme si no quieres morir por una terrible enfermedad

Luisa:No serías capaz, eres demasiado lindo como para hacer eso

Mientras decía esto último Luisa apretaba las mejillas de Ilan

Ilan:¡Por cierto!, ¿Cómo es que tú ya sabes todo?

Adriana:El otro día, por error, desintegré a alguien

Ilan dejó salir una sonora carcajada

Ilan:Bien, pues te recomiendo tener cuidado con eso, pídele a Leo que te entrene.

Adriana:Espera, ¿Te gusta Leo?

Ilan estaba sorprendido por la pregunta, pero ni siquiera tuvo que pensar en la respuesta

Ilan:Si, pero él no siente lo mismo así que, no hay mucho qué hacer

Comenzó a caminar hacia la puerta pero antes de salir Luisa le lanzó una última pregunta

Luisa:¿Cómo se llama el tuyo?

Ilan:Athan

Y desapareció detrás de la puerta

Cuando Leo despertó lo primero que sintió fue un fuerte dolor en su pecho, después identificó el de su pierna y finalmente el de su hombro derecho, a un lado suyo estaba Adriana observándolo

Leo:¿Soy o me parezco?

Adriana:Es lo que estoy tratando de descifrar, te ves de la... Terrible

Leo:Muy graciosa

Adriana:Quiero que me entrenes

Leo:¿Por qué?

Adriana:Ilan me dijo que te lo pidiera

Leo:¡Porque me lo ordenooooo!

Adriana le dió un pequeño golpe en la mejilla

Adriana:No, enserio, la primera vez, desintegré a una persona, no quiero que se salga de control

Leo:Sería bueno que cuando conozcas a tu padre ya domines tus poderes

Adriana:¿Por qué?

Leo:Porque él cree que por ser mujer no eres capaz de quedar al frente del Inframundo así que durante el entrenamiento que empezará cuando cumplas 17 te complicará todo para que te rindas o mueras.

Adriana:Vaya padre el que me tocó, no quiero estar al frente del Inframundo, pero primero le mostraré de lo que soy capaz

Leo:Bien, pues, primero esperemos a que me deje de doler todo mi hermoso cuerpo y después solucionamos eso, ¿De acuerdo?

Adriana:Bien, oye, háblame de ti

Leo:¿De mi?

Adriana:Sí, ¿Qué hacías o quién eras antes de conocerme?

Leo:Creo que deberías ser un poco más específica, he existido durante miles y miles de años, ¿Quién no fui? O ¿Qué no hice?

La voz de Leo se tiñó de nostalgia

Adriana:Pues cuéntame todo, tengo tiempo.

Leo:A pesar de todo, no hay mucho qué contar, estuve en todas las guerras y masacres que han existido

Adriana:¿Tú las detenías?

Leo:No, a veces, era un asaltante, un secuestrador, un soldado, cualquiera que peleara, cualquiera que matara

Adriana:¿Has matado a muchas personas?

Leo:Ya ni siquiera recuerdo cuántas

Adriana:¿Has tenido familia?

Leo:Solo una, yo nunca me involucré con los humanos, pero, hace años, formé parte de una familia humana, nunca había sido más feliz, conocí lo que era tener padres y hermanos

Adriana:¿Y qué pasó?

Leo:Tuve que fingir mi muerte para venir a cuidarte

Adriana:Lo siento, debes extrañarlos mucho

Leo:No tanto, a veces los visito, de hecho, viven aquí cerca

Adriana:Debe ser difícil ocultarte de ellos

Leo:Doloroso más que difícil

Adriana:Si has existido durante tanto tiempo, ¿Has tenido hijos?

Leo:No, nunca tuve una relación con nadie, hasta, hace unos años, pero, no funcionó como debía

Adriana:¿Eres tío?

Leo:Tampoco, mis hermanos humanos no han tenido hijos

Adriana:Pero, los demás guías, son como tus hermanos, ¿No?

Leo:¿Por qué crees eso?

Adriana:Pues, todos llevan casi el mismo tiempo de existir, deben ser muy cercanos

Leo:Si, somos cercanos, pero no de esa manera, a duras penas y podría considerarlos mis amigos

Adriana:¿Por qué?

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