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15

—Ya te lo dije, debes hablar con él— dijo Dru caminando con las manos en los bolsillos.

—Es que, me asusta— confesó Adriana

—¿Cómo puede asustarte? De cualquiera de nosotros lo creería, ¿Pero tú?— se burló Kal

Iban rumbo al entrenamiento, cuando llegaron al lugar acordado se encontraron a los guías ahí.

—Bien, voy— suspiró Adriana y caminó hacia Leo, al llegar junto a él tocó su hombro, él giró y sonrió
—Oye, pode...— apareció una especie de aro de luz que jaló a Leo hacia adentro y se volvió a cerrar.

—¿Eso fue lo que creo que fue?— preguntó Fanny atónita

—¿Qué?— preguntó Azariel colocándose al lado de Adriana.

—Una invocación— dijo Manuel
—A veces, a los humanos se les ocurre invocar cosas, regularmente nadie responde pero parece ser que Leo hizo un trato— explicó cruzando los brazos

—¿Un trato?— Adriana estaba segura de que se trataba de lo que él había acordado con Hades

—No me preguntes, yo no sé, él sabrá lo que hace— Manuel se encogió de hombros.

—Bien, comencemos, Dru, Alex, Adriana, una espada cada uno— ordenó Ami. Alex y Dru se miraron confundidos mientras que Adriana hacia aparecer en su mano izquierda una espada, todos la miraron confundidos.

—¿Qué tanto sabes de tus poderes?— preguntó Manuel intrigado, entonces se abrió un agujero en el cielo y de él cayó Leo cubierto de sangre, soltó un quejido al golpearse contra el piso y enseguida se levantó asqueado.

—¿Y a tí qué te pasó?— preguntó Damian mientras Demetrius casi se desmayaba y Adriana hacia desaparecer la espada

—Agh, si supieras las estupideces por las que la gente vende su alma... Te sorprenderías— respondió él caminando en dirección contraria.

Ami se acercó discretamente a Adriana

—Si consigues darle un golpe a Leo te daré por exento el entrenamiento— susurró.

Adriana se lanzó sobre él pero al estar cerca se arrepintió y no lo tocó, Leo giró y al verla se notó confundido.

—¿Qué ibas a hacer?— preguntó

—Báñate y regresa, creo que podría saltarse el entrenamiento— explicó Manuel

—Mientras tanto realicen la primera prueba, se estaban saltando un paso, aunque ya les digo desde ahora que la va a pasar— dijo Leo y se fue.

—¿Hay más pruebas?— cuestionó Adriana mirándolo alejarse.

—Dos, una es de fuerza física y la otra mental— respondió Manuel tomando la mano de Alexander y Ami la de Dru, las levantaron y abrieron sus palmas.

—Tienes que vencer a alguien fuerte y a alguien que quieras, lo irónico es que creí que tú harías las dos pruebas con Leo, pero parece que no— se burló

— Deben concentrar su poder en su palma y pensar en el arma que quieren— Explicó Ilan y tomó las manos de Alexander y Dru —Ahora— dijo y sus palmas brillaron, al instante apareció una espada en la mano de cada uno, quedaron atónitos.

—Excelente, ahora, con su propio poder, porque esta vez usaron el mío, ya saben cómo se siente— dijo Ilan y ellos intentaron sin lograr nada.

Después de dos intentos más Dru lo consiguió y un intento después también Alexander.

—Adriana, ven acá— dijo Manuel discretamente, ella se acercó.

—¿Recuerdas que debías pelear contra alguien que quisieras? Bueno, ese es Ilan, tienes el elemento sorpresa, debes darle tres golpes, Fanny y Sava ya fueron por Leo— susurró, Adriana lo miró consternada

—No puedo golpearlo— repuso

—No le va a pasar nada por tres golpes, anda, ve— dijo él y golpeó su espalda, Adriana respiró profundo y miró a Ilan, él les explicaba a Damián y a Elian cómo funcionaba la ecolocación.

Ella se movió rápidamente hasta detrás de Ilan lista para asestar el primer golpe pero Ilan se puso en cuclillas y se escabulló.

—Bueno, empezaste bastante mal— se burló y ella hizo aparecer un águila, en ese momento, la vista de Ilan se oscureció y apareció una luz blanca con destellos azules —Tu tienes...— no terminó su frase ya que el águila lo atacó y tuvo que esquivarlo.

—Si, ya veo a lo que te refieres— dijo Hades a Deméter apareciendo de la nada—Tienes un Satwa— concluyó diciéndole a Adriana

—¿Qué es eso?— preguntó ella

—Un animal en el corazón, tampoco te alteres que no te va a devorar, es como un familiar, puedes materializarlo y compartirán un vínculo irrompible— dijo Manuel

—En fin, continúen— dijo Hades y movió la mano, Adriana se decidió a terminar con eso lo más rápido posible.

Se lanzó sobre Ilan pero él no se movió, al quedar a unos centímetros, Adriana se detuvo.

—¿Qué?— preguntó Ilan

—¿Por qué no te mueves?— cuestionó ella

—Esta prueba es mental, si tuvieras que golpear a alguien que quieres, ¿Lo harías? Aquí no importa si eres fuerte físicamente o no, debes tener fuerza mental—

Adriana suspiró y lanzó un leve golpe a la mejilla de Ilan, él cayó al piso y sangró por la nariz, la fuerza no había sido tanta, pero debían probar la voluntad de Adriana.

—Vamos, solo faltan dos— la animó levantándose despacio.

—No...— Adriana titubeó

—No dudes, solo hazlo, no mires a quién golpeas, solo el lugar en el que asestarás— dijo Leo llegando, ella recordó su entrenamiento con él y cerró los ojos, visualizó solo la estructura osea de Ilan y lanzó un golpe al abdomen seguido de una patada a las piernas y miró de nuevo encontrándose a Ilan en el piso.

—Bien, pasaste— dijo él levantándose como si nada —Ahora con él— señaló a Leo

Adriana lo miró y solo recibió un guiño y una sonrisa "Ese si eres tú, ¿Por qué has cambiado tanto?" se preguntó, dando por hecho que él quería matar a Ilan.

Se lanzó sobre él, un golpe tras otro, Leo se limitaba a esquivar hasta que Adriana aumentó la velocidad y le dió una patada en el abdomen lanzándolo varios metros lejos, la fuerza fue tal que Leo escupió unas gotas de sangre y la miró dudoso, no creía que ella fuera a darle un golpe de esa magnitud.

Se levantó despacio limpiando la sangre de su boca.

—Ami— dijo Manuel escuchandola hablarle en su mente.

—¡Ami está en problemas!— gritó y corrió hacia un lugar, todos lo siguieron, finalmente encontraron el cuerpo de Sava junto al tronco de un árbol, cubierta de sangre y Fanny a su lado, ya no podían hacer nada, Cálix se inclinó y le dió un último abrazo a Sava.

—Si lloro me golpearás, lo sé— dijo y sonrió con tristeza

Comenzó a llover de repente, Leo miró a Azariel.

—Debes calmarte, volverá, te lo aseguro, no sé cuándo, pero todos pueden estar seguros de que volverán a verlos— dijo

—Ellas habían ido a buscarte, ¿Por qué las dejaste atrás?— preguntó Adriana molesta, la imagen que tenía de Leo se desmoronó.

—¿Qué? Yo ni siquiera las vi— dijo él

—¿Tú hiciste esto?— preguntó Adriana, aunque más que pregunta, sonó como una acusación

—Adriana, por favor cálmate— dijo Damian —Él no tiene la culpa—

Adriana tuvo que morderse la lengua para no decir más.
Leo se dió cuenta de que Adriana ya no confiaba en él.

—Vayanse y sigan practicando en la tarde, eso fue todo por hoy— dijo inexpresivo.

—No deberías dudar así de él, creo que estás sacando conclusiones apresuradas— comentó Dru

—También me preguntaba eso, pero, hoy, no pareció afectarle nada de lo que le dije, eso solo puede ser porque no le importa, yo creo que es él quien está matando a los guías, no era solo Ilan a quien quería atacar— Dijo Adriana apoyando su cabeza en el hombro de Azariel, la mayoría asintieron, de acuerdo con ella

En eso estaban cuando tocaron a la puerta.

—Disculpen— dijo Leo asomándose
—¿Quién puede venir conmigo?— preguntó y solo Dru, Elian, Kal y Jace se levantaron y fueron con él, los demás se negaron.

—Síganme— les ordenó y avanzó, ellos lo siguieron

—¿A dónde vamos?— preguntó Kal observando a su alrededor, ellos nunca habían estado ahí.

Leo no respondió, solo siguió caminando.

Los cuatro se miraron y continuaron en silencio, caminaron un buen rato hasta que Leo se detuvo.
Era una especie de bosque con columnas en varios lugares, pero estas no parecían sostener nada.

—Estas son las columnas de Hércules, el lugar más alejado del Olimpo, aquí nadie viene— dijo Leo y por fin se dió la vuelta para verlos de frente

—No está tan mal, mi mamá me contó la historia— dijo Elian observándolas maravillado.

—Los cuatro vieron lo que pasó con Adriana hoy, ella está segura de que yo soy quien mató a los guías— dijo acercándose unos pasos —¿Por qué vinieron?—les preguntó.

—Tú lo pediste— dijo Jace —Además, nosotros sabemos que no harías eso, confiamos en ti, no te tenemos miedo Leo—continuó.

—Quiero pedirles algo, va a ser difícil para ustedes, pero creo que vale la pena intentarlo— dijo

—¿Qué necesitas?— preguntó Dru

—Si están dispuestos a que les cuente, deberán guardar el secreto hasta el final— explicó y ellos asintieron.

—Primero, ¿Por qué Adriana duda de mi?— cuestionó.

—Por lo que le pediste a Hades— dijo Dru, Leo estaba muy sorprendido

—¿Lo sabe?— estaba atónito

—Claro que lo sabe— dijo Jace —¿No debía?—

—No creí que le importara— los chicos lo miraron confundidos

—Es que es algo tan insignificante que asumí que no le interesaría saberlo, de lo contrario yo mismo se lo habría dicho, aunque, bueno, admito que tenía miedo de que no estuviera de acuerdo, pero al final es mi decisión, yo soy el que se está encargando de todo, no veo por qué su molestia— bajó un poco el tono de su voz —No puedo perderla, no me resigno—


Al día siguiente, cuando el entrenamiento comenzó, Dru, Elian, Jace y Kal se negaron a entrenar, nadie comprendía, pero, en realidad, había sido una orden de Leo.

Hades llamó a Adriana para hablar con ella.

—Ya estás al tanto de lo que hay en tu corazón, ¿Quieres materializarlo?— preguntó.

Adriana lo pensó un momento

—¿Eso es bueno? ¿Qué ganaría yo?—

—Un amigo, hermano, lo que quieras, solo que, claro, será un animal, pero seguirá tus órdenes y te será leal hasta que mueran, porque si él muere, tu mueres, y viceversa, además, tus poderes se liberarán, actualmente eso funciona como una barrera, si la quitas, nada te limitará— respondió Hades. Adriana dudó pero finalmente aceptó.

—Bien, escucha, debes concentrar tu poder en el corazón, si lo haces bien, y juntas la cantidad adecuada, las dos partes se separarán solas— explicó

Leo se acercó a Dru, Kal, Jace y Elian, de repente un círculo azul se abrió y los absorbió.

Cayeron en una habitación oscura, con velas y figuras extrañas, al instante escucharon un grito.

—Por dios— dijo la chica cubriendo su boca —Era cierto, ¿Quienes son ustedes?— cuestionó mirándolos de arriba a abajo

—No importa, ¿Para qué nos llamaste?— preguntó Leo

—Quiero que me ayuden en un examen— dijo ella con completa naturalidad.

Kal no pudo evitar soltar una carcajada.

—Claro, llamas a un ser divino para que te ayude con un examen a cambio de tu alma— dijo irónicamente

—¿Mi alma?— preguntó ella confundida.

—A cambio de la ayuda me darás tu alma— explicó Leo acercándose un poco.

—Está bien— dijo ella —el examen es de biología y comienza en veinte minutos, ¿Qué harán?— preguntó.

Leo extendió su mano hacia ella
—Primero, cerrar el trato— dijo, después de un apretón de manos concluyó —Ve a la escuela, después veremos— Ella no podía creerlo, esperaba algo más impresionante.

—Anda, ve que se hace tarde— dijo Leo golpeando sus palmas en forma de aplauso, ella se dió prisa y salió después de apagar las velas.

—¿Esto son las famosas invocaciones de las que habló Manuel?— Preguntó Elian escudriñando el lugar

—Si, pero cada vez son menos interesantes, lo bueno es que ya solo me falta una—

—¿Por qué haces esto?— preguntó Dru

—Es algo personal, no tiene nada que ver con nuestros problemas, a ustedes lo traje porque la verdad no me gusta hacer esto solo— confesó y miró por la ventana, el cielo se estaba oscureciendo y podían observarse algunos relámpagos

—Parece ser que intentarán sacar al animal de Adriana— dijo preocupado

—¿Qué animal es?— Preguntó Kal abriendo un cajón

—Lo veremos hasta que salga, si lo logra, sino, nunca lo sabremos— respondió —Este proceso es peligroso, si no lo logra en tres intentos Adriana morirá— dijo, después volvió y se sentó sobre la cama.

La chica llegó a su salón y se sentó, después llegó el profesor y comenzó a repartir los exámenes.

¿Y ahora qué? Se preguntó, completamente preocupada.

Tranquila, solo lee las preguntas respondió Leo en su mente, ella se sobresaltó al escucharlo, pero finalmente se concentró en la hoja que tenía frente a ella.

¿Qué es la célula?

La unidad fundamental de la vida

¿Quién fue Robert Hooke?

Científico inglés que acuñó la palabra célula tras verlas por primera vez

¿Qué dice la teoría de la biogénesis?

Qué se necesita una vida previa para generar vida

Y así siguieron hasta terminar el examen, en cuanto Leo respondió la última pregunta las velas de la habitación en la que se encontraban se encendieron y se abrió de nuevo un portal que los absorbió, una vez que desaparecieron las velas se apagaron y todo volvió a la normalidad.

Aparecieron en el campo de entrenamiento y vieron a Adriana sentada en el piso con los ojos cerrados, un destello se veía a la altura de su corazón, de un momento a otro estalló obligándolos a cerrar los ojos, cuando los abrieron de nuevo Adriana estaba inconsciente con heridas cubriéndola.

Pasaron los días y el entrenamiento avanzaba.

La relación entre Adriana y Leo se tensaba cada vez más, ya ni siquiera se dirigían la palabra, nadie más que los guías confiaba en él.
Poco a poco los dioses manejaban con más libertad sus poderes hasta que un día, llegó la última invocación a la que Leo debía responder, llevó consigo a los cuatro dioses que siempre estaban con él, ese, también era el día del último intento de Adriana para materializar a su familiar, lo que ella no sabía era que su vida terminaría si no lo lograba.

Leo, Kal, Dru y Elian aparecieron en un gimnasio de lo que parecía ser una escuela, frente a ellos, de espaldas, un chico arrodillado frente a las velas.

—Esto es ridículo— susurró y se puso de pie

—No tanto— dijo Kal avanzando hacia él, al escucharlo, el chico volteó asustado

—¿Qué hacen aquí?— preguntó creyendo que eran estudiantes al igual que él

—Nos llamaste, ¿Lo olvidas?— cuestionó Dru acercándose también

—¿Ustedes son...?— ellos asintieron
—Bueno, como sea, les contaré, mi novia se fue con otro, quiero que él la deje, que vea la clase de mujer que es ella— dijo con rabia, Leo entendió sus sentimientos.

—Bien, a cambio de tu alma lo haremos— dijo y extendió su mano, el chico la apretó y cerraron el trato.

—¿Qué haremos?— preguntó Kal mientras caminaban por un parque

—Es bastante sencillo, tú tienes el poder de la provocación sexual así que te encargarás de que lo engañe, nosotros de que la vea, ¿Entiendes?— explicó Leo

—Suena sencillo— dijo Kal alzándose de hombros y se acercó a un árbol.

Leo buscó al novio de la chica y mediante su poder, lo hizo querer ir al parque, una vez que estuvo ahí, Kal entró en acción, se acercó a la chica antes de que ella viera a su novio y de la nada la besó, usando su poder para que no se alejara permaneció así hasta que el chico la vio y se acercó molesto, entonces Kal se levantó y huyó inmediatamente.

Al encontrarse con los demás, un portal los llevó de vuelta al Olimpo.

Al llegar, Leo fue a la casa de los guías mientras los demás fueron al campo de entrenamiento.

—¿Dónde está Manuel?— preguntó Teef buscando a su alrededor, eso alertó a los demás.

—¿Debemos buscarlo?— Cuestionó Dru levantándose de su lugar

—¿A quién?— preguntó Leo que acababa de llegar.

—A Manuel— respondió Teef acercándose a él

—Estaba en la casa, yo vengo de allá, dijo que vendría rápido— Explicó Leo, pero, de repente, la voz de Manuel apareció en la cabeza de Ilan

¡En la huerta rápido!

—Lo están atacando en la huerta— dijo y se apresuró a buscarlo con todos los demás detrás de él.

Cuando llegaron al lugar no había ningún cuerpo.

—Aquí no hay nada— habló Teef confundida.

Mientras analizaban los alrededores encontraron sangre en un árbol, al verla, Leo sonrió sin que nadie lo viera.

—¿Cómo puedes estar así de tranquilo?—preguntó Adriana a Dru al verlo, cuando ya iban de regreso.

—No hay nada que pueda hacer— respondió él

—Últimamente pasas mucho tiempo con Leo, ¿Será que te estás volviendo como él?— cuestionó

—¿Cómo es él?— Preguntó Dru irritado —Porque yo jamás lo he visto hacer nada malo, no soy como tú, que desconfías de quien estuvo contigo, fielmente durante toda tu vida solo por suposiciones, así que no vengas a intentar ponerme en su contra porque no vas a lograr nada, desconfiaría de ti, antes que de él— escupió molesto

—Estoy tratando de abrirte los ojos, pero tú no quieres ver, ¿Por qué no te dejas ayudar?— dijo ella

—¿Ayudarme? No necesito ayuda, estoy perfectamente bien, tal vez seas tú quien la necesite— dijo comenzando a perder la calma

—¿Ahora crees que yo estoy equivocada?—

—Siempre lo pensé, eso no es algo nuevo—

—¿Qué te está pasando? Tú no eres así—

Dru perdió la cabeza y se lanzó contra ella, la empujó hasta hacerla quedar contra un árbol que se encontraba a unos pasos y puso un brazo sobre el cuello de Adriana.

Teef se apresuró y tomó el brazo de Dru para alejarlo de Adriana.

—Dru, usa la cabeza, no te dejes llevar por tus emociones, no sale nada bueno de eso— habló Leo

Dru comprendió y se alejó.

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