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14

Leo, Teef, Karen y Ami corrieron hacia el salón de los espejos, en la entrada a la casa grande se encontraron a los dioses.

—¿Y bien? ¿Qué sucedió?— preguntó Ares mordiendo una manzana

—El ciervo y el ganso están muertos— soltó Teef con naturalidad.

—¿Y cómo está mi hijo?— Preguntó Eros preocupado

—Triste, pero bien— contestó Leo

—¿Y a dónde van?— cuestionó Deméter entrando en la gran mansión

—Vamos a buscar al cuervo y al pájaro carpintero— Contestó Leo
—Están en el salón de los espejos—

—¡Ja! ¿Y cómo llegaron ahí?— rió Ares.

—¡Leo!— gritó Adriana corriendo hacia ellos —Creí que me perdería de nuevo— dijo recuperando el aliento.

—¿Tan rápido?— preguntó Teef

—No nos subestimes— Dijo Ilan apareciendo sobre la rama de un árbol cercano, cuando lo miró él guiñó un ojo.

—¿Cómo es que estás sano?— preguntó levantando una ceja

—Jace descubrió sus poderes sanadores, ¡Son una maravilla!— saltó al suelo y caminó hacia ella.

—¿Ya desaparecieron?— Teef se colocó peligrosamente cerca del rostro de Ilan, Adriana ardió de celos pero una mano la detuvo de cometer un error, al voltear se encontró a Dru.

—Si...— dijo Ilan casi en un susurro y retrocedió —Bueno, vamos por ellos, ¿No?— y se adentró en el lugar.

—Suerte muchachos— dijo Deméter a manera de despedida.

Ami abrió una gran puerta y apareció ante ellos el imponente salón, con espejos por todas partes.

—Aún después de tanto tiempo me sigo preguntando por qué tienen esto aquí— se quejó Ilan.

—Es que claro, deben complicarse las cosas— respondió Manuel

—¿Cuál es el problema con ésto?— preguntó Athan caminando hacia adentro.

Todos se miraron y lo dejaron avanzar un poco, cuando llegó al primer espejo se vio reflejado en él.

Se miró fijamente unos segundos.

—Si... Tu nariz no es lo mejor que hayas visto, ¿Verdad?— habló su reflejo haciéndolo retroceder hasta aferrarse al brazo de Ilan

—Aterrador, ¿No?— se burló Manuel, comenzando a recuperar su sentido del humor tan ácido que lo caracterizaba.

—¿Qué fue eso?— Preguntó Dru

—En cada uno de esos espejos hay una inseguridad tuya—

—¿Y cuántos espejos son?— preguntó mirando hacia ellos

—No lo sé, tú dime— respondió Manuel, puso una mano en su espalda y lo arrojó dentro

Al reflejarse en el primer espejo su reflejo le habló

—Tus ojos dan miedo—

Manuel se estiró rápidamente y lo jaló hacia afuera.

—Olvidé decirte que también se mete con tus recuerdos— se alzó de hombros y sonrió.

—Ay pobresito niño con mala memoria— Se burló Teef colocando las manos en las mejillas de Manuel y apretándolas con fuerza hasta terminar con una bofetada-

—¡Ya es suficiente!— escucharon a Salem gritar desde adentro

—Sigue con vida— dijo Leo e intentó entrar pero Teef lo detuvo

—Espera, tengo que hablar contigo— lo jaló hacia afuera

—Ahora no— respondió él

—Por favor es importante— suplicó ella.

—¡Tenemos que entrar rápido!— Egan se estaba desesperando

—Suéltame Teef, no hay tiempo— repuso Leo

—Es sobre lo que le pediste a Hades— dijo ella y Leo se petrificó

—¡Ahora!— Gritó Egan y relámpagos inundaron el salón rompiendo muchos espejos.

—Ilan...— Leo se acercó a él pero Ilan miró hacia otro lado y se alejó

—Yo me encargo, vete— dijo cortante, Adriana tomó su mano y la jaló hacia adentro, Egan los siguió

—Los demás espérenlos aquí— Dijo Leo y se fue con Teef

—¿Qué pasa? — preguntó Leo, Teef se giró seria

—¿Que le pediste? — cuestionó

—¿Eso era tan importante que no podía esperar?, Escúchame Teef, hay otras cosas de las que debemos ocuparnos, los dejé solos ¿y tú me sales con una estupidez como esa? — preguntó molesto, Teef lanzó un golpe a su labio haciéndolo guardar silencio.

—No es ninguna estupidez, pero si no me quieres decir está bien, el punto era evitar que entraras tú, si de todas maneras no hay nadie ahí, no te perdiste de much—- se burló Teef cruzando los brazos

—¿Que no hay nadie?—

—Así como lo oyes, ellos no murieron allí, además de que ya desaparecieron, será imposible encontrarlos, ya es tarde—

Leo buscó en el futuro y se dió cuenta de lo que sucedería, se alejó de Teef mientras advertía a Ilan y veía el cambio en su visión.

—Te abandonó, es que claro, no eres suficiente para él, necesita a alguien que le dé la talla y ese claramente no eres tú, ¿Para que molestarte? Resígnate, no tienes oportunidad, al menos no mientras mantengas esa careta tuya de niño bueno—

—¿Por qué solo te habla a ti? — preguntó Egan caminando junto a él

—Porque soy el único que conoce este lugar, intentan perderme para que no lleguemos a Salem— contestó Ilan

—¿Por qué cambiaste? Debiste seguir igual de agrio que antes —seguía hablando el reflejo —Esta careta tuya tampoco les agrada a todos—

—¿Agrio? ¿Careta? — preguntó Adriana confundida

—Si, eso no importa— Ilan siguió caminando

—¿Cómo que...? —

—Dije que no importa Adriana, ya basta— contestó y avanzó aún más rápido

De repente se detuvo, parecía mareado.

¡Ilan! Era una ilusión

La voz de Leo resonó en su cabeza, pero el mareo no lo dejó comprender bien.

Un zumbido apareció en sus oídos y fue aumentando de intensidad hasta que se volvió insoportable, cubrió sus oídos intentando amortiguar el sonido y cayó al piso de rodillas.

—¡Ilan, ¿Qué pasa?! — preguntó Egan agachándose a su lado

Mátalos

—¡Ilan! — Adriana se acercó también

¡Mátalos ahora!

Ilan continuaba en el suelo, luchando por recuperarse, sus ojos brillaban por el descontrol que se estaba produciendo en sus emociones y pensamientos.

De repente Leo apareció frente a ellos

—Ilan, ¿Quién es? — preguntó inclinándose

Ilan negó con la cabeza

—¿Quién es? — Insistió

—¿Qué te pasó? — preguntó Adriana observando una pequeña herida en el labio inferior de Leo, él la miró solo un segundo.

—No importa ahora—

—Claro, a tí no te importa, nadie quiere decirte nada— habló un reflejo de Adriana

—No es eso, pero el gran amor de tu vida está en peligro, ahora, si quieres nos ponemos a hablar de mi vida personal y lo dejamos revolcarse en su miseria y posiblemente morir, tú decides, ¿Qué prefieres? — La cuestionó, Adriana guardó silencio

—Ilan, ¿Puedes reconocerlo?, ¿Quién es? — volvió a preguntar, pero Ilan solo negaba con la cabeza.

—Tienes que intentarlo— Insistió nuevamente

¡Eso hago maldición! — gritó Ilan y se lanzó sobre él acorralándolo contra el suelo.
—Felicidades, continúa— animó Leo al descubrir que Ilan estaba abriendo su mente y permitiendo que lo controlaran para descubrir quién lo atacaba

De un momento a otro, Ilan se levantó aún tambaleante.

—No sé quién fue, no tuve tiempo— se disculpó.

—No, tú jamás puedes... — comenzó a hablar su reflejo pero Ilan, molesto se giró y lanzó un golpe que lo rompió.

—¿Estás bien? —preguntó Egan acercándose pero Leo lo tomó por el brazo y lo atrajo hacia sí para alejarlo de Ilan quien al instante lanzó otro golpe hacia el lugar en el que estaba Egan, dando en otro espejo.

Los ojos de Leo brillaron e Ilan se quedó estático, sus ojos se encendieron en amarillo brillante que, como si de una capa se tratara, se oscureció un poco hasta que se apagaron.

—Gracias— suspiró —¿ Y Dónde están? — preguntó pasándose la mano por el cabello

—¿Quienes? — cuestionó Egan

—Salem y Uriel, el grito fue una ilusión— respondió Leo —Ya se fueron, no los encontraremos—

—Y ni siquiera pude despedirme— se quejó Egan con un nudo en la garganta

—Jace tampoco— Ilan intentó hacerle ver que no estaba solo

—No puede querer matar a Ilan— decía Adriana consternada.

—Yo no dije eso, te conté lo que escuché, esa es la conclusión que estás sacando tú— dijo Kal acostado sobre su cama.

—Yo no lo conozco hace mucho, pero parece que anda de malas, ¿No?— Preguntó Damian girando hacia Adriana

—No mucho, pero, por alguna razón, eso es lo único que se me ocurre que podría haberle pedido a Hades— Adriana estaba frustrada, y a la vez se sentía mal consigo misma por dudar de Leo, pero la manera en que había cambiado con la llegada de Teef no se lo dejaba fácil.

—Pues yo no lo creo, si bien es cierto que entre ellos quedan vestigios de que en algún momento se llevaban mal ahora parecen llevarse bien, igual y yo no soy la persona indicada pero estoy seguro de que Leo no sería capaz de algo así— apuntó Dru, convencido y creyendo fervientemente cada palabra que decía

—¿Qué querías decirnos?—Cuestionó Sava sentada sobre el pasto, estaban todos lo guías espirituales que quedaban, excepto Teef e Ilan que estaban con los dioses

—Nosotros nos encargaremos de los entrenamientos, los dioses solo supervisarán—Respondió Leo alzándose de hombros apoyado contra el tronco de un árbol.

—Se suponía que íbamos a volver para buscar a Kedi— dijo Karen sentada en el pasto con la espalda apoyada en las piernas de Leo.

—Yo creo que por ahora es más importante saber quién nos está atacando aquí— Se quejó Manuel, aún sufriendo por las recientes muertes

—Es cierto, por ahora tenemos cosas más importantes de las qué preocuparnos que Kedi— suspiró Fanny

—Hay que dar una revisión antes de la comida— sugirió Manuel y todos asintieron

—Estoy muerto— dijo Damian dejándose caer sobre la cama al salir de la ducha, pero al instante se dió cuenta de su error —Lo siento, mal momento para ese comentario— se disculpó

—Pero bueno Adriana, creo que lo mejor que puedes hacer es hablar con Ilan y advertirle—

—¿Y qué le va a decir? ¿Ilan debes tener cuidado porque tu amigo de toda tu vida te quiere matar?— cuestionó irónicamente Athan

—¿Cuál de todos mis amigos?— preguntó Ilan que iba llegando y escuchó el último comentario

Todos se quedaron callados, pero finalmente Athan tomó valor y le contó lo que había escuchado Kal.

—De acuerdo, lo tendré en mente y vigilaré a Leo, mientras tanto, dicen sus padres y madres que vayan a comer— dijo y caminó hacia la puerta, pero al llegar a ella se detuvo —Athan, ven un momento por favor, quiero hablar contigo— pidió

Una vez solos Ilan lo abrazó con fuerza.

—Te quiero mucho, lo sabes, ¿Verdad?— preguntó al separarse

—Escucha, en algún momento yo no voy a estar para repetirlo, pero quiero que para ese momento ya lo sepas— dijo

—¿Qué? ¿Tan serio es lo de Leo?— Athan estaba perplejo por la desconfianza que parecía haber entre ellos

—Esto no es sobre Leo, es sobre todo, Rafa, Salem, Uriel, Sara, Ricardo, ellos eran fuertes y mira lo que les pasó, es claro que alguien viene por los guías, posiblemente yo sea de los últimos ya que al parecer van en orden ascendente— dijo con algo de preocupación

—Pero eres fuerte, no vas a dejar que te venzan de esa manera, no lo dejarás sencillo, ¿Verdad?— cuestionó Athan comenzando a sentir unas intensas ganas de llorar

—Escucha, debes mantenerte tranquilo y concentrarte en tu entrenamiento, eso es lo más importante por ahora— dijo sonriendo

—¡Ilan!— gritó Fanny completamente pálida y llorando, parecía haber llegado corriendo desde algún lugar.

—¿Qué pasa?— Preguntó él preocupado

Fanny se lanzó sobre él y lo arrastró con ella, Athan los siguió, en el camino se encontraron con los demás dioses que seguían a Ami.

Fueron hasta el huerto de Deméter, a lo lejos vieron al resto de los guías en un círculo viendo algo, Elian esperó lo peor, pues no veía a Karen por ninguna parte.

—Escúchame, por favor, tienes que calmarte, todo estará bien— le decía Leo muy alterado intentando curarla, simultáneamente con Ilan, pero ambos poderes parecían ser inútiles.

—¿Quién fue?— preguntó Manuel preocupado, Karen intentó hablar pero no pudo producir ningún sonido

—Tu puedes, por favor, resiste— suplicó Leo

Ella levantó un poco su mano, indicándoles que se detuvieran de intentar curarla, Leo tomó su mano y después de darle un beso la cubrió entre las suyas.

—No te rindas, por favor no lo hagas, te lo ruego— dijo él arrodillado a su lado mientras Ilan se ponía de pie

Todos formaron un círculo alrededor de ella que yacía agonizante en el suelo sangrando del abdomen, Elian se colocó a un lado de Leo, al verlo, Karen sonrió dulcemente.

—Todo va a estar bien, ¿No?— preguntó él limpiando una lágrima y Karen asintió ligeramente.

—Eso me decías siempre al despedirte, ahora sé que me estabas preparando— dijo y sonrió poniéndose de pie.

—¿Y por qué diablos no me preparaste a mi?— dijo Leo con la voz cortada —No sé cómo dejarte ir— dijo justo cuando el cuerpo de Karen se desintegraba

—No— susurró él apretando su mano pero sin conseguir mucho, pues al final no quedó nada.

Finalmente se levantó despacio

—Se quedó ahí parado, limpiando sus lágrimas—

—Leo...— dijo Ilan titubeante

Él lo miró, al principio parecía molesto pero sus ojos de repente se aguaron

—Me la quitaron— susurró y se lanzó a abrazar a Ilan quien lo recibió con los brazos abiertos.

El resto de los guías se mantuvieron con la cabeza gacha y en silencio
Adriana los miró consternada, no entendía por qué a Leo parecía afectarle más la muerte de Karen que la de los demás, de repente la voz de Teef apareció en su cabeza.

Ella me quitó la mayor parte del amor de Leo

¿Fueron novios?

No, algo más, él la amaba como si de su hija se tratara, la vio nacer y crecer

Ahora entiendo...

La comida era un momento incómodo, quienes habían perdido a sus amigos sentían la nostalgia en cada parte de su cuerpo.

Después iban hasta su habitación, pero al pasar por la oficina de Hades escucharon a Leo hablar desde adentro.

—¡Me niego rotundamente!_ gritó muy alterado.

—No se detengan— dijo Fanny apareciendo detrás de ellos —Las cosas andan tensas, ustedes no se mortifiquen— dicho eso siguió su camino, ellos obedecieron y se fueron a su habitación.

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