8
A la tarde, no le sorprendió ver a Taehyung en el parque, lo veía casi todos los días que paseaba a sus perritos, el castaño se dedicaba a darle miradas muy fijas pero no se acercaba a hablarle. Bueno, si lo hacía, pero Hoseok lo ignoraba. Sobre todo ahora que el castaño llegaba minutos después que llegó él, al parecer ya había descubierto su horario de pasear a los perritos.
Psicópata, pensó, sobre todo al recordar que lo había acompañado hasta casi cerca de su casa hacia unas horas.
—Hola, Hoseokie —odiaba ese apodo que le había puesto, sonaba ridículo. Quería pegarle— ¡Hola, Mickey! ¡Hola, Hoya! —hasta ya se sabía el nombre de sus perritos. Y al parecer a ambos les gustaba Taehyung porque siempre se acercaban cuando lo veían y se paraban en su pierna por alguna caricia.
Traidores...
—¿No tienes nada que hacer nunca?
—Ah, eso... en realidad estoy desaprobando todo por seguirte —Hoseok le frunció el ceño—. Soy tu fan.
La cara de felicidad que tenía, era demasiado.
—¿Te caíste al nacer? —preguntó Hoseok levantándose del asiento y enganchando las correas en los collares de sus mascotas. Taehyung sólo lo miraba con una sonrisa divertida.
—Oh, ¿ya te vas? No te vayas aún.
—¿Qué quieres? No pienso hablar contigo —Taehyung relamió sus labios.
—De hecho, ahora lo estás haciendo —Hoseok lo fulminó con la mirada—. Aunque sé que me ignorarás.
—¿Si sabes que te ignoraré para que me pides que no me vaya?
—Porque quiero verte. Me gusta verte —Hoseok giró los ojos sin poder creer que siga insistiendo en coquetearle—. Hablo en serio.
—Sal de mi camino —dijo cuando Taehyung se interpuesto frente a él. Hoseok quería patearle, lo detestaba y mucho.
—Quédate unos minutos más... por favor.
—¿Es en serio? ¿Me estás pidiendo que me quede sólo para que me mires?
Taehyung hizo una mueca: —Bueno, tal vez si me dieras una foto tuya no te lo pediría.
—¡No pienso darte una foto mía! ¡Sé que podrías hacer con ella, psicópata pervertido!
—¿Psicópata pervertido? No entiendo a que- —Taehyung se quedó mudo a mitad de la oración y se ruborizó notablemente, gesto que no pasó desapercibido por Hoseok quien lo miró confundido, ¿en serio no había entendido?—. N-no haría lo que estás pensando.
¿Se ponía tímido ahora? ¡Le había dicho follable hasta hace unas horas! Hoseok sabía que el castaño estaba lejos de ser inocente.
—No te creo y no me importa, pervertido.
Taehyung lo miró sorprendido y en silencio mientras Hoseok pasaba por su lado con sus mascotas para irse.
—¡No soy un pervertido! ¡Lo juro!
Hoseok quiso reír al escuchar eso, ¿es que no se cansaba de mentir?
—Yo... quería saber si le podía entregar el trabajo práctico la semana que viene...
La profesora lo miró fijamente como intentando recordarlo. Le dedicó un gesto que diversión junto a una mueca de incredulidad.
—No puedo darte una semana más, Jung —espetó—. Te vas de clases, usas el teléfono... ¿por qué debería darte una semana más? —negó con la cabeza como si no pudiera creerse que le estuviera pidiendo aquello.
—Sólo me falta la última parte —dijo sintiendo un nudo en su garganta, su profesora ni siquiera lo miraba parecía concentrada leyendo un trabajo como si él no existiese—. Es que mi grupo se fue disolviendo, todos abandonaron la materia y sólo quedé yo, estoy haciendo el trabajo solo.
—El trabajo lo di casi a inicio de año, no es mi problema si decidieron hacer todo a último momento... Jung.
La mano de Hoseok que sostenía su propia muñeca comenzó a hacer más fuerza, apretándose más fuerte a la vez que clavaba sus propias uñas en el interior de su muñeca. Pero ni eso podía tranquilizarlo.
—Nadie me dijo que se irían...
—Eso tampoco es mi problema y le recuerdo que el trabajo era en grupo por lo que si de todas formas lo entregaba iba a desaprobar —le dijo sin una gota de compasión—. Si fuera un alumno que participa en clases, que presta atención como mínimo, lo pensaría pero yo no lo vi hacer nada durante el año —Hoseok sintió mucha vergüenza en ese momento, deseaba que nadie estuviese escuchando aquellas palabras—... De todas formas, puedes seguir asistiendo a clases si lo deseas —finalizó tranquila y volviendo a lo suyo.
—Gracias...
Fue lo único que dijo Hoseok, poniendo a su larga lista otra materia más desaprobada. Y la voz en su interior que siempre se reía de él se hizo presente: "¿En serio creías que ibas a aprobar? Já" "¿Pensaste que la profesora no vería lo que los demás ven en ti? ¿Que eres un fracaso?" "Pobrecito, hizo todo un trabajo para nada" "Bien hecho, Jung Hoseok, una vez más volviste a demostrar que no sirves para nada"
Dentro del cubículo del baño se dejó caer al piso y abrazó sus piernas al mismo tiempo que lloraba sobre sus rodillas. Aún así no podía llorar como quería y debía cuidar de ser silencioso, el nudo apretando su garganta lo asfixiaba y en varias ocaciones tosió dejando salir sollozos. Se odio. Seguro alguien estaría escuchando y riéndose de él, o teniéndole miedo por ser tan rarito. Como en el colegio. Como cuando se escondía en el baño del colegio para llorar y autoflagelarse. Y ahora no era tan diferente, porque si bien no tenía su familiar cuchilla, sus cortas uñas se estaban clavando en su brazo dolorosamente. Débil e idiota. La peor combinación.
Luego de varios minutos, tal vez media hora, decidió salir del cubículo, no sin antes lavarse la cara y esperar que sus ojos dejen de estar tan rojos e hinchados. Miró el interior de su muñeca, marcas rojas se dibujaban ahí donde había clavado sus uñas pero no había de que preocuparse porque sabía que tardarían unas horas en borrarse, y no en unos días.
Una vez listo salió afuera y maldijo internamente, porque lo había hecho en pleno receso y los pasillos estaban infestados de estudiantes con sus respectivos grupos de amigos, riendo y hablando. El murmullo era alto y eso sólo provocaba incomodidad en él, últimamente los lugares llenos de gente lo hacían sentir así. Caminó lo más rápido que pudo pero como era de esperarse; su día de mierda no había terminado.
—Jung Hoseok, qué sorpresa —era uno de sus ex compañeros del colegio con otros más de su mismo curso—. ¿Sigues estudiando? Vaya... creíamos que ya te habías graduado.
—¿Qué pasa? ¿Sorprendido de vernos o avergonzado por qué ya no nos puedes presumir que eres un cerebrito? —dijo divertido otro a su lado. Hoseok los ignoró alejándose de ellos.
Él nunca les había presumido nada, lo juraba, él no tenía porque escuchar esas palabras, él no se las merecía, ¿verdad?
—Aww, se escapa como en el colegio —y esa era la voz de una de sus ex compañeras.
—¿A donde te vas corriendo, cobarde? —rió otro a su lado.
Lo estaban siguiendo.
Fueron unos seis pasos más hasta que Hoseok levantó la mirada y vio a Taehyung, parado a unos metros en la larga fila de la tienda, mirando hacia su celular.
—Sigue siendo un rarito sin amigos —rió ella.
—Vámonos, me aburre.
—Qué tipo tan fracaso, por Dios.
—Dejen de decir eso —se rió otra chica más, reconocía quien era y recordaba todas sus palabras crueles hacia él en clases—, ¿no ven que pueden hacer que se suicide?
—Creí que ya se había suicidado, que desperdició de aire, ¿para que le sirve gente como él al país?
Ella rió fuerte. —Qué malo. Pero es verdad, si yo fuese él ya me hubiese suicidado. Hey, Hoseok, ¿a quien esperas parado aquí como idiota?
—Vámonos, me da asco estar cerca suyo.
—Tal vez está esperando a alguien que también lo abandonó. Seamos sinceros, ¿quien quisiera estar cerca de un doble cara y mierda de persona como él?
Todos negaron riéndose.
Hoseok caminó a paso seguro hacia Taehyung y no hizo falta decirle algo para que lo mirara, el castaño había dejado de ver su celular para verlo a él como si hubiera sentido que se acercaba. Le sonrió ampliamente con su sonrisa única mientras el pelinegro caminaba hacia él.
—Hol-
No pudo terminar de saludarlo en cuanto Hoseok, una vez cerca, lo abrazó.
El pelinegro sintió a Taehyung tensarse cuando lo rodeó con sus brazos y, aunque él estaba deseando morirse hacía unos segundos, sintió algo agitarse en su interior en cuanto el castaño lo rodeó con sus brazos devolviéndole el abrazo y acercándolo más a su cuerpo. Aceptándolo.
Hoseok hundió su cara en el cuello de Taehyung, según él, para darles a entender a los idiotas que lo molestaban que él sí tenía a alguien, que él estaba saliendo con alguien y que ese alguien probablemente era uno de los chicos más lindo de la maldita universidad. Pero, al tener su nariz en el cuello del castaño no pudo evitar sentir su perfume, su perfume delicioso y embriagador. Tanto así que no se dio cuenta en que momento estaba aceptando pegarse más aún al cuerpo del castaño y en cuanto se dio cuenta de eso, se alejó.
Miró de reojo hacia donde había dejado parados a los idiotas que se estaban riendo de él y pudo darse cuenta -a pesar de que ahora el lugar estaba más lleno de gente- que los tipos estaban en completo shock murmurando algo entre ellos.
Un sentimiento de satisfacción lo recorrió.
—Hobi... la fila está avanzando —dijo Taehyung tocando su espalda baja para que camine. Hoseok se dejó, completamente perdido por un instante de qué fila hablaba pero lo recordó de inmediato. Se había acercado a Taehyung mientras hacía fila para la tienda del comedor—. ¿Que quieres que te compre? Yo voy a tomar un-
—Saca tú maldita mano de mi —le gruñó Hoseok en voz baja para no levantar sospechas a los que estaban aún mirándolo. Taehyung parpadeó confundido.
—No... no entiendo —el castaño dejó caer su mano. Liberándolo.
Una vez más, vio que los idiotas de sus ex compañeros le dedicaban una mirada extraña y hasta parecían acercarse. Hoseok maldijo internamente y volvió a rodear el cuerpo de Taehyung con sus brazos.
Seguramente el castaño creería que se volvió loco y lo alejaría, pero lo sorprendió gratamente cuando en vez de alejarlo lo volvió a rodear con su brazo, acariciando su columna con la yema de los dedos. Hoseok mordió sus labios al sentir eso.
—No se que te sucede pero aprovecharé esto —susurró Taehyung y aunque en otra ocasión le hubiese querido pegar por su atrevimiento esta vez sólo lo hizo sonreír. Hoseok sonrió sobre el pecho del castaño y cerró sus ojos.
Nunca había tenido un abrazo así, nunca había tenido el cuerpo de alguien así de cerca. La sensación era increíble, su olor y su calor se sentía demasiado bien. El cuerpo de Taehyung parecía haber sido creado perfectamente para ser abrazado. Para ser abrazado por él. Dejó a Taehyung rodearlo con un brazo en su cintura, como si fuesen novios, mientras se compraba algo para tomar.
Sólo luego de que él castaño le entregara su jugo de frutas favorito se dio cuenta el porqué le había preguntado que le gustaría tomar. Hoseok agradeció más sorprendido que otra cosa por haberle comprado la bebida porque pocas veces se daba el lujo de comprárselo.
Con su jugo en mano sintió el brazo de Taehyung soltarlo porque claramente debía usar su otra mano para el intercambio de dinero con la cajera, pero Hoseok se sintió vacío luego de eso. Vacío y frío.
El castaño volvería a abrazarlo, ¿cierto?
Joder... ¿por qué siquiera pensaba en eso? Apretó la botella de jugo con fuerza y agradeció que esta no se rompiera.
—Debo entrar a clases —Taehyung le dijo de pronto cuando se alejaron de la tienda, Hoseok no lo escuchó, sólo miraba de reojo las manos del castaño rodeando la bebida que se había comprado, porque hacía unos minutos las había sentido en su cuerpo, en su espalda y cintura—. ¿Hoseok? —el pelinegro reaccionó y elevó su mirada para verlo a los ojos—. ¿Quieres... quieres hablar? Podemos sentarnos afuera —dijo luego de varios segundos mirándolo.
—¿No tienes que ir a clases?
—Oh... no, entro en una hora.
Hoseok decidió aceptar y caminaron hacia afuera, esquivando a los estudiantes que se quedaban en medio del camino hablando. El frío se hizo presente cuando cruzaron a la salida pero no lo suficiente como para querer volver a entrar, ambos se sentaron en un lugar libre.
Taehyung se sentó a su lado y pareció estar a punto de decirle algo cuando de pronto se detuvo. Hoseok lo miró ya sentado.
—Tienes tu mochila, ¿no fuiste a clases? —preguntó Taehyung.
—No voy a responderte... ni siquiera se que hago aquí —dijo queriendo levantarse.
—No, no, no —Taehyung lo agarró de la muñeca impidiéndoselo y sentándolo de nuevo—. Me tienes que decir que fue lo qué pasó ahí dentro...
—No pasó nada, sólo te usé —aquello sonó muy duro hasta para él y la mueca de Taehyung lo confirmaba.
—Bien —murmuró sin mirarlo y sonriendo débilmente, dejando su botellita en la mesa—. Y... ¿por qué?
Hosoek no podía decirle nada sobre su pasado, probablemente ya lo sabía si era amigo de Jimin y probablemente decirle sólo le causaría gracia. Joder, ¿había deseado que él lo abrazara realmente? ¿Acaso había olvidado ese detalle?
—Porque quería darle celos a alguien que me gusta —respondió sonando lo más sincero que podía. Vio como Taehyung puso una mano sobre la botella que había dejado en la mesa, aún sin mirarlo.
—¿Ah... si?
Su tono era algo sin emoción, cosa que lo hacía sentir extraño. Taehyung ahora miraba a la botella que tenía en su mano como si fuera lo único que tuviese su atención en ese momento. Hoseok se molestó.
—Si... gracias por ayudarme-
—¿Cómo se llama?
El pelinegro apretó la botella en su mano, la cual no había abierto aún.
—No voy a decirte —contestó con la intención de que la conversación terminara ahí porque no sabía cuanto más podría durar mintiendo. Taehyung sonrió a penas, aún mirando su botella la cual comenzaba a girar en la mesa.
—Entonces no te creo —soltó.
—No me importa que lo hagas.
—Dime su nombre —exigió ahora mirándolo a los ojos. Hoseok sólo parpadeó confundido y le extendió el jugo que le compró.
—Tómalo, no lo quiero —Taehyung miró del jugo a él y segundos después resopló.
—Está bien, no me importa su nombre —dijo sin mirarlo—... supongo que tengo que esforzarme más en gustarte.
El corazón de Hoseok comenzó a latir rápido al igual que sentir algo lindo en su interior dándole escalofrío. Vio que el castaño se levantó y sin pensarlo mucho lo siguió.
—Suerte en clases —dijo Hoseok. Taehyung le miró sorprendido por eso, como si era lo que menos se esperaba, lo cual era entendible si se tenía en cuenta que Hoseok no lo trataba muy bien que digamos.
—Igualmente, Hobi —le respondió con una amplia sonrisa. Y Hoseok sonrió por dentro por el apodo.
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