39
La mirada de Taehyung volvió a bajar a sus ojos, parecía buscar una respuesta lógica de lo que estaba pasando, de porque estaba así de agitado y porque estaba Jungkook en su casa.
—¿Hoseok? —En su tono había súplica de que le dijera que estaba pasando. El pelinegro miró a otro lado, no podía creer que
—Vete.
Vio de reojo a Taehyung negando y su mano extenderse hacia él hasta que sintió el roce en su brazo, pero no llegó a tocarlo porque fue abrazado por detrás y lo alejado de Taehyung.
—Deberías irte, Taehyung —dijo Jungkook rodeándolo por encima de sus brazos, inmovilizándose en caso que quería hacer.
Hoseok no lo alejó, que se quedó quieto frente a Taehyung, viendo como aquel miró los brazos de Jungkook envolviéndolo.
—Suéltalo.
Jungkook rió bajo, ahora lo sentía más cerca a su cuerpo por detrás, lo escuchaba muy cerca de su oído: —¿Por qué? Hoseok y yo estábamos divirtiéndonos hasta que llegaste.
Sabía lo que intentaba decir, no era tan difícil de comprender. Y Taehyung también lo entendió, él se tensó pero miró a Hoseok como si buscara que le dijera la verdad, parecía saber que Jungkook mentía.
—Hoseok-
—Vete —interrumpió sin importarle lo que fuera que estuviera sintiendo para que su expresión fuera dolida—. Te dije que nunca vinieras aquí.
—Vine por ti —dijo mirándolo a los ojos—. Ven conmigo. —Una vez más Taehyung extendió su mano hacia él, pero esta vez ofreciéndosela. Hoseok notó que intentaba no mirar e ignorar a Jungkook abrazándolo.
—¿No has escuchado? Te dijo que te vayas —soltó Jungkook con irritación mientras. Y Hoseok se sorprendió de que aunque Jungkook le había dicho aquello, Taehyung seguía ignorando, mirando solo a Hoseok esperando claramente su respuesta. Parecía no importarle nada más que él. Jungkook soltó a Hoseok—. ¿Jimin sabe que estás aquí?
Taehyung se tensó, y esa era su respuesta de que no lo sabía.
—¿Por qué estás aquí? —Hoseok dijo—. ¿Estás esperando que venga alguien de mi familia para que te vean? ¿Quieres seguir arruinando-
—No, estoy aquí porque necesito hablar contigo. Necesitamos hablar, Hoseok.
—No —respondió de inmediato—, no necesito hablar contigo.
—¿Qué pasa aquí? —Una voz femenina sonó detrás de Taehyung antes de que él fuera a decir algo más. Hoseok la reconoció de inmediato antes de que el castaño se hiciera a un lado—. ¿Taehyung? ¿Qué haces aquí?
Hoseok se paralizó temiendo lo peor. ¿Que tal Taehyung decía la verdad? Su hermana ni siquiera sabía que se hablaban, ella había hablado tantas veces de él que le parecería extraño que Hoseok no lo conociera ¿y si quería hacerlo quedar mal?
—Yo...
—Es amigo mío —dijo Jungkook detrás de Hoseok, su tono salió suave y casual—. Vino a buscarme porque olvidé darle unos libros. Lo siento, Ji, tendremos que dejar nuestros planes para mañana.
—Oh, no te preocupes, Kook. Nos vemos mañana, adiós y adiós Taehyung. —Se despidió ella con una sonrisa feliz y amable, pero Hoseok estaba totalmente estático y mudo, no se esperaba nada de eso.
—Adiós. —Jungkook le sonrió a su hermana mientras salía de la casa y empujaba disimuladamente a Taehyung para que se alejara. Cuando estuvo ya fuera junto a Taehyung, lo miró a los ojos—. Adiós, Hoseok —dijo de forma que lo hizo sentir incómodo. Espero que su hermana no se diera cuenta de eso.
Por suerte, Jungkook, se giró sin esperar respuesta y casi se llevó a Taehyung del brazo si no fuera que éste último -luego de mirar a Hoseok por última vez- lo siguió.
Su hermana entró a la casa apenas se alejaron, sin decirle ni una palabra. Hoseok la siguió a la cocina, donde comenzó a ordenar unos comestibles que al parecer había comprado.
—¿Dónde fuiste?
—A comprar —respondió con simpleza y sin mirarlo.
—¿Fuiste a comprar y dejaste a un extraño quedarse en casa? ¿Por qué hiciste eso?
—Jungkook no es un extraño, tú mismo dijiste que lo conoces.
Intentó controlarse: —Y también dije que no confío en él. Pudo haber pasado cualquier cosa, ¿no te das cuenta? ¿Qué tal si robaba algo, o si dejaba entrar otra gente o si...?
—¿O si qué, Hoseok? —Ella lo miró y lucia furiosa, eso lo desconcertó, ¿cómo podía estar enojada por algo que ella hizo mal?—. ¿O si te violaba? No me hagas reír.
—Tú no sabes que enferma puede estar una persona.
—No seas ridículo, eres hombre y puedes defenderte —respondió sin nada de compasión.
—No lo conoces, tienes que alejarte de él —dijo pero ella lo ignoró—. Hablo en serio, él es una persona-
—Deja de hablar mal de él, ¿quieres? —Hoseok frunció el ceño, ahora se daba cuenta que nunca la haría cambiar de decisión con palabras.
—No puedes volver a traerlo y menos dejarlo aquí e irte.
—¿Te crees el dueño de la casa? —soltó indignada dejando las cosas para mirarlo a los ojos.
—Le diré a nuestros papás lo que hiciste.
La mirada que le dio su hermana fue la peor que alguna vez le dio.
—¡Eres un...! ¡Ojalá te mueras! —Ella se fue tan pronto dijo ello, solo escuchó el azote de la puerta de su habitación.
En lo único que pensó Hoseok fue en que ojalá sus últimas palabras se hicieran realidad.
No esperaba estar en ese lugar para la razón por la que estaba. Pero era obvio que éste día llegaría.
¿Quién no podría enamorarse de Hoya?
—Si, la encontré en un parque. Fui su anterior dueño por mucho tiempo pero... al final no me dejaron tenerla en casa.
—Siento mucho escuchar eso —dijo pero no elevó su mirada, se sentía más que triste por no volver a saber más de su perrita y solo quería tener en su memoria cómo se sentía tenerla en sus brazos por esos últimos minutos.
—Me alegra que quieras adoptarla, ella es muy amorosa y no te causará problemas —contó Hoseok mientras acariciaba a Hoya por última vez.
—Estoy segura de eso, tengo cuatro más en casa y cinco gatos, todos son rescatados o de refugios como éste —asintió ella y Hoseok levantó su mirada un tanto sorprendido por sus palabras—. No debes sentirte mal —prosiguió—, como amante de los animales sé lo difícil que debe ser verte obligado a dejar a quien fue tu compañero alguna vez.
—Gracias...
—No hay de qué... ¿Hoseok, cierto? —Él asintió y ella sonrió de forma dulce, pensó en que debían tener casi la misma edad—. Mi familia ama a los animales al igual que yo, así que la cuidaremos muy bien, pero estoy segura que querrás ver fotos de ella, ¿o no?
Eso lo tomó por sorpresa pero asintió de inmediato: —Si, yo... y-yo quisiera saber de ella.
—Nos pasa con uno de mis gatos, la dueña encontró una gatita preñada y aunque tuvo solo un bebé la obligaron a darlo en adopción pero nos seguimos en las redes sociales así que siempre ve las fotos que subo de mi gatito —relató con voz tranquila—. Podemos hacer lo mismo, mis redes sociales son más de mis perros y gatos que mías —confesó de forma divertida.
—Por favor, si. Me gustaría seguir viéndola.
La chica sonrió y sacó su celular del bolsillo para pedirle su usuario.
Podía decirse que Hoseok estaba más tranquilo luego de ver que la nueva dueña de Hoya había dicho la verdad y su cuenta estaba llena de fotos de sus perros y gatos, pero aún así no pudo evitar casi llorar al despedirse y abrazar a su perrita por última vez, aún cuando la chica había dicho que hasta no le molestaría llevarla de paseo al refugio de vez en cuando. Y tal vez por eso no se puso a llorar ahí mismo, había teñido buena suerte por primera vez. Bueno, su perrita la había tenido.
—Te llevo.
Hoseok se paralizó de inmediato al escucharlo, aún seguía en el refugio pero no se suponía que él debía estar ahí a esas horas.
—No, gracias —respondió tan frío como pudo.
—Vamos.
—¡Jungkook! —exclamó, en voz baja para que nadie se diera cuenta, cuando Jungkook lo agarró de la muñeca y comenzó a jalarlo.
—No seas tonto, te llevaré en mi auto, estarás más temprano en tu casa que si tomas el autobús.
—Prefiero tomar el jodido autobús y tardar días en llegar que subir a tu jodido auto —gruñó forcejeando hasta soltarse. Jungkook le dio una mirada incrédula.
—¿Quién prefiere perder el tiempo viajando?
—Yo. Adiós. —Se dio vuelta pero Jungkook lo volvió a agarrar del brazo y lo sacó fuera del refugio—. Te dije que me soltaras, si no lo haces me pondré a gritar que eres un psicópata asesino.
Jungkook rió: —Quiero ver eso.
Frunció el ceño molesto de que supiera que no sería capaz de hacerlo porque la vergüenza le ganaba.
—Entonces me tiraré me escaparé por la ventana cuando el auto esté en movimiento. —Jungkook volvió a reír como si le estuviera contando un chiste.
—Tienes un gran imaginación —elogió—. Pero no me convences.
Pensó en decir algo más pero luego de la corta caminaba llegaron a un auto y Jungkook abrió la puerta de la misma haciendo que Hoseok entrara.
—Tómalo como un favor —murmuró extendiéndose para ponerle el cinturón de seguridad.
—Nadie te pidió el favor, y no confío en ti.
—No te haría daño —dijo luego del click que hizo su cinturón de seguridad.
—No te creo. —Jungkook lo miró muy de cerca ahora que ya le había puesto el cinturón, Hoseok lo empujó haciendo que golpee su espalda con el marco de la puerta del auto—. Y no era necesario que me pongas el cinturón como si fuese un bebé, puedo hacerlo solo. Taehyung me enseñó. —Por alguna razón sintió que eso haría que Jungkook se aleje.
Pero lo único que logró fue que Jungkook cambie su cara llana de diversión y se transforme en una expresión oscura. Llena de enojo.
—Espero que haya sido lo único que te enseñó. —¿Había dicho eso son doble sentido?
No lo supo porque antes de poder decir cualquier cosa Jungkook salió del auto y cerró la puerta con tanta fuerza que Hoseok se preguntó cómo no pudo haberse roto.
Lo miró cruzar por frente del auto hasta su lugar. Hoseok se dio cuenta que pudo haberse escapado en ese momento y se maldijo a sí mismo por no haber aprovechado la oportunidad.
—¿A donde quieres ir? —preguntó Jungkook mientras se ponía su cinturón. Hoseok frunció el ceño.
—A mi casa, dijiste que me llevarías ahí.
—Podríamos aprovechar a ir por unos helados o batidos. —Se encogió de hombros.
—No pienso ir a tomar o comer algo contigo. Llévame a casa —exigió sin poder creer que Jungkook pensaba que cambiaría de opinión.
—Bien, pero primero me mostrarás tus brazos.
—Jódete —soltó Hoseok alejándose cuando Jungkook lo agarró de la mano—. Si no vas a llevarme a mi casa me iré —dijo girándose para abrir la puerta.
Pero entonces Jungkook tocó algo y se le puso seguro a todas de forma impidiéndoselo.
—Quiero ayudarte.
—¿Que tiene que ver eso con mis putos brazos?
Jungkook suspiró frustrado: —Eres tan malhablado, me preguntó cómo Taehyung se fijó en ti... ah, cierto que solo te mintió.
Si su intención era lastimarlo, lo logró definitivamente. Hoseok se sintió encogerse en su lugar.
—A ese idiota solo le gustan las personas educadas y correctas. Jamás se fijaría en ti —agregó como si no se diera cuenta que lo estaba lastimando—. Como sea, quiero ver tus brazos porque quiero ver que tan grave es esto que tienes.
—No verás nada —murmuró Hoseok, alejándose lo más que podía de él y sin mirarlo.
Jungkook no respondió y tampoco supo si se molesto o algo, no volvió a mirarlo ni cuando arrancó el auto.
Se dio cuenta que estaban llegando a su casa al ver las conocidas calles. Sin embargo, Jungkook se detuvo antes, estacionando detrás de otro, sin razón alguna.
—¿Qué haces? —soltó Hoseok molesto.
—Me gustas —confesó de pronto, tensando a Hoseok—. Me gustas mucho.
—¿Te detuviste para eso?
—Eres la primera persona que me gusta de esta forma, ni siquiera una mujer me gustó tanto.
Hoseok se giró a mirarlo pero la intensa mirada de Jungkook lo puso incómodo y volvió a mirar al frente.
—No me importa.
—Debería importarte, deberías sentirte afortunado de que seas la primera persona que me guste.
Hoseok no pudo evitar reír: —¿Afortunado? Afortunado me voy a sentir cuando dejes de perseguirme, idiota.
Agradeció que la puerta estuviera sin seguro para cuando la abrió. Jungkook lo nombró de inmediato al darse cuenta que Hoseok se sacó el cinturón y la abrió saliendo con suma rapidez.
—¡Hoseok!
Corrió y corrió pero como lo creyó, no fue suficiente. Jungkook lo agarró y acorraló a la pared de una casa.
—¡¿Qué crees qué haces?! —preguntó histérico, agitado y lleno de vergüenza por cómo Jungkook lo tenía acorralado y cualquier podría verlo.
Pero Jungkook no respondió, y sus latidos aumentaron por el miedo que lo recorrió al verlo acercarse a sus labios lentamente. Se acercó tanto hasta que sintió la nariz de Jungkook rozar la suya, Hoseok estaba tan paralizado que no se movió ni un centímetro. Jungkook iba a besarlo.
Ya no sería Taehyung el único que lo había besado en los labios.
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