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35

Estaba en shock.

"Será mejor que camines y sonrías" La sonrisa forzada pesaba más que cualquier cosa que había cargado en su vida. Él debía estar mirando, debía estar imaginándose lo peor.

Ni siquiera él sabía que estaba pasando.

Cuando al fin el padre de Jimin decidió continuar con la fiesta y todas las luces se prendieron, miró directamente a su mesa. A donde estuvo sentado todo ese tiempo.

No estaba ahí.

¿Dónde estaba?

—¿Se puede saber a donde vas? —La madre de Taehyung lo agarró del codo, cuando estaba bajando del escenario y adelantándose a todos para buscarlo.

Debía encontrarlo.

—Dame mi celular.

—¿Por qué? ¿O para qué? —preguntó obligándolo a sentarse a su lado en la mesa donde habían estado. Nadie se daba cuenta de ellos hablando, estaban todos ridículamente festejando y hablando del futuro compromiso—. ¿A donde piensas ir, eh?

—Mamá, por favor...

—¿Por favor qué, Taehyung? —preguntó molesta. El castaño apretó los dientes mirándola suplicante.

—Taehyung, deberías ir con Jimin.

—¿Debería? —soltó en un susurro a su padre quien había hablado—. ¿Desde cuando se supone que él y yo somos novios? ¿Por qué el señor Park dijo esas cosas?

Sus padres no respondieron pero tampoco se mostraron como sorprendidos por la noticia. Un nudo se formó en su garganta, sintiéndose engañado. Sus propios padres lo habían engañado.

—¿Lo tenían planeado? ¿Desde cuando lo tenían planeado? ¿Por qué hicieron todo esto sin hablar conmigo-

—Deja de quejarte de una buena vez, somos tus padres y sabemos lo que hacemos. —El hombre elevó su mano hacia él en signo de que se callara y luego prestó atención al grupo de música, que había subido al pequeño escenario para tocar, como si no hubiera pasado nada.

—¿Por qué hicieron esto? —insistió en un susurro suplicante—. ¿Desde cuando lo tenían pensado?

—Desde que estás invitando a ese chico de bajos recursos a casa. ¿Crees que soy tonta como para no darnos cuenta la forma en que lo miras? —La mujer fruncía el ceño y Taehyung se sintió dolido al escuchar eso, al escuchar que sus padres lo sabían y aún así actuaron de esa forma.

Mintieron frente a todos sobre qué él y Jimin eran más que amigos, aún sabiendo de sus sentimientos, ¿qué nombre se le podia dar a eso?

—D-dijeron que yo podía elegir con quien estar-

—Taehyung, será mejor que cambies de cara, ¿me escuchaste? —soltó su padre molesto—. Tengo suficiente con tu supuesto estúpido enamoramiento por un tipo que no tiene dónde caerse muerto.

—¿Qué es lo que le ves siquiera? En serio, hijo, ese chico no tiene nada rescatable. Es tu mayor y no trabaja, vive en ese barrio de pobres, no es lindo, siempre está callado-

—Él es mi amigo, nada más. Están mal entendiendo las cosas —interrumpió de inmediato dando su mejor actuación para que no se dieran cuenta como sus palabras le afectaron. No podía creer que su madre dijera todas esas cosas de Hoseok cuando en persona le estuvo sonriendo la última vez que lo vio. Escuchó a su padre susurrarle un "te lo dije" a su madre—. Es mi amigo así que deshagan todo esto, díganle a todos que Jimin y yo no somos nada.

—Si es tu amigo, ¿cuál es el problema? —soltó su madre volviéndose sería otra vez—. Conoces nuestras reglas, es una tradición de la familia Kim, con tu hermano pasó lo mismo. Tienes que casarte apenas te gradúes y lo harás con quien esté a nuestra altura. Jimin es más que perfecto para ti.

Tuvo que mirar a otro lado para que no vea las lágrimas de frustración llenando sus ojos.

—Quiero elegir con quien casarme —dijo a pesar de que el nudo en su garganta casi le impedía hablar.

—Ya es tarde. ¿No has escuchado que ya se anunció tu futuro compromiso con Jimin a todos? ¿O es que acaso quieres que digamos que fue todo una broma?

Era eso lo que más lo estaba atormentando, no pudo negarse subir al escenario, no podía simplemente hacer quedar mal a sus padres frente a toda la gente presente.

—Debieron consultarme primero —susurró con voz cada vez más quebradiza y baja.

—Cállate ya.

—Mira, Taehyung, nosotros no tenemos nada que consultarte. Te dimos tiempo más que suficiente para que encuentres a alguien, ya pasó ese tiempo y no has encontrado a nadie que te guste. Así que deja de quejarte —dijo ella con voz dura.

Yo si encontré a alguien que me guste, yo lo encontré, encontré a Hoseok, pensó con dolor y movió rápidamente su mano a su mejilla cuando sintió una lagrima escaparse. Si él se sentía tan mal, no podía dejar de pensar en cómo estaría Hoseok.

—Déjate de tonterías, Taehyung, ¿quieres? Compórtate. Madura. —Su padre volvió a usar un tono molesto desde su lugar.

—Será mejor que te asegures de hacer feliz a Jimin como un buen novio, ¿lo entiendes, cierto? —Otra lágrima se deslizó por más que quiso impedirlo y la limpió, intentando disimular bajando la cabeza—. ¿O es que piensas ser un mal hijo y hacernos quedar mal? ¿Eso quieres?

Taehyung negó con la cabeza porque si decía algo probablemente saldría en forma de sollozo. No podía aguantar más tiempo estando ahí.

—Bien sabes que nuestros negocios son serios así que ni se te ocurra hacer un escándalo.

Él bien sabía eso, el mínimo rumor o escándalo en su mundo podría afectar los negocios de su familia y la competencia se metería de inmediato para acabarlos. Podría afectar toda su economía y apellido. Taehyung sería incapaz de hacer un escándalo, no si eso afectaba a toda su familia. Pero tampoco se iba a quedar de brazos cruzados cuando la persona que quería estaba pensando lo peor y sintiéndose mal por su culpa.

No sabía cómo lo haría pero él no iba a dejar a Hoseok, nunca podría hacerlo. Si iba a casarse únicamente sería con el pelinegro, con nadie más. Quería a Hoseok como a nadie y sabía que sus padres finalmente se darían cuenta y lo aceptarían. No iba a provocar un escándalo pero no iba a permitir que lo casaran con alguien mas. Nunca.

—Ahora compórtate.

—¿Me... me das mi celular? —susurró cabizbajo.

—No lo traje, sigue guardado en casa.

Escuchar eso lo hundió más, su madre le había sacado su celular y escondido su notebook apenas había vuelto de la universidad, ahora entendía la razón. En ese momento se preocupó más porque no podría mandarle mensajes a Hoseok como le dijo que lo haría, y lo peor era que no le pudo decir que iría al cumpleaños de Jimin porque lo olvidó luego de que habían tenido esa pequeña discusión en su auto.

Pero ahora todo eso no importaba, ahora importaba encontrarlo y hablar con él. Explicarle que él no sabía nada de lo que había pasado hacía unos minutos.

—Iré al baño, ya vuelvo —anunció levantándose y casi corriendo hacia allí sin esperar respuesta, esperando encontrar a Hoseok.

Pero al entrar, no estaba. No estaba ahí y tampoco en el pasillo.

Taehyung mordió su labio inferior sintiéndose lo siguiente a mal. Le dolía pensar cómo se estaría sintiendo Hoseok. Le dolía imaginarse como se habría visto desde su lugar cuando subía al escenario por obligación de sus padres, que habría pensado cuando el señor Park mencionó su nombre diciendo que sería el prometido de su hijo.

Estaban tan preocupado y tan sumergido en sus pensamientos que no escuchó llegar a alguien más al baño.

—Felicidades. —La voz retumbó en el silencio que estaba.

Taehyung giró hacia él apenas escucharlo.

—No es lo que crees —dijo inútilmente.

—¿No? —Se rió sin creerle en absoluto.

—Jungkook-

—Sabes que Jimin es mi amigo, ¿cierto? —Taehyung se quedó callado. Claro que lo sabía y por eso sabía que estaba ahí en su cumpleaños, aunque fuese la primera vez que Taehyung lo veía en uno. Y eso tenía respuesta, era la primera vez que estaba en un cumpleaños de Jimin, porque era la primera vez que estaba en Corea para su cumpleaños.

—Lo sé...

—A él le gustas y será mejor que no lo lastimes —dijo con cierto tono amenazante, Taehyung se tensó al escuchar lo primero—. Conozco cómo se maneja tu familia. Si llegas a hacer algo en contra de Jimin, seré el primero en correr el rumor de que tienes algo con Hoseok.

Creyó que escuchó mal, deseó haber escuchado mal. ¿Cómo lo sabía? ¿Cómo lo había descubierto? ¿Tal vez esa vez que vio su auto...?

—Eso es mentira. —Su voz salió tan segura que nadie podría pensar que estaba mintiendo. Pero tal vez la excepción era Jungkook, porque él sonrió de costado de forma arrogante.

—Tengo pruebas —confesó—. Será mejor que tengas cuidado, porque te recuerdo que si alguien se entera de ustedes dos, no solo tú saldrás perjudicado.

Taehyung apretó los dientes. Si alguien más se enteraba de él y Hoseok era claro que Hoseok saldría perjudicado también y hasta podría ser peor por sus padres, porque sabía que la insistencia del pelinegro -en no dejar que nadie sepa de su relación- era por ellos.

—Mantén a Hoseok alejado de esto —espetó, pero aunque quiso, su voz no sonó tan amenazante como la de Jungkook. Taehyung nunca había amenazado a alguien, no le gustaba esa clase de cosas y nunca había tendió necesidad de hacerlo. Hasta ahora.

—Mantente alejado de Hoseok entonces. —Se tensó más aún por cómo sonó, parecía como si quisiera quedarse con el pelinegro. Recordó entonces, las últimas cosas que había dicho de Hoseok, el como dijo explícitamente que lo deseaba en su cama. El solo recuerdo de sus palabras provocó un horrible sentimiento, como la ira, florecer en su interior.

—¿Qué significa eso?

—Ya no me interesa Hoseok si es lo que quieres saber, no me interesa si está mal o lo que pudiera pasarle si se sabe lo de ustedes. Se puede ir muy a la mierda por mi. Lo único que quiero es que mi amigo sea feliz y él está feliz con esto —dijo con tranquilidad—. Así que antes de hacer algo estúpido será mejor que lo pienses bien. —Jungkook se fue antes de que pudiera responder y no supo cuanto tiempo pasó hasta que entró alguien más.

Taehyung se sentía atado en todos los sentidos, tuvo que haberle dicho todo a Hoseok antes que algo así pasara pero, ¿cómo iba a saber que sus padres planearían anunciar una mentira en público? Ahora hasta tenía que tener cuidado de cómo acercarse a Hoseok para poder explicarle todo, porque Jungkook había hablado de él como si lo que más quisiera fuera dañarlo y sabía que no lo pensaría dos veces si descubría que se habían vuelto a ver.

Y él no iba a permitir que lo lastimaran más.

Ahora solamente esperaba que Hoseok estuviera esperando su explicación y que contestara sus llamados cuando tuviera su teléfono en mano. Él no se detendría hasta poder explicarle todo y hacerle saber que era él al único que quería. No sabía cómo haría pero nunca dejaría que lo separaran de Hoseok.

El patio de deportes del colegio no tenía techo, era aquel espacio el único donde podían tener sus clases de deportes, por lo que cuando llovía no podían estar ahí. Sin embargo, la clase no se cancelaba y la profesora proponía siempre hacer algo dentro del aula.

Eran esos días cuanto más deseaba poder desaparecer.

La imagen de la sonrisa burlona de Taehyung subiendo al escenario -cuando anunciaron que tenía una relación con Jimin- vino a su mente y lo deslizó, apretando su espalda a las frías baldosas de la pared, cerrando sus ojos con fuerza.

Esos días de lluvia, la profesora proponía juegos. Juegos de niños, juegos inofensivos... eso decían todos. A todo el curso le gustaba jugarlos. Menos a él.

Había un juego en particular, uno donde todos se sentaban en el piso en una ronda, era uno de los tantos juegos con melodía contagiosa y tan pegajosa que la recordabas por horas (que te torturaba por horas). El juego consistía en que al final de la canción debías elegir a alguien de la ronda e imitarlo. Que todos miren al elegido y lo imiten.

El elegido debía hacer una pose o lo que sea para que los demás lo imiten. Esa era la gracia del juego, y ciertamente todos los hacían, todos a excepción de él.

Hoseok odiaba ese juego.

Lo odiaba porque siempre que lo elegían sabía que no era un intento de incluirlo a la diversión. Lo hacían para burlarse de él. Para reírse de lo fuese que hiciera. Y por eso cuando era apuntado como el elegido, se quedaba quieto. Era tan ingenuo que creía que ellos no podrían buscar la forma de burlarse al hacer eso. Pero ellos siempre encontraban la forma de hacerlo sentir mal, imitaban su voz o lo que fuese que hiciera aunque estuviera quieto, lo imitaban de formas exageras y grotescas. Todos lo hacían, todos los que estaban en la ronda. Hasta la profesora. Y luego se reían de él en carcajadas. Se burlaban.

Así como Taehyung se burló de él.

Debió suponer que no sería diferente, porque ¿por qué lo sería? Seguía siendo el de siempre, el mismo asco de siempre. El mismo rarito.

Se puso de pie con dificultad, su mirada estaba nublada por sus lágrimas y tal vez algo más, teniendo en cuenta los puntos negros que aparecían en su vista y el mareo que casi lo hizo caer otra vez en el piso frío del baño. Pero no importaba y no se preocupó, caminando lentamente llegó hacia el lavamanos donde el agua transparente seguía ahí estancada como cuando lo dejó hacía unos minutos.

Y se quedó ahí.

Poco a poco, el silencio absoluto comenzó a desaparecer por sus profundas respiraciones y, acompañado a eso, el apenas sonido de unas gotas cayendo en el agua estancada. El pequeño eco de las gotas cayendo una a una era melodioso, relajante, casi tanto como la razón por la que caían. Pero caían muy lentamente, y teñían el agua casi de forma imperceptible.

Y el dolor se desvanecía muy lentamente, ese dolor en su pecho que no lo dejaba respirar.

Hizo una mueca de dolor, y un sollozo escapó de sus labios al mismo tiempo que deslizó de forma más profunda el fino y brillante filo una última vez por el desastre dibujado en su piel.

Su brazo se sintió acalambrado cuando el líquido brotó de inmediato de la abertura -al fin su sensación favorita se hacía presente- así que volvió a alzarlo sobre el lavamanos.

El agua transparente de hacía unos segundos se comenzó a transformarse en rosa cuando las gotitas comenzaron a caer con más frecuencia. Esa era la señal. Dejó el filo manchado de él mismo a un costado y hundió su brazo hasta casi cerca del codo. El agua se tiñó de rojo. Se quedó ahí hasta que el calambre comenzó a desaparecer muy lentamente, dándole tintes del ardor y dolor que se avecinaba.

Pero no le importó. No, porque el alivio y la liberación del dolor en su alma, lo compensaba. Una pregunta surgió entonces, ¿por qué se consideraba malo a eso que lo hacía sentir mejor?

Tal vez... tal vez porque no era malo, no para él. Así era, tal vez él se merecía todo lo malo y más.

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