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3

Hoseok había decido ir al parque, como casi todos los días para pasear a Mickey, su perrito. Cuando por fin encontró un lugar, para sentarse y descansar, al parecer Mickey tenía otros planes y salió corriendo mientras ladraba hacia algún lugar del parque. Hoseok se asustó demasiado y corrió detrás de él gritando su nombre. Recibió un par de miradas divertidas en vez de ayuda, y casi se puso a llorar cuando Mickey pareció a punto de cruzar la calle llena de autos pero en vez de hacer eso se metió a un arbusto.

—¡Mickey! —se quejó Hoseok secando con el dorso de su mano unas lágrimas que se le habían escapado y luego tocándose el pecho a modo de tranquilizarse, tanto por lo mucho que había corrido como por el terror que le pasara algo a su fiel compañero.

Hoseok se metió dentro del arbusto de donde Mickey no salía y cuando entró lo visualizó lamiendo a una bola de pelos grande. Era otro perrito. Un perrito negro con amarillo. El cual se veía temblando y perdido. Hoseok no sabía si acercarse o no porque se veía que era un perro adulto y podría morderle si estaba asustado. Así que sólo sentó cerca con cuidado y de a poco se fue acercando al perrito, el cual se terminó dejando tocar rápidamente. Hoseok sonrió.

El pelinegro levantó al perrito decidido a llevárselo a su casa en brazos, mientras que a Mickey lo llevaba ya con su correa puesta. No tenía collar pero parecía como si hubiese sido cuidado por alguna familia hasta hace poco, así que en cuanto lo revisara -por si tenía una herida o no- lo sacaría a pasear buscando si había algún anuncio donde lo estuvieran buscando o si algún conocido lo viera.

A casi una cuadra de su casa volvió a visualizar a alguien conocido. Apretó los labios, tratando de no maldecir y dándose aliento para continuar por el camino a casa ignorándolo.

—Hola Hoseok —saludó el castaño cuando ya estaba a unos pasos—. Ow, no sabía que tenías dos perritos ¡Que lindos! —Taehyung acercó su mano al perrito que llevaba en brazos y Hoseok lo dejó sólo porque el perrito parecía necesitar afecto. El castaño no evitó hacer una mueca mientras lo acariciaba—. ¿Qué le pasa? Se ve mal —agregó con rostro confundido y preocupado.

Claramente Hoseok no iba mencionar que era un perrito al cual estaba rescatando. No lo veía necesario, y tampoco quería hacerle conversación.

—Si, tengo que irme.

—¿Puedo ayudar en algo? —preguntó y esta vez no estaba siendo molesto, se veía más serio.

—Si —asintió dándole una última mirada—. No molestándome ayudarías mucho.

A su padre no le importaba que hubiera otro perro en la casa pero a su madre si y ya le había dicho que se deshaga de él. Sólo que Hoseok no tenía corazón para eso, así que intentó buscar a alguien que lo adoptara, y ese era otro problema, no conocía a nadie y menos a alguien que quisiera ayudarlo. Finalmente le dijo a su madre que prometía encargarse de todo lo que le pasara al perrito.

Así fue como una amistad surgió entre la bola de pelos negra con amarilla, Mickey y él. Aunque ahora esa bola de pelos tenía un nombre, y ese era Hoya. Hoya era muy adorable pero su gordura parecía interferir en su agilidad por lo que pensó que tal vez debería ponerlo a dieta o algo así. No lo sabía. Debería consultar al veterinario.

Una vez más Hoseok se encontraba en el parque, estaba tranquilamente mirando como Mickey y Hoya caminaban juntos olfateando todo lo que vieran, le había comprado un collar muy bonito a Hoya que hacia juego con el de Mickey. Parecían hermanos.

Hoseok estaba sentado en unas de las sillas públicas, moviendo su pie -ansioso como siempre- mientras vigilaba que no se fueran tan lejos. Hoseok giró su mirada a un costado sintiendo una presencia cercana y casi se ahogó viendo que se trataba del castaño, ¿hace cuanto no lo veía? Esa respuesta la sabía, exactamente tres días. Había creído que al fin se había rendido. Pero al notar que estaba ahí, observándolo fijamente, tal vez se había equivocado.

Lo había visto una vez más en el autobús pero había estado tan lleno de gente que el castaño al parecer no lo había notado y al bajar Hoseok había corrido a esconderse en el baño para perderlo, y luego correr a su aula. No tenía ni la más mínima idea de en qué momento Taehyung iba a su misma universidad ¡Nunca antes lo había visto! Estaba seguro de eso... Pero en fin, al parecer así era. Porque también lo había visto en el comedor universitario, sólo que Hoseok tenía buena vista y lo notaba antes que el otro a él pudiéndose así huir de ahí.

Taehyung levantó una mano saludándolo a pesar de que estuviera a metros de distancia, Hoseok lo ignoró y siguió mirando a sus perritos apoyando su brazo en el respaldar de la silla y el mentón en su mano. Segundos después giró su mirada curioso hacia Taehyung y éste le seguía mirando con el brazo estirado en el respaldar de su asiento y las piernas abiertas, un gesto de relajado total mientras lo miraba como si estuviera viendo una película. Hoseok volvió a ignorarlo. Pero no duró mucho y de nuevo su mirada era dirigida al castaño quien ahora miraba a los perritos, aunque rápidamente pareció sentir su mirada y volvió a verlo, sonrió al chocar con la mirada del pelinegro. Hoseok entró en una especie de pánico al ser descubierto mirándolo y giró su mirada a cualquier lado.

Mickey y Hoya caminaron más cerca de Hoseok olfateando todo como si buscaran algo. No les sacó la vista de encima, no pensaba mirar al castaño otra vez. Estaba quemando de vergüenza.

—Hola —Hoseok se mordió la lengua. Era definitivo que a Taehyung le estaban pagando muy bien para molestarlo, ahora casi se sentía celoso, él también quería hacer dinero así de fácil.

—¿Qué quieres? —masculló Hoseok sin mirarlo.

—¿Harás algo más tarde? —preguntó seguro de sí mismos, Hoseok le dirigió una mirada molesta—. Podríamos salir... juntos.

Hoseok quiso reír, sin embargo sólo contestó frío: —Ni en mil años.

—¿Por qué? Oh, vamos, no puedes rechazarme siempre.

—¿No? Obsérvame —lo desafió dándole a entender que si podía rechazarlo por siempre. Taehyung sólo se rió y negó con la cabeza sentándose a su lado—. ¿Que mierda haces? No te di permiso para que te sientes a mi lado.

—Tengo entendido que estos asientos son públicos —respondió sonriente, Hoseok le miró mal y se levantó pero volvió a ser sentado a la fuerza porque lo agarró del brazo tirándolo hacia abajo. Ese gesto ya se estaba haciendo costumbre y lo odiaba.

—¿Quieres que te patees los-

—No, definitivamente no quiero que lastimes a mis hijos —dijo sabiendo lo que Hoseok diría. El pelinegro resopló soltándose de su agarre de un tirón, mirando a sus perritos marcar territorio a un árbol—. Maldición —susurró en voz muy baja pero que Hoseok escuchó perfectamente y lo miró confundido—. Uhm... yo lo siento por haberte tocado, no volverá a pasar, no quiero asustarte... puedes insultarme o golpearme si lo hago de nuevo.

—¿Me estás dando permiso? —Hoseok se sintió divertido—. Y tú no me asustas por eso, me asustas porque pareces un psicópata.

—Oh... entonces, ¿No te da miedo o asco cuando te toco?

Quiso fruncir el ceño pero siguió mostrándose serio. —Eres raro, ¿lo sabias?

—Por favor, respóndeme, es importante para mi —dijo con una mueca de urgencia. Como si realmente fuese importante para él, como si supiera algo que él no. Hoseok intentaba entenderlo pero simplemente no podía—... ¿No te recuerda a nada malo o traumático que te haya pasado cuando lo hago, cierto?

Y eso lo confundió más.

—¿No? —respondió dudoso—. No me interesa lo que hagas, tú presencia no me produce nada más que molestia.

Taehyung dejó salir aire como sintiéndose aliviado.

—Es bueno saberlo —dijo pero el pelinegro sólo lo miró mal. Era una persona muy rara, no sabía si era un psicópata o estaba actuando como tal mientras alguien le está pagando, aunque seguramente era lo último—. Eres hermoso, Hoseok —murmuró luego de varios segundos en silencio.

—Sigues repitiendo eso, ¿acaso es lo único que está en tu libreto para decir?

Taehyung pareció acercarse más a él pero Hoseok no lo miraría, para demostrarle que su presencia no le afecta en lo más mínimo.

—Cada vez que te miro me gustas más, ¿es eso legal siguiera? ¿Eres legal?

Hoseok lo miró y tuvo que irse hacia atrás al verlo demasiado cerca. —¿Eres una especie de acosador serial? Comienzas a darme miedo.

—¿Por decir lo que pienso?

—Por Dios, cállate —dijo molesto, Taehyung ladeó la cabeza mirándolo con curiosidad. Hoseok puso su mano en el pecho del castaño alejándolo—. Y aléjate, ¿no sabes lo que es espacio personal? —Taehyung puso su mano sobre la de Hoseok y éste se inquietó queriendo alejarse pero el castaño la apretó más sobre su pecho.

—Sé lo que es, es lo que quiero que no exista entre ambos —el pelinegro entrecerró los ojos.

—Me tienes harto con tu mierda —murmuró molesto pero Taehyung sólo sonrió mirándolo con ojos brillosos y parpadeando lento—... y eres realmente aterrador cuando me miras así —se soltó y se levantó en busca de sus perritos.

A penas encontrarlos les puso a ambos sus correas. Él no sería como esos tipos que llevaban a sus perros sin correa por la calle para hacerse los lindos haciendo correr peligro la vida de los pequeños animalitos. Odiaba a esa gente irresponsable y sin neuronas como ellos.

—¿Entonces tendremos una cita más tarde?

Hoseok rió: —Ni en tus sueños.

—En mis sueños ya dimos nuestro primer beso —respondió el castaño haciéndole arder las mejillas a Hoseok de la incomodidad, quería pegarle por aquello—. Y estamos por hacer algo más...

—Realmente muero de curiosidad por saber cuanto te pagan para decir todas esas idioteces —suspiró el pelinegro llevando a sus dos perritos por la vereda.

Taehyung aceleró su paso poniéndose frente a Hoseok y obligándolo a verlo cara a cara. Pero el pelinegro se resistió a hacerlo y sólo se detuvo mirando a un costado.

—Nadie me paga por eso, Hoseok, ¿por qué crees que alguien lo hace? —Hoseok siguió sin mirarlo giró los ojos, ese castaño estaba volviéndolo loco con lo insoportable que era—. Yo... um, quería hablar contigo... he visto como te tratan tus padres y-

—¿Qué? —soltó mirándolo. Taehyung relamió sus labios viéndose nervioso.

—Odio que te traten de esa forma, he querido defenderte en ambas ocasiones pero-

—¿Estás demente? Una cosa es que me molestes a mi y otra que metas mi vida privada con tu jodida broma, ¡deja de molestarme! —lo interrumpió histérico.

El mencionado bajó la mirada unos segundos: —¿Cómo puedo demostrarte que esto no es una broma?

—No en necesario, no me importa.

—A mi me importa —confesó mirándolo a ojos, hasta parecía decir la verdad—... tengo miedo de que alguien más te vea como yo te veo. Que alguien más se de cuenta de lo hermoso que eres.

—Oh, no te preocupes. Nadie va a ver lo "hermoso" que soy —dijo rodando los ojos por aquella tontería dicha, para luego irse con sus perritos

¿Hermoso? Si, claro.

—Hoseok —lo nombró evitando que se fuera—. No importa si la gente te dijo lo contrario en el pasado, no importa si tus padres te digan lo contrario, no importa si el mundo te diga lo contrario. Tú eres hermoso por dentro y por fuera.

—Deja de decir cosas como si me conocieras, no me conoces.

—Tal vez no tanto pero lo hago.

—No me conoces ni un poco porque si lo hicieras no me estarías hablando. Si me conocieras y supieras que soy capaz de hacer no dirías nada de eso. Déjame en paz.

El rostro de Taehyung era serio, más que nunca.

—Por supuesto que lo haría, sé que todo lo que hayas hecho fue porque tuviste tus razones, buenas razones, al igual que todo lo que no hayas hecho. Sigues siendo tú, no eres malo, no hiciste nada malo. Para mí sigues siendo hermoso, Hoseok.

La garganta de Hoseok se apretó muy fuerte y dolía tanto como si tuviera algo apretándolo y queriéndolo ahorcar. Sentía sus ojos húmedos y sus manos era fuertes puños agarrando las correas de los perritos que se encontraban sentados esperando a que siga caminando, esperando a un Hoseok que sentía que si daba un paso o decía algo comenzaría a llorar de forma desesperada. Como si nunca hubiese llorado antes. Gracioso.

Siempre había deseado escuchar esas palabras de sus padres: "tú no hiciste nada malo" "tú no eres malo"

—Sé que aún no conozco todo y hasta tal vez es muy pronto para decirlo pero me gustas. De alguna forma, me atraes. Me atraes de verdad. Deseo conocerte mejor.

—Cuando —se aclaró la voz forzando desaparecer el nudo en su garganta—... cuando lo hagas, dejarás de decir eso.

—Dame una oportunidad para descubrirlo... para demostrarte porque creo que eres hermoso —Hoseok miró hacia otra parte intentando que ninguna estúpida lágrima cayera y que su garganta le permita hablar sin cortarse.

"Una oportunidad para descubrirlo" para descubrir que era una mierda de persona y alejarse como todos. Para recordarle que nadie nunca lo querría.

—Déjame en paz, Taehyung —fue lo único que soltaron sus labios y caminó lejos llevándose a sus mascotas. Taehyung no lo siguió y no giró para ver qué expresión puso el castaño porque aunque él le había dicho palabras lindas, había algo dentro suyo que no le creía.

Una vez en su casa, Hoseok entró a esa red social que no entraba hace años y la cerró. La red social donde se desahogaba y contaba las cosas que vivió en la escuela. Creía que podría haberlo encontrado el castaño, aunque lo dudaba, ya que nadie le sacaba de la cabeza que alguien estaba detrás de Taehyung y sólo estaban buscando la forma de cómo lastimarlo.

El próximo capítulo será la perspectiva de Tae🌷

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