2
—¿Que se supone que es esto?
—Te lo compré ayer, me enteré que te gusta bailar, tal vez te sirva.
Ya había pasado una semana, Hoseok no podía creer que ese castaño siguiera detrás suyo, ¿acaso no se rendía nunca? Estaba tan seguro que sólo quería burlarse de él que sólo verlo ya lo ponía de mal humor. No quería volver a pasar lo mismo que en el colegio. No quería que nadie se burlara de él otra vez, ¿por qué siempre tenía que ser el foco de las burlas de alguien?
Luego de darle una mirada molesta, escupió una risa rió sin agarrar la caja con rodilleras que le estaba dando: —¿Sabes donde te lo puedes meter?
Esperó paciente a que Taehyung se viera enojado por su respuesta pero lo único que consiguió fue una risa divertida. Hoseok lo fulminó con la mirada.
—De todas formas, quédatelo —dijo agarrando su mano y haciendo que tome la caja pero Hoseok se alejó dejándola caer.
—Deja de tocarme, jodido idiota.
Taehyung le dio una mirada pero aún no se veía enojado y lo siguiente que hizo fue agacharse a agarrar la caja. Hoseok aprovechó para irse.
Probablemente Hoseok tuvo que volver a su casa en autobús. Pero luego de faltar a clases -para evitar dar el examen final- prefirió irse caminando por la culpa que sentía. Lo raro no era saltearse clases, él solía hacerlo, se saltaba tantas clases que por esa razón aún seguía repitiendo las mismas materias años tras años. Lo raro había sido que ahora mientras caminaba sentía la presencia de alguien detrás suyo.
Tal vez sólo se estaba volviendo loco.
Se detuvo y giró hacia atrás pero no había nada raro así que continuó caminando. Decidió entonces cruzar un parque y sentarse en una de las sillas, intentando que sea quien sea que lo estuviese siguiendo dejará de hacerlo, y si no había nadie siguiéndolo de igual forma se sentaba para descansar.
Pero definidamente alguien lo seguía y cuando ese alguien se sentó a su lado, Hoseok casi sintió que su alma salía de su cuerpo del miedo. Pero cuando giró y vio quien era, casi golpeó la cara del estúpido castaño.
—Tú-
—¿Así que sales con alguien? —preguntó aquel con voz seria, nunca le había hablado así. Hoseok frunció el ceño más molesto que antes. Encima que aparecía para seguir con su farsa se dignaba a hablarle de esa forma.
—¿Disculpa?
—Creo que mi pregunta no es tan difícil de entender, ¿sales con alguien o no?
—¡¿Quien te crees para hablarme así?! —enfureció Hoseok levantándose de su asiento, no podía creer que le estuviera hablando com ese tono tan mandón. El castaño se levantó también mirándolo fijo, como intentando leer su mente.
—Te salteas una clase para venir hasta acá y encontrarte alguien ¿Acaso estoy equivocado?
—¡Jodete, idiota! —gritó yéndose hecho una furia pero antes de dar el tercer paso una mano lo agarró girándolo -como solía pasar desde que lo había conocido- pero esta vez fue diferente porque lo vio acercarse a sus labios. Hoseok fue más rápido y giró la cara, los labios de Taehyung dieron a su mejilla y Hoseok abrió muy grande sus ojos, ¡Iba a besarlo en la boca! Empujó a Taehyung con todas sus fuerzas lo más lejos posible para luego patearle en el entrepierna.
Hoseok podía garantizar que él se hubiera quedado caído al piso luego de esa patada pero el castaño sólo se quejó e inclinó adolorido unos segundos, luego se levantó y volvió a agarrarlo de ambos brazos. Tal vez no apuntó bien.
Estaban cara a cara y Hoseok podría decir que le daba miedo su mirada pero aún así sentía que no lo lastimaría.
—¿Quieres que te golpee de nuevo, pedazo de idiota psicópata masoquista? —preguntó aunque muy en el fondo no quería hacerlo, sabía lo que le dolería un segundo golpe ahí y más porque la próxima vez apuntaría bien.
Taehyung rió y aún dolorido continuó: —¿Por qué te salteaste una clase entonces?
—Ya lo dijiste, vine a encontrarme con alguien, con el que me gusta, ¿tienes algún problema con eso?
—Si —Hoseok se estremeció ante la seria y rápida respuesta—. Tengo muchos —agregó acercándolo y acercando más su cara a la suya. Hoseok se giró, mostrándole sólo su perfil.
—Que lástima —murmuró aún sin verlo y tratando de alejar lo más que podía su cuerpo del suyo. Taehyung lo tenía preso en sus brazos.
Pero luego de reír bajo lo soltó suavemente se movió agarrando su mochila. Hoseok lo miró confundido mientras parecía buscar algo.
—Te compré algo —le dijo mientras seguía buscando, ¿otra vez?
—¿Tanto te pagan por fingir que te gusto? —preguntó mirándolo buscar algo en su mochila—. Que extraño... No te ves como alguien que necesite dinero tampoco —murmuraba Hoseok mirándolo de arriba para abajo, Taehyung sólo siguió revolviendo su mochila—. Estoy seguro que tu reloj de Gucci no salió muy barato como para alguien que sólo cobra por molestar a otra persona —pensaba en voz alta.
—No necesito dinero, Hoseok —respondió Taehyung sacando una caja y extendiéndosela—. Para ti.
Miró la pequeña caja, la agarró con brusquedad y leyó la marca que figuraba en la tapa -marca cara reconocida de joyas y relojes- casi se rió, ¿en serio creía que podría engañarlo con eso? Hoseok abrió la caja y se chocó contra un hermoso collar de plata, seguro de cualquier marca menos la que indicada en la caja.
—No lo quiero —se lo devolvió y Taehyung lo miró con ojos grandes.
—Es un regalo no lo puedes devolver, ya me devolviste el otro.
—¿No lo puedo devolver? Bien —Hoseok caminó a un tacho de basura con la caja en mano.
—Hoseok, espera —Taehyung lo siguió. El pelinegro lo miró sosteniendo la caja sobre el tacho basura de forma que si lo soltaba caía dentro.
—No lo repetiré, deja de molestarme.
—Yo no lo llamaría molestarte, estoy tratando de gustarte.
Hoseok rió.
—No seas ridículo —Taehyung cambio su expresión a algo dolida, al parecer ya estaba mejorando su actuación.
—No lo tires, quédatelo —dijo refiriéndose al collar.
—No se quien te creíste que eres para darme órdenes, tocarme o hasta intentar be-besarme pero si vuelves a hacerlo terminarás en la basura como este regalo de mierda —dijo tirándolo, Taehyung hizo una cara de sorpresa total.
—¿Sabes que marca es esa? ¡Es un collar que todos quieren!
—¡No me grites! —se enojó el pelinegro—. Y me importa poco, yo no soy todos. No quiero nada tuyo y no te quiero a ti. Aléjate de mi.
Taehyung pareció tensar la mandíbula.
—¿Como puedo hacer para gustarte?
—Deja de decir que te gusto —dijo—. Búscate a alguien más para molestar.
—No quiero a alguien más —lo siguió.
Hoseok rió bajo: —¿Cuando dejarás de actuar?
Taehyung apretó los labios en una línea y caminó hacia Hoseok a paso seguro. —Sé que no me conoces pero yo te conozco, más de lo que crees, y me gustas, me gustas demasiado.
Tocó su mano haciéndolo estremecer. Hoseok frunció el ceño retirando su mano.
—No me conoces, no tienes idea de quién soy.
—Tal vez —afirmó Taehyung—. Pero todo lo que conozco de ti hasta ahora me gusta.
Hoseok sólo lo miró para luego darse la vuelta e irse, Taehyung lo siguió detrás pero a largos metros de distancia. El pelinegro se preguntaba si acaso Taehyung no se daba cuenta de lo obvio que era al seguirlo pero agradecía que al menos ahora mantuviera su distancia.
A excepción que antes de llegar a la esquina fue tomado del brazo y jalado hacia un otro lugar.
—¡Hey! —alzó la voz pero Taehyung siguió tirando de él—. ¡¿Qué haces?!
—Hagamos esto, me das una oportunidad y si no te agrado entonces dejaré de molestarte —dijo soltándolo y mirándolo frente a frente. Hoseok lo fulminó con la mirada al principio pero luego sonrió mostrando lindos hoyuelos, una expresión tan adorable que Taehyung casi muere ahí mismo, aunque que no duró mucho, porque pronto recibió una cachetada del pelinegro quien ahora lo miraba con ganas de asesinarlo.
—¡Te dije que no me tocaras! —alzó la voz empujándolo lejos y apurando su paso para llegar a su casa antes de volver a ser detenido. Dejando a un castaño con la mejilla roja y quemando.
La última vez que su padre le había pedido que saque la basura él había sido amable y es que era unos de esos días que había ganado su equipo de fútbol favorito, esta vez habían perdido y como Hoseok era la "cosa" para desahogarse. su padre lo jaló del brazo tirándolo fuera de la casa con la bolsa gigante de basura.
—Se pide por favor —susurró Hoseok, tal vez debería aprender a quedarse callado pero no iba con su naturaleza serlo. Por lo menos no con sus padres, en otros lugares si era callado.
Su padre lo escuchó -y aún estando ambos en la calle- aprovechó que era noche y no había casi nadie para acercarse y darle una cachetada, casi de la misma forma que él había hecho con Taehyung.
Aunque para su opinión, la que le había dado a Taehyung no era ni un tercio de lo dolorosa o fuerte que recibió. Había una gran diferencia entre las manos delgadas y el cuerpo más pequeño de Hoseok a diferencia del de su padre, que aunque era flaco era más fuerte que él.
Sin decirle más nada, su papá se metió a la casa y Hoseok tiró la basura con un nudo en su garganta, el nudo que parecía nunca irse.
Esa misma noche su madre le dio otra cachetada y esta vez porque cuando ella le dijo que maldecía la hora en que nació él se enojó y le dijo "me hubieras abortado".
—Deberías ser más educado —le dijo su hermana entrando a su habitación. Hoseok no respondió, tampoco la miró, sus lágrimas seguían retenidas en sus ojos mirando la pantalla de su computadora—. Ellos hacen mucho por ti.
—Se nota —murmuró con sarcasmo.
—Si no te gusta deberías irte, ya te lo dije. Yo pienso hacerlo, pero aún estoy bien aquí. En cambio tú... no lo sé, deberías pensarlo. Ya eres un adulto —finalizó saliendo de su cuarto. Y aunque parecía intentar ayudarlo, Hoseok simplemente no lo sentía así.
"Deberías irte" eso era lo que más le repetían y aunque por dentro sabía que era verdad, también sabía que era imposible. Hoseok no sabía hacer nada y le daba miedo socializar ¿cómo se supone que sobreviviera? Porque aunque deseara morir todos los días, tan sólo pensar en acabar con su vida le daba miedo. Era un maldito cobarde, siempre se lo decían y él lo sabía bien.
Sintiendo su cara ardiendo por las cachetadas se abrazó a su almohada para dormir, una vez más sólo quedaba ella como testigo de su tristeza, de lo inútil que se sentía y lo mucho que quería desaparecer. Ella era la única que llevaba el conteo de la cantidad de lágrimas que derramaba desde hace años. Porque no tenía a nadie con quien desahogarse, con quien hablar, con quien expresarse. Absolutamente nadie desde hace años. Estaba solo.
Completamente solo.
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