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17

Hoseok suspiró en medio del beso y Taehyung le sonrió alejándose.

—Vamos a dormir, ya es tarde. 

—¿Unos besos más? —pidió Hoseok sin bajar sus brazos de sus hombros.

—Eso dijiste hace media hora, Hobi —el mencionado hizo un puchero y Taehyung sonrió—. Esto es increíble, ni siquiera sabía que eras del tipo que hacía pucheros.

—¿Eso es malo? —preguntó Hoseok sintiéndose un poco triste pero en cuanto Taehyung se acercó besándolo castamente en los labios dejó de sentirse así.

—No, me encanta —susurró sobre sus labios e inclinó su cabeza levemente para unir sus labios otra vez. Hoseok se pegó a su cuerpo y tomó su labios superior mordisqueando levemente, el castaño sonrió en medio del beso—. Te estás volviendo salvaje —murmuró sobre sus labios.

Hoseok sonrió y volvió a acercarse a sus labios, hambriento. Literalmente llevaban besandose mucho tiempo, y es que Hoseok no tenía suficiente. Pero era culpa de Taehyung, se decía, porque seguía besándolo de esa forma tan lenta, volviendo loco al pelinegro.

—Una vez más, la última —suplicó Hoseok cuando Taehyung estaba alejándose. Este último volvió a sonreír y le concedió un beso más. Nadie podía culparlo, después de todo estaba besando al chico al cual casi estuvo siguiendo desde hacía más de un mes.

Cuando Taehyung mordió su labio inferior Hoseok jadeó bajito acercándose al cuerpo del castaño con necesidad de cortar la distancia lo más que podía. Pero el castaño volvió a alejarlo.

—Suficiente por hoy, Hobi. Hora de dormir —dijo con voz suave el castaño, rfompiendo el beso cuando Hoseok estaba demasiado pegado a él. Y a pasar que lo llevaba de la mano mientras que llevaba su mochila con la otra, el pelinegro se sentía como un niño pequeño haciendo mohín y odiándose por haber jadeado.

Joder, había jadeado, debía sentir vergüenza y sin embargo no sentía nada de eso. Aunque, ¿por qué debía sentir vergüenza ahora que prácticamente tenía la saliva de Taehyung en su boca? Y ni hablar que sus labios estaban totalmente sensibles por los besos.

Hoseok mordió sus labios pensando en que Taehyung también estaría con los labios así... Y, ¿quién dijo que no podrían seguir besándose en su habitación?

Si, el pelinegro estaba más que maravillado con los besos en la boca. No sabía que se sentían tan bien. Quería más besos. Quería probar todas las formas de besos.

Entró al baño de aquella habitación para cambiarse de ropa al igual que el castaño en otro baño. Podrían cambiarse en el cuarto del castaño porque después de todo eran hombres pero, bien sabía que ahora que eran más que simplemente amigos o conocidos eso sería peligroso. Hoseok se sintió divertido porque no lo había pensado y porque había sido el castaño quien propuso cambiarse en baños diferentes.

Cuando Hoseok salió del baño, se sintió decepcionado porque Taehyung estaba armando de nuevo ese sillón-cama que también utilizó la vez anterior para dormir ahí. Pero no pudo evitar sonreír al ver a Yeontan en una camita para perros muy linda y se acercó a acariciarlo.

—Dormirás en mi cama, bebé.

El pelinegro le dirigió una mirada molesta por costumbre: —¿Cuando te dejé ponerme apodos?

Taehyung rió bajo y se acercó a él plantando un beso en sus labios. Dejándolo mudo.

—Deja de quejarte y duerme, ya es tarde.

—No eres mi papá —se quejó de nuevo Hoseok, haciéndolo reír—. Aunque podrías ser mi papi —dijo divertido, pero el castaño lo miró confundido como no entendiendo a que se refería—... Créeme que te gustará.

Taehyung rió bajo: —Si tú lo dices... duérmete, Hobi.

¿No le había entendido de verdad? ¿No sabía a qué se refería?

—Dejemos algo en claro, odio que me den ordenes.

—Si te portas mal sólo recibirás órdenes de mi parte, amor.

Hoseok se preguntaba por qué diablos mal pensaba todo lo que decía el castaño, aunque se respondió rápido a sí mismo: estaba caliente. Cosa peligrosa teniendo en cuenta que debía dormir en la misma habitación que un chico con el que había comenzado a besarse y que era jodidamente atractivo.

—Bien —soltó Hoseok, debía intentar enfriar su mente. Taehyung sólo le dedicó una dulce sonrisa para volver a acercarse y dejarle un pequeño beso en los labios.

—Buenas noches —murmuró agitando su corazón. Y lo vio caminar a su horrible sillón cama.

—¿Tae? —inmediatamente se dio cuenta que era la primera vez que lo llamaba así, obviamente Taehyung también lo notó y su mirada brilló en respuesta.

—¿Qué pasa?

—¿Podemos... dormir juntos? —preguntó casi sin pensarlo bien y Taehyung se quedó pensativo unos segundos.

—No... no lo sé.

—¿Por favor? —insistió, mirándolo con ojos suplicantes. Hoseok nunca había dormido con nadie pero la idea de dormir con Taehyung sonaba atrayente desde que lo había abrazado. El pelinegro sentía que abrazar a Taehyung era tocar el cielo, al igual que el sentir sus labios.

Estaba muy necesitado de cualquier tipo de afecto.

—Está bien, vamos —Hoseok se sorprendió, pensó que tenía que insistir más para ser sincero. Un pensamiento lindo vino a su mente luego de eso; tal vez, sólo tal vez Taehyung estaba deseando lo mismo que él. Dormir juntos.

Hoseok se levantó y caminó a la cama al mismo tiempo que Taehyung abría las frazadas metiéndose. El pelinegro lo imitó y en menos de unos segundos se encontraba acostado con las frazadas tapándolo al igual que al castaño. Hoseok le sonrió a penas verlo mirándolo frente suyo y se acercó un poco más haciéndolo sonreír con una sonrisa más amplia. Cerró sus ojos suspirando al sentir la mano del castaño acariciando su mejilla.

—Si esto es un sueño espero que dure un poco más —susurró Taehyung logrando así que abra sus ojos.

Sólo entonces Hoseok cayó en el realidad, y el miedo lo invadió, el miedo a todo lo que estaba sintiendo de pronto se acabe por alguna razón. El miedo a que Taehyung se dé cuenta que él no era especial como creía y que lo dejara. Tenía miedo de estar cometiendo un grave error. Como siempre lo hacía.

Pero aún así se acercó a Taehyung sin pensarlo y lo abrazó. Hundió su rostro en su pecho.

El castaño le devolvió el abrazo, pegándolo a su cuerpo. Acariciando su espalda y luego besando su cabeza. Hoseok levantó su mirada hacia el castaño deseando encontrarse una vez más con su hermosa sonrisa y cuando así fue, se sintió tan feliz que olvidó todos sus problemas y malos pensamientos otra vez. Se acercó lentamente a sus labios y Taehyung hizo lo mismo, sin dejar de acariciar su mejilla suavemente.

Se besaron por varios minutos, lento y pausadamente, sintiendo el sabor de la boca ajena, aprendiéndose de memoria la textura de sus labios. El más atrevido fue el pelinegro que a pesar de su inexperiencia en todo aquello, metió su manos por dentro de la camiseta del castaño para tocar su abdomen, cintura y espalda desnudas. Sintió como su piel quemaba a la vez que era suave pero firme y Taehyung se tensó, pero no lo detuvo.

Hoseok no pensó en el momento en que comenzó a empujarlo lentamente hasta dejarlo de espaldas a la cama y subirse encima suyo. A horcadas.

El castaño tragó.

—Hoseok...

No le prestó atención y sólo sentó sobre Taehyung acercándose a besarlo en los labios para callarlo. Todo era tan lento y tan placentero al mismo tiempo, que ambos terminaron dejándose llevar. Aunque el castaño aún seguía con las manos de forma inocente en el rostro de Hoseok.

El pelinegro se perdió a sí mismo en el sabor y los chasquidos obscenos que comenzaban a hacer sus besos, movió su culo sobre la entrepierna del castaño haciéndolo tener la respiración más pesada pero duró unos segundos hasta ponerse tímido. Se detuvo de inmediato volviéndose a acostar a su lado. Y no sólo se detuvo porque se puso tímido si no porque se dio cuenta que quería ir bien con el castaño, quería ir lento porque quería algo serio, algo estable con él. En algún futuro.

Aunque no sabría si habría algún futuro.

Hoseok apenas estar a su lado se hundió en su pecho abrazándolo, Taehyung de inmediato lo recibió en sus brazos.

—Lo siento —susurró con vergüenza. Taehyung giró un poco más de costado para poder atraerlo mejor a su cuerpo.

—No, no te disculpes —dijo besando su cabeza y Hoseok podía jurar que ese día se estaba sintiendo más amado de lo que se sintió en toda su vida—... te iba a alejar de todas formas, quiero que vayamos despacio —susurró el castaño acariciando su cabello negro.

—También yo —susurró Hoseok elevándose un poco para mirar su rostro, el castaño tenía los ojos cerrados pero los abrió un poco como presintiendo que lo miraba y ambos se sonrieron. Hipnotizado, se acercó a los labios ajenos para a penas rozar sus labios. Y luego se desearon las buenas noches.

Taehyung y Hoseok se encontraban en la sala de la casa del castaño, besándose. Desde que se habían despertado no se habían besado, lo cual había desencadenado en una pequeña abstinencia mientras se cambiaban, alimentaban a Yeontan y desayunaban. Apenas terminar de desayunar los dos se habían sentado en el sillón del living para ver la televisión, pero entonces Hoseok había tocado la mano del castaño y luego el castaño había entrelazando sus dedos, hasta que en un momento terminaron acercándose y besándose.

Ahora la mano que había estado en la mano de Taehyung se encontraba en su nuca acercándolo. Profundizando el beso. Y cuando quiso volver a subir al regazo de Taehyung este último lo sostuvo impidiéndoselo, rompiendo con el beso.

—¿Recuerdas que íbamos a ir despacio? —preguntó divertido.

—Sólo me quería acercar un poquito más —murmuró tocando el cabello castaño que caía por su nuca.

—Para mi... un "poquito más" significa mucho si se trata de ti. Anoche fue... intenso.

Hoseok sonrió al escucharlo susurrar como si le diera timidez hablar de eso, y hundió su nariz en su cuello respirando su aroma. Obligándose a calmarse. Pero es que simplemente no podía, Taehyung era demasiado para él. Quería ir lento pero también quería subirse encima suyo y sacarle la camisa al mismo tiempo que desabrochar su pantalón y-

—¿Hobi? ¿Me estás escuchando?

—¿Qué? —preguntó totalmente ido volviendo a mirar el hermoso rostro del castaño. Taehyung rió bajo.

—Que te quedes a dormir aquí hasta que mis padres vuelvan —dijo volviendo a tomar su mano con delicadeza—. Ellos vendrán el miércoles.

Claramente Taehyung no tenía ni la más mínima idea de las cosas, o mejor dicho, de los pensamientos que recorrían al pelinegro. El castaño parecía no mal pensar nunca, se sentía un pervertido y eso era gracioso. Debía ser su imaginación, Taehyung no podría ser inocente.

—Uhm... ¿seguro? —Taehyung asintió con una gran e inocente sonrisa, Hoseok sólo lo miró y le sonrió tiernamente. Y es que Hoseok no podía creer que aquel chico realmente no estaría pensando lo mismo que él.

Asintió a su propuesta y ambos pasaron una tarde mirando televisión, con algunos besos en medio y caricias en las manos y mejillas.

Claramente Hoseok informó a sus padres que se quedaría esos días con sus amigos aunque ellos le dijeron que no estaban de acuerdo, y lo más probable es que cuando llegara a su casa sería bombardeado con preguntas. Mordió sus labios, desearía por lo menos un día entero sentirse tranquilo y olvidar su realidad. Aunque, recordar donde estaba en esos momentos, le hacía sentirse tranquilo.

Ya era hora de dormir y una vez más ambos durmieron juntos. No sabía si era porque su calentura había bajado o porque Taehyung eran tan tierno con él pero lo único que deseaba era dormir abrazado a su cuerpo. O que él lo abrace. Habían pasado recién un día juntos y Hoseok casi estaba al borde de llorar, tenía tanto miedo que todo eso que estaban teniendo, que ese sentimiento de sentirse amado por primera vez, terminara. Y era ridículo justamente porque recién llevaban más de un día juntos.

Pero es que Hoseok estaba tan necesitado de cariño que al tener a alguien que le diera afecto a su lado era simplemente irreal. Sentir ese afecto por primera vez, sentir besos de alguien por primera vez, sentir que alguien estaba enamorado de él por primera vez en su vida era completamente irreal, cuestionándolo una y otra vez si se merecía eso realmente.

¿Hoseok lo merecía?

—Te quiero —murmuró Taehyung la última noche que pasarían juntos, la noche del martes. Sus labios estaban sobre su cabello negro, y suspiró pegándose más a su cuerpo—. Te quiero de verdad.

—Eres tan cursi...

—Me gustas demasiado —continuo aferrándose a él.

—Taehyung... ¿No te asusta... conocerme poco? No creo gustarte luego de eso.

—Conozco lo suficiente de ti para decir que me gustas. Y, ahora que estoy comenzando a conocer más de ti, sólo puedo confirmarlo —El pelinegro elevó su cara para mirarlo a los ojos—. Tal vez te suene raro pero... siento que eres perfecto para mi.

El corazón de Hoseok se sentía tan cálido y feliz pero su mente seguía haciendo preguntas y pensando en escenarios negativos.

—Aún así... eso no justifica que no hayas ido a la universidad estos días.

Ayer, lunes, el pelinegro le había dicho que se iría a su casa para que él pudiese ir a la universidad pero no aceptó. Prefirió encerrarse con él en su casa. A Hoseok le daba igual sus estudios, en realidad no se sentía con ganas de ir, pero sabía que Taehyung se estaba por recibir y le había molestado mucho que dejara a un lado la universidad sólo por pasar tiempo con él. Aunque por dentro estaba siendo muy feliz durante esos días recibiendo caricias, abrazos y besos del castaño. Intentando tener un poco de lo que nunca tuvo en su vida e intentando grabárselo en su mente y alma para el día que Taehyung se cansara de él y lo abandone.

Porque sabía que eso ocurriría.

—¿Y qué hay de ti? También faltaste –Hoseok no pensaba mencionarle aún que estaba pensando en dejar de estudiar. Sólo se encogió de hombros y se acostó una vez más con su cabeza sobre su pecho, ocultando que de pronto le había llegado ese sentimiento de tristeza.

Taehyung lo abrazó luego de darle un beso en su cabello.

—¿Hoseok? —varios segundos habían pasado para que el castaño volviera a hablar, el pelinegro ya se estaba quedando dormido escuchando sus latidos y a penas pudo murmurar un "¿Mhm?" en respuesta. Sintió la cálida mano del castaño en su mejilla—. Si alguien te hace daño... dímelo de inmediato —asintió aunque quería preguntar por qué de pronto hizo esa pregunta pero el sueño el ganaba como para hacerlo. Taehyung lo alejó despacio y comenzó a abrir sus pequeños ojos encontrándose con la penetrante mirada del castaño—. Hablo en serio, Hoseok. Si alguien te hace daño, te trata mal o te hace llorar, dímelo. Llámame, sin importar qué hora sea. Yo iré por ti.

El mencionado sonrió parpadeando pesadamente por el sueño y acariciando el pecho del chico más lindo que había visto en su vida. —¿Serás mi superhéroe?

Preguntó con diversión pero no escuchó ninguna risa en respuesta.

—Seré lo que sea necesario para verte feliz —susurró con voz firme, moviéndose para besar su mejilla. El pelinegro suspiró atrapándolo en sus brazos como si de un peluche se tratara, y lo abrazó con fuerza. Taehyung logró alejarse para dejarle varios besos en la mejilla como si fuese un bebé, a la vez que su mano se posaba en su brazo acariciandolo sobre la tela de su ropa buzo, el cual cubría perfectamente sus heridas ya cicatrizadas.

—Estás mejorando tus técnicas de coqueteo... casi, casi ya me tienes a tus pies —le sonrió Hoseok susurrando suavemente.

—Si eso pasará entonces estaríamos a mano —Hoseok sonrió ampliamente adormilado—... Por Dios, eres tan hermoso.

Hoseok soltó una risita: —Otra vez con eso...

—¿No puedo decirle a mi novio que es hermoso? —preguntó tranquilo pero el pelinegro se paralizó al escuchar la palabra por la que fue llamado y se alejó para mirarlo algo asustado.

—¿Novio?

Creo que no hace falta decirlo pero de todas formas lo haré; esto recién empieza...


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