Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

14

Les prometí no volver a hacerlo

pero debieron saberlo,

que yo sólo

les estuve mintiendo.

Busco en mi mochila aquello que no debería

y al encontrarlo lo desarmó como antes lo hacía.

Si, el viejo filo guardado de nuevo agarré

y mi blanquecina piel, otra vez, delineé.

Sin embargo esta vez me asusté.

Nunca vi tanto rojo y me aterré.

Más de lo pensado cayó

hasta mis últimos sollozos.

Sentí como todo desapreció.

Todo, menos sus pequeños rostros.

Nunca tuve líneas tan anchas ni profundas,

eso es seguro.

Pero no me ardieron, ni me dolieron,

te lo juro.

Este dolor en mi pecho es más grande

al que tuve alguna vez.

No puedo dormir,

no puedo mantenerme de pie.

Y aunque creí que moriría

por un momento.

La verdad es que,

no me arrepiento.

No me arrepiento,

las líneas en mi piel no están mal

porque me las merezco,

estás y muchas más.

Es mi culpa lo qué pasó,

lo saben bien.

Fui yo el que les falló,

soy yo el que no debió nacer.

Les prometí no volver a hacerlo

pero debieron saberlo,

que yo sólo

les estuve mintiendo.

<12.06.2017>

Lo bueno del invierno son las ropas donde te tapan por completo. Esas que cubren todo el cuerpo al igual que marcas, las que le impiden ver al resto ese secreto. Su secreto. El que sólo los abandonados conocemos. Esa única ayuda que nos creamos para aferrarnos a sobrevivir al dolor que llevamos en el alma y el que nadie más que tú conoce.

Probablemente él debería sentirse aterrado de que alguien descubriera el desahogo en sus muñecas pero no era como si a alguien le importara. Podría fácilmente pasear sin taparse por su casa y si alguien, de casualidad, le preguntara diría que fue el gato de la vecina.

Le creerían.

Pero no porque creyeran todo lo que diga, le creían porque no lo creían capaz de dañarse.

Porque siempre creyeron que era cobarde, que le aterraba todo, que por supuesto no sería capaz de algo así.

No había nada de qué preocuparse.

Aprovechando eso, había decidido marcarse cada día. Hasta que se juntaran línea con línea. Hasta que dejara de sentirse tan culpable.

Pero no podía evitar sentirse culpable ni siquiera con aquel dolor. Y es que de alguna forma, te acostumbras a algo cuando lo haces continuamente, es de esa forma llegas a querer más. Ahí es cuando comienza el problema, o mejor dicho, el peligro.

Él lo sabía, la última vez que lo había hecho había cruzado la línea de acabar con el dolor al acabar con su vida. Ni siquiera había notado la diferencia esa vez, no había notado la carne abierta ni lo profundo que había llegado aquel filo, pero ahora que lo hacía decidió parar.

Aún no era tiempo de morir, aunque lo deseara más que nada.

Aún había gente a la que debía hacer su vida imposible.

Abrió la canilla del lavamanos y limpió todo aquel desastre que salía de las nuevas líneas en sus brazos, a la vez que lavó el pequeño filo del sacapuntas nuevo, el cual lamentaba su uso y definitivamente tenía que comprarse otro.

Y es que no podía hacerlo con algo diferente a eso, por alguna razón era más efectivo ese pequeño filo al cúter verde que había comprado especialmente para aquello -en los tiempos donde había más oscuridad- y a veces se preguntaba como es que seguía vivo después esos días.

Entró a su habitación y se acostó a dormir. Hacia tres días no hablaba con nadie, a excepción de un saludo o un agradecimiento por la comida. No es que extrañara hablar, ya estaba acostumbrado a su propio silencio. Hablar era... molesto.

Cuando se fue de casa de Taehyung a la mañana siguiente -hace tres días- había ido directamente a su casa a preguntar por Hoya. Y su madre dijo que le habían encontrado una "familia" Hoseok no pudo evitar gritarle y claramente fue callado por una cachetada. No volvió a hablar con nadie de su familia desde ese momento, ni siquiera con Jiwoo.

Se sentía demasiado culpable y mal, no sabía cómo aliviar su dolor más que lastimándose, como en el pasado. Sabía que estaba mal -por algo lo había dejado- pero tal vez él sólo había nacido para hacer todo mal.

Él era todo lo que estaba mal.

Su teléfono vibró y lo miró de mala gana pero se relajó al ver de quien era el mensaje que había llegado.

"Sé que me diste tu número sólo en caso de que le pasara algo a Tannie pero hace días no se nada de ti y estoy preocupado... cómo estás? Necesitas algo?" era Taehyung.

La realidad es que no iba a la universidad desde ese día y la última vez que vio al castaño había sido esa mañana cuando despertó en su casa, en su cuarto. Le había agradecido su hospitalidad y se había ido.

Miró sus cicatrices y suspiró cansado:

"Estoy bien, gracias, cómo está Yeontan?"

Esperó a su respuesta yendo a cubrir sus muñecas con vendas, la cicatrización tardaba últimamente.

"Tannie está bien. Le compré un biberón, un almohadón, y muchos juguetes! Ahora es un bebé de verdad!! Es un angelito, sólo toma leche y duerme jaja... estás seguro que estás bien?"

"Si. Cuida bien a Tannie por favor" él es lo único que me quedó de Hoya, quiso agregar pero no lo hizo.

"Quieres verlo? Podría pasar por ti, mis papás me dejaron el auto. Sólo serán unos minutos"

"Ya es tarde" dijo Hoseok mirando qué eran más de las ocho de la noche.

"A mi no me importa, a ti?" Recibió su respuesta a los segundos.

"Es sábado, probablemente quieras salir. No quiero molestar, puedo ir a verlo otro día"

"Iré por ti ahora"

Hoseok revoleó el teléfono al piso al leer eso y cuando lo tomó bien en sus manos comenzó a escribir con suma rapidez pero en vez de tocar la tecla para enviar mensaje tocó para llamar. Una vez más con manos ansiosas y nerviosas intentó cortar la llamada maldiciendo por dentro pero fue muy tarde porque la pantalla cambio indicando que la llamada estaba siendo contestada.

Hoseok mordió sus labios y acercó el teléfono a su oído con cuidado.

—¿H-Hola? —dijo porque al parecer el castaño ya había saludado mientras él maldecía que la llamada haya sido atendida tan rápido.

Escuchó la risa del castaño del otro lado: —No sabía que extrañabas mi voz.

—Ya quisieras —soltó de inmediato y el otro rió—. Toqué llamar en vez de enviar.

—Si, lo que tú digas —su voz sonó divertida—. Entonces, ¿paso por ti? —Hoseok mordió sus labios y quiso negar pero después recordó que en unos minutos sería la cena y él realmente no quería ver a sus familia y comer mientras ellos hablan como si no existiera.

—Está bien —asintió dudoso—. Pero no vengas a mi casa. Te esperaré en el parque.

—¿Qué parque?

Hoseok frunció el ceño.

—¡El único parque donde siempre nos vemos! —exclamó en un susurro molesto. Taehyung rió bajo otra vez.

—Uh... eso sonó como si hubiéramos tenido citas, muchas citas —si Taehyung estuviera frente suyo estaba seguro que estaría con su tonta sonrisa burlona y él lo estaría fulminando con la mirada.

—Creo que ya no quiero ir a tu casa.

—¡Era broma! —dijo rápido—. En diez minutos estaré en el parque.

—Bien.

—Espera —dijo deteniéndolo—... Uhm...

—¿Qué?

—Me estaba preguntando si...

Hoseok contó hasta el quinto segundo que él castaño no decía nada: —¡¿Te estabas preguntando qué?! Joder.

Taehyung rió bajó. —Quédate a dormir aquí. Puedes quedarte hasta el lunes. Podemos ir juntos a clases-

—Un momento —lo interrumpió Hoseok—. Creo que olvidas algo, estoy yendo a tu casa sólo para ver a Tan no para-

—Sólo piénsalo —interrumpió y por alguna razón su voz no sonaba con doble intención si no como si supiera que Hoseok no quería estar en su casa, como si supiera que necesitaba estar fuera o en otro lugar que lo ayudase a olvidar—. Nos vemos en el parque —se despidió cuando Hoseok aún no había dicho nada así que sólo asintió.

Se quedó varios segundos mirando su armario, sin saber que ponerse. Ni siquiera sabía porque quería ponerse algo que le quedara bien.

Fue entonces, recordó las palabras de Taehyung sobre que el blanco le quedaba bien y tomó una camiseta blanca. Por supuesto que no era por él, sólo era porque a Hoseok también le gustaba el blanco, fin.

—¿Puedo ir a dormir a la casa de un amigo? —preguntó Hoseok con su mochila, donde llevaba ropa para más de una noche.

—¿Desde cuando tienes amigos? —preguntó su mamá con la intención de lastimarlo. Cosa que logró.

—¿Puedo ir? —preguntó intentando ignorarla.

—Haz lo que quieras, Hoseok, y deja de molestarme, ¿no ves que estoy ocupada?

—Lo siento —susurró y salió de su casa haciendo fuerza para no tirar la puerta.

Cuando ya estaba por llegar al parque bajó sus mangas hasta sus manos tapando todo el desahogo que tenía en sus muñecas. Taehyung ya estaba ahí, y éste se levantó del asiento del parque cuando ya estaba cerca.

—Hola Hoseok.

—Hola —saludó sin mirarlo mucho, porque se veía demasiado atractivo y olía muy bien. Por otra parte también porque le estaba dando una mirada extraña. Hasta creía que podría ver sus heridas aunque estuvieran tapadas.

—Oh, vamos. Dejé el auto por allá —dijo de pronto animadamente, comenzando a caminar. Hoseok lo siguió a un paso detrás.

El auto de Taehyung, o mejor dicho, de sus papás era hermoso y sólo le faltaba tener un cartel encima que dijera "caro" porque realmente se veía caro, aunque Hoseok no sabía de autos. Entró con cuidado como si sintiera que pudiera romperlo o rayarlo. Esperaba que Taehyung no notará ese nerviosísimo porque se daría cuenta de inmediato que no tenía auto y que no estaba para nada cerca de su clase social si no que muy debajo de ella.

Hubo silencio dentro del auto y por supuesto mucha tensión, o al menos eso sentía Hoseok. Y es que tenía una gran imaginación cuando quería. Claramente Taehyung no estaría pensando en nada sucio como lo hacía su pecaminosamente mente. Pero, por Dios, nadie podía culparlo de pensar en cosas como los dos yendo al asiento trasero para comenzar a besarse o tocarse porque el castaño se veía muy hermoso esta noche y tenía un perfume que daban ganas de morderlo. Bueno, tal vez siempre daban ganas de hacer eso pero ahora más aún. Hoseok no podría creer que alguien como él quisiese ser su amigo o mas. Era simplemente ilógico porque Taehyung era lindo, lindo de verdad.

Y para él, la gente linda se juntaba con gente linda y nada más...

En casi nada ya estaban en casa del castaño. Su casa gigantesca otra vez frente a él. Esta vez pudo observar más detalles que la vez anterior, cosa que tal vez era porque ahora no estaba mojado, con un cachorrito en mano y a minutos de haber sufrido un gran trauma.

Hoseok salió del auto con la orden de Taehyung y luego el castaño fue a abrir la puerta indicándole que entre. El pelinegro vio al cachorrito en un almohadón totalmente abrigado con una mantita color verde y caminó rápido hacia él para acariciarlo. El cachorrito era idéntico a Hoya, todo negro con pequeñitas manchas doradas. Su pecho se oprimía mientras acariciaba al bebé y un nudo se formaba en su garganta.

—¿Quieres cenar? Apuesto a que no lo has hecho aún —alzó la voz el castaño, al parecer desde la cocina.

Hoseok se tomó su tiempo para responder porque sus malditas ganas de llorar le estaban ganando.

—No... gracias. No tengo hambre —respondió secándose con el dorso de su mano una lagrima que había escapado por su mejilla.

—¿Qué pasa? —preguntó Taehyung casi sobresaltándolo porque había aparecido de pie al lado suyo. Se agachó hacia él, Hoseok dejó de mirarlo de inmediato enfocándose en acariciar al cachorro, fingiendo que no pasó nada.

—Nada, ¿por qué?

Taehyung no dijo nada por varías segundos y al pelinegro lo incomodaba aquel silencio. Al final el castaño sólo suspiró.

—¿Qué quieres tomar? —le preguntó a su lado elevando su mano para acariciar un poco al cachorro, su mano estaba cerca de la del pelinegro y es que el perrito era muy pequeño.

—Lo que tú vayas a tomar —susurró sin mirarlo, la verdad era que no quería molestarlo mucho. Creía que ya había hecho más que suficiente y no quería aprovecharse de eso.

—Yo voy a tomar soju —Hoseok lo miró entre confundido y asustado, el castaño que tenía el rostro serio terminó riendo bajo al final—... Es broma —dijo divertido ante la mirada fulminante que le daba el mayor—. Tomaré jugo de manzana, porque mi madre compró muchas manzanas y se están... ¿muriendo?

—¿Te refieres a que se están pudriendo?

Taehyung asintió feliz: —Si eso, ¿quieres jugo entonces? Te seré sincero, sólo te invité para que me ayudes a terminarlas, así que tienes que aceptar —bromeó divertido.

—¿Que pasa si digo que no me gustan las manzanas? —Taehyung abrió sus labios en una mueca de sorpresa fingida.

—¿Hablas en serio? —bufó en forma de broma—. Pero mañana desayunaremos puré de manzana, luego almorzaremos ensalada de manzana y de postre habrá una manzana para cada uno. Para la cena decidí optar por algo novedoso, manzana asada.

—No se si hablas en serio pero... no suena muy apetitoso el menú de mañana —Taehyung rió agachándose a su lado.

—Serás una manzana antes de irte de aquí.

—Suena emocionante —Taehyung volvió a reír y mordió su labio inferior mirándolo.

—Realmente estás siguiendo mi broma... No puedo creerlo.

Hoseok a penas le sonrió pero no resistió mucho ante su mirada penetrante y volvió a mirar al cachorrito, su mano se encontraba pegada a un lado de su cuerpo, ambos compartiendo calor.

—Me alegra que te quedes a dormir.

—Yo no dije que lo haría —susurró Hoseok sin mirarlo.

—Y me alegra verte sonreír, casi nunca lo haces... bien, me iré a cenar —dijo Taehyung poniéndose de pie. Hoseok se sintió decepcionado y sus mejillas se calentaron al darse cuenta que la razón de su propia decepción era que el castaño no lo había acariciado ni nada parecido. Ahora que lo pensaba no lo había tocado en ningún momento desde que se vieron—. ¿Estás seguro que no quieres cenar? No soy exactamente un chef pero te gustará lo que hice. Y no, no tiene nada de manzanas, te lo aseguro.

Hoseok elevó el mentón para mirar a Taehyung desde el piso, el castaño lo miraba desde arriba. Las mejillas de Hoseok seguían igual de calientes pero sintió un poco más de calor al darse cuenta de que estaba casi a la altura de su entrepierna y sus pensamientos comenzaban a teñirse con imágenes nada inocentes.

¿Por qué era así?

—¿Hoseok?

—No, no tengo hambre. Gracias —respondió de inmediato bajando su mirada y acariciando al cachorrito. Hoseok decidió que debía de dejar de mal pensar todo.

—¿Pasa algo?

—¿Eh? No, ¿algo? —preguntó dándole un vistazo rápido antes de volverse bajar la mirada. Taehyung se veía confundido de verdad pero, ¿es que él no había notado la clara postura extraña en la que estaban? ¿No mal pensaba? ¿No se supone que le gustaba? A Hoseok siempre que le gustaba alguien no podía evitar pensar como seria pasar a algo más que besos con esa persona, aunque ni siquiera había dado su primero beso... ¿Taehyung no pensaba igual?

—Eso creí —dijo de forma tranquila—. Bien, si quieres comer algo sólo ven a la cocina. Voy a estar ahí —agregó con la misma voz tranquila.

Pero Hoseok no pudo evitar mal pensar otra vez y tragar saliva al ver su espalda cuando se iba. Porque Taehyung tenía una espalda ancha, firme y posiblemente muy suave a la vez que dura... el pelinegro tenía una gran debilidad con ese tipo de espaldas.

Sacudió la cabeza obligándose a no seguir con esos pensamientos aunque ciertamente fuera difícil teniendo en cuenta que Taehyung se veía malditamente muy atractivo esa noche. Como si lo hubiera hecho al propósito.

Aunque pensar en eso de alguna forma ayudaba, porque definitivamente le hacía olvidar el picazón y dolor debajo de sus mangas...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro