—¿Cómo te ha ido?

Esperaba esa pregunta, de hecho, Kamila ha hecho un buen trabajo tratando de controlarse y no indagar sobre mi primer día de preparatoria hasta ahora, estamos cenando y logra llegar hasta el postre sin hacerme su cuestionario.

Andy le da una mirada de desaprobación, pero Kamila lo ignora abiertamente, —¿Te ha gustado la preparatoria?

Entierro mi cuchara en el pedazo de torta de chocolate que Kamila ha preparado de postre hoy y le doy una sonrisa honesta, —Supongo que sí, ha sido...— mi mente viaja a cada momento, las chicas de mi clase, el pelirrojo, Perla, y Kang... me aclaro la garganta, —Me ha ido bien, creo.

Andy me sonríe, —Me alegra mucho, cariño.

Kamila se le une, agarrando la mano de Andy y la mía,  —Estamos muy orgullosos de tí, Klara.

—Solo ha sido un día,— me encojo de hombros, —Es muy temprano para cantar victoria.

Kamila aprieta mi mano, —Te equivocas, esta es una gran victoria, cada pequeño logro lo es. Eres una guerrera, Klara, así que no subestimes una batalla por pequeña que sea, porque ganando cada una de ellas es que vencerás en la guerra.

—Eres tan psiquiatra.

Ella se ríe, sus ojos iluminándose, —Y tú eres tan tú, ese sentido del humor tuyo, como lo he extrañado.

Hacemos bromas, comentamos y peleamos por el último pedazo de la torta de chocolate. Esta cena se siente tan... normal, tan bien. Kamila tiene razón cada avance por pequeño que sea me acerca un poco más a esta sensación de que si puedo lograrlo todo, de que estaré bien, de que venceré mis miedos.

Mi celular vibra al lado de plato anunciando un nuevo mensaje.

Kamila levanta una ceja, —Alguien ya hizo amigos en la preparatoria.

Abro el mensaje y mi corazón se acelera como de costumbre cuando veo el nombre de Kang en la pantalla y leo el mensaje:

Has estado extrañamente callada hoy.

¿Ya te has cansado de este locutor intenso?

Eso me hace sonreír, oh, Kang si supieras que he estado a unos cuantos paso de tí hoy.

Mi mente viaja a ese momento, como me quedé sin aire al escuchar su nombre, lo cerca que pasó a mi lado para ir a Erick. La camisa negra que llevaba puesta que hacía juego con su cabello, sus jeans, lo alto que es pero lo que más recuerdo es su voz. Sin la radio o el intercom de la preparatoria de por medio, su voz fue mucho más profunda y cautivante de lo que esperaba.

—¿Klara?

La voz de Kamila me trae a la realidad, me doy cuenta de que Andy y Kamila están observándome con una expresión divertida en sus rostros.

—¿Qué?

Andy toma un sorbo de su jugo, —Nada, solo teníamos tiempo sin ver esa expresión en tu rostro, te queda muy bien.

—¿Cuál expresión?

Kamila disimula una sonrisa, —Estabas en las nubes, sonriendo abiertamente, incluso suspiraste.

Me sonrojo un poco, —Ah, es que... me acordé de una escena de una película que vi... muy bonita.

Andy asiente, —Claro, claro.

Sin querer ser obvia o mostrar otra sonrisa involuntaria mientras le respondo a Kang, me levanto, anunciando que vuelvo a mi habitación. Dentro, cierro la puerta y me siento en la cama para responderle.

Siempre tan exagerado.

¿Cómo ha estado tu día, Kang?

Kang: Aburrido, ¿Qué tal el tuyo?

"Ha sido uno de los mejores días de mi vida, porque he podido ir a la preparatoria y porque te he visto aunque no tengas ni idea." Quiero decirle eso pero opto por una respuesta menos loca:

Yo: Ha estado bien, muy entretenido.   

Kang: ¿Te puedo llamar?

Últimamente, hablamos mucho por llamada, y Kang siempre es que lo inicia, creo que de alguna manera los mensajes de textos ya no son suficiente. Como respuesta, lo llamo y al tercer repique, escucho su voz.

—Señorita K.

—Señorito Kang.

Lo escucho reír y me encanta, su risa es contagiosa. Kang es adictivo, todo de él me atrae, pero sobretodo, disfruto la comodidad que siento al hablar con él, la cual surge de una forma tan natural que no entiendo.

—¿Terminaste de ver tu drama coreano de hoy?

—No, hoy estuve todo el día...— pauso por un segundo, —Por ahí.

—¿Por ahí? ¿Siempre eres tan misteriosa o solo conmigo?

Meneo la cabeza y me siento tonta porque no puede verme.

—No soy misteriosa.

—¿No? No me dices nada de tí, a que preparatoria vas o tus redes sociales.

—Eh, es solo...— no se que decir, —no tengo redes sociales.

Le escucho suspirar, —¿Me tienes miedo, Klara?

—Claro que no.

—Entonces, ¿Por qué siento que pones un muro entre nosotros?

Es la única manera de mantenerme a salvo, Kang.

—No estoy haciendo tal cosa.

Unos segundos de silencio pasan, solo escucho su respiración al otro lado de la línea, hasta que finalmente habla.

—Quiero verte, Klara.

Agarro mi pecho con mi mano libre, —No soy nada especial, Kang.

—¿Y si me dejas a mí decidir eso?— noto la ligera molestia en su voz, —Klara, yo—

—¿Por qué no me cuentas de tu día?— le interrumpo antes de que diga algo más, se que cuando comienza a indagar sobre mí, no para.

—No tengo mucho que contar y ya debo irme, el programa empieza pronto, ¿Estarás ahí escuchando?

—Siempre.

—Muy bien, hablamos luego del programa, Klara.

—De acuerdo.

Cuelgo y de inmediato busco mis audífonos para sintonizar su programa.

"Buenas noches, gracias por sintonizar y estar aquí esta noche conmigo, sin más que decir, les doy la bienvenida a su programa nocturno de preferencia "Sigue mi voz." Les habla Kang, su acompañante y amigo durante esta hora."

Me dejo caer hacia atrás en mi cama, mis ojos sobre el techo mientras lo escucho.

"Tuvimos un día soleado, maravilloso, pero no se emocionen estamos en invierno y según los reportes del clima, vienen tormentas de nieve muy intensas. A pesar de que me gusta la nieve, una tormenta no es algo que me emocione, recuerden mantener lo necesario en casa, agua potable, enlatados y muchas sabanas en caso de fallo de electricidad y del servicio de agua."

Siempre preocupándose por los demás. La cara de alerta de Perla viene a mi mente, ¿Por qué me advirtió sobre Kang? Él no parece ser una mala persona, lo he escuchado por mucho tiempo, y por lo poco que he hablado con él no creo que sea malo. Nunca he sentido una mala vibra de él, ¿Estoy siendo muy ingenua? No lo creo, Kang no me ha dado un motivo para pensar mal de él, no puedo guiarme por los demás, aunque sea Perla.

Eso no quiere decir que no la interrogaré hasta que me diga que fue lo que no me quiso decir hoy. Cuando termina el programa de Kang, me quito los audífonos y me quedo mirando al espacio, mi mente en otro lado. Me pregunto si mañana me volveré a encontrar a Kang en la preparatoria. Solo considerarlo me produce una mezcla de emoción y miedo.

Me paro frente al espejo, mi flaco reflejo me recibe con su palidez de siempre. A pesar de que he estado comiendo más últimamente aún estoy lejos de mi peso ideal. Por lo menos, ya mis huesos no se ven tan pronunciados. Mis ojos café tiene un brillo nuevo que me gusta.

Paso la mano por mi cabello y mis ojos caen a un lado de espejo, en el pequeño estante donde están colgadas mis pelucas, cuando caen sobre la rosada recuerdo las palabras de Andy.

Su mano sobre mi cabeza, "Te queda bien el rosado."

Al lado de la rosada está la morada, la cual parece ser la favorita de mi vecina.

"Buena elección te queda bien el morado."

Vuelvo a mirar mi reflejo, estoy usando mi peluca corta de color negro y vuelvo a recordar a Andy.

"Negro, ¿Eh? Creo que te dije que te quedaba mejor el rosado."

Personalmente, me gusta más la negra, me recuerda a mi cabello antes de perderlo por completo por la quimioterapia. Con cuidado, me quito la peluca, y acaricio mi cabello corto, está creciendo rápido lo cual me emociona. Extraño sentir mi propio cabello rozando mis hombros.

Cáncer...

Cuando mi madre murió, pensé que la pesadilla de esa enfermedad se había ido de mi vida, que ya me había arrancado lo suficiente. Estaba equivocada, el cancer ni siquiera me dejó pasar el dolor de la pérdida de mi madre. Una tarde de verano me sentí una pelota dura al tacto en uno de mis senos, mi paranoia después de lo mamá empeoró cuando Kamila la palpó y vi la preocupación en sus ojos.

Exámenes, estudios, horas de espera, volver al hospital me aterrorizaba.

"Necesitamos hacer una biopsia." las palabras del doctor, el tono de voz me lo dijo todo. Sabía que era cancér pero eso no lo hizo más llevadero cuando la biopsia dio positiva para cáncer de seno.

Quimioterapia, terapia de hormonas, y una cirugía donde me extirparon ambos senos a pesar de que el otro estaba sano porque un examen de ADN reveló que soy portadora de una mutación del gen BRCA1 lo que me hace propensa a desarrollar cáncer de seno u ovarios. Kamila no lo tiene a pesar de que mamá probablemente lo tenía, existe un 50% de probabilidades de heredarlo y me alegra que por lo menos mi hermana esté a salvo.  

Me quito mi camisa por encima de mi cabeza y mi sostén deportivo para ver mis pechos, nunca fui de senos grandes pero la cirugía (mastectomía) me afectó de igual forma. Sentí que perdí mi feminidad, mi validación como mujer. Aunque tuve una reconstrucción de ambos senos, no se siente igual, en especial con las cicatrices. Paso mi dedo por las líneas de las cicatrices en ambos senos, la piel cicatrizada se siente sensible al tacto.

Afortunadamente, después de una lucha de meses, me declararon libre de cáncer pero tengo que ir cada tres meses para que me revisen por precaución, porque esa enfermedad inquieta puede volver, en especial en mi caso por la mutación en el gen BRCA1 que tengo. Eso incrementó mi depresión y mi ansiedad mucho más. El miedo a la muerte intensificándose, pero ya no quiero vivir cada día con miedo, quiero vivir, salir adelante.

Me observo en el espejo, y sonrió con tristeza para hablar, "¿Cómo puedo atreverme a dejar que me veas, Kang?"

Yo no soy suficiente para un chico como tú.

Soy un cuerpo lleno de cicatrices, dolor e imperfecciones.

Por eso, Kang, nunca me verás. 

-------------------------------

>>>> Vaya al siguiente capítulo, doble actualización  pero no olvides darle estrellita a este capítulo o te perseguirá la monja del conjuro 2 >>>>>>