Capítulo 6
Gina se quedó sin aire ante el beso tan sensual que le había dado Gael. Su rostro fue cambiando como la temperatura de su cuerpo. A pesar de hacer muchas tonterías, Gina seguía queriéndolo y no dudó en dejarse llevar por los besos y caricias que esparcía él por su cuerpo. Gina no tardó en acalors, aunque le gustaba lo que Gael le hacía, había algo que la desconcertaba. Cerró sus ojos y la primera imagen que se le vino a la mente fue el rostro de Gorka.
Tras llegar al clímax, Gael se separó de ella y como era habitual la dejó sola en el baño.
Gina aguantó las ganas de llorar ante el desprecio que había recibido por parte de Gael. Terminó de ducharse, parada en mitad del baño a la vez que se miraba al espejo resbalándose pequeñas lágrimas, se preguntaba porque había permitido que Gael le hiciera el amor en la bañera. Sus manos acariciaban sus brazos, cerró fuerte sus ojos dejando caer las gotas que simbolizaba lo estúpida que era y todo lo que estaba sufrimiento por no tener la decisión y el coraje de asumir que todo está acabado entre ella y Gael.
Al día siguiente quedó con Violeta en verse y con su hermana. Necesita un consejo y poder desagüarse con alguien.
Primero llegó Violeta cargada con una bolsa. Nada más ver a Gina no hizo falta que hablara para saber que había cometido otra estúpidez.
--Gina, dime que no te has dejado humillar por Gael.
--Peor aún. Hice el amor con él y después me dejó sola.
--Desde luego ese bribón ya no le quedan adjetivos. --Pronunciaba Violeta enfurecida por lo que le contaba Gina.
--¿Nayet que tal estas?--Pronunció Gina haciéndole un gesto a Violeta para que se cállase. Nayet se dió cuenta que ambas ocultaban algo.
--O me decís que está ocurriendo os juro que os saco la información a tortazos.
--Nayet hija controla esas hormonas que te van a llamar para hacer de doble de Rambo.
--Mira Violeta no estoy yo muy fina hoy. Y encima traigo entre ojos a la miss.
--¿¿La Miss?--Pronunciaron las dos al unísono.
--Si, la nueva doctora Sara Ríos, mira que la condenada es guapa, tiene buen tipo, es amable...pero si es que no le falta de nada a la jodia.
--Hermanita tranquila que mal pares antes. Tampoco será para tanto la bichacarra esa.
--Puesss, lamento decirte que la jodia de la doctora es guapa. Yo por si acaso ya le echado un buen raspalpovo a mi loquero.
--Si es que mi la huelo. Siempre está cerca de Kendal, de mi marido. ¡¡Arrg!! Te juro que un día de estos le muerdo un ojo a la miss.
--Nayet, tranquilízate, pero si tienes un marido estupendo que te adora, y se desvive por ti.
--Ya, pero míradme parezco a Obelix entre mis michelines y ahora la tripa no falta mas que echarme a rodar.
--Hermanita, para ya. Tú eres guapa, y como todas las mujeres tenemos tendencia a engordar en el embarazo. Pero no olvides que tienes un marido que solo tiene ojos para ti y te trata como una reina.
--Creo que lleváis razón. Tengo que dejar de imaginarme cosas y ver donde no hay. Confío en mi marido y sobre todo lo amo.
Las tres siguieron charlando un rato más hasta que Gina les dijo que había conocido a otro hombre que la tenía en babía todo el día. Violeta hizo un gesto y Nayet miro directamente a su hermana hablando con ella para hacerle entender que debe tomar las riendas de su vida y si las cosas con Gael no funcionan lo mejor es separarse.
Gina asintió con su cabeza reteniento esas pequeñas gotas dispuestas a descubrirla lo que realmente está sufrimiento por querer un imposible. Poder vivir como pareja en el mismo techo, dormir en la misma cama...era pedir mucho, que Gael le diera un poco de cariño. Ese deseo era inalcanzable si permanecía junto a Gael.
Media hora después, Gina se marchó a su trabajo. Allí coincidió con Karina. Ambas se saludaron con total normalidad. Seguidamente se marcharon para cambiarse. Hoy debían hacer un sport publicitario sobre una bebida y como famoso tendría que posar con Jamie Novar.
El piloto nada más ver a Gina sus ojos empezaron a escanearla. Tanto Gina como Karina iban vestidas con un pantalón corto y camiseta cortas dejando su vientre al aire.
Gina como una profesional empezó a rodar el anuncio atacando las órdenes del regidor posando para las cámaras.
Horas después Gina y Karina se fueron a cambiar de ropa y tras ella salió Jamie. Con chulería rodeó a Gina de su cintura susurrándole al oído; --Hoy no está Zabala para que te defienda. --Aquella frase desconcertó a Gina parándose en seco. Karina que había presenciado todo se puso al lado de Gina acariciando su espalda tensa.
--Gina es un gilipollas creído. No le hagas caso.
--Karina me tiene hasta las narices el tipo este. Qué se piensa el payaso este, que con dos palabras bonitas voy a caer rendida en su cama. Pues me parece que va para rato.
Después de cambiarse, Karina invitó a Gina a una fiesta. Gina hizo una llamada para que su madre cuidara de su hija. Gina sonrío y aceptó ir a la fiesta. No le gustaba separarse de su hija, pero también necesitaba divertirse un poco.
Después de dejar a su hija con su madre, Gina se marchó a buscar a Karina. Tras saludarse se fueron hacia la disco.
--¡¡Guau!! Karina esta discoteca es una pasada. --Pronunció Gina asombrada.
--Ven vayamos a por unas cervezas y a bailar.
Tras beberse la primera cerveza vinieron un par de cervezas más. En mitad de la pista, Karina y Gina bailaban con movimientos sexuales, hasta que Karina besó a Gina. Aquello no le prestó bien a ella y acabó marchándose de la discoteca. Detrás Karina se disculpaba por haberse dejado llevar.
--Mira Karina, a mi no me van las tías, me gustan los hombres.
--Gina disculpa yo..
--Hola rubia. --Aquella voz la dejó descolocada. Al girarse se encontró con esos ojos avellana, ese rostro...
--Hola Gorka--Logró pronunciar tartamudeando Gina.
--Rubia te pongo nerviosa.
--No, para nada.--Respondió Gina intentando ocultar el efecto que ejercía Gorka sobre ella.
--Karina que tal estas.
--Bien. Bueno estaba disculpándome con Gina.
Karina le contó a Gorka lo ocurrido mientras Gina la fusilaba con la mirada.
--Queréis acompañarme las dos a mi casa.
Gina se negó a ir a su casa. Al sentir las manos de Gorka en su cintura besándola con desazón la hizo cambiar de opinión.
Un rato después, los tres se encontraban en casa de Gorka. Era un apartamento grande y sencillo. Tras servirle una copa, comenzaron hablar de sus profesiones. Gorka no podía apartar sus ojos de Gina. Sin poderlo aguantar más, agarró de la cintura a Gina atrayéndola hacia el mientras buscaba sus besos salvajes. Las manos de Karina recorrían el cuerpo el Gina quitándole su vestido. Al caer el vestido al suelo y quedarse desnuda ante él, Gorka recorrió cada centímetro del cuerpo de Gina con infinidad de besos hasta llegar a su centrito. Primero lo lamió mientras ella gemía y Karina la besaba y amasaba sus pechos duros. Aquello era una locura, pero era morboso y placentero. Gina sentía como Gorka la llevaba a la cima del placer y Karina no dejaba de tocarla y besarla. Entre los dos la estaban llevando a un mundo donde ella no conocía pero a la vez le gustaba.
Excitados los tres se miraban jadeando. Gorka agarró a Gina y se la llevó a su habitación donde le hizo el amor apasionadamente. El cuerpo de ella quemaba bajo las manos de él, sus besos estaban cargados de placer, un placer que jamás había sentido antes con ningún otro hombre. Gorka no sólo la poseía delicadamente si no que sus embestidas se hacían mas salvajes con cada movimiento y lo que sus cuerpos pedían ardiendo de deseo hasta que juntos alcanzaron el clímax.
--Rubia eres maravillosa.
--Gorka...
--¿Te ha gustado la mini fiesta?
--Si me ha gustado. --Respondió Gina sin poderse creer lo que había sucedido.
Era la primera vez que hacía un trío y le había encantado.
Entrada la madrugada, los tres se despidieron. Gorka debía de volar para Australia donde estaría una semana fuera, y Karina debía acompañarlo.
--Rubia, dime que nos volveremos a ver. Dime que dentro de una semana vendrás a cenar conmigo.
Gina dudó en responder, pero tener a ese hombre ante ella consiguiendo descolocarla, sintiendo emociones nuevas para ella. Consiguió que acabara aceptando. Gorka la beso tiernamente saboreando sus labios y disfrutando de su cuerpo que tanto le gustaba.
Karina también se despidió de Gina, quedando en verse.
Al llegar a su casa casi estaba amaneciendo, Gina agarró una taza de café, se sentó en una butaca en la terraza, mientras miraba al cielo dando pequeños sorbos a su café, pensaba en Gorka. En ese hombre que ha entrado en su vida sin avisar y la está poniendo patas arriba. No podía dejar de pensar en él, y lo peor de todo que había entrado en su casa se había metido en su cama. Y lo más desastroso era que le había gustado.
Echó su cabeza atrás pensando si debía alejarse de Gorka. Sin duda era lo mas sensato que haría. Al final Gorka solo la quiere para un rollo de noche.
Sin dudarlo, le mandó un sms diciéndole que no se volverían a verse más.
Montado en el avión, Gorka aun conservaba los besos de ella, la manera de entregarle su cuerpo. Sin duda Gina era la mujer que tanto ha estado buscando y por fin la ha encontrado.
Al llegar al hotel, y darse una ducha, Gorka encendió el móvil. Nada más leer el sms de Gina la llamó. Pero no le respondió. Decidió mandarle un sms.
《Rubia, se que tienes miedo, no te dejes llevar por tus temores. Déjate llevar por lo que sientes. Porque yo no se como olvidar los momentos que paso contigo》
Al leer el sms, una sonrisa se dibujó en el rostro de Gina.
《Para mí también es difícil olvidar los encuentros que hemos tenido. Por eso es mejor alejarnos. Estás jugando con fuego y yo no deseo sufrir》
Tras leer el sms Gorka decidió no seguirla molestando. Puesto que cuando volviera a España lo primero que haría es ir a buscarla y hacerla saber que no juega con ella.
Nerviosa y confundida, Gina seguía pensando se había echo lo correcto de pedirle a Gorka que se alejase. Ella tenía una hija y estaba Gael. Y si quería que vivieran como pareja debía hacer las cosas bien. Y lo primero era dejar de pensar en Gorka, olvidando lo sucedido si quería que su hija tuviera a sus padres juntos.
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