Capítulo 4
Nada más llegar a Jerez, todo aquello parecía otro mundo.
Gina abrió sus ojos admirando como la gente llegaba con sus motos. En un descampado en tiendas de campaña y la música a todo volumen la gente disfrutaba esperando ver a sus ídolos.
Aquello sin duda era espectacular.
Algo desorientada Gina buscó el puesto de la agencia Lurson, donde trabaja su amiga Tamara como azafata. Tras encontrarlo Gina le entregó a una chica joven morena el carnet que le dió Tamara. La muchacha le atendió amablemente diciéndole cual era el hotel donde debía ir para dormir haciéndole entrega del uniforme con el eslogan de la empresa.
Al llegar al hotel, tras haberle entregado las llaves de la habitación, se dirigió hacia allí. El viaje la había dejado algo agotada. Dentro vio una chica pelirroja, se presentó a su compañera Karina.
--Hola pensaba que iba a venir Tamara.
--No, está enferma y me ha pedido que le haga este favor.--Dijo Gina encogiéndose de hombros.
Karina le habló de lo que tenían que hacer, como debía sujetar el paraguas a los pilotos y darles sus bebidas y el pose que debían mantener todo el tiempo, recalcándole que poco podía hablar con los pilotos y mantenerse alejada. Todo sin perder la sonrisa.
Gina la escuchó atentamente haciendo preguntas sobre sus dudas, Karina le respondía a todas cariñosamente.
--Y...¿qué piloto nos ha tocado?
--Jamie Novar. Es el primer año que debuta en esta categoría y no veas, le está poniendo las cosas muy complicadas a Gorka Zabala.
El rostro de Gina se contrajo, a la vez que notaba pequeñas hormigas en su estómago, acordándose de la sesión de fotos que compartió con él y tanto le gustó.
--Gina quieres acompañarme al concierto que van a dar esta noche Estopa.
--Bueno, ya que he venido porque no disfrutar.
Eso era lo que precisamente necesitaba, relajarse de verdad para dejar sus pensamientos referentes a Gael a un lado.
(...)
Al llegar al hospital, Lili saludó a Nayet y Kendal diciéndole que Ginés había convocado una reunión.
Agarrados de su mano, acercándola más hacia a el dándole pequeños besos en su cuello Kendal y Nayet se dirigieron a la sala de reuniones.
Ginés los saludó dándole la enhorabuena por su matrimonio, le señaló unas sillas para que tomasen asiento.
Tras conmenzar con la reunión y comunicar los cambios que iba a realizar en los equipos quirúrgicos, hizo la presentación de la nueva doctora Sara Ríos.
Ginés le presentó a sus colegas, al llegar el turno de Kendal, él la saludo con un apretón de manos dándole la bienvenida a su equipo quirúrgico.
Nayet se quedó pasmada al ver como esa mujer, castaña ojos verdes claros, con una figura delgada como la de una modelo y con una sonrisa reluciente, miraba a su marido cambiándole el tono de sus mejillas.
Notó como un rayo atravesándole el pecho a Nayet de ver esa escena. Fulminó a su marido con la mirada.
Sara saludó a Nayet, esta mirándola directamente a sus ojos le dejó claro su lugar.
--Bienvenida doctora Ríos, que sepa que está sustituyéndome.
--Sí lo sé, debido a tú embarazo. Enhorabuena.
--También dársela a Kendal, mi marido.--Le respondió Nayet alzando su barbilla orgullosa de haber puesto en su sitio a esa doctora.
Sara asintió con la cabeza, desapareciendo su sonrisa. Sin duda, muy bien que digamos no le había prestado bien esa noticia.
Tras salir de la reunión todos se fueron a sus puestos de trabajo.
Lili y Dulce mantenían una conversación sobre lo bien que le había caído Sara. Sin embargo Nayet permanecía en silencio apretando sus puños. No quería desempeñar el papel de esposa celosa, sabía perfectamente que eso a Kendal no le prestaba bien, aunque por otro lado él nunca le ha dado motivos para desconfiar de él.
Soltó el aire acumulado despidiéndose de sus amigas para dar comienzo con las consultas.
Preparándose para entrar en quirófano, Sara no apartaba los ojos de Kendal. Sin duda seguía siendo aquel hombre atractivo que pasó una noche inolvidable.
--Qué casualidad que trabajemos juntos, verdad Kendal.
--Si, lo que hace el destino y que tengas influencias. ¿Porqué estás en este hospital Sara?--Preguntó enojado Kendal, puesto que esa mujer que tenía ante el había mantenido una aventura con ella años atrás.
--Kendal, no pienses lo que no es. Lo estoy pasando muy mal con mi divorcio. Las cosas con Stefan no han funcionado, y...he buscado este hospital para poner distancias y poder pensar bien las cosas.
--¡Si, ja! Eso se lo dices tú a tu tía del pueblo. Te conozco Sara, y puedo deducir que estás aquí por mí.
--Nooo, por favor no pienses así. Además por lo que me he enterado, estás casado y vas a ser padre. Yo sólo deseo ser tú amiga. Como lo fuimos hace años. Oh...ya no lo recuerdas...
--Algo, si. Bueno dejémoslo así. Empecemos con la operación, que el pacienciente nos espera.
Sara se quedó mirándolo haciendo una mueca. Aunque Kendal estaba casado, eso a ella le daba lo mismo. Ella estaba en ese hospital por un propósito, y lo iba a conseguir si o si.
(...)
Los entrenamientos ya habían acabado. En esa ocasión Gorka saldría en primera posición. Tras dejar su moto que la dieran un último repaso, Gorka en compañía de su entrenador y manager veía la pista y hablaban de los fallos. Tras finalizar Gorka se marchó al hotel, necesitaba descansar. En la recepción Gorka se quedó alucinando, no se podía creer que aquella mujer vestida con unos jeans, una camisa a cuadros fuera Gina. Su corazón empezó a bombear algo acelerado.
Empezó andar dirección donde se encontraba parada Gina, dándole la impresión que esperaba ha alguien.
--Buenas noches señorita Morales.--Saludó Gorka muy despacio sonriendo al ver la encogida y la cara que había puesto ella cuando lo vio.
--Gorka--susurró ella clavando sus ojos en él, empezando a notar de nuevo esos nervios que conseguían que actuara torpemente.
--Vaya veo que recuerdas mi nombre, pensaba que lo habías olvidado. Porque si estoy esperando a que me llames ya me puedo hacer un abuelo.
--Es...que...yo...--Gina no atinaba a pronunciar dos palabras seguidas. Se encontraba tan nerviosa, tan sólo su presencia, era ponerle su mundo del revés.
--Tranquila, no te preocupes, no pasa nada. Seguro que tendrás mucho trabajo. ¿As venido a ver la carrera?
--Eh...no, en realidad vengo a sustituir a una amiga que está enferma, como de azafata.
--Guau. Que bien. Y dime eres mi azafata.--Su sonrisa volvió aparecer, junto con un brillo en sus ojos de ver de nuevo a Gina.
--No. Me ha tocado Jamie Novar. Lo siento.
--Jooo. Y yo que pensaba que ibas a ser mi azafata. Pero bueno todo tiene arreglo. Ahora tengo que dejarte, voy a descansar mañana me espera una carrera algo difícil.
--Entiendo, deseo que ganes, te lo mereces.
--Gracias rubia. Oye, ¿vendrías a cenar conmigo si pierdo la carrera?
Gina se echó a reír, aquella carcajada junto a su bello rostro, atraía más a Gorka consiguiendo que le agradase más logrando cautivarlo.
--Bueno ya veremos--Dijo ella.
Con un guiño de ojo y un simple 《Hasta luego rubia》Gorka se marchó a descansar, mientras Gina lograba analizar lo ocurrido. Incluso cuestionandose si cabría el hecho de que Gorka le gustase.
--Vaya, veo que conoces a Gorka.--Preguntó Karina curiosa.
--Eh...si...
--Vaya que suerte Gina. Aunque no sé si avisarte de que tengas cuidado con Gorka.
--Cuidado de qué.
Karina empezó a reírse. --Ay chica, de que va ser. Pues estoy segura de que te habrá invitado a cenar, para llevarte a la cama y ser una más en su colección.
Gina movió rápido sus ojos quedándose pensativa.--Pues no, a mi no me ha invitado a cenar, tan solo hablábamos de cosas sin importancia y de su carrera.--Mintió Gina, en ningún caso pretendía ser otra más en la lista de Gorka.
--Ya lo hará. Que conste que yo te avisado. Ven vayámonos a ver Estopa.
Gina sonrío falsamente, quería no pensar en Gorka y lo que se acababa de enterar. Si aquello era cierto, ella no dudaría en hablar seriamente con Gorka haciéndole entender que ella no es un rollo de una noche.
Al día siguiente todo estaba listo para la carrera. Gina empezó a interpretar su papel. Siempre con una distancia prudente, posando y sin perder la sonrisa, se hallaba al lado de Jamie.
Con una pequeña distancia, Gorka con su ceño fruncio de ver como Jamie se comía con los ojos a Gina dándole la impresión que estaba flirteando con ella. Presenciar aquello consiguió que Gorka llegara a pensar otra cosa de Gina. Se enfadó consigo mismo, por haber creído ver en esos ojos azules entristecidos que se topó la primera vez que la vió, podría ser la mujer perfecta que tanto tiempo le ha llevado encontrar. Desde que se hizo famoso, mujeres no le han faltado, pero él siempre ha buscado su compañera de por vida. Ya estaba cansado de tener sexo con distintas mujeres para despertar por la mañana y verse solo. Pero ella, ella tenía algo que lo atraía, desde que la vió por primera vez no ha podido quitarsela de la cabeza. Es como si ella hiciese que todo lo malo en el desapareciese, aumentando más el deseo de conocerla y protegerla.
Tras terminar la carrera como campeón Gorka, Gina tuvo que hacer la entrega de premios. Al entregarle su premio a Jamie, este le dijo espérame, quiero hablar contigo.
Gorka lo escuchó y no le prestó nada bien que su rival estuviera interesado en Gina.
Gina se encontraba recogiendo sus cosas cuando Jamie se puso por delante suya contándole el paso.
--Disculpe, pero me gustaría invitarle a una copa esta noche.--La voz de ese hombre la desorientó.
--No quiero ser descortés. Pero me es imposible debo viajar esta noche.
--Vaya que pena, seguro que tú y yo lo íbamos a pasar muy bien, preciosa.--Él fue a rozar el rostro de ella. Al ver su intención Gina se apartó molesta dándole la espalda.
--Eh, preciosa tampoco hace falta que te pongas así. Yo solo deseo que juntos nos divertamos--Sus palabras sonaban muy cerca, él se encontraba pegado a su espalda. Gina se puso rígida, al darse la vuelta para ponerlo en su sitio el la agarró de los brazos con intención de besarla.
--Ni me toques imbécil.--Pronunció enojada Gina deshaciéndose de su contacto.
--Suéltala Novar.--Dijo Gorka enfadado.
--Siempre eres el mismo Zabala, un toca pelotas de verdad.-- Sus palabras sonaban a chulería saliendo de la boca de Jamie.
Gorka entrecerró sus ojos llenos de cólera, al dar cuatro pasos y ponerse a la altura de su rival, le pidió que se marchara lo más amable que le permitía su estado de impotencia por no poder darle un puñetazo.
Jamie con una sonrisa cínica se marchó dándole un toque en el hombro a Gorka con prepotencia.
--¿Te encuentras bien Gina?--Sus palabras sonaban a preocupación.
--Sí. Gracias Gorka yo no he tenido nada que ver, ni si quiera me arrimado, ha sido él quien me buscado.--Gina empezó a temblar, sin saber cómo ni por qué, necesitaba darle una explicación ha Gorka para que no pensara lo que no es. Él no dijo nada, solo la agarró de su mano mirándola fijamente a sus ojos, dedicándole una sonrisa.
--No pasa nada Gina, sé que Novar es un gilipollas, ten cuidado. Pienso que ya no te molestará más.
--Lo tendré. 《Si tú estás a mi lado》 lo último no lo pronunció, pero lo pensó. Gorka se despidió de ella y se marchó.
Gina tuvo que suspirar varias veces para tener que admitir que ese hombre la desconcertaba, a la vez necesitaba alejarse de él. Sin embargo algo dentro de ella le decía lo contrario. Que lo siguiera.
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