Capitulo 16
«Perfecto lo que me faltaba ahora». Pensó Gina tras cerrarle la puerta a Gorka. Pero él, sin darse por vencido volvió a tocar la puerta incansable hasta que harta de escuchar el timbre Gina volvió abrirle la puerta de muy mala gana.
―Se puede saber que narices quieres Gorka.
―Ey, rubia no te alteres, y lo primero que debes hacer es escucharme ¿Me dejas pasar?
―Pues no. Es mi casa y aquí vive mi hija, por lo cual no tengo por costumbre traer hombres a mi casa.
―De acuerdo. Sólo venía para saber que ha ocurrido hace momento con el que supongo será el padre de tú hija.
―Mira Gorka mis problemas a ti ni te van ni te vienen. Pienso que tú bastante tienes con estar pendiente de tú nueva novia y déjame a mí en paz.
―Gina, espera. Entiendo que en estos momentos no estés bien, pero quiero que sepas que cualquier cosa puedes contar conmigo. Y…sobre mi novia, eso solo es un montaje. Depende de ti si me crees o no. Deseo que sepas que estoy preocupado por ti. Hasta luego Gina.
Girándose sobre sus talones Gorka se marchó dejando atrás aGina desorientada y deslumbrada por la preocupación de Gorka.
Cerró la puerta y se dirigió hacia el baño, necesitaba una ducha antes de ir a casa de sus padres y recoger a su pequeña.
Una vez que llegó a casa de sus padres, Gina habló con ellos contándole lo corrido con Gael, y como le había amenazado para arrebatarle la custodia de su hija.
Alfredo, no tardó en levantarse de su sitio y comenzó a caminar de un lado a otro pensativo por lo que le había contado su hija. Minutos después, Alfredo miró a su hija haciéndole prometer que haría todo lo que estuviera a su alcance para que ese canalla de Gael no se acerque ni a ella ni a su nieta y menos que le quite la custodia.
Con una sonrisa, y algo más relajada Gina agarró a su pequeña, la montó en su sillita de paseo y se dirigió con ella hacia un parque.
Sentada en un banco Gina llamó a su hermana para conversar. Pero poco duró la conversación, puesto que Nayet prefirió hablar personalmente con su hermana y contarle lo sucedido con su marido.
Una hora después, Nayet se encontraba sentada en el parque con una gran bolsa de pipas entre las manos narrándole lo sucedido a su hermana. Gina la escucha asombrada, puesto sabía que la doctora se había salido con las suyas.
―Mira Nayet eres más tonta que Abundio. Pero como has podido permitir que esa asquerosa, zorra, perra…Se salga con las suyas.
―Es que esa noche Kendal no había ido a dormir a casa y ella me dijo que pasaron la noche juntos y…pues yo…
―Lo que yo te digo, más tonta que Abundio. Pero Nayet en qué diablos estabas pensando para dudar de esa manera de tú marido. Joder Nayet una cosa es que tú marido esté para chupa pan y moja y otra es que lo acuses de algo que no ha hecho. Además yo misma he visto como esa zorra es la que va detrás de tú marido.
―Lo sé Gina, sé que he metido la pata en dudar de Kendal, pero es que cuando me dijo que tuvieron una aventura hace años…pues chica como que me puse celosa.
―Ay no Nayet. Por aquí si que no paso. Tú problema es que estás todavía acomplejada. Y sabes lo que estás consiguiendo con eso Nayet, que te sientas maniática con tu cuerpo, que veas en las demás mujeres lo que tú no puedes ver en ti misma, te llegues a sentir rara y esos pensamientos hacen que te lleven a sentirte eludida de tu aspecto. Mira Nayet, si de verdad quieres recuperar a tu marido, lo primero que debes hacer es tener más confianza en ti misma. Mira a mi sobrino, lo guapo que es, y si no hubiera sido por tu terquedad y amor hacia él, este bebé tan grande y guapo no existiría.
―Ay Gina, estoy tan arrepentida, me siento tan culpable por haber dudado de esa forma de Kendal que ahora no sé que debería hacer para recuperarlo.
―Eso tiene solución hermanita. Kendal te necesita, si quieres que esa golfa de la doctora os deje en paz debes reconciliarte con tu marido y después ya pensaremos en la manera de echarla del hospital.
Nayet sintiéndose algo más alegre de poder recuperar a su marido, siguió hablando con su hermana mientras ésta le decía cuál era la mejor manera de recuperar a su marido y que éste la perdonase.
Mientras tanto en el hospital Kendal trataba de cumplir con su trabajo manteniendo las distancias entre Sara y él. Estaba demasiado enfadado como para dirigirle la palabra, pero su trabajo le impedía faltar el respecto a un compañero, sabía perfectamente que se estaba jugando su puesto de trabajo.
Nada más salir de quirófano, Kendal hablaba con el doctor Fernández, especialista en cardiología, mientras Kendal hablaba con el doctor Sara desde la distancia lo observaba como una gacela acechando a su presa. Y esa presa era él, ese hombre que conoció años atrás y mantuvo una pequeña aventura que tanto le agradó y la dejó con ganas de poder disfrutar de su compañía. Años después y tras haberse divorciado de su marido, había buscado a Kendal, ese hombre que la hizo sentir especial llevándola hacia un paraíso desconocido para ella. Y tras haber escuchado una conversación entre Kendal y Harvey, en cual él admitía que tenía problemas con su mujer, Sara sabía perfectamente que sus planes estaban saliendo a la perfección. Ahora solo quedaba que las cosas con Kendal vuelvan a ser como lo fueron años atrás.
Kendal caminaba tranquilo mirando unos informes de un paciente cuando Sara se puso en mitad interrumpiéndole el paso. Kendal la miró irascible, no tenía ni tiempo ni ganas de hablar con la culpable de todos sus problemas con su mujer. Con una sonrisa falsa Kendal la saludó intentando abrirse paso pero ella más astuta volvió a pararse enfrente de él, pero en esta ocasión un poco más cerca.
―Me dejas pasar Sara tengo trabajo.
―Esto Kendal yo quería que te vinieras conmigo a mi consultorio para que mirásemos juntos el caso del joven que tenemos que operar mañana.
Con su mirada puesta en el cielo y suspirando de frustración, Kendal acompañó a Sara hasta su consultorio.
Dentro Sara se desabrochó los primeros botones de su camisa dejando que se viese una parte de su pecho, seguidamente agarró unas carpetas y poniéndose enfrente de Kendal empezó a mostrárselas. Kendal se encontraba tan distraído mirando las pruebas del paciente que no se percató que Sara estaba intentando besarlo hasta que de pronto ella se lanzó agarrándole de su nuca y besándolo con exaltación. Al otro lado de la ventana, se encontraba Lili y Dulce que sin quererlo habían presenciado ese beso.
Asombradas las dos mujeres continuaron caminando por el pasillo murmurando lo que habían visto.
―Uy, Uy, Dulce, que yo creo que Kendal es verdad que esté engañando a mi amiga.
―Desde luego si la quisiera y respetase no andaría encerrado en el consultorio de la doctora Ríos besuqueándose.
―Y mira que yo lo tenía por bueno a Kendal. Anda amiga, fíate tú de las apariencias, verás cuando se lo cuente a Nayet.
―Yo pienso Lili que lo mejor es que nos calláramos. Dado que las cosas entre ellos están muy mal y esto sería echarle más leña al fuego.
―Pues mira Dulce, tú has lo que quieras, pero yo esta misma tarde pienso contarle a mi amiga lo que han visto estos dos ojos.
Dulce hizo una mueca algo dubitativa, al final ganó Lili y le hizo prometer que irían a verla esta tarde para contarle lo que habían visto.
Esa tarde Gina había quedado con su amiga Karina en su casa para ir juntas de compras y de paso ir a una sala de juegos que tanto le gusta a su hija.
Nada más llegar al salón de juegos, Gina dejó a Jennifer jugando en las distintas atracciones mientras ella no muy lejos del lugar se sentaba a tomar un café con Karina.
Mientras las dos amigas tomaban tranquilamente su café y conversaban referente a Gorka, de pronto Gina escuchó la voz de su hija gritando papá. Todas las alertas comenzaron a dispararse en el cuerpo de Gina, sin dudarlo se levantó y fue hasta donde se encontraba Gael en brazos con su hija.
―Qué, ¿también me vas a prohibir jugar con mi hija?―Le desafió Gael a Gina sin soltar a su hija.
―Sabes perfectamente que no te lo prohíbo, pero en estos momentos sabes que debes estar lejos de nosotras.
―No hace falta que te pongas chulita Gina, tú padre y otro compañero ya me han hecho una visita esta mañana. Pero sabes lo que te digo, que te vayas al carajo. Qué Jennifer es mi hija y pienso luchar por ella.
―De qué vas Gael, responde. Cuantas veces te decía que le diésemos un hogar a Jennifer que podíamos casarnos y formar una familia, pero tú ni caso. Y ahora vienes de padre protector. Pues no te lo voy a permitir.
―Guau, pero si no te reconozco, acaso el piloto ese, te está cambiando tanto como para sacar tus garras. Vaya, vaya quien lo diría. Pues si quieres tanto a tu hija debes retirar la denuncia y hacer lo que yo te pida.
―A mí tus amenazas me sobran Gael, dame ahora mismo a mi hija y deja de montar números.
―Si quieres que te la de, ya sabes lo que tienes que hacer. Chao Gina.
Decidido a salirse con la suya, Gael empezó a caminar con su hija en brazos haciendo oídos sordos a las voces de Gina que le pedía que dejase a su hija en paz. Pero él con una sonrisa diabólica en sus labios continúo caminando a pesar de encontrarse con varios hombres de seguridad que le pidieron explicaciones. Él muy cortés le dijo aquellos hombres vestidos de uniforme que era su hija y no estaba haciendo nada malo. Los hombres de seguridad le creyeron y lo dejaron ir.
Detrás de él Gina gritaba entre lágrimas el nombre de su hija, la pequeña no tardó en comenzar asustarse y echarse a llorar. Pero nada pudo hacer Gina, Gael montó rápidamente a la niña en el coche y salió como alma que lleva el diablo del parking dejando atrás a una madre adolorida y abatida dejando caer sus lágrimas de amargura por su rostro pronunciando el nombre de su hija.
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Hola queridos y queridas lectores. Cómo están y cómo llevan los primeros días de un nuevo año. Espero que bien, y por ese motivo no he podido escribir y por eso he tenido tanto tiempo paradas las historias, por falta de tiempo y poder disfrutar en compañía de mi familia de las fiestas. Pido disculpas porque dije que comenzaría actualizar esta historia ayer pero tuve problemas con internet y no me dejó. 😑😶 Sorry.
Aquí os dejo un nuevo capítulo, os dejo un poco con la intriga, pero entended que tengo que seguir escribiendo más capitulos y poco a poco se irá resolviendo los problemas entre Nayet y Kendal y Gina con Gael. Espero que les guste y ya me dirán que le ha parecido. Volveré actualizar el jueves. Hasta entonces que tengáis un estupendo día. Un besazo enorme. 😘😘😘Gracias.
***Mian Jollel***
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