Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capitulo 12

Al ver en el estado que se encontraba su amiga, Karina fue en busca de Gorka, tan solo el podía poner en su sitio al imbécil de Jamie y ayudar a Gina. Karina sabía que a pesar de aparentar Gorka estar enfadado con Gina, su corazón aún seguía sintiendo ese amor hacia ella.
Una vez que lo localizó, Karina le hizo a Gorka una señal para poder hablar en privado, ya que el se hallaba hablando con un grupo de hombres.

Cuando por fin Gorka acabó su reunión se dirigió hacia Karina intrigado de porqué había ido a buscarlo.

―Karina, ¿se puede saber qué te ocurre para que estés tan alterada?-Preguntó Gorka frunciendo su ceño observando a su amiga.

―Gorka, se trata sobre Gina, James ha intentado aprovecharse de ella.-Soltó ella sin rodeos.

―¿Qué me estas queriendo decir?―Gorka apretó sus puños emprendiendo una batalla entre sus sentimientos hacia Gina y su odio hacia James de que algo malo le hubiera hecho. Pero no era el momento de ajustar cuentas, por su puesto ya ajustaría cuentas después. Gorka hizo a un lado a su amiga para salir corriendo hacia el aeropuerto y poder darle alcance a Gina.

Quedaba unas dos y media para que el primer vuelo destino a Madrid saliera. Sentada en un banco evitando llorar ante la gente, Gina miraba hacia el vacío recordando lo vivido con James.

De pronto la voz de Gorka entrecortada la sacó de sus pensamientos parándose enfrente de ella. Ambos se quedaron mirándose fijamente. No hacía falta decir nada, el rostro de ella le expresaba lo que quería saber.

Gorka tomó asiento junto a Gina dejando que apoyase su cabeza en su hombro para que pudiera llorar tranquilamente.

―Rubia, siento mucho lo que te ha hecho ese desgraciado, te juro que...

―Tranquilo Gorka, afortunadamente estoy bien. Aun así tengo miedo, temor de que cuando me vea de nuevo pueda lastimarme.

―Te prometo rubia que ese desgraciado no te va poner un dedo encima porque antes le voy a partir la cara.

―No lo hagas Gorka, tienes todavía unos meses de campeonato y estoy segura que intenta ponerte nervioso a través de mí. Por favor, céntrate en tu carrera y olvida este percance.

―Cómo me puedes pedir eso rubia. Me da igual el campeonato, ese gilipollas se merece que le parta la cara.

―Si quieres hacer justicia, hazlo en la pista y no le permitas que gane. Por favor.

―Pero cuando termine el campeonato te juro que le parto la cara, esto no se va quedar así. ―Gorka abrazó a Gina besándole en su frente.

-Gracias Gorka por...

-No tienes porqué agradecerme nada Gina. No voy a consentir que ese gilipollas u otro tío te hagan daño.

-¿Porqué lo haces Gorka?

-Mejor no preguntes. Yo soy así, entiendo que en ocasiones mi carácter tan impulsivo no me deja de pensar, pero intento rectificar mis errores. Uno de ellos es que fui un grosero contigo, mientras tú intentabas limpiar mi nombre yo me enfadé contigo.

-También fui mi culpa no haberte hablado de Jennifer.

-Me alegro que esté todo solucionado rubia.

Por megafonía anunciaban el siguiente vuelo. El vuelo que debía tomar Gina para llegar a España y poder olvidarse de todo lo ocurrido.

-Me tengo que ir Gorka.

-Espera Gina, no te vayas por favor. Puedes venir mañana en mi avión privado.

-Gracias por el detalle, pero debo regresar, echo de menos a mi hija y quiero ir a ver a mi hermana ya ha tenido a su bebé. En otra ocasión será.

-De acuerdo. Nos veremos rubia.-Con su mirada seductora le sonrió a Gina enviándole un mensaje de que quería volver a verla. Aquella ojos clavados en ella hizo que ella se sintiera ruborizada asintiendo a su vez con la cabeza dedicándole una sonrisa con un toque de brillantez en sus ojos.

Gina se despidió de Gorka y comenzó a caminar con su bolsa de viaje hasta la puerta de embarque.
Dentro del avión Gina cerró sus ojos para intentar calmarse tras haber estado aunque sea unos minutos cerca de Gorka. Aquel hombre tan galán y apasionado, pero al mismo tiempo es todo un enigma. Y lo peor de todo es que cuando está cerca de él su estado cambia con tanta rapidez, de ponerse nerviosa ha desearlo con todo su corazón.

Apoyado con sus brazos en sus piernas, Gorka pensaba en Gina. Ella, una mujer hermosa, dulce y tan apasionante. Sin duda es la mujer que tanto tiempo ha estado buscando y por fin el destino ha querido que se conozcan. Pero hay un problema. Tiene una hija. No debería ser ningún problema cuando amas a esa persona. Pero en el caso de Gorka juró no volver a caer en lo mismo dos veces y justamente Gina tenía una hija. Sacudió su cabeza ambos lados pensado en lo que debía hacer. Si seguir su relación con Gina o apartarse de su camino para siempre.

(...)

Tras una cristalera, los recién estrenados papás, miraban a su pequeño como día a día se iba recomponiendo.

Kendal besaba con tanta ternura a Nayet que aún viendo a su hijo no podía creerse que ella, aquella muchacha insegura de sí misma, y la que ama con todo su corazón le hubiera dado un hijo.
La estrechó contra su pecho besándole su cabeza sintiéndose el hombre más afortunado del mundo.

-Mi amor debes ir para la habitación, hoy te darán el alta y quiero que descanses.

-Kendal quiero quedarme con Dylan un poco más.

-Lo sé mi amor, pero ya sabes en tres días, Dylan estará en casa y podremos disfrutar de él. Ahora ve y descansa yo tengo que asistir a una operación y cuando termine me voy a casa. -Nayet esbozó una sonrisa rodeando con sus brazos su cintura para sentir esos besos que tan enamorada la traen.

Al llegar a su habitación, le esperaba Harvey con el sobre del alta médica.
Durante unos minutos estuvieron hablando acerca del estado de ella, su de su bebé y como su matrimonio iba mejor.

-No sabes cuánto me alegro que me digas eso. Os deseo lo mejor Nayet.

-¿Y tú para cuándo te vas a decidir a pedirle en matrimonio a Lili?

-Pronto. Seguramente en unos días la invite a cenar y se lo proponga, tengo muchas ganas de casarme con mi pollito.

-Oh, cuanto me alegro que vayas a cumplir el sueño de Lili.-Nayet abrazó a su amigo cuando en ese instante pasó Sara para avisar a Harvey que lo buscan en quirófano.

Minutos después Harvey se despidió de Nayet tras haberle dado el recado Sara.

Con una sonrisa de satisfacción, Sara se fue hacía los quirófanos, donde se cambió y pasó para colaborar en la operación donde se encontraba Kendal.
Horas después, la operación salió bien a pesar de varios contratiempos.
Tras se cambiarse de ropa, Sara buscó a Kendal.

-Vaya ya te vas Kendal.-Le preguntó cuando lo vio salir de los vestuarios.

-Si, tengo que cuidar de mi mujer.

-Ah, yo pensaba que de eso ya se ocupaba Harvey puesto que lo he visto como se miran y se abrazan.

-Nayet y Harvey se llevan estupendamente bien. Son muy buenos amigos. ¿Tienes algún problema Sara?

-Yo no, para nada. Tan sólo te ponía en aviso, porque aunque sean muy buenos amigos pasan mucho tiempo solos. O...por lo menos a mi me lo parece.- Sara contenta con el resultado de haber sembrado la duda en Kendal se giró sobre sus talones y se marchó victoriosa de poder comenzar a separar ha Kendal de su mujer.

A pesar de no querer creerse las palabras de Sara, Kendal se quedó desconcertado, pensativo porque el mismo ha visto que en unos meses hasta aquí, Harvey se ha acercado mucho a Nayet. Quería poder quitarse esa absurda idea de su cabeza pero al llegar a casa y ver a su amigo sentado tomando un refresco y riéndose en compañía de su mujer, aquello no le agradó nada.
Con paso firme, se dirigió hacia el salón, por su puesto su repentina presencia hizo que el ambiente se volviese más calmado.

-Ey que pasa Kendal.-Dijo Harvey levantándose para saludar a su amigo.

-Cansado he tenido un día de perros.

-Cariño quieres cenar algo, Harvey me ha ayudado a preparar tú plato favorito.

Kendal no lo pudo evitar, sus ojos se entrecerraron apretando su mandíbula mirando tan fijamente a su mujer que ella misma se quedó de piedra al comprobar el cambio tan radical de su marido.
Harvey intentó hablar, excusarse tal vez, pero Kendal le pidió que se fuera.

Harvey miró a Nayet, ninguno entendía porque ese cambio, a qué venía ponerse como un energúmeno sin haber echo nada.

En silencio, retando con la mirada a su amigo Harvey se marchó.

-Qué te pasa Kendal, ¿a qué ha venido ese comportamiento?

-Eso es lo que yo quiero saber.

-¿Qué estas queriendo decir Kendal?

-Lo que veo y escucho. Y veo que Harvey pasa mucho tiempo contigo, y no veo bien que mi mujer se la pase todo el tiempo con mi amigo.

-Por dios Kendal, deja de decir estupideces, entre Harvey y yo no hay nada. Como te atreves a pensar una cosa así.

-Quiero que dejes de ver a Harvey. ¿Entendido?

- Mira Kendal, eres mi marido, pero yo no soy tu esclava, y no te voy a consentir que me des órdenes de con quien puedo o no hablar.

-Sigue así Nayet, y vamos a ir de cabeza al divorcio.

Nayet miró incrédula a su marido. Antes de llorar delante de él prefirió irse al baño y meterse en la ducha, el agua taparía sus lágrimas y la calmaría.

Al salir del baño, se puso su pijama y buscó a su marido, pero no estaba en la casa, se había ido.
Nuevamente Nayet se sentó en el sofá y comenzó a torturarse con preguntas que no le llevaban a ninguna respuesta.
¿Porqué Kendal estaba dudando de ella de esa manera?

De madrugada Nayet escuchó un ruido, sigilosamente se bajó de la cama y fue hacia el salón. Allí estaba su marido medio sentado en el sofá con la cabeza atrás y con un vaso de whisky en la mano.
Despacio Nayet se acercó hasta donde estaba él. Tocó su hombro, pero él no se movió.

-¿Kendal has bebido?

-Sí, me he emborrachado.

-Kendal, ¿por qué?

-Nayet déjame en paz.

-Kendal no entiendo tú comportamiento, y tengo que decirte que yo sigo siendo la misma. La misma mujer que te ama y que nunca te engañaría, puesto que otro hombre no me va ha ofrecer el amor que tú me das.
Si quieres el divorcio, te lo daré, pero recuerda que te amo.

Nayet se marchó hacia su habitación dejando solo y enfadado a su marido. Furioso consigo mismo, Kendal estrelló el vaso contra la pared pensando en lo idiota que había sido por haber dudado de su mujer.
Ahora quedaba como y de qué manera iba a solucionar las cosas con su mujer y si ella lo perdonaría.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro